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Full text of "Temas Del Templo En El Juramento Y El Convenio Del Sacerdocio"

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Temas  del  templo  en  el  Juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


El  Juramento  y el  convenio  del  sacerdocio,  como  se  halla  en  DStC  S4133-4S,  es  un  enfoque 
ideal  para  un  estudLo  de  temas  del  templo  basado  en  las  escrituras,  Esto  s versíc  ulos  hablan 
con  sencillez  sóbrelas  bendiciones  más  altas  del  sacerdocio  de  Melqulsedec.  Lo  que  puede 
ser  menos  apreciado  es  la  claridad  con  la  que  esta  misma  revelación  describe  la  secuencia 
requertda  de  ordenanzas  por  las  que  los  individuo  s y las  familias  pueden  calificar  parala 
exaltación.  Es  significativo  que  esta  revelación  fue  dada  en  1832,  una  década  antes  de  que  el 
profeta  comenzara  a enseñar  con  claridad  muchas  doctrinas  del  sacerdocio  mayor  y del 
templo  a los  santos  de  Nauvoo. 


El  propósito  de  este  libro  es  explorar  d significado  délos  versículos  que  resumen  el  Jura- 
mento y el  convenio  del  sacerdocio  a k luz  de  las  ordenanzas  requeridas  parala  exaltación. 
En  materia  de  doctrina,  d autor  se  ha  basado  en  lo  que  se  puede  hallar  en  las  escnturas  y 
en  las  dedaractones  de  lo  s miembro  s de  la  Pnmera  Presidencia  y del  Quórum  de  los  Do  ce 
Apóstoles.  Para  dar  ilustraciones  y mis  antecedentes  ha  tomado  de  la  riqueza  de  otras  fuen- 
tes. Escrito  de  manera  atractiva,  e ilustrado  con  imágenes  cuidadosamente  seleccionadas, 
este  libro  está  disertado  para  estimular  a los  lectores  en  su  propio  estudio  de  las  doctrinas 
dd  sacerdocio  yen  sus  esfuerzos  personales  para  comprender  y guardar  sus  convenios. 


Acerca  dd  autor 

Jeffrey  M,  Bradshaw,  Ph,D.,  es  un  científico  de  investigación  sénior  en  d Flonda  Institute 
for  Human  and  Machine  Cognltlon  (IHMC'l,  en  P ensaco  la,  Florida,  Estados  Unidos 
fwwwJhmc.us/jbradshaw).  Sus  escritos  profesionales  han  explorado  una  amplia  gama  de 
temas  sobre  k lntdigenda  humana  y artificial  y su  Inter  acción. 

El  primer  volumen  de  k sene  Temas  del  templo  se  Intituló  Ifempte  Tksmes  in  the  Book  of 
Mases  (Temas  del  templo  en  el  libro  de  Moisés l Además,  Jeff  ha  escntc  un  comentano  eru- 
dito encomiado  sobre  el  libro  de  Moisés  titulado  In  Gad’s  ¡mage  at:d  Ufaneas  (A  imagen  y 
semejanza  de  Dios,  www.TempleThemes.net).  El  mismo  ha  sido  elogiado  por  k eminente 
erudita  dd  Antiguo  Testamento  Margaret  Barker  como  “extraordinario”  por  el  director 
eménto  de  PARAIS,  S.  Kent  Brown,  como  un  “tapiz  extremadamente  interesante”  por  el 
profesor  de  escnturas  antiguas  de  BYU,  David  R„  Seely,  como  “de  alcance  cósmico”  con  una 
“riqueza  impresionante  de  imágenes  artísticas  y literarias”  y por  el  prominente  científico 
SUD  David  H,  Balley  como  un  “tratamiento  excepclonalmente  moderno  y honesto”  Entre 
otras  conferencias  y simposios  SUD=,  Jeff  ha  dado  presentaciones  en  reuniones  de  FAIR  en 
Estados  Unidos,  Alemania  y Francia.  Ha  publicado  en  Studíes  ín  the  Bibíe  and  AntlquOy,  Eí- 
emenf;  A Journal  af Merman  Phdosaphy  and  TheobgpyBYU  Studies.  Fue  misionero  en  k 
misión  Bélgica  Bruseks,  y desde  entonces  ha  servido  en  varios  llamamientos  de  la  Iglesia 
lnduyendo  maestro  de  seminarlo  matutino,  obispo,  sumo  consejero,  consejero  delapresl 
dencla  de  estaca  y obrero  dd  templo.  Jeff  y su  esposa 
Kathleen  son  padres  de  cuatro  hijos. 


Temas  del  templo 

EN  EL  JURAMENTO  Y EL 
CONVENIO  DEL  SACERDOCIO 


Jeffrey  M.  Bradshaw 


Traducido  por  Daniel  Plata 


Eborn  Books 
Salt  Lake  City,  2014 


www.TempleThemes.net 


© 2014  Jeffrey  M.  Bradshaw,  www.TempleThemes.net 


Todos  los  derechos  reservados.  No  se  puede  reproducir  de  forma  alguna  ninguna  parte  de 
este  libro  sin  el  consentimiento  escrito  del  autor,  Jeffrey  M.  Bradshaw.  Los  puntos  de  vista 
expresados  en  este  libro  son  responsabilidad  del  autor  y no  representan  necesariamente  la 
posición  de  la  editorial. 

Esta  obra  no  es  una  publicación  oficial  de  la  Iglesia  de  Jesucristo  de  los  Santos  de  los 
Últimos  Días.  Los  puntos  de  vista  expresados  en  esta  obra  son  la  exclusiva 
responsabilidad  del  autor  y no  reflejan  necesariamente  la  posición  de  la  Iglesia  de 
Jesucristo  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días  ni  de  ninguna  otra  entidad. 

Traducción  al  español:  Daniel  Plata 


2017  16  15  14  5 4 3 2 1 

Eborn  Books 
254  South  Main  Street 
Salt  Lake  City,  UT  84102 
www.EbornBooks.com 

Portada:  Glen  S.  Hopkinson,  1946-:  Tal  como  un  fuego  está  ardiendo.  Copyright  Glen  S. 
Hopkinson,  2005.  glenhopkinson.com 


Library  of  Congress  Control  Number:  2012933446 

Bradshaw,  Jeffrey  M. 

Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  / Jeffrey  M.  Bradshaw. — 
2014 

Includesbibliographicalreferences. 

ISBN-13:  978-1468143898  (color  edition),  978-1468144109  (black  and  white  edition) 
(Softbound) 

ISBN-13:  978-0-9854050-0-7  (PDF  edition),  978-0-9854050-1-4  (iBook  edition)  (Digital) 
ISBN-13:  978-1500876616  (Spanish  color  edition),  978-1500876593  (Spanish  B&W  edition) 


Tabla  de  contenidos 


Agradecimientos v 

índice  de  figuras vii 

Introducción:  ¿Por  qué  participamos  en  las  ordenanzas  del  templo? 1 

Una  razón  a veces  olvidada  para  las  ordenanzas  del  templo 1 

El  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  a la  luz  del  templo 3 

1.  Una  vista  del  plan  de  felicidad  centrada  en  Jesucristo 7 

Los  tres  pilares  de  la  eternidad 7 

“Los  principios  fundamentales  de  nuestra  religión” 8 

2.  El  conocimiento  como  el  principio  de  salvación 1 1 

“Dios  requiere...  una  búsqueda  de  sus  propósitos” 13 

El  ejemplo  de  Hugh  W.  Nibley 16 

Más  que  un  simple  ejercicio  mental 18 

3.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 19 

Alcance  y propósito  del  nuevo  y sempiterno  convenio 19 

Las  dos  Partes  del  convenio:  la  justificación  y la  santificación 21 

Tres  ordenanzas  y un  convenio 23 

4.  "Santificados...  para  la  renovación  de  sus  cuerpos" 27 

Magnificar  el  llamamiento  del  sacerdocio 27 

Renacimiento  físico  y espiritual 28 

¿Qué  es  la  investidura? 30 

5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 33 

Herederos  legítimos  de  las  bendiciones  del  sacerdocio 33 

“Pasando  por  los  ángeles  que  están  como  centinelas” 36 

Palabras  clave 37 

Señas  y signos 39 

El  significado  de  la  expiación 41 

6.  “La  descendencia  de  Abraham” 45 

Las  bendiciones  de  Abraham  y las  ordenanzas  de  sellamiento 45 

El  espíritu  de  Elias  el  profeta  y el  poder  de  sellar 48 

El  espíritu  de  Elias  el  profeta  como  poder  sanador  divino 48 

7.  “La  iglesia  y reino” 53 

Naturaleza  anticipatoria  de  la  ordenanza 55 

Antigüedad  del  sacerdocio  real 56 

Conceptos  erróneos  sobre  la  plenitud  del  sacerdocio 58 

8.  “Los  elegidos  de  Dios” 59 

El  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 60 

Conceptos  erróneos  sobre  la  doctrina  de  la  elección 62 

iii 


9.  “Todo  lo  que  mi  Padre  tiene  le  será  dado” 67 

“El  que  recibe  a mis  siervos  me  recibe  a mi” 67 

“El  que  recibe  a mi  Padre,  recibe  el  reino  de  mi  Padre” 68 

“Cosas  que  ojo  no  vio” 71 

10.  “El  Padre  le  enseña” 73 

El  Segundo  Consolador 74 

“Ya  no  os  llamaré  siervos” 75 

“Os  llamaré  mis  amigos” 78 

11.  “Importunadlo  hasta  que  os  bendiga” 81 

Apéndice  1:  Versión  manuscrita  de  DyC  84:l-57a 86 

Apéndice  2:  Circunstancias  de  la  revelación  de  DyC  84 89 

“A  su  siervo  José  y a seis  élderes” 89 

“Dictada  en  nuestra  presencia” 91 

Apéndice  3:  Pasajes  seleccionados  del  Nuevo  Testamento  relacionados  con 
las  bendiciones  del  sacerdocio  mayor 93 

“Otro  consolador” 93 

“Haced  firme  vuestra  vocación  y elección” 94 

“La  palabra  profética  más  segura” 96 

“El  Santo  Espíritu  de  la  promesa” 97 

Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 99 

Los  “misterios  del  reino” 99 

La  pérdida  de  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor 101 

Paralelismos  en  el  libro  de  Hebreos  y los  escritos  de  Filón 103 

La  restauración  de  la  plenitud  del  sacerdocio  de  Melquisedec 105 

Tres  grados  dentro  de  la  gloria  celestial 106 

Apéndice  5:  Las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  cubrir  el  rostro  de  las  mujeres 
con  un  velo  al  orar 111 

Apéndice  6:  Convenios  vs.  Contratos 117 

Referencias 119 

Notas  finales 149 


IV 


Agradecimientos 


Aprecio  la  bondad  de  las  siguientes  personas  que  contribuyeron  con  comentarios  útiles, 
conversaciones  y palabras  de  aliento  en  diferentes  puntos  del  camino:  Brent  y Ede 
Blackburn,  Jonathan  D.  y An  Redd  Bradshaw,  Scott  y Linn  Pinnock  Bradshaw,  Matthew 
B.  Brown,  James  Carroll,  Nancy  y Peaches  Caudle,  Delton  W.  y Cherrie  Clark,  Bret  y 
Cindy  Eborn,  Paul  y Jetta  Fairbanks,  Paul  J.  y Joan  Feltovich,  Scott  Gordon,  Grover  y 
Twila  Hall,  Bill  Hamblin,  Bryce  Haymond,  Rich  y Laura  Hoffman,  Frederick  Huchel, 
Stéphane  y Agnés  Janda,  Bruno  y Magali  Kahne,  Marcel  Kahne,  David  J.  Larsen,  Cari  y 
Catherine  McArthur,  Chris  Miasnik,  fudi  y John  Morrell,  Nathan  Richardson,  Bonnie  B. 
Robinson,  Glenn  H.  Robinson,  Kerry  Shirts,  Rudi  y Sylvie  Sordes,  John  Tvedtnes,  y 
Stephen  T.  y Diane  Whitlock. 

Gracias  a los  muchos  artistas  y fotógrafos  que  han  contribuido  a la  belleza  de  las  imágenes 
y figuras  de  este  libro.  También  estoy  agradecido  a la  oficina  de  Propiedad  Intelectual  de 
la  Iglesia  y a Pat  Williams  y Cory  Maxwell  de  Deseret  Book  por  su  ayuda  en  la  obtención 
de  permisos  para  la  reutilización  de  materiales  con  derechos  de  autor. 

Estoy  agradecido  a aquellos  con  quienes  he  servido  de  cerca  en  el  Barrio  Pace, 
especialmente  a Jimmy  y Krista  Donohoe,  Paul  y Sylke  Boshard,  Eduardo  y Blesinda 
Aguilar,  y Danny  y Dana  Hawkins.  Quisiera  también  dar  las  gracias  a mis  amigos  en 
el  liderazgo  de  la  Estaca  Pensacola  Florida,  especialmente  a Kevin  y Shauna  Curtis, 
Eric  y Elizabeth  Tindall,  Greg  y Tresa  Kirby  y a Bryan  y Penny  Schlaffer. 

Este  libro  está  dedicado  a los  representantes  y a los  ex  presidentes  del  Templo  de 
Birmingham  Alabama:  E.  Alien  Rich,  J.  Reid  Giles  y Malcolm  D.  Otis.  Debo  un 
agradecimiento  especial  al  presidente  y a la  directora  del  templo  en  el  momento  que 
se  escribió  por  primera  vez  este  libro,  Kent  R.  y Geniel  Van  Kampen,  por  sus 
sugerencias,  palabras  de  aliento  y ejemplo.  Robert  M.  McChesney,  Sr.  y Laraine  F. 
McChesney  servían  con  bondad  al  momento  de  esta  edición  actualizada  de  2014. 

Mis  hijos  y sus  cónyuges  (Robert  W.  y Camille  James  Bradshaw,  M.  Elizabeth  y Sakiusa 
Vakalala,  Thomas  M.  y Lisa  Paulson  Bradshaw,  y Samuel  H.  Bradshaw)  ofrecieron  su 
apoyo  y palabras  de  aliento  y contribuyeron  con  valiosas  perspectivas  y comentarios. 
Samuel  proveyó  el  diseño  de  la  portada  del  libro.  Thomas  administró  el  sitio  web 
asociado  con  este  libro  (www.templethemes.net)  en  colaboración  con  Robert  y Samuel. 
Mi  esposa  Kathleen  se  adaptó  amorosamente  a los  muchos  inconvenientes  del  proceso  de 
redacción  y fue,  como  siempre,  honesta  y perspicaz  en  sus  comentarios  y constante  en  su 
apoyo. 

Quiero  reconocer  a Daniel  Plata,  el  traductor  de  este  libro  del  inglés  al  español.  También 
doy  gracias  a Eduardo  Aragón  y a Ronald  Ross,  quienes  han  revisado  partes  de  la 
traducción. 


v 


vi 


índice  de  figuras 

Figura  0-1.  Stephen  T.  Whitlock,  195 1 Templo  de  Birmingham  Alabama 1 

Figura  0-2.  John  A.  Widtsoe,  1872-1952 3 

Figura  0-3.  Vista  de  Nauvoo  desde  Iowa,  ca.  1850  4 

Figura  1-1.  Nathan  Richardson,  1978-:  La  vista  de  posición  del  plan  de  felicidad 7 

Figura  1-2.  Una  vista  del  plan  de  felicidad  centrada  en  Jesucristo 7 

Figura  1-3.  La  expiación  de  Jesucristo 8 

Figura  1-4.  Thomas  Rowlandson,  1756-1827:  Hallazgo  del  marinero  naufragado 9 

Figura  1-5.  Michael  P.  Lyon,  1952-:  Topología  sagrada  del  Jardín  de  Edén  y del  templo 10 

Figura  2-1.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Sermón  de  las  bienaventuranzas,  ca.  1886-1894  11 

Figura  2-2.  José  Smith,  hijo,  1805-1844,  ca.  1842 12 

Figura  2-3.  Charles  W.  Cárter,  1832-1918:  Brigham  Young,  1801-1877  13 

Figura  2-4.  Hugh  B.  Brown,  1883-1975  14 

Figura  2-5.  Un  foco  de  diez  watts  en  un  habitación  en  penumbra 15 

Figura  2-6.  Hugh  W.  Nibley,  1910-2005 16 

Figura  3-1.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 19 

Figura  3-2.  Una  magnolia  pequeña  torcida  con  un  tutor 20 

Figura  3-3.  La  justificación  por  medio  del  bautismo,  la  puerta  hacia  la  vida  eterna 21 

Figura  3-4.  La  santificación  por  medio  de  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor 22 

Figura  3-5.  El  bautismo,  el  sacramento  y el  sacrificio  forman  parte  del  mismo  convenio 23 

Figura  3-6.  Minerva  Teichert,  1888-1976:  Alma  bautiza  en  las  Aguas  de  Mormón,  1949-51  _24 

Figura  3-7.  Minerva  Teichert,  1888-1976:  El  sacramento,  1949-51 25 

Figura  4-1.  “Santificados para  la  renovación  de  sus  cuerpos” 27 

Figura  4-2.  Patrick  Devonas,  1965-:  Alegoría  de  la  resurrección  de  Jesucristo  (detalle) 28 

Figura  4-3.  Stephen  T.  Whitlock,  195 1 -:  Templo  de  Londres,  Inglaterra 30 

Figura  4-4.  El  vestido  de  boda 31 

Figura  5-1.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 33 

Figura  5-2.  Harry  Anderson,  1906-1996:  Moisés  llama  a Aarón  al  ministerio 34 

Figura  5-3.  Joseph  Brickey,  1973-:  Moisés  ve  a Jehová,  1998 35 

Figura  5-4.  J.  Kirk  Richards,  1977-:  Querubines  y la  espada  encendida,  2000  36 

Figura  5-5.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Reconstrucción  de  Jerusalén  y del  templo  de  Herodes_ 38 

Figura  5-6.  Éxodo  28:36,  38:  “Una  lámina  de  oro  puro...  sobre  la  frente  de  Aarón” 39 

Figura  5-7.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  El  arca  del  convenio,  ca.  1896-1902  39 

Figura  5-8.  E.  S.  Drower,  1879-1972:  El  kushta,  1956  40 

Figura  5-9.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  La  última  cena,  1886-1894 42 

Figura  5-10.  FrankWesley,  1923-2002:  El  padre  que  perdona,  ca.  1954-1958 43 

Figura  6-1.  “Llegan  a ser...  la  descendencia  de  Abraham” 45 

Figura  6-2.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Altar  de  un  salón  de  sellamiento  del  templo  de  Manti 46 

Figura  6-3.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  “Nos  separamos  para  encontrarnos  nuevamente” 47 

Figura  6-4.  Frank  Wesley,  1923-2002:  Elias  el  profeta  en  el  arroyo  de  Querit 49 

Figura  6-5.  Truman  G.  Madsen,  1926-2009  50 

Figura  7-1.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Las  ofrendas  de  Melquisedec,  ca.  1896-1902 53 

Figura  7-2.  “La  iglesia  y reino” 54 

Figura  7-3.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Corona  e iniciales  en  el  bastón  de  José  Smith 55 

Figura  7-4.  Samuel  unge  a David,  sinagoga  Dura  Europos,  ca.  250  56 

Figura  7-5.  La  exaltación  de  Israel  resucitado,  sinagoga  Dura  Europos,  ca.  250 57 


vii 


Figura  8-1.  La  elección  hecha  firme 59 

Figura  8-2.  Abraham  y el  ángel  Yahoel  se  acercan  al  trono  de  Dios,  Codex  Sylvester 60 

Figura  9-2.  “El  que  recibe  a mi  Padre,  recibe  el  reino  de  mi  Padre” 68 

Figura  9-3.  Trono  doble  en  un  modelo  de  templo  de  Moab 69 

Figura  9-4.  Pompeo  Batoni,  1708-1787:  El  regreso  del  hijo  pródigo,  1773 70 

Figura  10-1.  Tutoría  divina  por  medio  del  Segundo  Consolador 73 

Figura  10-2.  Moisés,  Aarón,  Nadab,  y Abiú  se  acercan  a Jehová,  ca.  600 74 

Figura  10-3.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  El  último  sermón  de  nuestro  Señor,  ca.  1886-1894 75 

Figura  10-4.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Comida  de  nuestro  Señor  y los  apóstoles, 76 

Figura  10-7.  La  escondida 79 

Figura  11-2.  William  Holman  Hunt,  1827-1910:  El  vecino  importuno,  1895  83 

Figura  Al-1.  Primera  página  de  la  versión  manuscrita  de  DyC  84 86 

Figura  Al-2.  Segunda  página  de  la  versión  manuscrita  de  DyC  84 87 

Figura  A2-1.  Scot  Facer  Proctor,  1956-:  Cuarto  de  revelación  en  el  almacén  de  N.K.  Whitney89 

Figura  A2-2.  Dan  Lewis,  1972-:  José  Smith,  hijo  recibiendo  una  revelación 90 

Figura  A3-1.  Herrad  de  Hohenbourg:  La  caridad,  en  la  parte  superior  de  la  escalera  de  la 

virtud,  recibe  la  corona  de  vida  de  la  mano  de  Dios,  fines  de  siglo  XII 95 

Figura  A3-2.  Cari  Heinrich  Bloch,  1834-1890:  La  transfiguración 96 

Figura  A4-1.  El  templo  de  Salomón 99 

Figura  A4-2.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  La  profecía  de  la  destrucción,  ca.  1886-1894 100 

Figura  A4-3.  Moisés  recibiendo  la  ley  ante  la  zarza  ardiente,  ca.  1050-1100 101 

Figura  A4-4.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Abel  y Melquisedec  ofrecen  sacrificios 103 

Figura  A4-5.  Los  misterios  según  Filón  y Hebreos 104 

Figura  A4-6.  Los  misterios  según  Filón,  Hebreos  y DyC  84:34 105 

Figura  A4-7.  Grados  del  sacerdocio  de  Melquisedec  y su  plenitud 106 

Figura  A4-8.  Samuel  H.  Bradshaw,  1990-:  Segundo  piso  del  Templo  de  Salí  Lake,  1893  107 

Figura  A4-9.  William  Clayton,  1814-1879 109 

Figura  A5-1.  Una  mujer  cristiana  usando  un  velo  ora  con  las  manos  en  alto 1 12 


viii 


Dedicado  con  amor  a todos  los  que  sirven  en  el  Templo  de  Birmingham  Alabama 


IX 


X 


Figura  0-1.  Stephen  T.  Whitlock,  1951-:  Templo  de  Birmingham  Alabama1 

Introducción:  ¿Por  qué  participamos  en  las  ordenanzas  del  templo? 

EL  presidente  Dieter  F.  Uchtdorf  ha  expresado  la  preocupación  de  que  algunas 
veces  “los  miembros  de  la  Iglesia  se  centran  en  qué  quiere  el  Señor  que  hagan 
y cómo  podrían  hacerlo,  pero  a veces  olvidan  el  porqué".  Explicando  más  a 
fondo  sus  sentimientos,  expresó:2 

Aunque  la  comprensión  del  “qué”  y del  “cómo”  del  Evangelio  es  necesaria,  el 
fuego  eterno  y la  majestuosidad  del  Evangelio  manan  del  “porqué”.  Cuando 
comprendemos  porqué  nuestro  Padre  Celestial  nos  ha  dado  este  modelo  de  vida, 
cuando  recordamos  porqué  nos  comprometimos  a adoptarlo  como  una  parte 
fundamental  de  nuestra  vida,  el  Evangelio  deja  de  ser  una  carga  y,  en  cambio,  se 
convierte  en  un  gozo  y en  una  delicia.  Se  convierte  en  precioso  y dulce. 

Una  razón  a veces  olvidada  para  las  ordenanzas  del  templo 

¿Por  qué  participamos  en  ordenanzas  del  templo?  Vienen  tres  razones  a la  mente: 

• Una  primera  razón  es  comunión  personal  con  el  Señor.  Muy  a menudo  he  ido  al 
templo  a buscar  ayuda  para  los  desafíos  particulares  del  momento.  Esa  ayuda 
siempre  ha  llegado  cuando  el  tiempo  era  el  correcto3,  y cuando  estaba 
suficientemente  preparado  para  recibirla.  No  obstante,  si  la  comunión  personal 
con  el  Señor  fuera  la  única  razón  para  ir  al  templo,  Él  también  podría  haber 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


dispuesto  la  construcción  de  habitaciones  para  fines  especiales  en  los  centros  de 
reunión  locales  para  meditación  y oración.  Los  miembros  podrían  ahorrarse 
tiempo,  gastos  y viajes  considerables. 

• Una  segunda  razón  es  para  recibir  las  ordenanzas  requeridas  para  nosotros 
mismos  y para  nuestros  ancestros.  La  importancia  de  proveer  estas  ordenanzas 
para  cada  uno  de  los  hijos  de  Dios  no  se  puede  sobrevalorar.4  Sin  embargo,  si  el 
realizar  la  obra  necesaria  de  ordenanzas  para  otros  fuera  la  única  razón  por  la 
que  se  nos  invita  a regresar  al  templo  con  frecuencia,  el  Señor  podría  haber 
diseñado  la  experiencia  de  modo  que  nos  habría  permitido  completar  los 
elementos  esenciales  a favor  de  cada  persona  de  una  manera  mucho  más 
eficiente,  en  minutos  en  vez  de  horas. 

• Una  tercera  razón  — a veces  olvidada,  pero  igualmente  esencial — es  participar 
en  la  instrucción  sobre  el  plan  de  felicidad  y nuestro  lugar  en  el  mismo.  Por 
ejemplo,  cada  vez  que  nos  reunimos  en  una  sesión  de  investidura,  nos 
beneficiamos  de  lecciones  divinamente  preparadas  y cuidadosamente  ejecutadas 
de  hora  y media  de  duración  aproximadamente  que  tratan  sobre  los  temas  más 
importantes  del  universo.  Esta  es  la  escuela  de  postgrado  de  la  instrucción 
espiritual.  Aquí  se  nos  enseña  no  solo  a medida  que  reflexionamos  en  lo  que 
vemos,  oímos  y hacemos,  sino  también  mientras  recibimos  esclarecimiento 
directamente  del  Santo  Espíritu,  hecho  a la  medida  de  nuestras  necesidades 
actuales  y de  nuestro  estado  de  preparación  personal,  en  un  ambiente  sereno, 
libre  de  distracciones  internas  y externas. 

Como  maestro  profesional,  el  élder  John  A.  Widtsoe  se  deleitaba  en  forma  especial 

en  el  modelo  de  instrucción  provisto  por  el  servicio  del  templo:5 

[Los  elementos  de]  la  investidura...  claramente  se  dividen  en  cuatro  partes 
diferentes:  las  ordenanzas  preliminares;  la  instrucción  dada  por  medio  de 
disertaciones  y representaciones;  los  convenios;  y,  finalmente,  pruebas  del 
conocimiento  adquirido.  Dudo  que  el  profeta  José  Smith,  un  hombre  sin 
instrucción  y sin  experiencia  en  cuanto  a la  lógica,  hubiera  podido,  de  su  propia 
cuenta,  haberlo  preparado  todo  de  un  modo  tan  lógicamente  completo.  El 
candidato  para  servir  en  el  templo  recibe  una  preparación,  como  en  cualquier 
asunto  terrenal,  para  la  obra  a efectuarse.  Una  vez  preparado,  se  lo  instruye  en 
las  cosas  que  debería  saber.  Ya  instruido,  hace  convenio  de  usar  el  conocimiento 
impartido,  y de  inmediato  el  conocimiento  nuevo,  que  en  sí  está  muerto,  cobra 
vida  plena.  Por  último,  se  le  proporciona  pruebas  para  que  los  que  tienen 
derecho  a saber  puedan  determinar  si  el  hombre  ha  aprendido  la  lección  en 
forma  apropiada... 

En  forma  global  nuestra  adoración  en  el  templo  sigue  un  sistema  pedagógico  del 
todo  excelente.  Desearía  que  se  impartiera  tan  bien  la  enseñanza  en  cada  escuela 
del  país,  pues  en  tal  caso  estaríamos  enseñando  con  mayor  eficacia  que  en  el 
presente. 


2 


¿Por  QUÉ  PARTICIP ATOMOS  EN  las  ordenanzas  del  templo? 


Figura  0-2.  John  A.  Widtsoe,  1872-19526 

Hablando  de  la  necesidad  que  cada  miembro  tiene  de  recibir  revelación  personal 
sobre  el  significado  y la  importancia  de  la  investidura  del  templo,  el  élder  Widtsoe 
continúa:7 

La  investidura  es  tan  simbólica  que  solamente  un  insensato  intentaría 
describirla;  está  tan  colmada  de  revelaciones  para  aquellos  que  ejercitan  su 
fortaleza  para  buscar  y para  ver,  que  no  hay  palabras  que  puedan  explicar  o 
clarificar  las  posibilidades  residentes  en  los  servicios  del  templo.  La  investidura 
que  fue  dada  por  revelación,  puede  comprenderse  mejor  por  medio  de 
revelación;  y para  aquellos  que  más  vigorosamente  busquen,  con  corazones 
puros,  más  grande  será  la  revelación. 

En  la  adoración  del  templo,  como  en  todo  lo  demás,  probablemente  ganaremos 
entendimiento  de  acuerdo  a la  diferencia  de  conocimiento  y capacidad;  pero  yo 
creo  que  podemos  aumentar  nuestro  conocimiento  y extender  nuestra 
capacidad,  y de  esa  manera  recibir  dones  más  grandes  de  Dios.  Por  eso  os  insto  a 
que  enseñemos  a aquellos  que  van  al  templo,  que  lo  hagan  con  el  fuerte  deseo  de 
que  la  voluntad  de  Dios  les  sea  revelada...  no  para  publicarlo  o conversar  de  ello, 
sino  para  nuestro  propio  beneficio,  para  la  satisfacción  de  nuestros  corazones. 

El  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  a la  luz  del  templo 

Las  dos  partes  de  las  escrituras  que  tuvieron  la  mayor  influencia  en  mi 
entendimiento  y aprecio  por  la  adoración  del  templo  son  el  libro  de  Moisés  y la 
sección  84  de  Doctrina  y Convenios.  Habiendo  sido  fortalecido  e iluminado  en  años 
recientes  por  un  profundo  examen  del  libro  de  Moisés,  ha  sido  un  gozo  sentirme  por 
fin  listo,  si  bien  aún  en  cierto  modo  no  preparado,  para  entrar  en  un  estudio  más 
serio  de  la  sección  84. 


3 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  0-3.  Vista  de  Nauvoo  desde  Iowa,  ca.  18508 


Mi  deseo  por  aprender  más  sobre  la  relación  entre  el  sacerdocio  y las  ordenanzas  del 
templo  creció  al  estudiar  un  documento  de  la  Primera  Presidencia  y los  Doce 
llamado  “Énfasis  en  la  capacitación  de  líderes”.9  Entre  otras  cosas,  instruye  a los 
líderes  locales  a enfatizar  el  rol  del  sacerdocio  de  Melquisedec  en  la  preparación  de 
los  miembros  para  la  exaltación.  Luego  se  cita  un  pasaje  de  las  escrituras — los  únicos 
versículos  mencionados  específicamente  en  todo  el  documento — Doctrina  y 
Convenios  84:19-22. 

Y este  sacerdocio  mayor  administra  el  evangelio  y posee  la  llave  de  los  misterios 
del  reino,  sí,  la  llave  del  conocimiento  de  Dios. 

Así  que,  en  sus  ordenanzas  se  manifiesta  el  poder  de  la  divinidad. 

Y sin  sus  ordenanzas  y la  autoridad  del  sacerdocio,  el  poder  de  la  divinidad  no  se 
manifiesta  a los  hombres  en  la  carne; 

porque  sin  esto,  ningún  hombre  puede  ver  la  faz  de  Dios,  sí,  el  Padre,  y vivir. 

Estos  versículos  hablan  sobre  las  más  altas  bendiciones  del  sacerdocio  de 
Melquisedec  y apuntan  directamente  al  “porqué”  de  las  ordenanzas  del  templo — 
para  ayudar  a la  humanidad  a “ver  la  faz  de  Dios...  y vivir”.10  Estas  palabras  no 
pueden  ser  más  claras.  Lo  que  puede  ser  menos  apreciado,  sin  embargo,  es  la 
claridad  con  la  que  esta  misma  revelación  describe  la  secuencia  requerida  de 
ordenanzas  por  las  que  los  miembros  pueden  calificar  para  la  exaltación.  El  punto 
focal  de  esta  descripción  se  halla  en  los  versículos  33-48, 11  que  declaran  “el 


4 


¿Por  QUÉ  PARTICIP ATOMOS  EN  las  ordenanzas  del  templo? 


juramento  y el  convenio  del  sacerdocio”.  Es  significativo  que  esta  revelación  se 
recibió  en  1832,  una  década  antes  de  que  el  profeta  comenzara  a enseñar  con 
claridad  muchas  doctrinas  del  sacerdocio  mayor  y del  templo  a los  santos  de 
Nauvoo. 

Los  santos  de  la  actualidad  con  frecuencia  luchan  por  entender  las  palabras  y la 
imaginería  de  las  escrituras.  A pesar  de  que  muchos  de  nosotros  leemos  las  escrituras 
a diario,  la  esencia  de  nuestra  vida  literaria  y religiosa  no  es  la  misma  que  la  del 
tiempo  de  José  Smith.  Además,  muchos  términos  de  las  escrituras  tales  como 
investir  , sellar  , misterio  , llave  , sena!  , signo  , llamamiento  y elección 
han  cambiado  considerablemente  en  significado  y asociación  desde  los  primeros 
días  de  la  Restauración.  En  otros  casos,  las  palabras  han  dejado  de  usarse  en  nuestro 
vocabulario  corriente.  Sin  duda  nuestra  dificultad  para  comprender  el  significado  de 
las  escrituras  se  debe  en  parte  a lo  que  Prothero  denomina  una  “amnesia  religiosa” 
generalizada  que  ha  debilitado  peligrosamente  los  cimientos  de  la  fe.12  Cuando  se 
consulta  las  escrituras  (si  es  que  se  hace)  con  demasiada  frecuencia  es  “solo  por  su 
piedad  o sus  aventuras  inspiradoras”13  o por  sus  reconocidas  “ilustraciones 
memorables  y contrastes”  más  bien  que  por  sus  “memorias  profundas”  de 
entendimiento  espiritual.14  No  nos  sorprende  que  la  enseñanza  de  las  doctrinas 
centrales  del  Evangelio  haya  sino  un  enfoque  significativo  de  los  líderes  de  la  Iglesia 
en  años  recientes.15 

El  propósito  de  este  libro  es  explorar  el  significado  de  los  versículos  que  resumen  el 
juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  a la  luz  de  las  ordenanzas  de  exaltación  y 
dentro  del  contexto  general  del  Nuevo  y Sempiterno  Convenio.  En  materia  de 
doctrina,  me  he  basado  en  lo  que  se  puede  hallar  en  las  escrituras  y en  las 
declaraciones  de  los  miembros  de  la  Primera  Presidencia  y del  Quorum  de  los  Doce 
Apóstoles.  Para  dar  ilustraciones  y más  antecedentes  sobre  temas  históricos, 
lingüísticos  y culturales,  he  tomado  declaraciones  de  otras  autoridades  generales  y de 
escritos  de  maestros  y eruditos.16 

No  es  de  sorprender  que  las  enseñanzas  y las  revelaciones  de  José  Smith  hayan  sido 
la  fuente  principal  de  inspiración  y esclarecimiento  para  este  estudio.  En  sus  años 
finales,  el  profeta  habló  con  frecuencia  a los  santos  acerca  de  las  doctrinas  del 
sacerdocio  mayor  y del  templo,  y lo  animaba  un  espíritu  de  urgencia  hacia  la  obra  de 
salvación  para  los  vivos  y para  los  muertos.17  Uno  de  sus  métodos  frecuentes  de 
enseñanza  era  tomar  un  pasaje  desconocido  o poco  comprendido  de  las  escrituras  y 
desarrollar  su  significado  verdadero  para  sus  oyentes,  utilizando  su  familiaridad  con 
un  sorprendente  número  de  pasajes  de  escrituras,18  y su  percepción  profética  que 
había  ganado  de  primera  mano  a través  de  la  revelación  divina.  A pesar  de  que 
nunca  comentó  directamente  sobre  los  versículos  que  resumen  el  juramento  y el 
convenio  del  sacerdocio,  sus  enseñanzas  públicas  están  llenas  de  alusiones  y 
clarificaciones  de  las  doctrinas  y principios  relevantes,  haciéndolo  fácilmente  el  más 
capaz  comentarista  de  su  propia  revelación. 


5 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


A pesar  de  haber  escrito  este  libro  desde  la  perspectiva  de  un  miembro  creyente  y 
activo  de  la  Iglesia  de  Jesucristo  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días,  quiero  dejar  en 
claro  que  no  se  trata  de  una  publicación  oficial  de  la  Iglesia,  y que  los  puntos  de  vista 
que  se  expresan  son  míos  solamente.  Además,  reconozco  que  la  naturaleza  del  tema 
tratado  ha  requerido  que  me  interne  en  muchas  cuestiones  por  las  que  no  afirmo 
tener  pericia  especial.  En  estas  páginas  sin  duda  se  han  filtrado  aseveraciones 
incorrectas,  temas  mal  juzgados,  errores  tipográficos  e imperfecciones  editoriales  de 
muchas  clases.  Por  ello  recibo  con  gratitud  toda  corrección  y sugerencia,  con  la 
esperanza  de  poder  realizar  mejoras  en  ediciones  futuras. 

Es  mi  oración  que  este  intento  de  dejar  más  en  claro  el  significado  y la  importancia 
del  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  en  un  contexto  del  templo  estimule  a los 
lectores  en  su  estudio  personal,  y en  sus  esfuerzos  propios  para  comprender  y 
guardar  sus  convenios. 


6 


VIDA 

MORTAL 


REINO 

CELESTIAL 


* 

4 


REINO 

TELESTIAL 


Figura  1-1.  Nathan  Richardson,  1978-:  La  vista  deposición  del  plan  de  felicidad19 


1.  Una  vista  del  plan  de  felicidad  centrada  en  Jesucristo 

LA  figura  de  arriba  muestra  lo  que  Nathan  Richardson  llama  la  “vista  de 
posición”  del  Plan  de  Salvación — o,  como  dice  Alma,  “el  gran  plan  de 
felicidad”.20  No  hay  nada  equivocado  en  sí  en  la  figura.  Es  un  diagrama  claro  y 
fácil  de  comprender  que  muestra  de  dónde  venimos  y hacia  dónde  vamos.  Sin 
embargo,  como  observa  Richardson,  falta  algo  esencial:  en  ninguna  parte  se 
menciona  a Jesucristo  y su  rol  como  Salvador  y Redentor.21  Esta  es  una  forma  de 
pensar  sobre  el  plan  que,  lamentablemente,  deja  de  lado  su  propio  centro. 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 
o Expiación 

o Jesucristo  efectuó  la 
Creación  en  nombre  del 
Padre 

o Jesucristo  dio  a la 
humanidad  la  capacidad 
para  superar  los  efectos  de 
la  Caída 

o Jesucristo  proveyó  ia 
Expiación  para  que 
podamos  regresar  a la 
presencia  del  Padre 


Figura  1-2.  Una  vista  del  plan  de  felicidad  centrada  en  Jesucristo 
Los  tres  pilares  de  la  eternidad 

El  élder  Bruce  R.  McConkie  fue  quien  hizo  notar  el  hecho  de  que  hay  una  forma 
diferente,  centrada  en  Cristo,  de  presentar  este  plan,  la  cual  aparece  en  varios  lugares 
de  las  escrituras.22  Con  ella  se  enfatiza  lo  que  él  llamó  los  “tres  pilares”  de  la  Creación, 
la  Caída  y la  Expiación  de  Jesucristo.23 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


Figura  1-3.  La  expiación  de  Jesucristo 
“Los  principios  fundamentales  de  nuestra  religión” 

La  Expiación  de  Jesucristo  es  la  base  de  cada  elemento  esencial  de  nuestra  religión.  De 
hecho,  podríamos  decir  que  nuestra  religión  no  es  nada  más  ni  nada  menos  que  una 
aplicación  de  los  resultados  de  esta  Expiación  en  las  vidas  de  individuos  y familias.24 
La  Expiación  es  el  medio  por  el  cual  somos  salvos  y exaltados,  y sin  ella  nuestra  iglesia 
no  sería  nada  más  que  un  club  social.  El  profeta  Joseph  Smith  lo  expresó  de  esta 
manera:25 

Los  principios  fundamentales  de  nuestra  religión  son  el  testimonio  de  los 
apóstoles  y profetas  concernientes  a Jesucristo:  que  murió,  fue  sepultado,  se 
levantó  al  tercer  día  y ascendió  a los  cielos;  y todas  las  otras  cosas  que  pertenecen 
a nuestra  religión  son  únicamente  dependencias  de  esto. 

El  profeta  Alma  enseñó  de  igual  manera:26 

Y he  aquí,  este  es  el  significado  entero  de  la  ley,  pues  todo  ápice  señala  a ese  gran 
y postrer  sacrificio...  [del]  Hijo  de  Dios. 

Como  es  de  esperar,  la  expiación  también  es  el  centro  de  la  adoración  del  templo.  Sin 
embargo,  algunas  veces  las  personas  tienen  la  tendencia  de  abordar  el  aprendizaje 
sobre  el  templo  en  una  forma  fragmentada.  Por  ejemplo,  enfocan  su  atención 
principal  en  entender  el  significado  de  símbolos  específicos  usados  en  las  escrituras  y 
en  la  adoración  del  templo.  Si  bien  hay  mucho  que  podemos  aprender  de  este  tipo  de 
estudio,  muchos  de  nosotros  no  solo  luchamos  con  el  significado  de  conceptos  y 
símbolos  individuales  sino  que  también — y tal  vez  de  forma  más  crucial — luchamos 
por  entender  cómo  estos  conceptos  y símbolos  encajan  entre  sí  como  un  sistema 
completo.  Los  símbolos  y conceptos  del  templo  se  entienden  mejor  dentro  de  todo  el 


8 


1.  Una  vista  del  plan  de  felicidad  centrada  en  Jesucristo 


contexto  del  plan  de  felicidad  al  que  pertenecen  y no  de  forma  aislada. 


Figura  1-4.  Thomas  Rowlandson,  1756-1827:  Hallazgo  del  marinero  naufragado27 

G.  K.  Chesterton  ha  comparado  nuestra  posición  como  mortales  que  luchan  por 
comprender  lo  divino  con  la  de  un  “marinero  que  se  despierta  de  un  sueño  profundo 
y descubre  un  tesoro  esparcido,  reliquias  de  una  civilización  que  apenas  puede 
recordar.  Una  a una  recoge  las  reliquias — monedas  de  oro,  una  brújula,  ropa  fina — y 
trata  de  discernir  su  significado”.28  Gradualmente  comienzan  a emerger  destellos  de 
reconocimiento.  Sin  embargo,  el  redescubrimiento  del  significado  de  cada  pieza  viene 
no  tanto  por  un  escrutinio  cuidadoso  de  las  cualidades  externas  sino  por  recuerdos 
específicos  de  su  lugar  anterior  como  parte  natural  del  mundo  distante  donde  una  vez 
habitó.  El  punto  de  la  ilustración  es  que  las  respuestas  a nuestras  preguntas  más 
importantes  sobre  Dios  no  se  pueden  hallar  por  un  simple  examen  fragmentado  de 
las  reliquias  de  la  religión.  En  forma  específica,  nos  beneficiamos  al  examinar 
cuidadosamente  los  símbolos  religiosos  individuales  en  proporción  al  conocimiento 
que  poseemos  sobre  el  orden  general  de  donde  derivan  su  significado.  En  la  medida 
que  nos  falte  ese  conocimiento,  podríamos  terminar  en  callejones  sin  salida,  o quizás 
peor,  podríamos  distraernos  con  los  detalles  brillantes  mientras  no  logramos 
determinar  lo  “más  importante”29  de  la  instrucción  de  Dios.  En  pocas  palabras,  los 
mayores  beneficios  de  la  adoración  del  templo  no  llegarán  a los  que  comienzan  su 
aprendizaje  tratando  de  comprender  los  particulares  de  las  ordenanzas,  sino  a 
aquellos  que  están  preparados  con  un  entendimiento  integral  del  Evangelio — 
especialmente  las  doctrinas  globales  de  la  Creación,  la  Caída  y la  Expiación. 


9 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


[ CREACIÓN 


C EXPIACION  <, 

Lugar  Santísimo  querubines  en 


Figura  1-5.  Michael  P.  Lyon,  1952-:  Topología  sagrada  del  Jardín  de  Edén  y del  templo30 

Las  ordenanzas  del  templo  están  diseñadas  para  corregir  métodos  alternativos  de 
enseñanza  del  evangelio,  mostrándonos  cómo  la  Expiación  de  Jesucristo  se  integra  en 
el  contexto  de  la  Creación  y de  la  Caída.  En  el  templo,  aprendemos  el  propósito  de  la 
creación  y cómo  Jesucristo  mismo  fue  el  encargado  de  realizar  la  creación  en  nombre 
de  su  Padre.31  Aprendemos  porqué  la  caída  no  fue  una  equivocación  colosal,  como 
muchos  han  entendido  erróneamente,  sino  más  bien  una  parte  esencial  del  plan  del 
Padre.32  Por  último,  al  aprender  del  evangelio  y aplicar  la  Expiación  de  Jesucristo  en 
nuestras  propias  vidas,  cada  participante  de  las  ordenanzas  del  templo  traza  las 
huellas  de  Adán  y de  Eva  en  sentido  inverso  al  de  la  Caída — desde  el  mundo  telestial 
de  regreso  a la  presencia  del  Padre.  Jesucristo,  en  profunda  brevedad,  resumió  su 
propia  misión  de  forma  similar,  mostrándonos  el  camino  de  dos  partes  que  debemos 
seguir:33 

Salí  del  Padre  y he  venido  al  mundo;  otra  vez  dejo  el  mundo  y voy  al  Padre. 


Orientando  firmemente  nuestro  enfoque  en  el  gran  propósito  del  templo  como 
diseñador  de  nuestro  viaje  de  retorno,  y subrayando  de  forma  conmovedora  la 
necesidad  de  una  mayor  apreciación  de  nuestros  privilegios  divinos  en  este  respecto, 
el  presidente  David  O.  McKay  dijo:34 

Hermanos  y hermanas,  creo  que  hay  pocos,  incluso  obreros  del  templo,  que 
comprenden  el  significado  completo  y el  poder  de  la  investidura  del  templo. 
Visto  por  lo  que  es,  es  la  ascensión  paso  a paso  hasta  la  Presencia  Eterna.  Si 
nuestra  gente  joven  pudiera  apenas  vislumbrarla,  sería  la  motivación  espiritual 
más  poderosa  de  sus  vidas. 


10 


Figura  2-1.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Sermón  de  las  bienaventuranzas,  ca.  1886-189435 

2.  El  conocimiento  como  el  principio  de  salvación 

EL  medio  por  el  que  hacemos  nuestra  “ascensión  paso  a paso  hasta  la  Presencia 
Eterna”36  no  está  basado  directamente  sobre  nuestras  acciones.  Es  fácil  ver 
porqué  es  así.  Si  fuera  de  otra  manera,  el  juicio  final  no  requeriría  más  que  una 
evaluación  mecánica  al  final  de  nuestro  período  de  prueba  para  determinar  si 
seguimos  los  pasos  adecuados  en  cada  situación  de  la  vida.  Sin  embargo,  los  términos 
del  nuevo  y sempiterno  convenio  son  mucho  más  exigentes — tal  como  Jesús  mismo 
lo  enseñara  al  contrastar  tipos  inferiores  y superiores  de  obediencia  en  el  Sermón  del 
Monte.37  Las  escrituras  enseñan  que  el  propósito  de  esta  vida  es  mucho  más  que  una 
observancia  exterior  de  la  ley  divina.  En  última  instancia,  es  prepararnos  para 
“[nacer]  espiritualmente  de  Dios”,  habiendo  recibido  “un  gran  cambio  en  [nuestros] 
corazones”  y “su  imagen”  en  nuestros  rostros.38  Haciendo  hincapié  en  este  hecho,  el 
élder  Dallin  H.  Oaks  explicó  que  “el  juicio  final  no  es  simplemente  una  evaluación  de 
la  suma  total  de  las  obras  buenas  y malas,  o sea,  lo  que  hemos  hecho.  Es  un 
reconocimiento  del  efecto  final  que  tienen  nuestros  hechos  y pensamientos,  o sea,  lo 
que  hemos  llegado  a ser”.39  El  efecto  final  de  nuestras  elecciones  puede  ser  visto  tanto 
en  lo  que  deseamos40  como  en  lo  que  sabemos.  En  última  instancia,  estamos 
esforzándonos  por  entender  y desarrollar  el  carácter  de  Cristo.41 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Una  noche,  en  una  recepción,  Edwin  M.  Stanton,  secretario  de  guerra  en  la 
administración  de  Abraham  Lincoln,  le  comentó  a un  amigo  que  un  cierto  hombre 
que  pasaba  era  “un  farsante,  un  charlatán,  un  fraude”,  y dijo  que  no  le  gustaba  su 
rostro.  “Pero  el  pobre  hombre  no  es  responsable  de  su  rostro”,  replicó  el  amigo.  “¡Un 
hombre  de  cincuenta  es  responsable  por  su  rostro!”,  contraargumentó  Stanton.42 

Aunque  es  fácil  encontrar  excepciones  a la  generalización  de  Stanton,  hay  verdad 
eterna  en  las  palabras  de  Proverbios  23:7:  “porque  cual  es  su  pensamiento  en  [el] 
corazón  [del  hombre],  tal  es  él”.  El  presidente  David  O.  McKay  con  frecuencia  citaba 
el  comentario  de  James  Alien:  “Un  hombre  es  literalmente  lo  que  piensa,  su  carácter 
es  la  suma  completa  de  todos  sus  pensamientos”.43  A la  luz  de  estas  cosas,  podemos 
decir  con  certeza  que  la  presencia  poderosa  de  un  buen  hombre  o mujer  no  se 
adquiere  en  un  instante,  sino  en  la  transformación  gradual  activada  por  el 
conocimiento  puro,  por  los  deseos  justos,  los  hechos  cristianos  y la  influencia 
santificadora  del  Espíritu  Santo. 


Figura  2-2.  JoséSmith,  hijo,  1805-1844,  ca.  184244 

Con  respecto  del  rol  del  conocimiento  en  el  proceso  de  santificación,  el  profeta  José 
Smith  explicó  que  el  propósito  de  Dios  al  instituir  leyes  para  la  humanidad  fue 
“instruir  a las  inteligencias  más  débiles”,  permitiéndole  a la  humanidad  caída 
gradualmente  “ampliar  [su]  conocimiento”  para  que  eventualmente  “[las 
inteligencias]  puedan  ser  exaltadas  como  Él”.45  El  profeta  enseñó  que  “el  principio  del 
conocimiento  es  el  principio  de  la  salvación”,46  por  tanto  “el  que  no  pueda  adquirir 
conocimiento  para  ser  salvo  será  condenado”.47 


12 


2.  El  conocimiento  como  el  principio  de  salvación 


Figura  2-3.  Charles  W.  Cárter,  1832-1918:  Brigham  Young,  1801-1877 48 
“Dios  requiere...  una  búsqueda  de  sus  propósitos” 

En  armonía  con  las  enseñanzas  de  José  Smith  acerca  del  conocimiento  como  el 
principio  de  salvación,  el  presidente  Brigham  Young  creía  que  el  entendimiento  del 
“porqué”  del  evangelio  no  era  simplemente  un  accesorio  bello  de  tener  sino  más  bien 
una  absoluta  necesidad:49 

Algunos  han  supuesto  que  sería  poca  la  diferencia  entre  aprender  mucho  o poco, 
llegando  o no  a adquirir  toda  la  inteligencia  a su  alcance  durante  su  permanencia 
en  este  mundo,  creyendo  que  si  pagan  sus  diezmos,  asisten  a las  reuniones,  hacen 
sus  oraciones,  y realizan  las  cosas  que  se  les  manda  en  especial,  les  irá  bien  y que 
ni  bien  dejen  este  cuerpo  mortal,  todo  estará  bien  con  ellos.  Esta  idea  es  errónea  y 
causará  lamentaciones  a toda  alma  que  la  acepte  y la  practique.  Cuando  entremos 
en  el  mundo  de  los  cuerpos  resucitados,  aprenderemos,  para  nuestra  tristeza,  [si 
no  hemos  hecho  lo  que  deberíamos  hacer]  que  Dios  requiere  de  nosotros  en  este 
mundo  no  solo  obediencia  a su  voluntad  revelada,  sino  una  búsqueda  de  Sus 
propósitos  y planes. 


13 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  2-4.  Hugh  B.  Brown,  1883- 197550 

El  presidente  Hugh  B.  Brown  expresó  pensamientos  similares  de  una  manera 

memorable:51 

[A]  veces...  algunos  de  nosotros  parecemos  indicar  que  por  haber  sido 
bautizados  [y]  recibido  el  Espíritu  Santo,...  y luego  asistido  a la  iglesia,  y los 
hombres  recibido  el  sacerdocio,  que  ya  hemos  hecho  todo  lo  que  es  necesario 
hacer,  que  hemos  “llegado”.  Entonces  los  más  ancianos  de  entre  nosotros 
ponemos  las  manos  con  comodidad  sobre  el  estante  que  la  naturaleza 
gradualmente  nos  prepara,  y nos  apoyamos  y disfrutamos  del  éxtasis  de  pensar 
que  vamos  a ser  transportados  al  cielo  inmediatamente. 

Para  mi  es  parecido  al  hombre  que  se  enteró  de  la  electricidad,  es  decir,  [que] 
supo  que  existía  una  cosa  semejante,  y que...  hizo  conectar  un  cable  conductor 
hasta  su  casa.  Y [entonces]  trae  consigo  un  foco  de  diez  watts  y lo  instala  en  la 
habitación  trasera  de  su  casa,  y luego  se  sienta,  se  pone  sus  pantuflas,  toma  su 
pipa,  y se  sienta  en  la  mecedora  y dice:  “Tengo  electricidad.  Soy  el  hombre  más 
feliz  del  mundo.  Nadie  puede  alardear  más  que  yo  por  tener  también  electricidad. 
Y yo  tengo  electricidad”.  Sin...  darse  cuenta  de  que  lo  que  tenía  era  un  pequeño 
foco  de  diez  watts  y que  estaba  en  penumbra.  No  se  daba  cuenta  de  que  si  quisiera 
podría  haber  tenido  diez  mil  veces  más  esa  iluminación.  Podría  haber  puesto  un 
foco  en  cada  habitación,  y otro  para  leer,  otro  sobre  el  piano,  y por  todos  lados... 
Podría  haber  hecho  toda  su  obra  con  la  electricidad.  Pero  ahí  está  sentado, 
meciéndose  plácidamente,  “gracias  a Dios  que  tengo  electricidad”. 


14 


2.  El  conocimiento  como  el  principio  de  salvación 


Figura  2-5.  Un  foco  de  diez  watts  en  un  habitación  en  penumbra52 

Algunas  veces  los  Santos  de  los  Últimos  Días  dicen,  “gracias  a Dios  que  tenemos 
el  evangelio,  me  he  unido  a la  iglesia.  Me  voy  al  cielo  ni  bien  muera”.  Les  vendrá 
una  terrible  conmoción  a algunas  personas  porque  “la  gloria  de  Dios  es  la 
inteligencia”.53  Y existen  algunos  Santos  de  los  Últimos  Días  que  tienen 
solamente  un  foco  de  diez  watts  de  iluminación  espiritual  y conocimiento.  Y ese 
foco  de  diez  watts  los  va  a llevar  solamente  a donde  usan  focos  de  diez  watts.  Y no 
podrán  soportar  la  gloria  de  nada  más  brillante. 

En  otra  ocasión  el  presidente  Brown  escribió:54 

Estoy  impresionado  con  el  testimonio  de  un  hombre  que  puede  ponerse  de  pie  y 
decir  que  sabe  que  el  evangelio  es  verdadero.  Lo  que  me  gustaría  preguntar  es 
esto,  “Pero,  señor,  ¿conoce  usted  el  evangelio?”  Digo  que  una  cosa  es  saber  que  el 
evangelio  es  verdadero,  y otra  es  saber  en  qué  consiste  el  evangelio.  El  mero 
testimonio  se  puede  adquirir  con  un  conocimiento  superficial  de  la  iglesia  y de 
sus  enseñanzas,  como  lo  demuestran  los  cientos  que  ahora  se  unen  a la  iglesia  con 
apenas  una  básica  familiaridad.  Pero  para  retener  un  testimonio,  para  ser  útil  al 
servicio  de  la  edificación  del  reino  del  Señor,  se  requiere  un  estudio  serio  del 
evangelio  y un  conocimiento  de  lo  que  es. 


15 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Hablando  de  la  diligencia  requerida  para  obtener  un  conocimiento  del  evangelio,  el 
élder  John  A.  Widtsoe  escribió:55 

Es  una  paradoja  que  los  hombres  consagren  tiempo  con  alegría  cada  día  por 
muchos  años  para  aprender  una  ciencia  o un  arte;  no  obstante,  esperan  ganar  un 
conocimiento  del  evangelio,  el  cual  comprende  a todas  las  ciencias  y artes, 
echando  miradas  someras  a libros  o escuchando  ocasionalmente  discursos.  El 
evangelio  debería  estudiarse  más  intensamente  que  a un  tema  del  colegio  o de  la 
universidad.  Los  que  dicen  su  opinión  sobre  el  evangelio  sin  haberle  dedicado  un 
estudio  íntimo  y cuidadoso  no  son  amantes  de  la  verdad,  y sus  opiniones  carecen 
de  valor. 


Figura  2-6.  Hugh  W.  Nibley,  1910-200556 
El  ejemplo  de  Hugh  W.  Nibley 

Uno  de  los  ejemplos  más  interesantes  de  dedicación  al  aprendizaje  de  los  temas 
relacionados  con  el  templo  es  la  vida  de  Hugh  W.  Nibley,  un  ex  profesor  de  BYU  y un 
experto  de  las  culturas  antiguas  respetado  internacionalmente.  El  élder  Marión  D. 
Hanks  una  vez  hizo  una  broma  diciendo  que  “como  presidente  del  templo  de  Salí 
Lake  se  le  habían  hecho  algunas  preguntas  tan  profundas  que  solamente  ‘Hugh 
Nibley  y el  Todopoderoso  podrían  saber  como  responderlas.’”57  El  conocimiento  de 
Nibley  sobre  los  templos  fue  el  resultado  directo  de  dos  cosas:  1.  Su  participación 
regular  en  las  ordenanzas  del  templo;  y 2.  La  riqueza  de  antecedentes  que  llevó  a sus 
experiencias  del  templo  por  su  conocimiento  de  las  escrituras  y las  culturas  antiguas. 


16 


2.  El  conocimiento  como  el  principio  de  salvación 


Hablando  de  su  propia  investidura  en  1927,  recordaba:  “La  tomé  muy  seriamente...  Y 
las  palabras  de  las  ordenanzas  preliminares  [una  parte  de  la  investidura] — pensé  que 
ésas  eran  las  palabras  más  magníficas  que  jamás  había  escuchado  decir”.58 
Admitiendo  que  algunas  de  sus  primeras  experiencias  del  templo  lo  habían  dejado 
“un  poco  aturdido”,  su  regreso  al  templo  después  de  su  misión  fue  una  experiencia 
sobrecogedora:  “En  ese  entonces  supe  que  era  real.  ¡Ah,  sí!  ¡Lo  supe!”59 

Setenta  y cinco  años  después  seguía  estudiando  el  templo  y asistiendo  con  frecuencia. 
Desde  el  tiempo  de  la  finalización  del  templo  de  Provo  en  1972  hasta  que  se  deterioró 
su  salud,  Nibley  asistió  al  templo  semanalmente  los  sábados  por  la  mañana,  “no  tanto 
como  una  manifestación  de  deber  sino  impulsado  por  el  deseo  de  más  luz  y 
conocimiento”.60  Sobre  estas  experiencias  escribió:61 

Si  iba  al  templo  cinco  veces  y no  pasaba  nada,  dejaba  de  ir.  Pero  he  ido  cientos  de 
veces,  y las  altas  expectativas  por  conocimiento  nuevo  con  las  que  subo  la  colina 
cada  semana  nunca  quedaron  frustradas. 

¿Su  secreto  para  el  aprendizaje  sobre  el  templo?  Según  su  biógrafo  Boyd  Petersen, 
“[sacaba]  de  sus  viajes  al  templo  lo  que  [ponía]  en  ellos.  Cuando  [asistía]  al  templo, 
[buscaba]  activamente  conocimiento  nuevo  y esclarecimiento  más  bien  que 
simplemente  esperar  recibirlo.  Y se  [regocijaba]  con  cualquier  entendimiento  o 
conocimiento  que  [adquiría]”.62  Nibley  comentó: 

El  sábado  pasado,  salí  del  templo  lleno  de  instrucciones,  instrucciones 
específicas...  Las  hallé  todas  listas  para  mí,  porque  las  estaba  buscando.  Eso 
siempre  es  así  cuando  vas  al  templo. 

Aunque  los  relativamente  pocos  recuerdos  específicos  de  experiencias  del  templo  que 
Nibley  dejó  por  escrito  muestran  que  el  discernimiento  recibido  fue  a veces  del  tipo 
común  que  la  mayoría  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días  ha  tenido  en  el  templo, 
mucho  de  lo  que  aprendió  fue  “bastante  profundo”.63  Según  Petersen,  la  firme 
convicción  de  Nibley  era  que: 

...  José  Smith,  lejos  de  crear  estos  rituales  de  su  propia  imaginación,  restauró  el 
templo  y sus  ordenanzas  por  medio  de  revelación  divina.  [Creía]  que  Dios  reveló 
estos  mismos  rituales  antiguamente  a profetas  de  dispensaciones  anteriores,  pero 
que  se  perdieron  y el  mundo  cayó  en  apostasía.  Dado  que  estas  ordenanzas 
estuvieron  en  forma  completa  alguna  vez  sobre  la  tierra,  tiene  sentido  que  hayan 
quedado  fragmentos  en  textos  antiguos  e incluso  en  religiones  contemporáneas. 
Como  Hugh  le  escribió  a un  investigador:  “En  un  libro  llamado  Una  investidura 
egipcia,64  he  analizado  exhaustivamente  la  investidura  egipcia  y en  su  apéndice  he 
descrito  media  docena  de  paralelismos  con  los  escritos  cristianos  y judíos  más 
antiguos.  Creo  que  hallará  allí,  de  punta  a punta,  semejanzas  extraordinarias  con 
nuestras  propias  ordenanzas  del  templo,  y también  un  indisputable  patrón 
común  entre  todas  ellas”. 


17 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Más  que  un  simple  ejercicio  mental 

Al  afirmar  sobre  el  rol  esencial  del  conocimiento  como  principio  de  salvación,65 
debemos  igualmente  ser  precavidos  ante  un  posible  error  conceptual:  el  conocimiento 
salvador  se  adquiere  con  más  que  un  simple  ejercicio  mental;  de  hecho,  el  proceso 
requiere  tres  elementos  adicionales: 

1.  Revelación  personal.  Este  elemento  es  lo  que  el  élder  David  A.  Bednar  llama 
“entendimiento”,  que  va  más  allá  del  conocimiento  común  para  incluir 
pensamientos  y sentimientos  que  son  dados  por  el  Espíritu  Santo.66  Una  de  las 
bendiciones  más  altas  por  guardar  los  convenios  asociados  con  el  sacramento  es 
la  promesa  que  “[podamos]  tener  siempre  su  Espíritu  [con  nosotros]”.67  Cuando 
el  Espíritu  está  con  nosotros,  “empieza  a iluminar  [nuestro]  entendimiento”.68 
Después  de  haber  sido  bautizados,  José  Smith  y Oliver  Cowdery  “[Fueron]  llenos 
del  Espíritu  Santo...  Encontrándose  ahora  iluminadas  [sus]  mentes,  [empezaron] 
a comprender  las  Escrituras,  y [les]  fue  revelado  el  verdadero  significado  e 
intención  de  sus  pasajes  más  misteriosos  de  una  manera  que  hasta  entonces  no 
[habían]  logrado,  ni  siquiera  pensado”.69 

2.  Experiencia  en  el  sabio  ejercicio  del  albedrío  moral.  El  élder  Bednar  llama 
“inteligencia”  a esta  forma  de  aprendizaje,  es  decir,  la  aplicación  del 
conocimiento  y del  entendimiento  a nuestras  acciones  y juicio.70  Cada  individuo 
“es  independiente  para  obrar  por  sí  [mismo]  en  aquella  esfera  en  que  Dios  [lo]  ha 
colocado”.71  Al  actuar  de  una  manera  coherente  con  lo  que  sabemos,  entendemos 
y hemos  hecho  convenio  de  hacer  se  abre  la  puerta  para  luz  y conocimiento 
adicionales.  “El  que  recibe  luz  y persevera  en  Dios,  recibe  más  luz,  y esa  luz  se 
hace  más  y más  resplandeciente  hasta  el  día  perfecto”.72 

3.  Participación  frecuente  y devota  en  las  ordenanzas  del  sacerdocio.  Solamente 
mediante  las  ordenanzas  administradas  por  el  sacerdocio  mayor  podremos  estar 
preparados,  a su  tiempo,  para  recibir  “la  llave  de  los  misterios  del  reino,  sí,  la  llave 
del  conocimiento  de  Dios”.73  Todas  las  otras  verdades  que  pueden  ser  conocidas 
por  el  hombre  están  subordinadas  a ésta,  la  más  grandiosa  clase  de  verdad.  En  la 
medida  que  adquiramos  entendimiento  sobre  el  propósito  final  de  las 
ordenanzas,  comenzaremos  a ver  la  profundidad  del  significado  de  las  palabras 
del  Salvador:  “Y  ésta  es  la  vida  eterna:  que  te  conozcan  a ti,  el  único  Dios 
verdadero,  y a Jesucristo,  a quien  has  enviado”.74  No  debe  maravillarnos, 
entonces,  que  tras  enseñar  que  “el  principio  del  conocimiento  es  el  principio  de  la 
salvación”,75  José  Smith  enfatizara  que  [solo]  “los  fieles  y diligentes  pueden 
entender  este  principio”,  y concluyera  diciendo:  “El  principio  de  salvación  nos  es 
dado  mediante  el  conocimiento  de  Jesucristo”.76 


18 


3.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 


LAS  bendiciones  de  la  Expiación  quedan  al  alcance  de  la  humanidad  a través  de 
lo  que  el  Señor  llama  “el  nuevo  y sempiterno  convenio”.77  Este  convenio 
integral  incluye  el  convenio  bautismal,  el  convenio  hecho  durante  la  Santa 
Cena,  los  convenios  del  templo  y los  convenios  hechos  “en  cualquier  otra  ocasión”.78 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


Nuevo  y sempiterno  convenio 

Incluye  el  convenio  bautismal,  el 
convenio  hecho  durante  el 
sacramento,  y los  convenios  del 
templo  así  como  otros 
convenios  hechos  en  otras 
ocasiones 


Figura  3-1.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 
Alcance  y propósito  del  nuevo  y sempiterno  convenio 

Es  fácil  comprender  que  el  nuevo  y sempiterno  convenio  debe  incluir  los  convenios 
del  bautismo,  del  sacramento  y del  templo.  Pero,  ¿qué  quiere  decir  los  convenios 
hechos  “en  cualquier  otra  ocasión”?  El  presidente  Brigham  Young  dio  respuesta  a esta 
pregunta  cuando  dijo  que  hay  ordenanzas  adicionales  que  serán  dadas  a los  fieles  en 
la  vida  venidera:79 

Obraremos  aquí  en  todas  las  ordenanzas  de  la  casa  de  Dios  que  pertenecen  a 
este  lado  del  velo,  y los  que  pasan  hacia  el  otro  lado  y se  aseguran  una 
resurrección  perteneciente  a las  vidas  avanzarán  y recibirán  más  y más,  y 
recibirán  una  tras  otra  hasta  que  sean  coronados  Dioses,  sí,  los  hijos  de  Dios. 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  3-2.  Una  magnolia  pequeña  torcida  con  un  tutor 80 

Por  medio  del  nuevo  y sempiterno  convenio,  nuestro  Padre  Celestial  ayuda  a sus 
hijos  a crecer  en  estatura  espiritual.81  Si  bien  al  momento  del  bautismo  ejecutamos 
nuestro  primer  convenio  del  evangelio  en  la  mortalidad  “confiando  íntegramente  en 
los  méritos”82  de  Cristo,  el  Señor  se  propone  que  gradualmente  ganemos  fortaleza 
espiritual  al  hacer  y guardar  más  convenios  hasta  que,  algún  día,  lleguemos  al  punto 
que  “seremos  semejantes  a él”.83  Como  ha  escrito  Chauncey  Riddle:84 

...  Los  seres  [humanos]  pueden  ser  salvos  solamente  uniéndose  a Cristo.  Es  como 
si  nuestra  tarea  fuera  estar  con  la  frente  en  alto  ante  el  Padre,  pero  por  motivo  de 
la  Caída,  estamos  quebrados  e inclinados.  El  Salvador  es  nuestro  tutor  derecho  y 
largo.  Si  nos  atamos  a Él,  envolviendo  nuestra  persona  y la  suya  con  convenios 
fuertes  que  progresivamente  nos  llevan  a Su  forma  y naturaleza,  entonces 
podemos  llegar  a ser  justos  como  Él  y podemos  ser  salvos.  Pero  sin  Él  no  somos 
nada...  El  nuevo  y sempiterno  convenio  es  nuestra  guía  de  crecimiento  por  la 
cual  el  Salvador  nos  fortalece  hasta  que  podamos  transitar  el  camino  angosto  de 
la  justicia  y la  misericordia  por  nosotros  mismos. 


20 


3.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


Figura  3-3.  La  justificación  por  medio  del  bautismo,  la  puerta  hacia  la  vida  eterna 

Las  dos  Partes  del  convenio:  la  justificación  y la  santificación 

Hay  dos  partes  en  el  nuevo  y sempiterno  convenio:85  la  justificación  y la  santificación. 

El  élder  Bruce  C.  Hafen  explica:86 

Podemos  llegar  a ser  “justos”  o quedar  justificados  (como  cuando  una  impresora 
pone  en  línea  los  lados  de  un  margen  torcido;  cuando  todas  las  líneas  están 
derechas,  la  impresión  está  “justificada”)  cuando  demostramos  suficiente 
arrepentimiento  como  para  recibir  la  misericordia  del  Salvador.  Las  demandas  de 
la  justicia  quedan  entonces  satisfechas.  Esto  puede  ser  “la  justificación  por  la 
gracia  de  nuestro  Señor  y Salvador  Jesucristo”  que  “es  justa  y verdadera”.87 
Entonces,  en  una  segunda  etapa,  podemos  ser  “hechos  perfectos”  o santificados 
(además  de  recibir  la  remisión  de  nuestros  pecados)  como  una  manifestación 
adicional  de  la  misericordia  del  Salvador:  “Y  también  sabemos  que  la 
santificación  por  la  gracia  de  nuestro  Señor  y Salvador  Jesucristo  es  justa  y 
verdadera,  para  con  todos  los  que  aman  y sirven  a Dios  con  toda  su  alma,  mente  y 
fuerza”.88  La  santificación  es  entonces  el  proceso  por  el  cual  quedamos  limpios 
después  del  bautismo. 

Nefi  describe  la  primera  parte,  la  justificación,  de  esta  manera:89 

Porque  la  puerta  por  la  cual  debéis  entrar  es  el  arrepentimiento  y el  bautismo  en 
el  agua... 

El  bautismo,  sin  embargo,  es  solamente  el  inicio  — como  dice  Nefi,  es  la  puerta. 

Después  del  bautismo  “viene  una  remisión  de  vuestros  pecados  por  fuego  y por  el 

Espíritu  Santo”90  — el  principio  del  proceso  de  santificación  que  continúa  en  el 

templo.91  El  presidente  Thomas  S.  Monson  enseñó:92 


21 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


No  es  sino  hasta  que  hayan  entrado  en  la  Casa  del  Señor,  y hayan  recibido  todas 
las  bendiciones  que  les  esperan  allí,  que  ustedes  habrán  obtenido  todo  lo  que  la 
iglesia  tiene  para  ofrecerles. 

El  presidente  Spencer  W.  Kimball  lo  expresó  así:93 

Cualquier  otra  religión  que  conozcan  puede  tal  vez  ayudarles  en  su  progreso  y 
proporcionarles  cierto  grado  de  paz,  felicidad  y bendiciones,  y luego  llevarlos 
hasta  el  velo  y dejarlos  allí  desamparados.  La  iglesia  de  Jesucristo  se  encarga  de 
ustedes  de  este  lado  del  velo  y,  si  viven  sus  mandamientos,  los  lleva  a través  de 
él...  y los  conduce  a través  de  las  eternidades  hacia  la  exaltación. 


Figura  3-4.  La  santificación  por  medio  de  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor 

La  parte  del  evangelio  que  nos  lleva  “a  través  del  velo”  podemos  llamarla  senda  (o 
camino)  de  exaltación.  Luego  de  su  explicación  sobre  el  bautismo,  Nefi  resume  este 
proceso  de  santificación,  la  segunda  parte  del  nuevo  y sempiterno  convenio:94 

Y ahora  bien...  después  de  haber  entrado  en  esta  estrecha  y angosta  senda  [por  el 
bautismo],  quisiera  preguntar  si  ya  quedó  hecho  todo.  He  aquí,  os  digo  que  no... 

Por  tanto,  debéis  seguir  adelante  con  firmeza...  si  marcháis  adelante, 
deleitándoos  en  la  palabra  de  Cristo,  y perseveráis  hasta  el  fin,  he  aquí,  así  dice  el 
Padre:  Tendréis  la  vida  eterna. 

La  senda  de  exaltación  está  marcada  por  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor.  En  la 
ordenanza  de  la  investidura  del  templo  hacemos  convenio  de  observar  cinco  leyes 
celestiales. 


22 


3.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 


En  una  charla  dada  en  BYU  por  Ezra  Taft  Benson,  en  ese  entonces  apóstol,  describió 
estas  leyes  de  esta  manera:95 

Las  leyes  celestiales,  presentadas  en  las  ordenanzas  [del  templo],  pertenecen  a la 
iglesia  de  Jesucristo,  y se  cumplen  sus  requisitos  por  medio  de  convenios 
voluntarios...  [L] as  leyes  incluyen  la  ley  de  obediencia  y sacrificio,  la  ley  del 
evangelio,  la  ley  de  castidad  y la  ley  de  consagración. 

Dado  que  al  momento  del  bautismo  prometemos  obedecer  los  mandamientos  de 
Dios,  estos  cincos  convenios  posteriores  están  realmente  anticipados  en  la  primera 
ordenanza  esencial  terrenal.  En  relación  a esto,  el  élder  Robert  D.  Hales  preguntó:96 

¿Cuántos  de  nuestros  hijos — cuántos  de  nosotros — comprendemos  realmente 
que  cuando  fuimos  bautizados  tomamos  sobre  nosotros  no  sólo  el  nombre  de 
Cristo  sino  también  la  ley  de  obediencia? 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


o Expiación 


Nuevo  y sempiterno  convenio 


Justificación 

Bautismo, 
sacramento  y 
sacrificio 

"Tres  ordenanzas 
y un  convenio" 


Santificación 


Figura  3-5.  El  bautismo,  el  sacramento  y el  sacrificio  forman  parte  del  mismo  convenio 
Tres  ordenanzas  y un  convenio 

El  élder  Bruce  R.  McConkie  observó  que  las  tres  ordenanzas  del  bautismo,  del 
sacramento  y del  sacrificio  están  asociadas  con  un  único  y mismo  convenio.  Además, 
cada  una  de  estas  tres  ordenanzas  “se  realiza  en  semejanza  del  sacrificio  expiatorio 
por  el  cual  viene  la  salvación”.97  El  bautismo,  el  sacramento  y el  sacrificio  son  cada 
uno  administrados  por  el  sacerdocio  Aarónico  o preparatorio.98 


23 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  3-6.  Minerva  Teichert,  1888-1976:  Alma  bautiza  en  las  Aguas  de  Mormón,  1949-51" 

Mientras  que  el  bautismo  se  realiza  solamente  una  vez,  las  ordenanzas  del  sacramento 
y del  sacrificio  fueron  pensadas  para  una  frecuente  repetición  durante  la  vida.  La  ley 
de  sacrificios  de  animales  fue  cumplida  en  Jesucristo,  quien  se  ofreció 
voluntariamente  por  nuestros  pecados.  Después  de  este  “gran  y postrer  sacrificio”,100 
no  se  requirió  más  derramamiento  de  sangre101,  sino  más  bien  un  “corazón 
quebrantado  y un  espíritu  contrito”102  como  sucede  en  nuestros  días,  que  renovamos 
regularmente  nuestro  convenio  bautismal  por  la  ordenanza  del  sacramento.103 


24 


3.  El  nuevo  y sempiterno  convenio 


Figura  3-7.  Minerva  Teichert,  1888-1976:  El  sacramento,  1949-51104 

Los  símbolos  del  sacramento  anticipan  las  bendiciones  eventuales  de  la  vida  eterna. 
Por  ejemplo,  el  profeta  Alma  igualó  el  comer  y beber  el  “pan  y las  aguas  de  vida”  con 
“participar  del  fruto  del  árbol  de  la  vida”.105  Cuando  tomamos  estos  emblemas  de  la 
carne  y la  sangre  de  Jesucristo  con  un  corazón  quebrantado  y un  espíritu  contrito, 
llegamos  a ser  lo  que  el  apóstol  Pedro  llamó  “participantes  de  la  naturaleza  divina”.106 
Esta  frase  describe  nuestro  crecimiento  gradual  por  medio  del  proceso  de 
santificación  hacia  lo  que  Pablo  llamó  “la  medida  de  la  estatura  de  la  plenitud  de 
Cristo”.107 


25 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


26 


4.  “Santificados...  para  la  renovación  de  sus  cuerpos” 


Un  pasaje  de  las  escrituras  llamado  “el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio” 
comienza  en  DyC  84:33.  El  mismo  describe  el  proceso  de  santificación,  la 
segunda  parte  del  nuevo  y sempiterno  convenio,  y detalla  las 
responsabilidades  específicas  y las  bendiciones  asociadas  con  el  sacerdocio: 

Porque  quienes  son  fieles  hasta  obtener  estos  dos  sacerdocios  de  los  cuales  he 
hablado,  y magnifican  su  llamamiento,  son  santificados  por  el  Espíritu  para  la 
renovación  de  sus  cuerpos. 

Los  “dos  sacerdocios”  son,  por  supuesto,  el  Aarónico  y el  de  Melquisedec.  Las 
mujeres  dignas  pueden,  por  supuesto,  recibir  las  bendiciones  de  la  segunda  parte  del 
nuevo  y sempiterno  convenio  sin  una  ordenación  al  sacerdocio.108 


Figura  4-1.  “Santificados para  la  renovación  de  sus  cuerpos” 

Magnificar  el  llamamiento  del  sacerdocio 

El  “llamamiento”  mencionado  en  el  v.  33  no  se  refiere  a los  tipos  de  asignaciones 
temporales  de  la  iglesia  a las  cuales  uno  es  apartado,  sino  más  bien  a las 
responsabilidades  permanentes  de  quienes  han  recibido  las  bendiciones  del 
sacerdocio.109  Los  deberes  de  este  llamamiento  del  sacerdocio  incluyen  fortalecer  la  fe 
de  la  membresía  de  la  iglesia,  el  recogimiento  de  Israel  por  medio  de  la  obra  misional, 
el  cuidado  de  los  necesitados,  y participar  en  las  ordenanzas  del  templo.110 
“Magnificar”  un  llamamiento  significa  realizar  fielmente  los  deberes  que  atañen  al 
mismo  “con  toda  diligencia”  y “trabajando  con  todas  nuestras  fuerzas”.111 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  4-2.  Patrick  Devonas,  1965-:  Alegoría  de  la  resurrección  de  Jesucristo  (detalle)112 
Renacimiento  físico  y espiritual 

Ser  “santificado”  es  ser  hecho  santo — llegar  a ser  un  santo  de  los  últimos  días  en  el 
sentido  completo  de  la  palabra.  Dado  que  los  personajes  celestiales  son  seres  de 
“espíritu  y elemento,  inseparablemente  unidos”,113  la  promesa  de  la  santificación 
necesariamente  abarca  una  renovación  del  cuerpo  físico. 

La  promesa  de  renovación  del  cuerpo  se  aplica  tanto  en  un  sentido  preliminar  como 
final.  Antiguamente,  este  sentido  preliminar  de  renovación  física  quedó  simbolizado 
y realizado  cuando  Aarón  fue  “lavafdo]”,  “ungifdo]”  y vestido  con  “las  vestiduras 
sagradas...  para  que  [pudiera  servir]  como...  sacerdote114  [del  Señor],  recapitulando 
así  su  preordenación  a este  llamamiento.115  En  la  vida  premortal,  las  mujeres  dignas 
también  recibieron  asignaciones  para  llevarlas  a cabo  más  adelante  sobre  la  tierra.116 

Hablando  de  Cristo  como  el  prototipo  de  todos  aquellos  que  reciben  estas 
ordenanzas,  el  Evangelio  de  Felipe  expresa  el  mismo  concepto:  “El  que...  [había  sido 
engendrado]  antes  que  todas  las  cosas,  fue  engendrado  nuevamente.  El  que  antes 
[había  sido  ungido],  fue  ungido  de  nuevo.  El  que  había  sido  redimido,  redimió  a su 
vez  (a  otros)”.117 

Truman  G.  Madsen  ha  descrito  el  modo  en  que  se  reciben  estas  bendiciones  en 
nuestros  días  dentro  del  templo:118 

Es  como  si  se  nos  diera  dentro  de  la  casa  de  Dios,  si  se  me  permite  mezclar  las 
imágenes,  una  bendición  patriarcal  para  cada  órgano  y atributo  y poder  de 


28 


4.  “Santificados.  . . para  la  renovación  de  sus  cuerpos” 


nuestro  ser,  una  bendición  que  debe  cumplirse  en  este  mundo  y en  el  próximo, 
llaves  y perspectivas  que  pueden  capacitarnos  para  vivir  una  vida  piadosa  en  un 
mundo  muy  terrenal,  protegidos — sí,  e incluso  aislados — de  los  venenos  y las 
distorsiones  que  están  presentes  por  todas  partes. 

La  renovación  final  del  cuerpo  es,  por  supuesto,  el  cambio  que  se  efectuará  para 
aquellos  hallados  dignos  de  entrar  en  el  reino  celestial  al  momento  de  su 
resurrección.119  Sin  embargo,  también  hay  bendiciones  de  renovación  física  que 
pueden  reclamarse  aquí  y ahora.120  Por  ejemplo,  DyC  84:80  elabora  sobre  esta 
promesa  de  renovación: 

Y ningún  hombre  que  salga  y predique  este  evangelio  del  reino,  sin  dejar  de 
continuar  fiel  en  todas  las  cosas,  sentirá  fatigada  o entenebrecida  su  mente,  ni  su 
cuerpo,  miembros  ni  coyunturas;  y ni  un  cabello  de  su  cabeza  caerá  a tierra 
inadvertido.  Y no  padecerá  hambre  ni  sed. 

DyC  88:29  nos  enseña  que  solamente  aquellos  que  son  “vivificados  por  una  porción 
de  la  gloria  celestial”  antes  de  la  resurrección  serán  bendecidos  con  una  plenitud  de 
esa  gloria  en  la  vida  venidera.  El  bautismo,  “la  puerta  por  la  que  entramos”,  el 
“sendero  estrecho  y angosto  que  conduce  a la  vida  eterna”,121  es  un  requerimiento 
solamente  para  quienes  heredarán  la  gloria  celestial.122  Así  que  es  evidente  que 
quienes  han  sido  bautizados  y luego  han  continuado  por  el  sendero  al  recibir  y 
guardar  convenios  y ordenanzas  adicionales  ya  han  sido  “vivificados  por  una  porción 
de  la  gloria  celestial”.123 

El  profeta  José  Smith  enseñó  que  “el  nuevo  nacimiento  viene  por  el  Espíritu  de  Dios 
mediante  las  ordenanzas”.124  Por  medio  de  las  ordenanzas  “renacemos”  repetidas 
veces  al  experimentar  el  simbolismo  de  la  muerte  y la  resurrección  por  el  bautismo  de 
agua,125  al  comenzar  una  vida  nueva  después  del  “bautismo  del  Espíritu  Santo”126  que 
nos  purifica,  al  ser  renovados  espiritual  y físicamente  en  las  ordenanzas  preliminares, 
y al  recibir  la  representación  dramática  de  las  etapas  de  nuestra  existencia  en  la 
investidura.  La  investidura  recrea  nuestro  progreso  individual  a través  de  muchos 
“renacimientos” — desde  el  mundo  espiritual  hasta  la  vida  mortal,  y desde  allí  hasta 
llegar  a ser  hijos  e hijas  de  Cristo — y finalmente  del  Padre  mismo,  recibiendo  todas 
las  bendiciones  del  Primogénito.127  El  libro  de  Moisés  resume  este  proceso:128 

. . . tendréis  que  nacer  otra  vez  en  el  reino  de  los  cielos,  del  agua  y del  Espíritu,  y 
ser  purificados  por  sangre,  a saber,  la  sangre  de  mi  Unigénito,  para  que  seáis 
santificados  de  todo  pecado  y gocéis  de  las  palabras  de  vida  eterna  en  este  mundo, 
y la  vida  eterna  en  el  mundo  venidero,  sí,  gloria  inmortal. 

Notar  la  distinción  entre  “palabras  de  vida  eterna” — es  decir,  la  promesa  segura  de 
exaltación  que  solamente  se  puede  recibir  en  forma  anticipada  “en  este  mundo” — y la 
“vida  eterna”  en  sí,  que  será  dada  “en  el  mundo  venidero”. 


29 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  4-3.  Stephen  T.  Whitlock,  1951-:  Templo  de  Londres,  Inglaterra129 
¿Qué  es  la  investidura? 

El  sentido  primario  de  la  palabra  “investidura”  tiene  que  ver  con  el  otorgamiento  de 
un  don.  La  palabra  “investidura”  encaja  perfectamente  en  la  descripción  de  una 
ordenanza  por  la  cual  Dios  concede  grandes  dones  de  conocimiento  y de  poder  a la 
humanidad.  El  élder  Boyd  K.  Packer  explica  adicionalmente:130 

Investir  es  enriquecer,  es  dar  a otra  persona  algo  duradero  y de  mucho  valor.  Las 
ordenanzas  de  la  investidura  del  templo  enriquecen  de  tres  maneras:  (a)  Al  que 
recibe  la  ordenanza  le  es  dado  poder  de  Dios.  “Los  que  son  investidos  son 
dotados  con  poder  de  lo  alto”,  (b)  La  persona  que  es  investida  recibe  también 
información  y conocimiento.  “Reciben  enseñanza  con  respecto  a los  propósitos  y 
los  planes  del  Señor”.131  (c)  Cuando  es  sellada  ante  el  altar,  la  persona  recibe 
gloriosas  bendiciones,  poderes  y honores  como  parte  de  su  investidura. 

La  palabra  “investidura”  también  está  muy  relacionada  con  la  idea  de  ponerse  una 
prenda  de  vestir.132  Mientras  estaban  en  el  Jardín  de  Edén,  la  desnudez  de  Adán  y de 
Eva  significaba  inocencia.133  Sin  embargo,  en  la  mortalidad,  la  desnudez  simboliza  la 
condición  caída  y pecaminosa  de  quienes  aún  no  han  aceptado  las  bendiciones  de  la 
Expiación.  Mientras  que  las  túnicas  de  pieles  “cubrieron”  los  efectos  directos  de  la 
transgresión  de  Adán  y de  Eva  (correspondiéndose  con  la  idea  de  justificación),  las 
ropas  adicionales  usadas  sobre  la  primera  vestidura  representaron  haber  sido 
investidos  con  gloria,  santidad  y divinidad  (es  decir,  santificación).134  Nibley  además 
explica  que  “la  ropa  interior  blanca  es  la  gloria  preexistente  propia  del  usuario, 
mientras  que  [la  prenda  exterior  del  sumo  sacerdote]  es  el  sacerdocio  añadido  más 
tarde  a ella”.135 


30 


4.  “Santificados.  . . para  la  renovación  de  sus  cuerpos” 


Figura  4-4.  El  vestido  de  boda136 

Mientras  que  la  autoridad  del  sacerdocio  “viene  por  medio  de  la  ordenación,  el  poder 
del  sacerdocio  viene  mediante  una  vida  fiel  y obediente  al  honrar  los  convenios”.137 
En  forma  similar,  una  cosa  es  usar  ropa  blanca  para  simbolizar  el  poder  del 
sacerdocio,  y otra  distinta  es  ser  en  realidad  investido  o vestido  “con  poder  de  lo 
alto”.138  Relacionando  la  investidura  de  poder  con  la  idea  de  ponerse  vestiduras 
gloriosas,  el  élder  James  E.  Talmage  escribe  sobre  lo  que  él  denomina  la  “parábola  de 
la  fiesta  de  bodas  del  rey”  de  Mateo  22.  Elablando  del  vestido  de  boda  requerido  a 
todos  los  invitados  legítimos  de  la  fiesta,  observa:139 

La  palabra  griega  original,  donde  se  menciona  el  vestido  de  bodas,  es  enduma... 
El  sustantivo  se  relaciona  con  el  verbo  griego  enduein,  que  significa  “vestirse  de 
algo”. 

Después  que  los  invitados  se  habían  sentado,  el  Señor  de  la  fiesta  notó  que  un  hombre 
no  estaba  vestido  de  boda140 — en  otras  palabras,  no  había  sido  vestido  con  verdadero 
“poder  de  lo  alto”141  a través  de  una  vida  recta.  Dado  que  ningún  hombre  podía 
sentarse  en  la  fiesta  sin  estar  vestido  de  boda,  este  hombre  fue  inmediatamente  atado 
y “[echado]  a las  tinieblas  de  afuera”.142  Puede  que  el  hombre  haya  tenido  suficiente 
conocimiento  como  para  engañar  a los  porteros,  pero  no  pudo  engañar  al  Esposo, 
quien  sabía  perfectamente  su  situación.  Como  enseñó  Nefi,  “el  guardián  de  la  puerta 
es  el  Santo  de  Israel;  y allí  él  no  emplea  ningún  sirviente...  él  no  puede  ser  engañado, 
pues  su  nombre  es  el  Señor  Dios”.143  La  lección  que  el  Maestro  dejó  con  esta  parábola 
es  que  “muchos  son  los  llamados,  pero  pocos  los  escogidos  por  cuanto  no  todos  están 
vestidos  de  boda”.144 


31 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Recapitulando  el  simbolismo  de  las  vestiduras  en  las  escrituras,  el  élder  Jeffrey  R. 

Holland  escribió:145 

Dentro  del  simbolismo  del  Evangelio  de  Jesucristo,  siempre  es  mejor  estar  vestido 
que  desnudo,  tener  un  manto  que  no  tenerlo.  Jacob  enseñó  que  los  inicuos 
tendrán  un  conocimiento  de  su  culpa  e impureza  que  conduce  a que  se  sientan 
desnudos  ante  Dios,  mientras  que  los  justos  tendrán  un  conocimiento  perfecto  de 
su  dicha  y rectitud,  “hallándose  vestidos  de  pureza,  sí,  con  el  manto  de 
rectitud”.146 

Como  don  universal  que  emana  de  la  Expiación  de  Cristo,  la  resurrección  cubrirá 
con  un  cuerpo  permanente,  perfecto  y restaurado  a todo  espíritu  que  haya  nacido 
en  la  mortalidad.  Además,  para  toda  persona  que  acepte  los  principios  y las 
ordenanzas  del  evangelio,  el  cuerpo  de  dicha  persona  será  una  especie  de  manto 
de  rectitud.  Ahí  reside  la  Redención  del  alma  y una  plenitud  de  gozo  a la  largo  de 
toda  la  eternidad,  incluso  en  su  orden  más  alto,  “una  plenitud  y continuación  de 
las  simientes  por  siempre  jamás”.147 


32 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


COMENZANDO  en  DyC  84:34,  se  resume  cuidadosamente  una  secuencia 
definida  de  bendiciones  del  templo.  Es  significativo  que  este  resumen  fue 
dado  por  revelación  en  1832,  una  década  antes  de  que  el  profeta  comenzara  a 
enseñar  el  tema  con  claridad  a los  santos  en  Nauvoo.  En  general  se  ha  supuesto  que 
en  Kirtland  el  profeta  sabía  solamente  un  poco  sobre  las  ordenanzas  del  templo, 
enseñando  entonces  todo  lo  que  sabía  a los  santos;  y que  cuando  llegó  a Nauvoo  el 
resto  le  fue  revelado,  y por  eso  les  enseñó  algo  más.  Sin  embargo,  pienso  que  esa 
conclusión  es  errónea.  Mi  estudio  de  las  revelaciones  y enseñanzas  de  José  me  ha 
convencido  de  que  al  inicio  sabía  mucho  más  de  lo  que  muchos  han  supuesto, 
contradiciendo  la  postura  de  los  que  creen  que  las  ordenanzas  del  templo  son  una 
invención  posterior.148 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 

o Expiación 


Nuevo  y sempiterno  convenio 


Justificación 

Santificación 

Juramento  y convenio 

Bautismo, 

del  sacerdocio 

sacramento  y 

sacrificio 

a Dos  sacerdocios 
* Renovación  del  cuerpo 

* Bendiciones  del  templo 

" Tres  ordenanzas 

v'  Hijos  de  Moisés  y de 

y un  convenio " 

Aarón 

Figura  5-1.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 

Herederos  legítimos  de  las  bendiciones  del  sacerdocio 

Se  nos  dice  en  DyC  84:34  que  aquellos  que  reciben  las  bendiciones  del  sacerdocio: 

. . . llegan  a ser  los  hij  os  de  Moisés  y de  Aarón . . . 

“La  condición  de  hijo  denota  pertenecer  a una  familia  y tener  ciertos  derechos  como 
miembro  y heredero”.149  Entontes,  como  hijos  de  Moisés  y de  Aarón,  los  fieles 
poseedores  del  sacerdocio  llegan  a ser  herederos  legítimos  de  las  bendiciones  del 
sacerdocio  mayor  y menor  respectivamente.150  A similitud  de  Moisés  y de  Aarón,  los 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


poseedores  del  sacerdocio  ayudan  en  el  recogimiento  de  Israel  de  los  últimos  días  y en 
su  establecimiento  como  pueblo  del  Señor.151  Realizan  la  obra  del  templo  por  la  que 
“[ofrecen]  una  ofrenda  y un  sacrificio  aceptables  en  la  casa  del  Señor”.152 


Figura  5-2.  Harry  Anderson,  1906-1996:  Moisés  llama  a Aarón  al  ministerio153 

El  sacerdocio  menor,  que  fue  “[confirmado]...  sobre  Aarón  y su  descendencia”154, 
“tiene  la  llave  del  ministerio  de  ángeles  y el  evangelio  preparatorio”155.  El  mayor  o 
Santo  Sacerdocio  “administra  el  evangelio  y posee  la  llave  de  los  misterios  del  reino, 
sí,  la  llave  del  conocimiento  de  Dios”156.  Moisés  buscó  sin  éxito  preparar  a los  hijos  de 
Israel  para  que  recibieran  el  sacerdocio  mayor  “a  fin  de  que  vieran  la  faz  de  Dios”157. 


34 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


Figura  5-3.  Joseph  Brickey,  1973-:  Moisés  ve  a Jehová,  1998158 

Las  ordenanzas  del  sacerdocio  que  se  reciben  en  la  investidura  del  templo  tienen  un 
carácter  preparatorio,  ayudándonos  a estar  listos  para  “[ver]  la  faz  de  Dios”159,  como 
hizo  Moisés.  De  hecho,  los  que  participan  en  la  ordenanza  de  la  investidura 
presencian  en  forma  ritual  lo  que  Moisés  vio  en  la  realidad.  El  élder  John  A.  Widtsoe 
escribió:160 

Las  ordenanzas  terrenales  del  Evangelio  son  en  sí  mismas  solamente  reflejos  de 
ordenanzas  celestiales.  Por  ejemplo,  el  bautismo,  el  don  del  Espíritu  Santo  y la 
obra  del  templo  son  simplemente  símbolos  terrenales  de  realidades  que 
prevalecen  por  todo  el  universo;  pero  son  símbolos  de  verdades  que  deben  ser 
reconocidas  si  es  que  el  Gran  Plan  se  va  a cumplir.  La  aceptación  de  estos 
símbolos  terrenales  es  parte  integral  de  una  vida  terrenal  correcta,  pero  al  ser 
símbolos  terrenales  son  claramente  de  la  tierra,  y no  se  pueden  aceptar  en  ningún 
otro  lugar  que  no  sea  la  tierra. 


35 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  5-4.  J.  Kirk  Richards,  1977-:  Querubines  y la  espada  encendida,  2000161 
“Pasando  por  los  ángeles  que  están  como  centinelas” 

Dando  su  propio  resumen  de  las  ordenanzas  del  templo,  el  profeta  José  Smith 
escribió  que  consistían  en:162 

...  lavamientos,  unciones,  investiduras  y la  comunicación  de  las  llaves 
pertenecientes  al  Sacerdocio  de  Aarón,  hasta  el  orden  mayor  del  Sacerdocio  de 
Melquisedec,  explicando  el  orden  concerniente  al  Anciano  de  Días  y todos 
aquellos  planes  y principios  por  medio  de  los  cuales  uno  puede  alcanzar  la 
plenitud  de  las  bendiciones  que  se  han  preparado  para  la  Iglesia  del  Primogénito, 
y ascender  y morar  en  la  presencia  de  los  Elohim  en  los  mundos  eternos. 

En  su  descripción  de  la  investidura  Brigham  Young  detalló  aspectos  específicos  de  la 
instrucción  de  la  investidura  “pertenecientes  al  Santo  Sacerdocio”:163 

Permitidme  daros  una  breve  definición.  Vuestra  investidura  consiste  en  recibir, 
en  la  Casa  del  Señor,  todas  las  ordenanzas  que  os  son  necesarias,  después  que 
hayáis  partido  de  esta  vida,  para  permitiros  volver  a la  presencia  del  Padre, 
pasando  por  los  ángeles  que  están  de  centinelas,  estando  habilitados  para  darles 
las  palabras  clave,  las  señas  y los  signos  pertenecientes  al  Santo  Sacerdocio,  y 
lograr  vuestra  exaltación  eterna  a pesar  de  la  tierra  y del  infierno. 


36 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


A pesar  de  que  esta  declaración  se  cita  con  frecuencia  en  las  publicaciones  de  la 
iglesia,164  la  referencia  a “las  palabras  clave,  las  señas  y los  signos”  no  recibe 
explicación.  La  naturaleza  sagrada  de  estas  cosas  prohíbe  la  discusión  del  simbolismo 
específico.  Sin  embargo,  puede  ser  beneficioso  para  el  lector  moderno  comprender  el 
significado  general  de  estas  palabras  en  otros  contextos  relacionados,  las  cuales  deben 
haber  sido  mucho  más  comunes  para  las  personas  de  la  época  de  José  Smith  que  para 
nosotros  hoy  día.165 

Antes  de  continuar,  observemos  que  lo  que  importa  en  esas  pruebas  de  conocimiento 
no  es  simplemente  el  requerimiento  de  recordar  los  detalles  de  las  instrucciones  que 
uno  ha  recibido,  sino  que  además  se  espera  que  uno  esté  sinceramente  comprometido 
en  el  proceso  de  dominar  las  lecciones  de  vida  asociadas  con  ellas.  El  élder  Dallin  H. 
Oaks  nos  recuerda  que,  en  el  día  de  nuestro  juicio  final,  no  será  suficiente  con  haber 
pasado  por  los  mecanismos  externos  de  guardar  los  mandamientos  y recibir  las 
ordenanzas  — la  pregunta  esencial  será  lo  que  nosotros  mismos  hemos  llegado  a ser 
durante  nuestro  período  de  probación.166  Hugh  Nibley  además  agrega  que  por  la 
misma  razón,  las  ordenanzas  de  salvación,  a pesar  de  ser  tan  necesarias,  por  sí  mismas 
“son  simples  formas.  No  nos  exaltan;  simplemente  nos  preparan  para  estar  listos  en 
caso  de  que  alguna  vez  seamos  elegibles”.167  Al  final,  nuestra  idoneidad  para  entrar  en 
la  presencia  de  Dios  no  sólo  descansa  en  la  presunción  de  que  hemos  recibido  las 
ordenanzas  de  salvación,  sino  también  en  los  resultados  del  proceso  de  santificación, 
lo  cual  se  basa  en  el  justo  ejercicio  de  nuestro  albedrío  unido  al  poder  expiatorio  de 
Jesucristo.168 

Palabras  clave 

Las  “palabras  clave”  han  estado  asociadas  con  los  templos  desde  tiempos  muy 
antiguos.  Por  todo  el  antiguo  Medio  Oriente,  incluida  Jerusalén,  “las  distintas  puertas 
de  los  templos  tenían  nombres  que  indicaban  la  bendición  recibida  al  entrar:  ‘la 
puerta  de  gracia’,  ‘la  puerta  de  salvación’,  ‘la  puerta  de  vida’  y así  sucesivamente”,169  y 
también  significaban  “la  calificación,  por  la  debida  preparación,  que  los  participantes 
debían  tener  para  poder  pasar  por  [cada  una]  de  las  puertas”.170 

Nibley  explicó  adicionalmente:  “La  importancia  de  saber  los  nombres  de  las  cosas  y 
de  dar  los  nombres  cuando  nos  ponen  a prueba  es  mucho  más  que  la  mera  idea  de 
una  palabra  de  paso  [o  contraseña];  es...  nada  más  ni  nada  menos  que...  ‘la  ley  que 
hace  del  nombre  un  atributo  auténtico  de  la  cosa  nombrada’”.171  En  otras  palabras, 
para  pasar  por  cada  puerta,  se  espera  que  la  persona  no  sólo  sepa  algo,  sino  que 
también  sea  algo.  Este  mismo  principio  está  en  juego  en  la  oración  sacramental, 
donde  los  santos  aprenden  que  no  solamente  deben  “recordar  siempre”  y estar 
“dispuestos  a tomar  sobre  sí  el  nombre  de  Jesucristo”,172  sino  que  además,  a la  larga 
deben  llegar  a estar  listos  para  hacerlo  en  realidad  si  es  que  quieren  recibir  la 
bendición  a la  que  tienen  derecho.173  Cada  persona  que  entra  en  el  reino  celestial 
recibirá  “una  piedrecita  blanca,  en  la  cual  está  escrito  un  nombre  nuevo  que  ningún 


37 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


hombre  conoce,  sino  el  que  lo  recibe.  El  nombre  nuevo  es  la  palabra  clave”.174  Por  el 
mismo  medio  que  se  revela  a los  santos  lo  que  llegarán  a ser  en  la  “vida  eterna”  por  el 
conocimiento  de  Dios  y de  Jesucristo,  también  recuperarán  el  conocimiento  de  lo  que 
fueron  antes  que  el  mundo  existiera.175 


Figura  5-5.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Reconstrucción  de  Jerusalén  y del  templo  de  Herodes 

visto  desde  el  este,  ca.  1886- 1894176 

En  tiempos  antiguos  se  invocaba  el  nombre  del  Señor  en  el  mismo  proceso  de  hacer 
un  convenio.  De  hecho,  Truman  G.  Madsen  propone  que  la  idea  de  que  “el  uso 
apropiado  del  nombre  YHWH  constituye  un  convenio  entre  Israel  y su  Dios”  puede 
ser  la  razón  detrás  del  tercero  de  los  Diez  Mandamientos.177  Entonces,  el 
mandamiento  de  no  tomar  el  nombre  del  Señor  en  vano  va  más  allá  de  la  blasfemia 
común.  En  un  sentido  más  profundo,  se  aplica  a aquellos  que  no  guardan  los 
convenios  con  los  cuales  se  han  ligado  a Dios,  burlándose  así  de  Aquel  cuyo  nombre 
invocaron  al  hacerlos.178 

En  Jerusalén,  la  última  “puerta  de  Jehová...  [por  donde]  entrarán  los  justos”,179  muy 
probablemente  se  refiere  a “la  puerta  más  interna  del  templo”,180  donde  “los  que 
buscan  [el]  rostro  [del]  Dios  de  Jacob”181  hallarán  el  cumplimiento  de  su 
peregrinación  al  templo.  Esta  última  puerta  estaba  asociada  con  el  nombre  mismo  de 
Dios.  La  oración  dedicatoria  del  templo  de  Salomón  subraya  que  éste  no  tenía  el 
propósito  de  ser  la  residencia  de  Dios,  dado  que  Él  “mora  en  su  ‘habitación  de  los 
cielos’  pero  el  ‘nombre  de  Dios’  mora  en  el  Templo”.182 

La  aclamación  hecha  por  el  pueblo  durante  la  entrada  triunfal  de  Cristo  adquiere 
mayor  significado  si  se  la  traduce  como  “Bendito  el  que  viene  con  [en  vez  de  en]  el 
Nombre  del  Señor”.183  De  acuerdo  con  esta  traducción,  el  grito  podría  ser  tomado 
como  un  reconocimiento  del  papel  de  Cristo  como  el  Mesías,  el  gran  Sumo  Sacerdote, 
el  que  tenía  sellado  el  Nombre  Divino  en  su  frente184  y podía  llevar  a los  que 
estuvieran  preparados  a la  presencia  de  Dios.  Cada  “discípulo”  sería  entonces  “como 
su  maestro”,  y cada  “siervo  como  su  señor”.185 


38 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


Figura  5-6.  Éxodo  28:36,  38:  “Una  lámina  de  oro  puro...  sobre  la  frente  de  Aarón”186 

Sobre  la  “lámina  de  oro  puro”  que  el  sumo  sacerdote  debía  llevar  puesta  sobre  la 
frente  estaban  grabadas  las  palabras  “Santidad  al  Señor” — lo  que  iguala  a cada  sumo 
sacerdote  digno  y autorizado  con  el  templo  en  sí.187  Pablo  enseñó  este  mismo 
principio  a los  santos  corintios:188 

¿No  sabéis  que  sois  templo  de  Dios,  y que  el  Espíritu  de  Dios  mora  en 
vosotros?...  el  templo  de  Dios,  el  cual  sois  vosotros,  santo  es. 


Figura  5-7.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  El  arca  del  convenio,  ca.  1896-1902189 
Señas  y signos 

El  uso  de  “señas”  y “signos”  como  símbolos,  relacionados  con  convenios  hechos  en 
templos  y usados  como  ayuda  en  la  enseñanza  sagrada,  también  se  remonta  a tiempos 
antiguos.190  Por  ejemplo,  la  mano  en  alto  es  una  seña  ampliamente  reconocida  usada 
para  hacer  juramentos,191  y el  arca  del  convenio  del  tabernáculo  contenía  varios 
“signos  [tangibles]  del  convenio”192  relacionados  con  el  sacerdocio,  incluidas  la  vasija 
de  oro  que  contenía  maná,  la  vara  de  Aarón  que  floreció  y las  tablas  de  la  ley.  Como 
ejemplo  relacionado,  el  élder  Joseph  Fielding  Smith,  siendo  apóstol,  escribió  sobre  los 
símbolos  tangibles  de  las  realidades  sagradas  que  están  incorporados  en  nuestra 
adoración  semanal.  Dijo  que  al  participar  de  los  emblemas  del  sacramento  que  son 
distribuidos  a la  congregación  por  los  sacerdotes  que  ofician  “damos  señal  de  que  nos 
sometemos  plenamente  a las  obligaciones”193  de  la  oración  sacramental. 


39 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Como  analogía  de  una  posible  función  de  los  artículos  dentro  del  arca  del  convenio — 
artículos  relacionados  con  el  sacerdocio  mayor — consideremos  los  misterios 
eleusinos  griegos,194  que  existieron  por  un  período  cercano  a dos  mil  años.  Se  dice  que 
estos  ritos  consistían  en  legomena  (=cosas  recitadas),  en  deiknymena  (=cosas  sabidas) 
y en  dromena  (=cosas  realizadas).  Un  cofre  sagrado  contenía  los  signos  del  dios,  los 
cuales  eran  usados  para  enseñar  a los  iniciados  sobre  el  significado  de  los  rituales.  Al 
finalizar  el  proceso,  se  examinaba  al  iniciado  sobre  su  conocimiento  de  estos  signos. 
“Si  pasaba  las  pruebas  de  los  signos  con  sus  palabras  clave,...  se  admitía  al  iniciado  a 
la  presencia  del  dios”.195 


Figura  5-8.  E.  S.  Drower,  1879-1972:  El  kushta,  1956196 

Los  signos  se  pueden  también  expresar  en  la  forma  de  un  apretón  de  manos,197  “una 
imagen  precisa  de  una  individualidad  absolutamente  única  y de  una  unidad 
perfectamente  fusionada”198  que  se  puede  usar  en  un  acto  de  reconocimiento  y 
reunión  que  a la  vez  es  una  prueba  de  conocimiento  e identidad.  Por  ejemplo,  Nibley 
nota  que  según  la  religión  maniquea,  “la  mano  derecha  se  usó  para  despedirnos  de 
nuestros  padres  celestiales  cuando  dejamos  nuestro  hogar  prístino  y [será]  el  saludo 
que  recibiremos  cuando  regresemos”.199  De  igual  manera,  los  maniqueos  siguen 
utilizando  una  práctica  ritual  en  la  que  se  da  el  kushta,  un  apretón  de  manos 
ceremonial,  tres  veces,  cada  una  de  las  cuales,  según  Elizabeth  Drower,  “parece 


40 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


marcar  la  finalización...  de  un  tramo  de  la  ceremonia”.200  Al  momento  de  la  gloriosa 
resurrección,  la  escritura  maniquea  registra  que  también  se  dará  un  kushta  final, 
aunque  tendrá  la  forma  de  un  abrazo  (el  “kushta  de  los  dos  brazos”):201 

Sitil  [Set],  el  hijo  de  Adán...  fue  llevado  al  puesto  de  vigilancia  [donde]  Silmais,  el 
tesorero,  tiene  los  clavos  de  gloria  en  las  manos,202  y lleva  la  llave  del  kushta  de  los 
dos  brazos.  Le  abrieron  la  puerta  de  la  tesorería,  le  mostraron  aquella  Vid  [es 
decir,  el  Árbol  de  la  Vida],203  su  gloria  interna...  Sitil,  hijo  de  Adán,  habló 
diciendo:  “Por  este  [mismo]  camino,  el  Sendero  y la  Subida  que  he  escalado,  los 
hombres  fieles,  creyentes,  leales  y perfectos  también  deberán  subir  y venir, 
cuando  hayan  dejado  sus  cuerpos  [es  decir,  al  morir]”. 

En  el  contexto  de  esta  discusión,  lo  que  tienen  en  común  las  palabras  “seña”  y “signo” 
es  el  hecho  de  que  son  “símbolos  terrenales  de  realidades  que  prevalecen  por  todo  el 
universo”.204  Apuntan  a significados  más  allá  de  ellos  mismos — significados  que 
pueden  ser  revelados  “imaginando  cosas  reales  donde  hay  caricaturas”.205  Además, 
citando  ejemplos  del  Libro  de  Mormón,  Calabro  deduce  que  en  algunos  casos  el 
“gesto  [puede  representar]  al  convenio  en  el  sentido  que  señala  una  membresía 
dentro  del  grupo  del  convenio”.206  Más  allá  de  estas  similitudes  básicas,  los 
significados  de  “seña”  y “signo”  dentro  del  contexto  de  los  templos  difieren  de  alguna 
manera  como  lo  explica  Hugh  Nibley  haciendo  referencia  a prácticas  antiguas:207 

Al  acercarse  al  campo  que  rodea  al  templo,  uno  muestra  sus  intenciones  con  una 
seña  tranquilizadora,  un  signutn,  visible  desde  la  distancia,  llamando  la  atención  a 
uno  mismo  tal  como  lo  hace  Adán  en  su  oración,  demostrando  intenciones 
pacíficas.208  Al  llegar  a la  puerta,  uno  presenta  el  signo,  un  objeto  tangible 
(comparar  con...  dígito,  dactyl,  o un  sólido  apretón  de  manos).209  Todo  esto  sirve 
de  tessera  hospitalis  [es  decir,  un  símbolo  de  mutua  hospitalidad]  para  la 
admisión  a un  grupo  o fiesta  íntima,  club,  o reunión  de  gremio,  etc.  Se  debe 
presentar  al  guardián  de  la  puerta,  un  heraldo  entrenado  para  tales  propósitos:  “el 
guardián  de  la  puerta  es  el  Santo  de  Israel;  ¡y  allí  él  no  emplea  ningún  sirviente!” 
Lo  más  importante  es  que  “no  puede  ser  engañado”.210  Una  vez  reconocido  el 
signo,  uno  debe  pronunciar  su  nombre  en  voz  baja  al  guardián,  un  susurro, 
porque  es  un  nombre  especial  fijado  de  antemano  entre  la  persona  y el  anfitrión  y 
nadie  más  lo  debe  escuchar  ni  usar”.211 

El  significado  de  la  expiación 

Los  resultados  del  “gran  y postrer  sacrificio”212  del  Salvador  han  sido  descritos  en 
muchas  formas  diversas.  Por  ejemplo,  está  el  verbo  “expiar”,  que  significa  “satisfacer 
o apaciguar  completamente;  hacer  propicio”  y el  verbo  “redimir”,  que  puede 
significar  “pagar  un  rescate  para  librar  a un  cautivo”.213  Estos  dos  vocablos 
primeramente  aluden  a la  idea  de  justificación,  el  aspecto  del  sacrificio  de  Cristo  que 
permite  el  perdón  y la  liberación  del  cautiverio  del  pecado.  Pero  no  expresan 
adecuadamente  el  concepto  de  santificación,  el  proceso  complementario  por  el  cual 


41 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


podemos  “[nacer]...  espiritualmente  de  Dios”,  habiendo  recibido  un  “gran  cambio  en 
[nuestros]  corazones”  y “su  imagen”  en  nuestros  rostros.214  Porque  al  final,  no  basta 
con  hallarnos  limpios  de  todo  pecado:  debemos  también  adquirir  los  atributos 
divinos  que  nos  hacen  aptos  para  una  sociedad  de  seres  celestiales. 

Incorporando  el  significado  de  cada  una  de  las  descripciones  más  limitadas,  la  palabra 
en  inglés  “ atonement ” [que  puede  traducirse  como  “estado  de  armonía  o unidad” 
como  así  también  “expiación”]  describe  tanto  el  proceso  como  el  resultado  final  del 
sacrificio  de  Jesucristo.215  Enfoca  la  atención  en  el  concepto  más  central  e importante 
de  ese  sacrificio — a saber,  la  idea  de  “tomar  dos  cosas  que  se  han  vuelto  separadas, 
alejadas  o incompatibles...  y unirlas  nuevamente,  haciendo  que  las  dos  estén  ‘en 
unidad’”.216 


Figura  5-9.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  La  última  cena,  1886-1894217 

La  dimensión  íntima  y personal  de  la  expiación  fue  descrita  por  Jesucristo  en  su 
“oración  del  sumo  sacerdote”  a favor  de  sus  discípulos.  Rogó  que  ellos,  y más  tarde 
aquellos  que  recibirían  sus  enseñanzas,  “sean  perfeccionados  en  uno”:218 

Mas  no  ruego  solamente  por  éstos,  sino  también  por  los  que  han  de  creer  en  mí 
por  la  palabra  de  ellos; 

para  que  todos  sean  uno,  como  tú,  oh  Padre,  en  mí,  y yo  en  ti,  que  también  ellos 
sean  uno  en  nosotros,  para  que  el  mundo  crea  que  tú  me  enviaste. 


42 


5.  “Los  hijos  de  Moisés  y de  Aarón” 


Y la  gloria  que  me  diste  les  he  dado,  para  que  sean  uno,  así  como  nosotros  somos 
uno. 

Yo  en  ellos,  y tú  en  mí,  para  que  sean  perfeccionados  en  uno . . . 

Ampliando  sobre  cómo  el  concepto  de  la  expiación  [“at-one-ment”  en  inglés] 
funciona  en  la  oración,  Jesús  enseñó  a sus  discípulos:219 

...  si  dos  de  vosotros  se  ponen  de  acuerdo  en  la  tierra  acerca  de  cualquier  cosa 
que  pidan,  les  será  hecho  por  mi  Padre  que  está  en  los  cielos. 

Porque  donde  están  dos  o tres  congregados  en  mi  nombre,  allí  estoy  yo  en  medio 
de  ellos. 


Figura  5-10.  Frank  Wesley,  1923-2002:  El  padre  que  perdona,  ca.  1954-1958220 

En  un  primer  nivel  de  interpretación,  el  término  hebreo  para  expiación,  kippur, 
puede  pensarse  como  una  aproximación  de  la  palabra  “cubrir”  en  español.  En  el 
templo  mosaico,  la  idea  de  kippur  se  relacionaba  con  el  kapporet  que  formaba  la  tapa 
del  arca  del  templo  donde  Jehová  se  presentaba  para  perdonar — o cubrir — los 
pecados  del  pueblo.  El  velo  del  templo,  también  un  kapporet,  cubría  la  entrada  del 
Lugar  Santísimo.  Además  de  la  noción  de  “cubrimiento  del  pecado”  implicada  por  la 
palabra  kippur,  sin  embargo,  parece  haber  existido  el  concepto  adicional  de  “unión”, 


43 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


un  “cubrimiento  con  gloria”,  en  el  culto  del  templo  antiguo.221  Después  que  el 
sacerdote  y el  pueblo  completaban  todos  los  rituales  y las  ordenanzas  de  la  expiación, 
se  abría  el  velo  para  que  el  Señor  pudiera  decirle  al  pueblo  que  sus  pecados  habían 
sido  perdonados,  dándoles  la  bienvenida  simbólica  a su  presencia.222 

Siguiendo  su  estudio  de  la  palabra  kippur,  Nibley  concluye  que:223 

...  el  significado  literal  de  kaphary  kippurim  es  un  abrazo  estrecho  e íntimo  que 
ocurría  en  el  kapporeth  o cubierta  frontal  o tapa  del  tabernáculo  o tienda.  Los 
casos  en  el  Libro  de  Mormón  son  muy  claros,  por  ejemplo,  “He  aquí,  él  invita  a 
todos  los  hombres,  pues  a todos  ellos  se  extienden  los  brazos  de  misericordia,  y él 
dice:  Arrepentios,  y os  recibiré”.224  “Pero  he  aquí,  el  Señor  ha  redimido  a mi  alma 
del  infierno;  he  visto  su  gloria,  y estoy  para  siempre  envuelto  entre  los  brazos  de 
su  amor”.225  ...  De  lo  anterior  debería  quedar  claro  qué  tipo  de  unidad  indica  la 
Expiación — es  ser  recibido  en  el  fuerte  abrazo  del  hijo  pródigo,  expresando  no 
sólo  perdón  sino  también  unidad  de  corazón  y mente  que  equivalen  a identidad. 

Los  que  como  Adán  y Eva  reciben  el  evangelio  llegan  a ser  “participantes  de  la 
naturaleza  divina”226  y en  virtud  de  ello  participan  de  los  sufrimientos  de  Cristo  y de 
su  gloria  también.227  En  ningún  otro  lugar  es  más  evidente  este  hecho  que  en  el 
templo  donde,  como  señala  Truman  G.  Madsen,  “una  relación  de  convenio  a gran 
escala,  la  Expiación  de  Cristo,  puede  escribirse,  por  así  decirlo,  en  nuestra  propia 
carne”.228  “Uno  está...  obligado”,  escribe  Eugene  Seaich,  a llegar  a ser  no  sólo  “‘una 
carne’  con  Cristo,  sino  [también]  una  vida,  un  sacrificio,  participando  así  activamente 
en  el  acto  eterno  de  amor  que  comenzó  en  los  cielos”.229 


44 


6.  “La  descendencia  de  Abraham” 


EN  DyC  132  leemos  que  quienes  aceptan  los  convenios  del  matrimonio  celestial 
tienen  la  promesa  que  disfrutarán  la  “continuación  de  las  simientes  por 
siempre  jamás”.230  Esta  idea  se  relaciona  con  el  siguiente  grupo  de  bendiciones 
prometidas  descritas  en  DyC  84:34: 

Llegan  a ser . . . la  descendencia  de  Abraham . . . 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


Figura  6-1.  “Llegan  a ser...  la  descendencia  de  Abraham” 

Las  bendiciones  de  Abraham  y las  ordenanzas  de  sellamiento 

La  referencia  de  llegar  a ser  “la  descendencia  de  Abraham”  incluye  las  bendiciones  de 
la  ordenanza  del  matrimonio  celestial  y el  sellamiento  de  padres  a hijos  en  el 
templo.231  En  DyC  132:30-31  leemos: 

Abraham  recibió  promesas  en  cuanto  a su  posteridad  y a la  del  fruto  de  sus 
lomos...  [que]  tanto  en  el  mundo  como  fuera  del  mundo,  continuarían  tan 
innumerables  como  las  estrellas...  Esta  promesa  es  para  ti  también,  pues  eres  de 
Abraham... 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  6-2.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Altar  de  un  salón  de  sellamiento  del  templo  de  Manti232 

Por  supuesto,  ser  un  descendiente  literal  de  Abraham  no  garantiza  el  cumplimiento 
de  las  promesas  dado  que  están  condicionadas  por  la  fidelidad  personal  a los 
convenios  recibidos:233  “no  todos  los  que  son  de  Israel  son  israelitas:  ni  por  ser  todos 
ellos  hijos  de  Abraham  son  ellos  los  descendientes...  sino  que  los  que  son  hijos  según 
la  promesa  son  contados  en  la  descendencia”.234 

Las  bendiciones  de  Abraham  recibidas  por  medio  de  las  ordenanzas  de  sellamiento 
están  previstas,  por  supuesto,  para  hombres  y mujeres  por  igual:235  “El  élder 
McConkie  explicó  que  ‘lo  que  decimos  para  Abraham,  Isaac  y Jacob  lo  decimos 
también  para  Sara,  Rebeca  y Raquel,  las  esposas...  que  junto  a ellos  fueron  leales  y 
fieles  en  todas  las  cosas’,236  porque  como  enseñó  el  presidente  Joseph  Fielding  Smith, 
‘el  Señor  ofrece  a sus  hijas  todo  don  espiritual  y bendición  que  pueden  obtener  sus 
hijos’”.237 


46 


6.  “La  descendencia  de  Abraham” 


Figura  6-3.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  “Nos  separamos  para  encontrarnos  nuevamente”238 

El  poder  sellador  ejercido  en  el  templo  es  esencial  para  la  redención  de  las  familias. 
Por  este  medio,  tanto  nuestra  posteridad  como  nuestros  ancestros  pueden  enlazarse  a 
nosotros  eternamente  en  la  restauración  del  orden  perfecto  que  Dios  planeó  para  la 
felicidad  de  sus  hijos  antes  de  la  creación  de  la  tierra.239  Sin  estos  “eslabones 
conexivos”,240  como  los  llamó  el  profeta,  ni  nosotros  ni  ellos  podemos  ser 
perfeccionados.241  Explicando  la  prioridad  de  esta  obra  en  ambos  lados  del  velo,  el 
élder  Melvin  J.  Ballard  pregunta:242 

¿Por  qué  a veces  solamente  una  persona  de  una  ciudad  o casa  recibe  el  evangelio? 
Me  fue  manifestado  que  es  por  motivo  de  las  obras  de  los  muertos  justos  que  han 
recibido  el  evangelio  en  el  mundo  espiritual  y,  en  respuesta  a sus  oraciones,  se 
envían  élderes  de  la  iglesia  a los  hogares  de  su  posteridad  para  que  el  evangelio  les 
sea  enseñado  a ellos,  y [para  que]  mediante  su  rectitud  reciban  el  privilegio  de 
tener  un  descendiente  en  la  carne  que  haga  la  obra  por  sus  parientes  fallecidos. 
Quiero  expresar  que  es  mayor  la  intensidad  con  que  los  corazones  de  los  padres  y 
madres  del  mundo  espiritual  se  tornan  a sus  hijos  que  la  de  nuestros  corazones 
hacia  a ellos. 

El  élder  John  A.  Widtsoe  enseñó:243 

Los  que  dan  de  sí  con  todas  sus  fuerzas  y almas  a esta  obra...  reciben  ayuda  del 
otro  lado,  y no  simplemente  para  recopilar  sus  genealogías.  Quienquiera  que 
busque  ayudar  a los  del  otro  lado  recibirá  a cambio  ayuda  en  todos  los  asuntos  de 
la  vida. 


47 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


El  espíritu  de  Elias  el  profeta  y el  poder  de  sellar 

Las  bendiciones  de  cada  ordenanza  del  sacerdocio  son  confirmadas  con  autoridad 
sobre  los  santos  por  el  poder  restaurado  mediante  Elias  el  profeta  en  el  templo  de 
Kirtland,244  un  poder  que  sella  en  los  cielos  lo  que  es  sellado  en  la  tierra245  bajo  la 
condición  de  una  fidelidad  constante.  Contrastando  el  rol  del  poder  sellador 
administrado  en  el  “espíritu  de  Elias  el  profeta”  con  las  bendiciones  preparatorias 
conferidas  en  el  “espíritu  de  Elias”,246  José  Smith  dijo:247 

El  poder  de  Elias  el  profeta  es  al  poder  de  Elias  como,  en  la  arquitectura  del 
templo  de  Dios,  los  que  sellan  o cementan  las  piedras  en  su  sitio  son  a los  que 
cortan  o tallan  las  piedras — unos  preparan  el  camino  para  que  otros  realicen  la 
obra.  Por  esto  somos  sellados  por  el  Santo  Espíritu  de  la  Promesa  (es  decir,  Elias 
el  profeta).248 

Obtener  este  sellamiento  es  hacer  firme  nuestra  vocación  y elección,  lo  cual 
deberíamos  realizar  con  toda  diligencia. 

Si  bien  no  es  común  que  las  bendiciones,  ordenanzas  y ordenaciones  menores  sean 
selladas  sobre  la  cabeza  de  la  persona,249  el  pasaje  recién  citado  aclara  que  la 
manifestación  suprema  del  poder  sellador  ocurre  cuando  se  “hace  firme”  nuestra 
vocación  y elección  o,  en  otras  palabras,  cuando  uno  “está  sellado  para  vida  eterna... 
por  revelación  y el  espíritu  de  profecía”.250  Esta  es  la  misma  idea  que  expresó  el  rey 
Benjamín  cuando  exhortó  a su  pueblo  a ser  “firmes  e inmutables,  abundando  siempre 
en  buenas  obras  para  que...  el  Señor  Dios  Omnipotente,  pueda  sellaros  como 
suyos”.251  Por  otra  parte,  Amulek  testificó  que  el  destino  final  de  quienes  se  han 
“sujetado  al  espíritu  del  diablo”  es  que  el  Adversario  “os  sella  como  cosa  suya”.252 

Ser  sellado  en  este  sentido  final  requiere  tomar  sobre  nosotros  no  sólo  el  nombre 
divino,  sino  también  la  forma  divina  — tal  como  Jesucristo  fue  “la  imagen  misma”253 
del  Padre.  En  tiempos  antiguos  los  sellos  eran  la  forma  de  poner  una  imagen  única  de 
identidad  sobre  documentos  importantes — era  como  transferir  la  imagen  del  autor  al 
documento  en  sí.254  En  forma  similar,  Luke  T.  Johnson,  ve  el  concepto  del  sellamiento 
expresado  en  las  escrituras  como  un  proceso  que  confiere  poderes  y a la  vez  una 
“impronta”,255  recordando  las  palabras  de  Alma  sobre  recibir  la  “imagen”  de  Dios  en 
nuestros  rostros.256  Usando  una  imaginería  similar,  Pablo  describe  a sus  amados 
santos  corintios  como  “carta  de  Cristo...  escrita  no  con  tinta,  sino  con  el  Espíritu  del 
Dios  vivo;  no  en  tablas  de  piedra,  sino  en  tablas  de  carne  del  corazón”.  Estos  santos, 
“mirando  a cara  descubierta  como  en  un  espejo  la  gloria  del  Señor,  [son] 
transformados  de  gloria  en  gloria  en  la  misma  semejanza,  como  por  el  Espíritu  del 
Señor”.257 

El  espíritu  de  Elias  el  profeta  como  poder  sanador  divino 

Es  una  tajante  ironía  que  Elias  el  profeta,  cuyo  nombre  se  encuentra  asociado  con  la 


48 


6.  “La  descendencia  de  Abraham” 


unión  eterna  de  las  familias,  haya  tenido  que  pasar  tanto  tiempo  de  su  ministerio  en 
exilio  solitario  lejos  de  su  pueblo.  Huyendo  por  su  vida  hasta  el  arroyo  de  Querit  por 
mandato  de  Dios,  junto  a los  cuervos  que  lo  alimentaron  como  únicos  compañeros, 
se  quedó  a llorar  por  la  apostasía  de  Israel  como  el  último  de  sus  hermanos  en  ser 
“profeta  de  Jehová”.258  Como  descripción  de  la  figura  que  se  muestra  a continuación, 
Naomi  Wray  escribe:259 


Figura  6-4.  Frank  Wesley,  1923-2002:  Elias  el  profeta  en  el  arroyo  de  Querit260 

Se  ve  un  desierto  externo  sin  contornos  ni  horizontes  y también  un  desierto 
interno  de  la  matriz  del  alma. 

Los  cuidadores  celestiales  son  cincuenta  cuervos  que  baten  sus  alas  y forman  una 
bóveda  gigantesca  que  protege  a la  pequeña  figura  de  Elias  el  profeta  sentada  en 
meditación.  La  esencia  es  más  del  alma  que  de  la  presencia  del  cuerpo.  El  refugio 
de  caliza  color  gris  pizarra  denota  la  vida  de  Elias  puesta  en  estasis  por  el  azul  del 
ser  sempiterno  de  Dios. 

Las  alas  poderosas  de  la  multitud  de  aves  parecen  esculpidas  por  el  tiempo  y los 
elementos  de  la  vastedad  rocosa.  En  el  portal  escarpado  se  pueden  discernir 
cabezas,  alas,  álulas,  picos  y ojos. 

La  luz  del  cuidado  de  Dios  baña  la  figura  solitaria  de  Elias  el  profeta  en  un  fulgor 
color  hielo.  Una  soledad  en  rectitud,  incluso  con  gran  apoyo  espiritual,  es  una 
experiencia  fría. 


49 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  6-5.  Truman  G.  Madsen,  1926-2009261 

Esta  escena  adquiere  su  relevancia  para  el  sellamiento  de  familias  cuando 
reconocemos  que  las  llaves  restauradas  por  Elias  el  profeta  no  fueron  simplemente 
dadas  para  permitir  que  las  ordenanzas  del  sacerdocio  se  efectuaran  con  autoridad.  El 
espíritu  de  Elias  el  profeta  es  tanto  un  poder  sanador  como  un  poder  sellador  que  abre 
las  puertas  del  dique  de  influencia  divina  que,  en  las  palabras  de  Truman  G.  Madsen, 
está  pensado  para  “unir  nuevamente  la  tierra  y el  cielo,  . . . tomar  a los  que  se  hallan 
separados,  alienados  y resentidos  y de  alguna  manera  transformar  sus  corazones,  y 
para  preparar  a todos  los  de  la  familia  [de  Dios]  que  desean  ser  familia,  uniéndolos  en 
forma  indisoluble  para  que  puedan  saludar  al  Cristo”.262  En  la  raíz  de  este  poder  hay 
amor  y perdón.  Madsen  sigue  diciendo:263 

[E]l  perdón  es  la  verdadera  naturaleza  del  camino  de  Cristo.  Sugiero  que  puede 
llegar  a ser  difícil  perdonar  a los  enemigos,  pero  mucho  más  perdonar  a quienes 
amamos...  Es  más  duro  perdonar  a los  seres  queridos  porque  uno  se  preocupa 
por  ellos  y hay  que  seguir  adelante  viviendo  con  ellos,  o luchando,  y ellos  pueden 
seguir  hiriéndonos  por  años  y décadas.  Pero  nuestros  corazones  nunca  se 
volverán  hacia  nuestros  padres  en  la  forma  en  que  este  espíritu  del  que  hemos 
estado  testificando  nos  motiva  a hacerlo  a menos  que  perdonemos. 

Ya  ven,  hemos  heredado  todo  tipo  de  cosas...  [C]on  gusto  aceptamos  venir  al 
mundo,  probablemente  en  este  tiempo  y circunstancias.  Y cuando  una  persona 
joven  dice  a sus  padres  en  la  más  profunda  animosidad,  “Yo  no  pedí  nacer”,  si  le 
dan  la  respuesta  apropiada  y profética  dirán:  “Oh,  sí,  lo  hiciste.  No  sólo  pediste 
nacer,  te  preparaste  para  ello,  te  entrenaste,  te  reservaron  para  ello...” 


50 


6.  “La  descendencia  de  Abraham” 


[E]ste,  creo  yo,  es  uno  de  los  significados  más  profundos  de  la  larga  y laboriosa 
alegoría  del  libro  de  Jacob,  la  alegoría  del  olivo  cultivado  y el  silvestre.  Si 
tomamos  una  rama  silvestre  y la  injertamos  en  uno  cultivado,  si  la  rama  es  lo 
suficientemente  fuerte  a la  larga  va  a corromper  y malograr  el  árbol  hasta  llegar  a 
las  raíces.  Pero  si  tomamos  una  rama  cultivada  y la  injertamos  en  un  árbol 
silvestre,  en  el  debido  tiempo,  si  la  rama  es  lo  suficientemente  fuerte,  sanará  y 
regenerará  hasta  las  mismas  raíces.264  Entonces  ustedes  habrán  sido  instrumentos 
en  la  santificación  de  incluso  sus  antepasados... 

Ser  ese  tipo  de  rama  y lograr  ese  tipo  de  transformación  hacia  atrás  y hacia 
adelante  es  el  logro  más  grande  de  este  mundo.  Pero  para  hacerlo...  uno  debe 
estar  conectado,  ligado  al  Señor  Jesucristo. 

Sin  importar  qué  cosas  podamos  haber  sufrido  en  manos  de  nuestra  familia,  sin 
importar  lo  desconsiderados  o infieles  o incluso  crueles  que  puedan  haber  sido  a lo 
largo  de  nuestra  vida,  si  hemos  tenido  el  privilegio  de  recibir  alguna  de  las 
bendiciones  del  convenio  abrahámico  entonces  estamos  llamados  a salvarlos — y por 
cierto  es  un  llamamiento  al  cual  fuimos  preordinados  en  el  principio.  Carlfred 
Broderick  escribió:265 

En  otros  tiempos,  el  Señor  envió  un 
diluvio  para  destruir  a los  linajes 
indignos.  En  esta  generación,  es  mi  fe 
que  ha  enviado  a numerosos 
individuos  escogidos  para  ayudar  a 
purificarlos... 

Dios  interviene  activamente  en  algunos 
linajes  destructivos,  asignando  a un 
espíritu  valiente  para  romper  la  cadena 
de  destrucción  en  tales  familias.  A 
pesar  de  que  estos  hijos  puedan  sufrir 
inocentemente  como  víctimas  de 
violencia,  abandono  y explotación, 
mediante  la  gracia  de  Dios  algunos 
hallarán  la  fortaleza  para  [neutralizar] 
el  veneno  dentro  de  sí  mismos, 
negándose  pasarlo  a futuras 
generaciones.  Antes  de  ellos  habían 
generaciones  de  dolor  destructivo; 
después  de  ellos  la  línea  fluye  clara  y pura.  Sus  hijos  y los  hijos  de  sus  hijos  los 
llamarán  benditos.  Al  sufrir  inocentemente  para  que  otros  no  tengan  que  sufrir, 
esas  personas,  en  cierto  grado,  han  llegado  a ser  “salvadores  en  el  Monte  de 
Sión”266  ayudando  a traer  la  salvación  a un  linaje. 


Figura  6-6.  Carlfred  Broderick, 
1932-1999 


51 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


52 


7.  “La  iglesia  y reino” 


LA  frase  “la  iglesia  y reino”  se  refiere  a las  bendiciones  de  la  plenitud  del 
sacerdocio  de  Melquisedec,  pertenecientes  al  que  es  hecho  “rey  y sacerdote 
para  Dios,  ejerciendo  gobierno,  autoridad  y dominio  bajo  el  Padre”.267  En 
forma  correspondiente,  las  mujeres  dignas  pueden  recibir  las  bendiciones  de  llegar  a 
ser  reinas  y sacerdotisas.268 


Figura  7-1.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Las  ofrendas  de  Melquisedec,  ca.  1896-1902269 

Es  adecuado  que  estas  bendiciones  estén  asociadas  con  el  nombre  de  Melquisedec, 
porque  él  fue  el  gran  “rey  de  Salem”  y “el  sacerdote  del  Dios  Altísimo”,270  quien 
confirió  el  sacerdocio  a Abraham.271  Reyes  posteriores  de  Israel,  así  como  Jesucristo 
mismo,  fueron  declarados  pertenecer  al  “orden  de  Melquisedec”272  que  originalmente 
se  llamaba  “el  Orden  del  Hijo  de  Dios”.273 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 


o Expiación 


Nuevo  y sempiterno  convenio 


Justificación 

Bautismo, 
sacramento  y 
sacrificio 

"Tres  ordenanzas 
y un  convenio" 


Santificación 

Juramento  y convenio 
del  sacerdocio 

• Dos  sacerdocios 

* Renovación  del  cuerpo 
■ Bendiciones  del  templo 

• Hijos  de  Moisés  y de 

Aarón 

* La  descendencia  de 

Abraham 

V La  iglesia  y reino 


Figura  7-2.  “La  iglesia  y reino” 

Dada  la  naturaleza  sagrada  de  la  ordenanza  que  confiere  la  plenitud  del  sacerdocio,  se 
han  dado  muy  pocos  detalles  sobre  ella  en  las  publicaciones  oficiales  de  la  iglesia.  Por 
ejemplo,  el  élder  McConkie  describió  esta  ordenanza,  junto  con  todas  las  ordenanzas 
que  conducen  a ella,  solo  en  términos  muy  genéricos:274 

Expresando  todo  lo  que  puede  decirse  con  propiedad  fuera  del  templo,  el  Señor 
declara  que  “la  plenitud  del  sacerdocio”275  se  recibe  solamente  dentro  del  templo. 
Esta  plenitud  se  recibe  mediante  lavamientos,  unciones,  asambleas  solemnes, 
oráculos  en  lugares  santos,  conversaciones,  ordenanzas,  investiduras  y 
sellamientos...276 

Al  igual  que  con  todos  los  convenios  y ordenanzas  precedentes,  el  Salvador  mismo 
dio  el  ejemplo  que  tenemos  que  seguir.  Resumiendo  los  requerimientos  estrictos  que 
se  esperan  de  los  que  reciben  esta  ordenanza  final  del  templo,  el  profeta  José  Smith 
dijo:277 

Si  un  hombre  ha  de  recibir  la  plenitud  del  sacerdocio  de  Dios,  debe  obtenerla  de 
la  misma  manera  que  Jesucristo  la  alcanzó,  que  fue  por  guardar  todos  los 
mandamientos  y obedecer  todas  las  ordenanzas  de  la  casa  del  Señor. 


54 


7.  “La  iglesia  y reino” 


Figura  7-3.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Corona  e iniciales  en  el  bastón  de  José  Smith278 
Naturaleza  anticipatoria  de  la  ordenanza 

Aunque  otras  ordenanzas  del  templo  se  habían  administrado  a determinados  santos 
en  Nauvoo  a principios  de  1842,  la  ordenanza  que  confiere  la  plenitud  del  sacerdocio 
de  Melquisedec  fue  administrada  por  el  profeta  recién  en  los  últimos  meses  de  1843. 
El  6 de  agosto  de  1843  Brigham  Young  dijo  que  si  alguien  en  la  iglesia  poseía  la 
plenitud  del  sacerdocio  de  Melquisedec,  él  no  lo  sabía.279  Sin  embargo,  el  22  de 
noviembre  de  1843  finalmente  recibió  esta  tan  esperada  ordenanza.280  En 
instrucciones  posteriores  dadas  en  el  templo,  el  presidente  Young  dijo:281 

Los  que...  aquí  entran  [o  sea,  el  templo  de  Nauvoo]  y han  recibido  sus 
lavamientos  y unciones  [más  adelante,  si  son  fieles]  serán  ordenados  reyes  y 
sacerdotes,  y entonces  habrán  recibido  la  plenitud  del  sacerdocio,  todo  lo  que 
puede  ser  conferido  sobre  la  tierra.  Porque  el  hermano  José  dijo  que  nos  había 
dado  todo  lo  que  el  hombre  podía  recibir  sobre  la  tierra. 

En  contraste  con  las  ordenanzas  del  sacerdocio  discutidas  previamente,  las  cuales 
están  disponibles  para  todos  los  miembros  fieles  de  la  iglesia  en  esta  vida,  la 
ordenanza  coronadora  del  templo  ahora  casi  siempre  está  reservada  como  bendición 
para  después  de  esta  vida.  De  hecho,  incluso  si  la  ordenanza  pudiera  administrarse  en 
esta  vida,  la  realización  de  las  bendiciones  que  declara  no  podría  ser  completamente 
efectiva  en  la  mortalidad.  Enfatizando  la  naturaleza  anticipatoria  de  esta  ordenanza, 
Brigham  Young  explicó  que  “una  persona  puede  ser  ungida  rey  y sacerdote  mucho 
antes  de  recibir  su  reino”.282 


55 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  7-4.  Samuel  unge  a David,  sinagoga  Dura  Europos,  ca.  250283 
Antigüedad  del  sacerdocio  real 

Aunque  el  concepto  del  “real  sacerdocio”284  expresado  en  la  ordenanza  que  confiere  la 
plenitud  del  sacerdocio  es  desconocido  para  la  mayoría  de  las  personas  en  la 
actualidad,  es  perfectamente  coherente  con  las  prácticas  religiosas285  de  la  antigüedad. 
Por  ejemplo,  Wyatt  resume  un  amplio  rango  de  evidencia  que  indica  la  existencia  de 
una  “extensa  continuidad  de  cultura”286  por  todo  el  antiguo  Cercano  Oriente  donde 
cada  candidato  a la  realeza  experimentaba  un  viaje  ritual  pensado  para  conferirle 
jerarquía  divina  como  hijo  de  Dios.287 

Los  expertos  han  debatido  mucho  sobre  el  significado  de  los  fragmentos  esparcidos 
de  rituales  de  realeza  sagrada  del  Antiguo  Testamento,  especialmente  en  los  salmos, 
pero  con  el  tiempo  han  hallado  cada  vez  más  evidencia  de  paralelismos  con  las 
tradiciones  antiguas  de  investidura  del  Cercano  Oriente.288  A este  respecto,  uno  de  los 
más  significativos  es  Salmos  110,  un  pasaje  de  realeza  indiscutido  y — para  los 
cristianos — también  mesiánico.289  Un  experto  conocido  de  los  salmos,  John  Eaton, 
resume  la  importancia  y el  contexto  de  estos  versículos  que  forman  parte  de:290 

...  las  ceremonias  que  representan  la  instalación  del  rey  davídico  en  Jerusalén... 
Parecen  mostrar  elementos  de  coronación  ceremonial:  ascensión  al  trono, 


56 


7.  “La  iglesia  y reino” 


entrega  de  cetro,  unción  y bautismo  para  significar  un  nacimiento  nuevo  como 
hijo  del  Señor  (v.  3291),  [y]  el  nombramiento  al  sacerdocio  real...292  [Como  en 
Salmos]  2,  18,  89  [y]  101,  los  ritos  pueden  haber  involucrado  un  drama  sagrado  y 
requerido  su  repetición  en  conmemoraciones,  tal  vez  anuales,  en  conjunto  con  la 
celebración  de  la  majestad  de  Dios,  de  quien  el  regente  davídico  era  “sirviente” 
principal. 

Notemos  que,  en  la  práctica  israelita,  el  momento  de  la  investidura  no 
necesariamente  debe  ser  cuando  se  unge  al  rey  por  primera  vez.  La  unción 
culminante  del  rey  correspondiente  con  su  investidura  definitiva  era,  por  lo  menos  a 
veces,  precedida  por  una  unción  principesca.  Baker  y Ricks  describen  “varios 
incidentes  en  el  Antiguo  Testamento  donde  se  ungía  primero  a un  príncipe  para  que 
llegara  a ser  rey,  y más  tarde,  después  de  ser  probado,  se  lo  ungía  nuevamente — esta 
vez  como  rey  verdadero”.293 


Figura  7-5.  La  exaltación  de  Israel  resucitado,  sinagoga  Dura  Europos,  ca.  250294 

Si  bien  hay  pocos  indicios  en  el  Antiguo  Testamento  de  que  estos  rituales  israelitas  se 
hayan  dado  a alguien  más  que  al  rey,  existe  evidencia  significativa,  no  bíblica,  de  que 
en  tiempos  posteriores  sí  se  ofrecían  ritos  similares  en  general.  Por  ejemplo,  los 
hallazgos  en  Qumran  y Dura  Europos  sugieren  que  al  menos  en  algunas  ramas  de  la 
tradición  judía  estos  rituales  de  sacerdocio  real  permitían  a los  miembros  de  la 
comunidad,  no  sólo  a su  gobernante,  participar  en  una  forma  de  adoración  que 


57 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


ritualmente  los  llevaba  hasta  la  presencia  de  Dios.295  De  hecho,  se  evidencia  un 
precursor  de  esta  tradición  en  el  relato  de  la  promesa  de  Dios  a Israel  que,  si 
guardaban  su  convenio,  no  sólo  unos  pocos  selectos  sino  todos  tendrían  el  privilegio 
de  llegar  a ser  “un  reino  de  sacerdotes  y un  pueblo  santo”.296  Volviendo  al  principio 
mismo  de  la  Biblia,  los  expertos  han  llegado  a la  conclusión  de  que  la  declaración 
sobre  la  creación  de  Adán  y Eva  a la  “imagen  de  Dios”297  está  para  indicar  que  “cada 
persona  lleva  el  sello  de  la  realeza”.298  Como  ejemplo  tomado  del  Nuevo  Testamento 
notemos  que,  haciendo  eco  de  temas  del  templo  y dirigiéndose  a toda  la  comunidad 
de  los  fieles,  se  enumeran  bendiciones  similares  en  declaraciones  halladas  en  el 
segundo  y tercer  capítulo  del  libro  de  Apocalipsis.299  La  declaración  más  directa  de 
todas,  Apocalipsis  3:21,  dice:  “Al  que  venciere,  yo  le  daré  que  se  siente  conmigo  en  mi 
trono,  así  como  yo  he  vencido  y me  he  sentado  con  mi  Padre  en  su  trono”. 

Conceptos  erróneos  sobre  la  plenitud  del  sacerdocio 

Dado  que  la  ordenanza  de  sellamiento  del  matrimonio  es  por  lo  general  la  última 
ordenanza  que  los  miembros  de  la  iglesia  dignos  de  entrar  al  templo  reciben  en  esta 
vida,  a veces  se  concluye  erróneamente  que  es  la  ordenanza  más  alta  que  se  puede 
recibir  en  el  templo.  Además,  a veces  se  supone  falsamente  que  el  sellamiento  del 
matrimonio  en  sí  confiere  la  plenitud  del  sacerdocio.  Sin  embargo,  las  enseñanzas  del 
profeta  José  Smith  dejan  en  claro  que  es  en  la  “ordenanza  coronadora  de  la  plenitud 
del  sacerdocio  de  Melquisedec”  donde  los  esposos  y esposas  reciben  “la  confirmación 
de  las  promesas  que  los  hombres  dignos  podrían  llegar  a ser  reyes  y sacerdotes  y las 
mujeres  podrían  llegar  a ser  reinas  y sacerdotisas  en  los  mundos  eternos”.300 

Para  distinguir  las  bendiciones  de  llegar  a ser  sacerdote  y rey  (“iglesia  y reino”) 
asociadas  con  el  nombre  de  Melquisedec  y diferenciarlas  de  las  ordenanzas  previas  de 
la  investidura  (“hijos  de  Moisés”)  y del  matrimonio  patriarcal  (“descendencia  de 
Abraham”),  el  profeta  José  Smith  explicó  que:301 

Melquisedec...  tenía  un  poder  aún  mayor...  que  no  era  solamente  el  poder  de  un 
profeta,  apóstol  o patriarca,  sino  el  de  un  rey  y sacerdote  para  Dios...  Ningún 
hombre  puede  llegar  a ser  coheredero  con  Jesucristo  si  no  recibe  la  ministración 
de  uno  que  tenga  el  mismo  poder  y autoridad  de  Melquisedec. 


58 


8.  “Los  elegidos  de  Dios” 


EN  el  lenguaje  de  las  escrituras,  ser  “elegido”  es  ser  “escogido”.  Las  escrituras  y 
las  enseñanzas  de  José  Smith302  se  refieren  a la  bendición  de  la  elección  como 
hacer  firme  la  propia  vocación303  y elección304  o haber  recibido  “la  palabra 
profética  más  segura”305  (es  decir,  “que  un  hombre  sepa...  que  está  sellado  para  vida 
eterna”).306 

El  conocimiento  recibido  por  este  medio  es  algo  más  que  una  visión  personal  o una 
visita  de  Jesucristo  o un  testimonio  desde  el  cielo  que  Él  es  el  Hijo  de  Dios.307  En 
forma  específica,  quienes  hayan  recibido  la  plenitud  del  sacerdocio  y luego  hayan 
demostrado  su  determinación  de  servir  a Dios  “pase  lo  que  pase”308  eventualmente 
tendrán  el  privilegio  de  oír  el  juramento  solemne  de  parte  del  Padre  mismo  que 
obtendrán  la  plenitud  de  gozo  del  reino  celestial  para  siempre  jamás.309  Por  ejemplo, 
aunque  Abraham  había  recibido  anteriormente  las  bendiciones  del  matrimonio 
patriarcal,  y luego  había  sido  hecho  rey  y sacerdote  bajo  las  manos  de  Melquisedec,310 
la  “elección  firme”  de  Abraham  vino  sólo  después,  cuando  demostró  la  disposición  de 
sacrificar  a su  hijo  Isaac.311 


Plan  de  Felicidad 

o Creación 
o Caída 

o Expiación 


Nuevo  y sempiterno  convenio 


Justificación 

Santificación 

Juramento  y convento 

del  sacerdocio 

* Oos  sacerdocios 

Bautismo, 

* Renovación  del  cuerpo 

sacramento  y 

* Bendiciones  del  templa 

sacrificio 

* Hijos  de  Moisés  y de 

Aarón 

• La  descendencia  de 

' Tres  ordenanzas 

Abraham 

y un  com/en/o" 

* La  iglesia  y reino 

^ Elección  hecha  firme 

Figura  8-1.  La  elección  hecha  firme 

Sea  que  uno  reciba  o no  “la  palabra  profética  más  segura”312  en  esta  vida  o en  la 
próxima,  lo  cierto  es  que  esta  forma  singular  de  conocimiento  recibido  por  este 
medio  es  un  prerrequisito  para  la  exaltación,  ya  que  en  otra  parte  de  las  escrituras  se 
nos  informa  que  “es  imposible  que  el  hombre  se  salve  en  la  ignorancia”.313  Como 
advertencia  a los  que  no  logren  vivir  a la  altura  de  los  grandes  privilegios  del 
sacerdocio — a saber  la  garantía  de  las  bendiciones  de  la  exaltación  en  los  mundos 
eternos — el  Señor  nos  ha  instruido:314  “muchos  son  los  llamados,  y pocos  los 
escogidos”. 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  8-2.  Abraham  y el  ángel  Yahoel  se  acercan  al  trono  de  Dios, 

Codex  Sylvester,  siglo  XIV315 

El  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 

El  juramento  personal  del  Padre  descrito  arriba  es  el  mismo  juramento  que  se  indica 
en  DyC  84  cuando  se  describe  “el  juramento  y el  convenio  que  corresponden  a este 
sacerdocio”.316  El  élder  McConkie  explica:317 

El  hombre  y Dios  entran  en  el  convenio  del  sacerdocio,  pero  solamente  el  Señor, 
o sea,  el  Padre,  hace  el  juramento. 

Este  mismo  juramento,  por  el  cual  se  entra  en  la  Iglesia  del  Primogénito318  y se  recibe 
el  conocimiento  de  la  “elección  firme”  — que  tiene  alusiones  por  todas  las 
escrituras319 — tal  vez  está  expresado  de  la  forma  más  clara  en  Salmos  1 10:4:32° 

Juró  Jehová  y no  se  arrepentirá:  Tú  eres  sacerdote  para  siempre  según  el  orden  de 
Melquisedec. 


60 


8.  “Los  ELEGIDOS  DE  DIOS” 


En  Hebreos  6:18-20  se  confirma 
que  este  juramento  no  se  aplica 
solamente  al  Mesías  sino  también  a 
todos  aquellos  que  han  calificado 
para  seguir  a su  “precursor”321  a 
través  del  velo  celestial: 

Aquí,  entonces,  hay  dos  actos 
irrevocables...  para  darnos 
ánimo  poderoso  a los  que 
hemos  reclamado  su 
protección  asiéndonos  de  la 
esperanza  puesta  delante  de 
nosotros.  Esa  esperanza 
tomamos.  Es  como  un  ancla 
para  nuestras  vidas,  un  ancla 
segura  y firme.  Penetra  hasta 
dentro  del  velo,  donde  Jesús 
entró  por  nosotros  como 
precursor,  habiendo  llegado  a 
ser  sumo  sacerdote  para 
siempre  según  el  orden  de 
Melquisedec. 322 

Aludiendo  a las  bendiciones  del 
juramento  y el  convenio  del 
sacerdocio,323  el  autor  de  Hebreos 
garantiza  a los  santos  la  firmeza  e 
inmutabilidad  de  las  promesas  de 
Dios.  Los  “dos  actos  irrevocables” 
mencionados  son  “la  promesa  de 
Dios  y el  juramento  por  el  cual  Él  garantiza  esa  promesa”.324  Por  esta  escritura  hemos 
de  entender  que  siempre  y cuando  nos  aferremos  al  Redentor,  que  ha  entrado  “hasta 
dentro  del  velo...  por  nosotros  como  precursor”,  estaremos  firmemente  anclados  a 
nuestro  hogar  celestial  y a la  eventual  realización  de  la  promesa  “que  donde  yo  esté, 
vosotros  también  estéis”.325  Sin  duda  también  está  el  sentido  que  “Jesús,  el  sumo 
sacerdote  [está]  detrás  del  velo  en  el  Lugar  Santísimo  para  ayudarnos  a 
[atravesarlo]”.326  “El  ancla  de  esta  manera  sería  el  vínculo  que  ‘se  extiende’  o ‘llega’ 
hasta  el  puerto  seguro  de  los  dominios  divinos...  proveyendo  un  medio  de  acceso 
porque  entra  en  la  presencia  de  Dios.”327  Así  como  Jesús  fue  “exaltado...  sobre  todo  el 
orden  creado — al  trono  celestial  a la  diestra  de  Dios” — también  “la  humanidad  será 
elevada  al  pináculo  del  orden  creado”328  como  hijos  e hijas  de  Dios.329  Y así  como  el 
Hijo  recibió  “toda  la  gloria  de  Adán”,330  también  “sus  seguidores  heredarán  esta 
promesa  si  superan. . . la  prueba”.331 


Figura  8-3.  La  mujer  en  la  tumba  y la 
ascensión,  ca.  400 


61 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


El  profeta  José  Smith  explica  en  su  comentario  de  estos  versículos:332 

Aunque  [los  santos  a quienes  Pedro  se  dirigía333]  oyesen  la  voz  de  Dios  y supiesen 
que  Jesús  era  el  Hijo  de  Dios,  esto  no  sería  evidencia  de  que  su  elección  y 
vocación  había  sido  hecha  firme,334  ni  que  tendrían  parte  con  Cristo  y serían 
coherederos  con  Él.  Así  pues,  buscarían  esa  palabra  profética  más  permanente335 
de  que  habían  sido  sellados  en  los  cielos,  y que  tenían  la  promesa  de  vida  eterna 
en  el  reino  de  Dios. 

Y habiéndoles  sido  confirmada  esta  promesa,  era  como  un  ancla  para  el  alma, 
firme  y segura.  Aunque  retumbaran  los  truenos,  y deslumbraran  los  relámpagos, 
y rugieran  los  terremotos,  y los  rodearan  las  guerras,  aun  así,  esta  esperanza  y 
conocimiento  sostendrían  sus  almas  en  toda  ocasión  de  pruebas,  angustias  y 
tribulación.  De  manera  que  el  conocimiento,  mediante  nuestro  Señor  y Salvador 
Jesucristo,  es  la  llave  maestra  que  abre  las  glorias  y misterios  del  reino  de  los 
cielos... 

Quisiera,  pues,  exhortaros  a que  continuaseis  invocando  a Dios  hasta  que  hagáis 
firme  vuestra  vocación  y elección,  obteniendo  la  palabra  profética  más 
permanente,  y esperando  pacientemente  la  promesa  hasta  que  podáis  obtenerla. 

Conceptos  erróneos  sobre  la  doctrina  de  la  elección 

Como  ejemplo  de  concepto  erróneo  sobre  la  doctrina  de 
la  elección,  mencionamos  la  conclusión  incorrecta  de 
que  se  hace  firme  la  vocación  y la  elección  por  medio  de 
la  ordenanza  que  confiere  la  plenitud  del  sacerdocio,  sin 
requerir  también  una  afirmación  separada  personal  del 
Padre.  Una  clave  para  comprender  correctamente  esta 
idea  es  DyC  131:5,  donde  se  explica  que  “la  palabra 
profética  más  segura”  (que  en  otra  parte  se  iguala  con 
“hacer  firme  la  elección”336): 

. . . significa  que  un  hombre  sepa,  por  revelación  y el  espíritu  de  profecía,  que  está 
sellado  para  vida  eterna,  mediante  el  poder  del  Santo  Sacerdocio. 

Las  palabras  de  un  discurso  anterior  de  José  Smith337  clarifican  el  significado  de  este 
versículo,  dejando  evidente  que  el  “sello”  mencionado  tiene  dos  partes,  ambas 
necesarias  para  hacer  “firme”  nuestra  elección.  ¿Cómo  se  realiza  entonces  este  “sello”? 
Específicamente  el  profeta  enseñó  que  debe  hacerse  “por  este  poder  sellador” — es 
decir,  el  poder  sellador  que  tienen  los  poseedores  autorizados  del  sacerdocio — ”y  el 
otro  Consolador” — es  decir,  el  ministerio  personal  del  Padre  y del  Hijo.338  Si  bien  a 
algunos  hombres  les  ha  sido  dado  poder  para  sellar  a los  santos  para  vida  eterna 
movidos  por  el  espíritu  de  revelación,339  el  alcance  de  ese  poder  se  extiende  solamente 
a la  primera  parte  del  sello.  Con  respecto  a la  segunda  parte — el  juramento  o “palabra 


¿Cómo  se 
hace  firme 
nuestra 
vocación  y 
elección? 


62 


8.  “Los  ELEGIDOS  DE  DIOS” 


profética  más  segura”340  que  confirma  divinamente  nuestra  elección — el  profeta  José 
Smith  dijo:341 

Hay  un  Consolador  [es  decir,  el  Espíritu  Santo]  y otro  Consolador  [es  decir,  el 
Segundo  Consolador]  que  morarán  con  vosotros  para  siempre,  [para]  alcanzar  las 
cosas  que  están  dentro  del  velo,  [para  que  podáis]  saber  que  estáis  sellados.  Si  lo 
recibís,  permanecerá  con  vosotros  para  siempre...  “No  os  dejaré  huérfanos; 
vendré  a vosotros”,342  permaneceré  con  vosotros  para  siempre,  [y]  os  sellaré  para 
vida  eterna. 

Más  adelante  dio  a cada  santo  esta  explicación  y aliento  adicionales:343 

...  entonces  si  continúa  humillándose  ante  Dios,  teniendo  hambre  y sed  de 
justicia  y viviendo  de  acuerdo  con  todas  las  palabras  de  Dios,  el  Señor  le  dirá 
dentro  de  poco:  “Hijo,  serás  exaltado.” 

Cuando  el  Señor  lo  haya  probado  en  todas  las  cosas,  y haya  visto  que  aquel 
hombre  está  resuelto  a servirlo,  pase  lo  que  pase,  ese  hombre  verá  que  su 
vocación  y elección  han  sido  confirmadas,  y entonces  será  suyo  el  privilegio  de 
recibir  el  otro  Consolador...344 

...  [C]uando  un  hombre  recibiere  este  último  Consolador,  tendrá  la  persona  de 
Jesucristo  para  atenderlo...  y aun  le  manifestará  al  Padre. 

La  respuesta  es  no — ni  la  ordenanza  que  confiere  la 
plenitud  del  sacerdocio  por  la  cual  la  persona  es 
sellada  por  los  siervos  autorizados  del  Señor  para 
vida  eterna  ni  el  subsecuente  juramento  del  Padre 
que  confirma  la  elección  deben  entenderse  como 
una  promesa  incondicional  de  la  exaltación.  Con 
respecto  a ser  “sellados  para  vidas  eternas”,  el  élder 
Heber  C.  Kimball  declaró:345 

Algunos  vendrán  con  gran  celo  y ansiedad 
diciendo,  “quiero  mis  investiduras;  quiero  mis 
lavamientos  y mis  unciones;  quiero  mis 
bendiciones;  quiero  ser  sellado  para  vidas  eternas....”  ¿Qué  bien  puede  haceros 
esto  si  no  vivís  dignos  de  vuestra  fe  ni  practicáis  vuestra  religión?  No  sería  mejor 
que  si  tomara  un  saco  de  arena  y lo  bautizara,  le  impusiera  mis  manos  para  el  don 
del  Espíritu  Santo,  lo  lavara  y lo  ungiera  y luego  lo  sellara  para  vidas  eternas, 
porque  la  arena  será  salva  pues  cumple  la  medida  de  su  creación;  pero  vosotros 
no,  a menos  que  tengáis  fe  y obediencia. 

Incluso  para  quienes  hayan  recibido  la  plenitud  del  sacerdocio  y luego  llegado  a ser 
los  elegidos  de  Dios  por  su  palabra  personal,  el  profeta  dejó  en  claro  que  ningún 


¿Son 

incondicionales 
las  bendiciones 
de  hacer  firme 
la  vocación  y la 
elección? 


63 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


poder  en  la  tierra  ni  en  el  cielo  puede  proteger  al  individuo  si  éste  comete  el  pecado 
imperdonable.346  De  hecho  enseñó  que  recibir  una  “[manifestación  de]  los  cielos”  (es 
decir,  experimentar  “una  visión  celestial  directa  sobre  el  orden  de  las  bendiciones  que 
acompañan  la  visita  del  Segundo  Consolador”347)  y luego  “negar  a Jesucristo”  es 
precisamente  lo  que  significa  llegar  a ser  un  “hijo  de  perdición”:348 

Todos  los  pecados  serán  perdonados,  con  excepción  del  pecado  contra  el  Espíritu 
Santo;  porque  Jesús  salvará  a todos349  menos  a los  hijos  de  perdición.  ¿Qué  debe 
hacer  el  hombre  para  cometer  el  pecado  imperdonable?  Debe  haber  recibido  el 
Espíritu  Santo,  deben  habérsele  manifestado  los  cielos  y después  de  haber 
conocido  a Dios,  pecar  contra  Él.  Después  que  un  hombre  ha  pecado  contra  del 
Espíritu  Santo,  no  hay  arrepentimiento  para  él.350  Tiene  que  decir  que  el  sol  no 
brilla  cuando  lo  está  mirando;  negar  a Jesucristo,  cuando  se  le  han  manifestado 
los  cielos,  y renegar  del  plan  de  salvación  mientras  sus  ojos  están  viendo  su 
verdad;  y desde  ese  momento  empieza  a convertirse  en  enemigo... 

Uno  no  puede  salvar  a tales  personas,  no  se  les  puede  llevar  al  arrepentimiento; 
están  en  guerra  contra  uno,  como  el  diablo,  y terribles  son  las  consecuencias. 

Esta  es  la  misma  situación  descrita  en  DyC  84:41,  cuando  dice  que  “el  que  violare  este 
convenio,  después  de  haberlo  recibido,  y lo  abandonare  totalmente,  no  recibirá 
perdón  de  los  pecados  en  este  mundo  ni  en  el  venidero”. 

La  siguiente  declaración  del  profeta  José 
Smith,  registrada  en  Documentary  History 
ofthe  Church  [Elistoria  documentada  de  la 
iglesia],  implica  que  las  bendiciones  de  los 
padres  fieles  siempre  se  transmiten  a sus 
hijos:351 

Cuando  se  fija  el  sello  sobre  el  padre  y la 
madre,  esto  les  asegura  su  posteridad,  a 
fin  de  que  no  se  pierdan,  sino  que  sean 
salvos  en  virtud  del  convenio  de  su 
padre  y su  madre. 

Al  leer  esta  declaración  en  contexto,  sin  embargo,  vemos  que  lo  que  el  profeta  quería 
decir  difiere  en  dos  maneras  de  la  interpretación  común.  Primero,  el  “sello...  [fijado] 
sobre  el  padre  y la  madre”  al  que  se  refiere  no  es  el  sellamiento  del  matrimonio  sino 
mas  bien  “la  confirmación  de  las  bendiciones  [del]  convenio  sempiterno,  con  lo  cual 
queda  confirmada  su  vocación  y elección”.352  Antes  del  sellamiento  del  matrimonio 
de  Benjamín  F.  Johnson  a su  esposa,  el  profeta  José  Smith  explicó  la  diferencia  entre 
estas  dos  clases  de  sellos:353 

...  hay  dos  sellos  en  el  sacerdocio.  El  primero  es  el  que  se  coloca  sobre  un 


¿Recibirá  cada  hijo 
de  madre  y padre 
sellados  en  el 
matrimonio  celestial 
las  mismas 
bendiciones  que  sus 
padres? 


64 


8.  “Los  ELEGIDOS  DE  DIOS” 


hombre  y una  mujer  cuando  hacen  el  convenio  [matrimonial]  y el  otro  es  el 
sello  que  les  asigna  su  mansión  particular. 

El  segundo  problema  con  la  interpretación  común  de  la  declaración  del  profeta  sobre 
la  salvación  de  los  hijos  de  los  padres  que  están  sellados,  se  debe  al  hecho  de  que  el 
reporte  más  completo  del  discurso  no  estaba  a disposición  de  los  historiadores  de  la 
iglesia  cuando  compilaron  una  versión  amalgamada  de  las  palabras  del  profeta 
basándose  en  las  notas  de  Willard  Richards  y de  William  Clayton.  En  las  notas  más 
completas  tomadas  por  Howard  y Martha  Coray,  se  ve  a José  Smith  restringió  esta 
declaración  sobre  la  salvación  de  los  hijos  de  padres  que  habían  recibido  el  segundo 
sellamiento,  haciéndola  condicional  a la  obediencia  de  los  hijos:354 

. . . cuando  el  padre  y la  madre  de  una  familia  han  entrado  en  [la  plenitud  del 
sacerdocio355],  los  hijos  que  no  han  transgredido356  quedan  asegurados  por  el 
cual  han  sido  sellados  los  padres.  Y este  es  el  juramento  de  Dios  a nuestro 
padre  Abraham,  y esta  doctrina  permanecerá  para  siempre. 

Ehat  y Cook  comentan:357 

Claramente  esta  es  una  doctrina  más  razonable  y congruente:  si  no  fuera  por 
ese  condicional,  el  concepto  contradiría  doctrinas  significativas  que  enseñó 
José  Smith,  entre  ellas  su  importante  artículo  de  fe  que  “los  hombres  serán 
castigados  por  sus  propios  pecados”.358 

No  tenemos  registros  de  alguna  enseñanza  relevante  de  José  Smith  a excepción  de  la 
citada  anteriormente.  Aunque  los  líderes  posteriores  de  la  iglesia  han  discrepado  en  el 
énfasis  que  ponen  en  diversos  aspectos  de  este  tema,  sí  coinciden  en  el  hecho  de  que 
los  padres  que  honran  los  convenios  del  templo  pueden  ejercer  una  gran  influencia 
espiritual  en  sus  hijos  a lo  largo  del  tiempo.359  Los  miembros  fieles  de  la  iglesia  pueden 
hallar  consuelo  al  saber  que  pueden  reclamar  las  promesas  de  guía  y poder  divinos, 
por  medio  de  la  inspiración  del  Espíritu  Santo  y los  privilegios  del  sacerdocio  en  su 
esfuerzo  por  ayudar  a sus  familiares  a asegurar  la  exaltación  en  el  reino  de  Dios. 


65 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


66 


9.  “Todo  lo  que  mi  Padre  tiene  le  será  dado” 


DyC  84:35-37  enseña  un  aspecto  importante  del  orden  del  sacerdocio:  a saber, 
que  nadie  puede  recibir  al  Padre  o el  reino  del  Padre  hasta  que  haya  recibido 
al  Hijo,  y que  nadie  puede  recibir  al  Hijo  a menos  que  acepte  a los  siervos 
autorizados  del  sacerdocio: 

Y también  todos  los  que  reciben  este  sacerdocio,  a mí  me  reciben,  dice  el  Señor; 
porque  el  que  recibe  a mis  siervos,  me  recibe  a mí;  y el  que  me  recibe  a mí,  recibe 
a mi  Padre; 

“El  que  recibe  a mis  siervos  me  recibe  a mi” 

En  los  tiempos  del  Antiguo  Testamento, 

Pedro,  Santiago  y Juan  recibieron  las  llaves 
del  sacerdocio  de  Melquisedec  para 
representar  al  Señor  en  la  dirección  de  la 
obra  de  salvación  sobre  la  tierra.360  De  igual 
manera,  en  la  última  dispensación,  el  Señor 
específicamente  les  indicó  a sus  santos  que 
recibieran  la  palabra  del  profeta  José  Smith 
“con  toda  fe  y paciencia  como  si  viniera  de 
mi  propia  boca”.361  En  cambio,  quien 
rechace  a los  siervos  del  Señor,  rechaza  al 
Señor  y al  profeta  del  Señor.  El  élder  Boyd 
K.  Packer  enseñó:  “El  hombre  que  no 
sostiene  al  obispo  de  su  barrio  y al 
presidente  de  su  estaca  no  sostendrá  al 
presidente  de  la  iglesia”.362  El  élder  Melvin 
J.  Ballard  explicó  que  estos  principios 
operan  incluso  en  la  vida  venidera:363 

unas  personas  tienen  la  idea  que  al 
morir  los  problemas  de  la  vida  se 
solucionarán  de  repente  y sabrán  que 
éste  es  el  evangelio  de  Jesucristo.  He 

oído  a algunos  decir  que  creen  que  cuando  mueran  van  a ver  a Pedro  y que  lo 
solucionará  todo.  Yo  les  dije:  “Nunca  van  a ver  a Pedro  hasta  que  acepten  el 
evangelio  del  Señor  Jesucristo  de  manos  de  los  élderes  de  la  iglesia,  vivos  o 
muertos”.  Se  van  a encontrar  con  estos  hombres  que  recibieron  este  derecho  o 
autoridad,  porque  esta  generación  lo  recibirá  de  manos  de  quienes  han  sido 
honrados  con  el  sacerdocio  de  esta  dispensación.  En  vida  o muerte,  no  lo 
escucharán  de  nadie  más. 


Figura  9-1.  Teófanes  el  griego,  ca. 
1340-ca.  1410:  Icono  de  la 
transfiguración,  ca.  1403 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  9-2.  “El  que  recibe  a mi  Padre,  recibe  el  reino  de  mi  Padre” 

“El  que  recibe  a mi  Padre,  recibe  el  reino  de  mi  Padre” 

El  que  recibe  al  Padre  eventualmente  recibirá  la  bendición  suprema  de  su  reino.  En 
DyC  84:38  leemos: 

Y el  que  recibe  a mi  Padre,  recibe  el  reino  de  mi  Padre;  por  tanto,  todo  lo  que  mi 
Padre  tiene  le  será  dado. 

Este  versículo  corrige  una  mala  interpretación  común  de  la  parte  final  de  la  parábola 
del  hijo  pródigo,  donde  algunos  han  concluido  erróneamente  que  cuando  el  Padre  da 
todo  lo  que  tiene  a uno  de  sus  hijos  de  alguna  manera  disminuye  lo  que  puede  dar  a 
los  otros.364  Marcando  la  diferencia  entre  el  cumplimiento  eventual  de  la  promesa  de 
la  elección,  el  “espíritu  de  Elias”  y el  “espíritu  de  Elias  el  profeta”,  el  profeta  describió 
al  “espíritu  del  Mesías”,  por  el  cual  el  Salvador  recibió  “todo  poder  en  el  cielo  y en  la 
tierra”  y “fue  entronado  en  los  cielos  como  Rey  de  reyes  y Señor  de  señores”.365  Estas 
bendiciones  del  “espíritu  del  Mesías”  están  disponibles  para  todos  aquellos  que 
permanezcan  fieles  hasta  el  fin. 


68 


9.  “Todo  lo  que  me  Padre  tiene  le  será  dado” 


Figura  9-3.  Trono  doble  en  un  modelo  de  templo  de  Moab366 

Los  justos  fallecidos  en  la  época  del  Antiguo  Testamento,  quienes  recibieron  toda 
bendición  y promesa  del  sacerdocio  de  Melquisedec  estando  en  vida,  aún  debían 
esperar,  antes  de  estar  habilitados  para  recibir  su  exaltación  completa,  a que  se 
completaran  la  expiación,  la  resurrección  y la  ascensión  de  Cristo.367  Se  expresa  una 
idea  similar  en  el  siguiente  pasaje  del  Martirio  y ascensión  de  Isaías,  un  texto  popular 
entre  los  primeros  cristianos:368 

Y me  llevó  hasta  el  séptimo  cielo...  Y allí  vi  a todos  los  justos  desde  el  tiempo  de 
Adán  en  adelante...  Pero  no  estaban  sentados  sobre  sus  tronos,  ni  tenían  sus 
coronas  de  gloria  sobre  ellos.  Y le  pregunté  al  ángel  que  (estaba)  conmigo, 
“¿Cómo  puede  ser  que  hayan  recibido  estas  ropas,  pero  no  estén  sobre  (sus) 
tronos  ni  tengan  (sus)  coronas?”  Y me  dijo:  “No  recibirán  sus  coronas  y tronos  de 
gloria...  hasta  que  el  Amado  [es  decir,  Cristo]  descienda  en  la  forma  que  has  visto 
que  descenderá...  Y cuando  Él  haya  depredado  al  ángel  de  la  muerte,  se  levantará 
al  tercer  día. . . Y entonces  muchos  de  los  justos  ascenderán  con  Él,  cuyos  espíritus 
no  reciben  (sus)  ropas  hasta  que  el  Señor  Cristo  ascienda  y ellos  con  Él.  Entonces 
recibirán  verdaderamente  sus  ropas  y sus  tronos  y sus  coronas,  cuando  Él  haya 
ascendido  al  séptimo  cielo”. 


69 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  9-4.  Pompeo  Batoni,  1708-1787:  El  regreso  del  hijo  pródigo,  1773369 


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9.  “Todo  lo  que  me  Padre  tiene  le  será  dado” 


“Cosas  que  ojo  no  vio ” 

En  esta  vida  no  podemos  comprender  plenamente  el  alcance  y el  significado  de  las 
bendiciones  prometidas  de  Dios.  Como  escribió  el  apóstol  Pablo:  “Cosas  que  ojo  no 
vio,  ni  oído  oyó,  ni  han  subido  al  corazón  del  hombre,  son  las  que  Dios  ha  preparado 
para  aquellos  que  le  aman”.370  En  DyC  76:54-59  leemos: 

Éstos  son  los  que  constituyen  la  Iglesia  del  Primogénito. 

Son  aquellos  en  cuyas  manos  el  Padre  ha  entregado  todas  las  cosas; 

son  sacerdotes  y reyes  que  han  recibido  de  su  plenitud  y de  su  gloria; 

y son  sacerdotes  del  Altísimo,  según  el  orden  de  Melquisedec,  que  fue  según  el 
orden  de  Enoc,  que  fue  según  el  orden  del  Hijo  Unigénito. 

De  modo  que,  como  está  escrito,  son  dioses,  sí,  los  hijos  de  Dios. 

Por  consiguiente,  todas  las  cosas  son  suyas,  sea  vida  o muerte,  o cosas  presentes  o 
cosas  futuras,  todas  son  suyas,  y ellos  son  de  Cristo  y Cristo  es  de  Dios. 

DyC  132:29  testifica  que  esta  bendición  ya  ha  sido  extendida  a otros  además  de 
Jesucristo,  quienes  también  han  “[guardado]  su  segundo  estado”,371  y allí  el  Señor  le 
dijo  al  profeta  José  Smith  que  “Abraham  recibió  todas  las  cosas...  y él  ha  entrado  en 
su  exaltación  y se  sienta  sobre  su  trono”.  Esto  constituye  el  cumplimiento  completo 
de  la  promesa  de  ser  “investidos  con  poder  de  lo  alto”.372 


71 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


72 


10.  “El  Padre  le  enseña” 


DyC  84:47-48  habla  de  lo  que  podríamos  llamar  la  bendición  de  la  “tutoría 
divina”,  donde  el  Padre  provee  instrucción  personal  a aquellos  que  lo  han 
recibido: 

Y todo  aquel  que  escucha  la  voz  del  Espíritu,  viene  a Dios,  sí,  el  Padre. 

Y el  Padre  le  enseña  concerniente  al  convenio  que  él  ha  renovado  y confirmado 
sobre  vosotros... 


Nuevo  y sempiterno  convenio 


Santificación 

Juramento  y convenio 
del  sacerdocio 
* Dos  sacerdocios 

■ Renovación  del  cuerpo 

■ Bendiciones  del  templo 

* Hijos  de  Moisés  y de 

Aarón 

* La  descendencia  de 

Abraham 

■ La  iglesia  y reino 

* Elección  hecha  firme 

•z  Tutoría  divina 

* Recibir  el  reino 


Justificación 


Bautismo, 
sacramento  y 
sacrificio 

'Tres  ordenanzas 
y un  convenio" 


Figura  10-1.  Tutoría  divina  por  medio  del  Segundo  Consolador 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  1 0-2.  Moisés,  Aarón,  Nadab,  y Abiú  se  acercan  a Jehová,  ca.  600373 
El  Segundo  Consolador 

En  su  explicación  de  la  promesa  dada  en  el  evangelio  de  Juan  sobre  un  Segundo 
Consolador,  el  profeta  José  Smith  describió  el  privilegio  de  una  instrucción  personal 
del  Padre  y del  Hijo,  aclarando  que  la  pueden  recibir  en  la  mortalidad  aquellos  que 
han  hecho  firme374  su  vocación  y elección,  mucho  antes  de  que  estas  personas  reciban 
el  reino  del  Padre:375 

[Cjuando  un  hombre  recibiere  este  último  Consolador,  tendrá  la  persona  de 
Jesucristo  para  atenderlo  o aparecerle  de  cuando  en  cuando,  y aun  le  manifestará 
al  Padre,  y harán  morada  con  él,376  y le  serán  descubiertas  las  visiones  de  los 
cielos,  y el  Señor  lo  instruirá  cara  a cara  y podrá  alcanzar  un  conocimiento 
perfecto  de  los  misterios  del  reino  de  Dios. 


74 


10.  “El  Padre  le  enseña” 


Figura  10-3.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  El  último  sermón  de  nuestro  Señor,  ca.  1886-1894377 
“Ya  no  os  llamaré  siervos” 

Jesús,  después  de  apaciguar  a sus  antiguos  apóstoles  con  la  promesa  de  su  regreso  al 
Padre  para  ministrarlos  como  Segundo  Consolador,  les  enseñó  sobre  la  nueva 
relación  de  “amigos”,  en  lugar  de  “siervos”,  que  ahora  tenía  con  ellos:378 

Nadie  tiene  mayor  amor  [del  griego=  agape]  que  éste,  que  uno  ponga  su  vida  por 
sus  amigos  [del  griego=  philoi]. 

Vosotros  sois  mis  amigos  si  hacéis  las  cosas  que  yo  os  mando. 

Ya  no  os  llamaré  siervos,  porque  el  siervo  no  sabe  lo  que  hace  su  señor;  pero  os  he 
llamado  amigos,  porque  todas  las  cosas  que  oí  de  mi  Padre  os  las  he  dado  a 

379 

conocer. 

Jesús  usa  dos  palabras  griegas  diferentes  que  significan  amor  en  este  breve  pasaje.  La 
primera  palabra  que  usa  Jesús  (agape)  es  la  que  en  forma  característica  utilizó  para 
enseñar  a sus  discípulos  a valorar,  servir  y estimar  a todos  los  hombres;  la  otra  ( philoi ) 
es  la  palabra  griega  más  común  que  describe  una  relación  de  afecto  entre  dos  amigos 
devotos,  denotando  “el  pensamiento  de  aprecio  hacia  el  objeto  sobre  todo  lo  demás, 
una  manifestación  de  afecto  caracterizada  por  la  constancia,  motivada  por  la  más  alta 
veneración”.380  Entonces  cuando  Jesús  describe  su  amor  por  sus  discípulos,  no  es  una 
mera  descripción  de  la  estima  que  tiene  por  ellos  en  general,  sino  más  bien  está 
afirmando  una  relación  especial  de  este  tipo  más  elevado  que  ahora  existe  entre  ellos. 


75 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  10-4.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  Comida  de  nuestro  Señor  y los  apóstoles, 

ca.  1886-1894381 

Después  de  su  resurrección,  cuando  Jesús  se  apareció  a los  doce  en  el  Mar  de  Galilea, 
tomó  a Pedro  y le  enseñó  lo  que  significaba  ser  su  amigo.  Una  lectura  alternativa  de 
Juan  21:15-17  en  la  New  English  Bible  preserva  en  inglés  la  distinción  entre  las  dos 
clases  de  amor  halladas  en  el  texto  griego:382 

Y cuando  hubieron  comido,  Jesús  le  dijo  a Simón  Pedro, 

Simón  hijo  de  Jonás,383  ¿me  amas  más  que  éstos?384 
Él  le  contestó: 

Sí,  Señor,  tú  sabes  que  [soy  tu  amigo].385 

Él  le  dijo, 

Apacienta  mis  corderos.386 
Volvió  a decirle  la  segunda  vez, 

Simón  hijo  de  Jonás,  ¿me  amas? 

Le  respondió, 

Sí,  Señor,  tú  sabes  que  [soy  tu  amigo]. 

Le  dijo, 

Apacienta  mis  ovejas. 

Le  dijo  la  tercera  vez, 

Simón  hijo  de  Jonás,  [¿eres  mi  amigo?] 

Se  entristeció  Pedro  de  que  le  dijese  por  tercera  vez, 

[¿eres  mi  amigo?] 

Y le  dijo, 

Señor,  tú  sabes  todas  las  cosas;  tú  sabes  que  [soy  tu  amigo]. 

Jesús  le  dijo, 

Apacienta  mis  ovejas. 


76 


10.  “El  Padre  le  enseña” 


En  este  pasaje,  Pedro  responde 
a la  pregunta  de  Jesús  sobre  si 
su  amor  por  el  Señor  sobrepasa 
al  amor  que  tiene  por  los  otros 
discípulos  con  una  afirmación 
apasionada  de  su  relación 
especial  como  amigo.  Cuando 
Jesús  no  confirma  la 
aseveración  de  Pedro  sobre  su 
grado  de  intimidad  y,  además, 
cuestiona  su  amor  por  segunda 
vez,  Pedro  repite  su  declaración 
de  amistad,  sin  duda  con  más 
urgencia  y énfasis.  La  tercera 
vez,  cuando  por  fin  Jesús  le 
pregunta  directamente  sobre  la 
amistad  de  Pedro  (“¿eres  tú  mi 
amigo?”),  Pedro,  con  dolor, 
hace  una  última  súplica  sincera: 

“Señor,  tú  sabes  todas  las  cosas; 
tú  sabes  que  soy  tu  amigo”. 

Cada  vez  que  Jesús  responde  a 
las  declaraciones  de  amistad  de 
Pedro,  escuchamos  el  eco  del 
pasaje  anterior  de  Juan: 

“Vosotros  sois  mis  amigos  si 
hacéis  las  cosas  que  yo  os 
mando”.387  El  Señor  no  se 
conforma  solamente  con  las  palabras  amorosas  de  alguien  que  recibe  su  ofrecimiento 
de  amistad,  no  importa  cuán  elocuentes  y apasionadas  sean.  Jesús  parece  estar 
enseñando  a Pedro  que  ser  su  amigo  significa  de  ahí  en  adelante  consagrarse 
totalmente  a través  de  sus  acciones  en  su  rol  pastoral  sobre  la  iglesia,  apacentando  la 
grey  de  Dios.388  El  profeta  José  Smith  enseñó:389 

El  hombre  que  se  siente  lleno  del  amor  de  Dios  no  se  conforma  con  bendecir 
solamente  a su  familia,  sino  que  va  por  todo  el  mundo,  con  el  deseo  de  bendecir  a 
toda  la  raza  humana. 


Figura  10-5.  Lester  L.  Yocum,  1954-: 
“Plata  y oro  no  tengo”,  2009 


77 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


“Os  llamaré  mis  amigos” 

Hablando  del  proceso  de  toda  la  vida  que  nos  prepara  para  esta  hermandad  final  con 
Dios,  el  élder  Bruce  C.  Hafen  escribió:390 

Al  sentir  el  poder  del  amor  de  Cristo 
llevándonos  hacia  él,  anticipamos  el  gozo 
de  la  promesa:  “Sé  fiel  y diligente...  y te 
estrecharé  entre  los  brazos  de  mi 
amor”.391  Reflejó  ese  afecto  en  la  forma  en 
que  le  habló  a José  Smith.  Durante  los 
primeros  años  de  José,  Cristo  lo  llamó 
“mi  siervo  José”.392  Pero  a medida  que  la 
vida  de  José  tomó  caminos  marcados  por 
la  consagración  y la  adversidad,  el  Señor 
dijo,  “desde  ahora  os  llamaré  mis 
amigos”.393  ¿Cuál  es  la  diferencia  entre  un 
siervo  y un  amigo?  El  Señor  antes  había 
dicho,  “el  siervo  no  sabe  lo  que  hace  su 
señor;  pero  os  he  llamado  amigos , porque 
todas  las  cosas  que  oí  de  mi  Padre  os  las 
he  dado  a conocer”....394 

La  paradoja  de  esta  tutoría  divina  es  que 
el  Señor  no  sólo  nos  va  a corregir  pero 
puede  que  también  nos  lleve  a formas  de 
aflicción  personal.  Dado  que  el  élder 
[Neal  A.]  Maxwell  fue  un  estudiante  tan  fiel  del  discipulado,  uso...  sus  palabras: 
“Si  tomamos  nuestro  discipulado  en  serio,  Jesús  a la  larga  nos  pedirá  a cada  uno 
de  nosotros  que  hagamos  aquellas  cosas  que  nos  cuestan  más  hacer”.395  Por  tanto, 
“a  veces  las  mejores  personas  tienen  las  peores  experiencias  porque  son  las  más 
preparadas  para  aprender”.396 

¿Estamos  listos  para  pagar  ese  precio  por  la  vida  eterna?  Si  no  es  así,  debemos 
prepararnos,  porque  es  a través  de  nuestra  disposición  a pagar  el  precio  doloroso  de 
la  experiencia  que  llegamos  a conocer  a Dios.397  Y conocer  a Dios  es  la  vida  eterna, 
como  leemos  en  Juan  17:3: 

Y ésta  es  la  vida  eterna:  que  te  conozcan  a ti,  el  único  Dios  verdadero,  y a 
Jesucristo,  a quien  has  enviado.398 

Jeremías  29:13  explica:399 

Y me  buscaréis  y me  hallaréis  cuando  me  busquéis  con  todo  vuestro  corazón. 


Figura  10-6.  LizLemon  Swindle,1953-: 
“Ven  conmigo  a Cumorah”,  1997 


78 


10.  “El  Padre  le  enseña” 


Figura  10-7.  La  escondida400 

Truman  G.  Madsen  compartió  lo  siguiente  sobre  este  tema:401 

Hay  una  leyenda  sobre  un  abuelo,  un  hombre  santo,  quien  cuidando  a su  nieta,  la 
mandó  a jugar.  Poco  después  la  niña  regresó,  llorando  como  si  se  le  fuera  a partir 
el  corazón.  Dijo:  “estuve  jugando  a la  escondida  con  mis  amigos.  Fui  y me 
escondí  y esperé,  pero  nadie  vino  a buscarme”.  El  abuelo  la  abrazó  y le  dijo: 
“Ahora  sabes  cómo  se  siente  Dios.  Él  se  esconde  y nadie  sale  a buscarlo”. 


79 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


80 


11.  “Importunadlo  hasta  que  os  bendiga” 


LA  “puerta  estrecha”402  del  bautismo403  y el  “angosto...  camino”404  del 
discipulado405  al  que  hombres  y mujeres  son  llamados  terminan  en  el  punto  de 
entrada  final  que  conduce  a la  presencia  del  Padre.  Se  nos  instruye  que  nos 
acerquemos  a ese  punto  de  entrada  con  una  “petición  triple”406  muy  específica,  a 
saber:407 

Pedid,  y se  os  dará;  buscad,  y hallaréis;  llamad,  y se  os  abrirá  [refiriéndose  a la 
barrera  final  que  nos  separa  del  Padre]. 

A continuación  de  la  instrucción  de  pedir,  buscar  y llamar,  la  traducción  de  José 
Smith  añade  un  pasaje  instructivo  de  escritura.  En  estos  versículos  nuevos,  Jesús 
responde  preguntas  de  sus  discípulos  sobre  los  que — habiendo  rechazado  la 
posibilidad  de  entrar,  como  Moisés,  en  la  presencia  de  Dios — afirman  que  la  “ley”  es 
suficiente  para  su  salvación.  Confirmando  la  naturaleza  personal  de  la  respuesta 
esperada  de  la  petición  triple  del  discípulo  calificado,  el  Salvador  instruye  a sus 
seguidores  a que  hablen  a estos  escépticos  sobre  la  bondad  de  Dios:408 

¿Qué  hombre  entre  vosotros,  teniendo  un  hijo  que  esté  fuera  y le  diga:  Padre, 
abre  tu  casa  para  que  yo  entre  y cene  contigo,  no  le  dirá:  Entra,  hijo  mío,  porque 
lo  mío  es  tuyo,  y lo  tuyo  es  mío? 

¿A  quién  están  dirigidas  estas  enseñanzas?  El  contexto  deja  en  claro409,  y así  también 
las  enseñanzas  de  John  Taylor,410  que  estas  instrucciones  no  son  para  el  mundo  en 
general,  sino  para  los  santos  que  han  recibido  los  convenios  que,  si  son  guardados,  los 
prepararán  para  pasar  más  allá  de  la  barrera  final  del  reino  celestial  para  ser 
coronados  con  la  plenitud  de  su  gloria.  Sin  embargo,  en  contraste  con  lo  que  parece 
implicar  Mateo  7:8, 411  Jesús  en  otra  parte  deja  en  claro  que  “no  todo”  el  que  llega  a ese 
lugar  será  admitido  en  la  presencia  del  Padre.412  Jesús  enseñó:413 

21  No  todo  el  que  me  dice:  Señor,  Señor,  entrará  en  el  reino  de  los  cielos,  sino  el 
que  hace  la  voluntad  de  mi  Padre  que  está  en  los  cielos. 

22  Muchos  me  dirán  en  aquel  día:  Señor,  Señor,  ¿no  profetizamos  en  tu  nombre, 
y en  tu  nombre  echamos  fuera  demonios  y en  tu  nombre  hicimos  muchos 
milagros? 

23  Y entonces  les  declararé:  Nunca  os  conocí  [cf.  “Nunca  me  conocisteis”  (TJS 
Mateo  7:23)];  apartaos  de  mí,  hacedores  de  maldad. 

“¿Cómo  es  que  el  Señor  no  los  conocía?  La  palabra  hebrea  para  ‘conocer’  [yada]  tiene 
un  rango  amplio  de  significados.  Uno  de  ellos  tiene  que  ver  con  los  convenios”.414  El 
Señor  conoce  a los  individuos  que  han  recibido  y guardado  todas  sus  ordenanzas  y 
convenios,  y a la  vez  éstos  lo  conocen  a Él.415  El  élder  Bruce  R.  McConkie  además 
explica:416 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Jesús  está  diciendo:  “Nunca  me  conocisteis  tan  completamente  como  para  ser 
sellados  para  vida  eterna  haciendo  firme  vuestra  vocación  y elección,  y dado  que 
no  magnificasteis  vuestros  llamamientos  en  el  sacerdocio,  seréis  echados  como  si 
nunca  os  hubiera  conocido”. 

Por  analogía  con  la  ley  judía  que  dice  que  “un  abogado  no  puede  representar  a un 
cliente  que  él  o ella  no  haya  conocido  personalmente”,417  Jesús  está  diciendo  que  no 
puede  actuar  como  Mediador  de  alguien  que  es  un  extraño  para  Él,  y que  si  en  el  día 
del  juicio  final418  se  halla  que  esa  persona  ha  “[malgastado]  los  días  de  [su] 
probación”,419  deberá  ser  “echada”  de  la  presencia  del  Señor.  Claramente,  como  lo 
expresara  John  Bunyan,  “existe  un  camino  al  infierno,  incluso  desde  la  puerta  del 
cielo”.420 

Los  que  se  han  preparado  para  entrar,  sin  embargo,  reciben  la  amonestación  de 
continuar  peticionando  al  Señor  con  incansable  diligencia  hasta  recibir  las 
bendiciones  prometidas.  En  este  sentido, 
no  hay  mejor  lección  que  la  poco 
recordada  parábola  de  Jesús  sobre  la 
viuda  importuna  y el  juez  injusto,  una 
alusión  recurrente  en  las  enseñanzas  de 
José  Smith.421  La  parábola  dice:422 

Y Jesús  les  relató  también  una 
parábola  sobre  la  necesidad  de  orar 
siempre  y no  desmayar,  diciendo: 

Había  en  una  ciudad  un  juez  que  no 
temía  a Dios  ni  respetaba  a hombre. 

Había  también  en  aquella  ciudad  una 
viuda,  la  cual  venía  a él,  diciendo: 

Hazme  justicia  contra  mi  adversario. 

Y él  no  quiso  por  algún  tiempo;  pero 
después  de  esto,  dijo  dentro  de  sí: 

Aunque  no  temo  a Dios  ni  tengo 
respeto  a hombre,  sin  embargo, 
porque  esta  viuda  me  es  molesta,  le 
haré  justicia,  no  sea  que,  viniendo  de 
continuo,  me  agote  la  paciencia. 

Harvey  resume  el  contexto  cultural  de  la  historia:423 

El  contexto  era  un  pueblo  pequeño.  Una  viuda — que  era  sinónimo  de  alguien 
reducido  a la  pobreza  por  causas  ajenas — había  sido  víctima  de  algún  fraude  o 
práctica  desleal,  y para  poder  recuperar  su  dinero  tenía  que  dirigirse  a la  ley.  En 
esos  casos,  no  se  requería  una  sesión  formal  de  tribunal;  bastaba  que  las  partes 


82 


11.  “Importunadlo  hasta  que  os  bendiga” 


aceptaran  un  abogado  calificado  para  arbitrar  entre  ellas.  El  pueblito,  en  todo 
caso,  podría  tener  un  solo  abogado  con  esas  características;  de  ser  así,  la  única 
esperanza  de  vindicación  de  la  viuda  yacía  en  persuadir  a este  abogado  para  que 
atendiera  su  caso.  Y bien,  era  un  principio  fundamental  de  la  justicia  judía  que  un 
juez  no  recibía  pago  alguno.  Existía  entonces  sólo  una  obligación  moral  para  el 
abogado  de  atender  todos  estos  casos  a él  presentados.  Este  abogado  en  particular 
no  era  sensible  a sus  obligaciones  morales — no  le  importaba  nada:  ni  Dios  ni  el 
hombre;  probablemente  esperaba  a que  los  litigantes  le  trajeran  un  regalo  antes 
de  preocuparse  del  asunto.  Pero  la  viuda,  presentando  una  y otra  vez  sus  papeles 
ante  él,  logró  su  objetivo. 

...  La  justicia  del  reclamo  de  la  viuda  se  da  por  sentada;  el  punto  es  la  dificultad 
que  ella  tenía  para  que  se  ocupara  del  mismo. 


Figura  11-2.  William  Holman  Hunt,  1827-1910:  El  vecino  importuno,  1895424 
¿En  qué  sentido  se  puede  comparar  a Dios  con  ese  juez?  El  élder  Talmage  explica:425 

Jesús  no  quiso  decir  que  así  como  el  juez  impío  finalmente  cedió  a los  ruegos,  en 
igual  manera  lo  hará  Dios;  pero  sí  indicó  que  si  aun  tal  persona  como  este  juez, 
que  “ni  temía  a Dios,  ni  respetaba  a hombre”,  finalmente  escuchó  y concedió  la 
súplica  de  la  mujer,  nadie  debe  dudar  de  que  Dios,  Justo  y Misericordioso, 
también  oirá  y contestará...  Se  declara  en  forma  categórica  el  propósito  para  el 
cual  el  Señor  relató  esta  parábola;  fue,  como  lo  dicen  las  escrituras,  para  hacerles 
ver  “la  necesidad  de  orar  siempre,  y no  desmayar”.  [=  del  griego  ekkaneo,  estar 
cansado  o desanimarse] 


83 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


¿Cómo  aplicó  José  Smith  esta  parábola  a las  promesas  contenidas  en  el  convenio  y el 
juramento  del  sacerdocio?  En  un  discurso  de  1839  sobre  el  tema  del  Segundo 
Consolador,  enseñó  que  es  “nuestro  privilegio  pedir  en  oración  y obtener”426  el 
conocimiento  de  que  estamos  sellados  para  vida  eterna.  Al  orar  por  este  privilegio, 
también  debemos  prepararnos  para  el  mismo.  Para  este  fin,  se  nos  dice  en  la 
revelación  que  hemos  de  “estar  diligentemente  atentos  a las  palabras  de  vida  eterna”, 
y hemos  de  “[vivir]  de  toda  palabra  que  sale  de  la  boca  de  Dios”.427  El  profeta  explicó 
que  es  el  Primer  Consolador,  el  Espíritu  Santo,  que  “os  enseñará”  hasta  el  momento 
gozoso  cuando  finalmente,  como  lo  prometió  el  Salvador,  “vendréis  a mí  y a mi 
Padre”.428  Alentándonos  a cada  uno  a seguir  el  ejemplo  de  la  viuda  importuna,  José 
entonces  dijo:429 

Dios  no  hace  acepción  de  personas.  Todos  tenemos  el  mismo  privilegio.  Allegaos 

a Dios.  Importunadlo  hasta  que  os  bendiga. 


84 


11.  “Importunadlo  hasta  que  os  bendiga” 


85 


Apéndice  1:  Versión  manuscrita  de  DyC  84:l-57a 


Figura  Al-1.  Primera  página  de  la  versión  manuscrita  de  DyC  84430 


Apéndice  1:  Versión  manuscrita  de  DyC  84:1 -57a 


Figura  Al-2.  Segunda  página  de  la  versión  manuscrita  de  DyC  84431 


87 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


88 


Figura  A2-1.  Scot  Facer  Proctor,  1956-:  Cuarto  de  revelación  en  el  almacén 
de  Newel  K.  Whitney432 


Apéndice  2:  Circunstancias  de  la  revelación  de  DyC  84 

La  sección  84  fue  recibida  los  días  22  y 23  de  setiembre  de  1832  en  una  reunión 
convocada  por  el  regreso  de  un  grupo  de  élderes  de  sus  misiones  en  el  este  de  Estados 
Unidos.433  La  pausa  en  la  revelación  entre  los  dos  días  parece  haberse  hecho  un  poco 
antes  de  que  se  dictara  el  texto  correspondiente  al  versículo  42. 434 

“A  su  siervo  José  y a seis  élderes” 

Si  bien  el  profeta  fue  el  portavoz  de  la  revelación,  el  versículo  1 deja  en  claro  que  se 
considera  como  haber  sido  dada  a todos  los  presentes  en  la  conferencia:435  “Una 
revelación  de  Jesucristo  a su  siervo  José  Smith,  hijo,  y a seis  élderes,  cuando  unieron 
sus  corazones  y elevaron  sus  voces  al  cielo”.436  El  esfuerzo  del  profeta  para  asegurarse 
de  que  cada  persona  presente  quedara  incluida  en  el  proceso  de  revelación  concuerda 
con  el  registro  de  una  reunión  de  naturaleza  similar  llevada  a cabo  unos  tres  meses 
más  tarde.  En  esa  reunión,  José  Smith  estaba  junto  con  otros  nueve  hermanos  y 
recibieron  DyC  88  en  el  transcurso  de  dos  días.  El  profeta  prometió  que  si  “todos 
[pudiesen]  lograr  ser  de  un  corazón  y de  un  mismo  sentir,  con  fe  perfecta,  el  velo  bien 
pudiera  partirse  hoy  o la  semana  entrante  o cualquier  otro  tiempo”.437  Como  con  DyC 
84,  todos  los  reunidos  tenían  que  unirse  en  oración  antes  de  recibir  la  revelación.  Las 
minutas  de  la  reunión,  tomadas  por  Frederick  G.  Williams,  dicen  lo  siguiente:438 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  A2-2.  Dan  Lewis,  1972-:  JoséSmith,  hijo  recibiendo  una  revelación439 

El  hno.  José  se  puso  de  pie  y dijo  [que]  para  recibir  revelación  y la  bendición  del 
cielo  era  necesario  enfocar  nuestras  mentes  en  Dios  y ejercer  la  fe  y llegar  a ser  de 
un  corazón  y de  un  mismo  sentir.  Por  tanto,  recomendó  que  todos  los  presentes 
oráramos  al  Señor  en  forma  individual  y en  voz  alta  pidiéndole  que  nos  revelara 
su  voluntad  concerniente  a la  edificación  de  Sión  y por  el  beneficio  de  los  santos  y 
por  el  deber  y trabajo  de  los  élderes.  Así  que  nos  inclinamos  ante  el  Señor, 
después  de  lo  cual  cada  uno  se  puso  de  pie  y por  turnos  expresó  sus  sentimientos 
y la  determinación  de  guardar  los  mandamientos  de  Dios.  Y luego  se  recibió  una 
una  revelación  [es  decir,  DyC  88]  relacionada  al  deber  [de  los  élderes]  como  se 
afirmó  anteriormente.  [A  las]  9 de  la  noche,  no  habiendo  terminado  la  revelación, 
la  conferencia  se  pospuso  hasta  la  mañana  siguiente  a las  9 horas.  [El  28]  Nos 
reunimos  según  lo  planeado  y comenzamos  con  una  oración  [y]  así  seguimos  con 
la  recepción  del  resto  de  la  revelación  mencionada.  Una  vez  finalizada  y sin  haber 
más  asuntos  que  atender  antes  de  la  conferencia,  cerramos  la  reunión  con  una 
oración  en  armonía  con  los  hermanos  y en  gratitud  con  nuestro  Padre  Celestial 
por  la  gran  manifestación  de  su  Santo  Espíritu  en  el  marco  de  la  conferencia. 


90 


Apéndice  2:  Circunstancias  de  la  revelacioón  de  DyC  84 


Todo  esto  estaba  en  armonía  con  los  esfuerzos  de  José  Smith  para  tener  reuniones  de 
la  iglesia  siguiendo  el  modelo  “de  la  forma  antigua440  de  dirigir  las  reuniones  según 
fueran  guiados  por  el  Espíritu  Santo”.441  En  las  reuniones  conducidas  de  esta  manera, 
cada  participante  podía  esperar  oír  la  voz  del  Señor  en  relación  a todo  asunto  que  los 
convocara. 

“Dictada  en  nuestra  presencia” 

El  texto  manuscrito  de  la  versión  más  antigua  que  tenemos  de  DyC  84  fluye 
suavemente,  con  muy  pocas  correcciones  y,  a parte  de  una  nota  indicando  que  la 
composición  del  grupo  presente  había  cambiado  el  segundo  día,  no  hay  nada  en  la 
revelación  misma  que  indique  que  fue  recibida  en  dos  partes.442  Es  fácil  imaginar  que 
la  forma  en  que  fue  dictada  podría  haber  sido  algo  parecido  a lo  descrito  en  una 
ocasión  anterior  por  Parley  P.  Pratt:443 

Después  de  unirnos  en  oración  en  el  cuarto  de  traducciones,  dictó  en  nuestra 
presencia  la...  revelación: — (Cada  frase  fue  pronunciada  en  forma  lenta  y clara, 
con  una  pausa  entre  cada  una,  lo  suficientemente  larga  como  para  ser  registrada 
por  un  escribiente  común,  sin  abreviaturas.  De  esta  manera  se  dictaron  y 
escribieron  todas  sus  revelaciones  escritas.  Nunca  hubo  una  vacilación,  revisión, 
ni  lectura  en  voz  alta  para  seguir  con  el  hilo  del  discurso;  tampoco  ninguna  de 
estas  comunicaciones  sufrió  revisiones,  intercalaciones  ni  correcciones.  Así  como 
las  dictaba  quedaban,  hasta  donde  he  podido  ver;  y estuve  presente  para  ser 
testigo  del  dictado  de  varias  comunicaciones  de  varias  páginas  cada  una. . . ) 


91 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


92 


Apéndice  3:  Pasajes  seleccionados  del  Nuevo  Testamento 
relacionados  con  las  bendiciones  del  sacerdocio  mayor 

En  esta  sección  se  describen,  en  su  contexto  del  Nuevo  Testamento,  versículos 
seleccionados  que  se  relacionan  con  las  bendiciones  del  sacerdocio  mayor,  hallados 
en  las  enseñanzas  y las  revelaciones  de  José  Smith. 

“Otro  consolador” 

La  promesa  de  “otro  consolador”  dada  por  Jesús  a sus  discípulos  en  vista  de  su 
inminente  partida,  se  halla  en  Juan  14.  En  1832,  este  mismo  consolador,  identificado 
como  el  “Santo  Espíritu  de  la  Promesa”  y la  “promesa...  de  vida  eterna”  fue  también 
prometido  a un  grupo  de  los  primeros  santos:444 

Por  tanto,  ahora  os  envío  a vosotros,  mis  amigos,  otro  Consolador,  el  Santo 
Espíritu  de  la  promesa,  para  que  permanezca  en  vuestros  corazones;  y este  otro 
Consolador  es  el  mismo  que  prometí  a mis  discípulos,  según  se  halla  escrito  en  el 
testimonio  de  Juan. 

Este  Consolador  es  la  promesa  que  os  doy  de  vida  eterna,  sí,  la  gloria  del  reino 
celestial; 

Una  década  más  tarde,  el  profeta  aclaró  esta  enseñanza  para  evitar  cualquier  noción 
de  que  ya  sea  el  personaje  del  Padre  o del  Hijo  o el  personaje  del  Espíritu  Santo 
pueden  morar,  literalmente,  en  el  corazón  de  alguien.445  (Notar  que  la  idea 
inconsistente  en  DyC  130:22  de  que  el  “Espíritu  Santo  podría...  morar  en  nosotros” 
porque  es  un  “personaje  de  espíritu”  no  aparece  en  ninguno  de  los  manuscritos 
primarios  sino  que  fue  añadida  por  historiadores  de  la  iglesia  en  la  década  de  1850.446) 
Al  mismo  tiempo  el  profeta  enseñó  que  “la  visita  del  Padre  y del  Hijo”,  en  Juan  14:23, 
“es  una  manifestación  personal”.447 

La  enseñanza  más  amplia  del  profeta  sobre  Juan  14  se  dio  el  27  de  junio  de  1839, 
cuando  dijo:448 

Se  habla  de  dos  Consoladores.  Uno  es  el  Espíritu  Santo,  el  mismo  que  se  dio  el  día 
de  Pentecostés  y que  todos  los  miembros  reciben  después  de  la  fe,  el 
arrepentimiento  y el  bautismo. . . 

El  otro  Consolador  de  que  se  habla...  no  es  nada  más  ni  menos  que  el  Señor 
Jesucristo  mismo;  y ésta  es  la  substancia  de  todo  el  asunto:  que  cuando  un 
hombre  recibiere  este  último  Consolador,  tendrá  la  persona  de  Jesucristo  para 
atenderlo  o aparecerle  de  cuando  en  cuando,  y aun  le  manifestará  al  Padre,  y 
harán  morada  con  él,  y le  serán  descubiertas  las  visiones  de  los  cielos,  y el  Señor 
lo  instruirá  cara  a cara  y podrá  alcanzar  un  conocimiento  perfecto  de  los 
misterios  del  reino  de  Dios... 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Aunque  a primera  instancia  la  idea  del  “otro  consolador”  como  “la  promesa...  de 
vida  eterna”449  podría  parecer  inconsistente  con  la  idea  que  expresa  una  aparición 
personal  del  Padre  y del  Hijo,  se  debe  recordar  que  es  el  Padre  mismo  que  confiere  la 
promesa  firme  de  la  vida  eterna. 

Si  bien  es  difícil  probar  desde  un  estudio  del  texto  griego  existente  del  Nuevo 
Testamento  la  presencia  de  dos  “consoladores”  distintos  en  Juan  14,  el  enfoque 
central  de  la  enseñanza  de  José  Smith,  a saber,  que  Jesús  en  los  versículos  18  y 23  se 
está  refiriendo  a una  aparición  personal  de  sí  mismo  y del  Padre  a sus  discípulos  y 
“no  al  mundo”450,  es  una  postura  aceptable  entre  algunos  expertos  no  miembros  de  la 
iglesia  (pero,  por  supuesto,  no  conciben  que  el  Padre  y el  Hijo  sean  dos  personajes 
distintos).  Por  ejemplo,  los  editores  de  la  English  Standard  Versión  de  la  Biblia  ( ESV ), 
concluyen  que  “‘vendré  a vosotros’  muy  probablemente  significa  que  Jesucristo  se 
aparecerá  a los  discípulos  después  de  su  resurrección...  Algunos  intérpretes  han 
tomado  esto  como  referencia  a la  venida  del  Santo  Espíritu,  el  cual  Jesús  promete,451 
pero  tanto  Jesús  como  Juan  siempre  usan  términos  precisos  para  mantener  una 
distinción  entre  Jesús  y el  Espíritu”.452 

“Haced  firme  vuestra  vocación  y elección” 

2 Pedro  1:3-11,  un  pasaje  por  largo  tiempo  sospechado  por  expertos  tales  como 
Kásemenn  de  ser  “un  claro  ejemplo  de  pensamiento  helenista,  no  cristiano,  que  se 
introdujo  insidiosamente  en  el  Nuevo  Testamento”453,  en  el  presente  se  acepta  como 
“fundamentalmente  paulino”454  y,  por  ello,  completamente  en  consonancia  con  las 
ideas  del  cristianismo  primitivo.  El  énfasis  de  estos  versículos  está  sobre  la 
terminación  y el  refinamiento  del  proceso  de  santificación  y no  en  el  proceso 
preparatorio  de  justificación. 

El  versículo  4 toca  la  nota  clave  del  pasaje,  recordando  a los  lectores  de  las  “preciosas 
y grandísimas  promesas”  que  les  permiten  llegar  a ser  “participantes  [=del  griego 
koinonos,  ‘partícipe,  participante’]  de  la  naturaleza  divina”.  La  New  English  Bible 
captura  el  sentido  literal  de  esta  última  frase:  la  idea  es  que  los  santos  pueden  “llegar  a 
compartir  la  esencia  misma  de  Dios”.455  Al  contrario  de  los  santos  de  los  últimos  días 
(SUD)  que  están  cómodos  con  la  idea  de  compartir  “la  esencia  misma  de  Dios”,  los 
defensores  ortodoxos  de  la  doctrina  de  la  deificación  son  precavidos  con  la 
interpretación  directa  de  “naturaleza  divina”  en  su  contexto  cultural,  y rápidamente 
señalan  que  “somos  dioses  en  el  sentido  que  llevamos  su  imagen,  no  su  naturaleza  [es 
decir,  su  esencia]”.456  Dicho  esto,  aparte  de  esta  importante  diferencia  ontológica, 
existen  muchas  similitudes  entre  la  doctrina  de  la  deificación  y las  enseñanzas  SUD 
sobre  la  exaltación,  tal  como  lo  ha  detallado  hábilmente  el  experto  católico  Jordán 
Vajda.457 


94 


Apéndice  3:  Pasajes  seleccionados  del  Nuevo  Testamento 


Figura  A3-1.  Herrad  de  Hohenbourg:  La  caridad,  en  la  parte  superior  de  la  escalera  de  la 
virtud,  recibe  la  corona  de  vida  de  la  mano  de  Dios,  fines  de  siglo  XII 

Las  virtudes  enumeradas  que  siguen,  que  por  exhortación  los  discípulos  cristianos 
deben  procurar  con  “toda  diligencia”458,  no  se  presentan  como  una  lista  de  lavandería 
dispuesta  al  azar,  sino  que  forman  parte  de  una  progresión  ordenada.459  “En  esta 
‘escalera’  de  virtudes,  cada  virtud  es  el  medio  de  producir  la  siguiente  (este  sentido  del 
griego  se  pierde  en  la  traducción).  Todas  las  virtudes  nacen  de  la  fe  y todas  culminan 

d»  460 

amor  . 

Otras  secuencias  ascendentes  similares  que  incluyen  fe,  esperanza  y caridad461,  la 
virtud  suprema,  se  hallan  comúnmente  en  las  escrituras  y en  los  primeros  escritos 
cristianos462,  y se  pueden  correlacionar  con  las  enseñanzas  de  José  Smith  sobre  el 
proceso  de  exaltación463,  arraigado  en  el  “conocimiento  del  sacerdocio”464.  Así  que 
para  los  santos  de  los  últimos  días,  no  es  sorprendente  ver  que  este  pasaje  finaliza  con 
la  súplica  de  Pedro  a los  discípulos  de  “[procurar]  hacer  firme  [=del  griego  bebaios, 
‘confiable,  inamovible,  segura’]465  [su]  vocación  y elección  [=del  griego  ekloge ]”  por 
medio  de  estas  virtudes,  “porque  de  esta  manera  os  será  concedida  ampliamente  la 
entrada  en  el  reino  eterno  de  nuestro  Señor  y Salvador  Jesucristo”.466  Si  bien  es  cierto 
que  no  hay  una  mención  explícita  en  la  Biblia  de  la  realización  de  ritos  que  inculquen 
este  camino  divino  de  virtudes,  es  igualmente  cierto  que  un  discurso  basado  en  2 
Pedro  1:3-11  no  estaría  para  nada  fuera  de  contexto  como  resumen  de  la  progresión 
de  las  ordenanzas  del  templo  SUD. 


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Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  A3-2.  Cari  Heinrich  Bloch,  1834-1890:  La  transfiguración467 
“La  palabra  prof ética  más  segura” 

Siguiendo  con  su  esfuerzo  de  “[instar]  a recordar”  “estas  cosas”  dirigido  a los  santos 
(v.  13,12),  Pedro  les  recuerda  a sus  lectores  sobre  su  experiencia  directa  en  el  Monte 
de  la  Transfiguración.  El  relato  en  general  es  críptico,  y los  traductores  han  luchado, 
en  particular,  con  la  referencia  a la  “la  palabra  profética  más  segura”  del  versículo 
19 — un  punto  crucial  para  interpretar  todo  el  libro  según  Neyrey.468 


96 


Apéndice  3:  Pasajes  seleccionados  del  Nuevo  Testamento 


Aludiendo  a la  descripción  de  Pedro  de  estos  eventos,  el  profeta  enseñó  que  hay 
“grandes  secretos”  en  este  capítulo  “los  cuales  ningún  hombre  puede  descubrir  sino 
por  la  luz  de  la  revelación...  pues  las  cosas  que  están  escritas  no  son  sino  indicaciones 
de  aquellas  cosas...  que  existían  en  la  mente  del  profeta”.469  Sin  duda,  José  Smith  vio 
que  estas  “indicaciones”  señalaban  hacia  conocimiento  y llaves  que  Pedro,  Santiago  y 
Juan  recibieron  en  el  monte,470  incluida  la  firme  “promesa  de  Dios”,  que  cada  uno 
recibió  personalmente,  de  que  tendrían  “vida  eterna.  Esa  es  la  palabra  profética  más 

» 471 

segura  . 

Aunque  es  comprensible  que  los  comentaristas  no  SUD  fracasen  en  captar  la 
naturaleza  e importancia  completas  de  la  experiencia  de  Pedro  en  el  Monte  de  la 
Transfiguración,  algunos  al  menos  perciben  con  claridad  la  implicación  para  los 
lectores  de  sus  palabras  posteriores  en  la  epístola.472  Según  los  editores  de  la  ESV  “los 
creyentes  reciben  la  amonestación  de  ‘prestar  atención’  a la  certeza  de  la  ‘palabra 
profética’.  En  el  contrate  entre  ‘tenemos’  y ‘hacéis  bien’,  Pedro  está  aparentemente 
enfatizando  que  la  interpretación  de  los  apóstoles  (el  ‘nosotros’  implícito)  debe 
considerarse  oficial  para  la  iglesia  (el  ‘vosotros’  implícito)473 — mientras  que  sus 
miembros,  en  el  ínterin,  se  esfuerzan  por  obtener  la  misma  ‘palabra  profética’  que 
Pedro  tenía  (es  decir,  ‘[estad]  atentos  [a  nuestra  palabra  más  segura]  como  a una 
antorcha  que  alumbra  en  lugar  oscuro  hasta  que  el  día  esclarezca,  y la  estrella  de  la 
mañana  salga  en  vuestros  corazones’)”.474  No  solo  Jesús  y Pedro,  sino  todos  los  que 
guardan  “todos  los  mandamientos”  y obedecen  “todas  las  ordenanzas  de  la  casa  de 
Dios”475  pueden  esperar  oír  la  declaración  del  Padre  de  que  han  llegado  a ser  como  Su 
amado  Hijo,  en  quien  bien  se  complace. 

“El  Santo  Espíritu  de  la  promesa” 

Pablo  les  explicó  a los  efesios  que  la  creencia  que  tuvieron  en  Cristo  había  sido 
recompensada  al  ser  “sellados  con  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa,  quien  es  la 
garantía  de  nuestra  herencia,  para  la  redención  de  la  posesión  adquirida”476  o,  en  otras 
palabras,  “quien  es  la  garantía  de  nuestra  herencia  hasta  que  adquiramos  posesión  de 
ella”  [es  decir,  de  la  herencia].477 

Siguiendo  la  interpretación  comúnmente  aceptada  de  estos  versículos,  el  élder 
McConkie  explica  que,  en  este  sentido:478 

Sellar  es  ratificar,  justificar  o aprobar.  Así  que  un  acto  que  es  sellado  por  el  Santo 
Espíritu  de  la  promesa  es  ratificado  por  el  Espíritu  Santo;  es  aprobado  por  el 
Señor  y la  persona  que  ha  tomado  sobre  sí  la  obligación  queda  justificada  por  el 
Espíritu  en  la  cosa  que  ha  hecho. 

Además,  de  acuerdo  con  el  resumen  del  élder  McConkie  sobre  la  revelación 
moderna:479 

El  sello  ratificador  de  aprobación  se  coloca  sobre  un  hecho  solamente  si  los  que 


97 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


entran  en  el  contrato  son  dignos  como  resultado  de  su  rectitud  personal  para 
recibir  la  aprobación  divina.  Son  “sellados  por  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa, 
que  el  Padre  derrama  sobre  todos  los  que  son  justos  y fieles”. iS0 

También  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa  asegura  la  garantía  final  de  la  vida  eterna.  El 

élder  McConkie  explica:481 

Incluso  si  una  persona  progresa  a un  estado  muy  cercano  a la  perfección  en  el 
cual  se  hace  firme  su  vocación  y elección,  siendo  “[sellada]  para  vida  eterna”482, 
recibiendo  la  “promesa...  de  vida  eterna”483,  quedando  “[sellada]  para  el  día  de  la 
redención”484 — aun  así,  estas  grandes  promesas  quedan  garantizadas  solo  si  las 
“prácticas”  son  selladas  por  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa. 


98 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


Figura  A4-1.  El  templo  de  Salomón485 
Los  “misterios  del  reino” 

Las  enseñanzas  y las  ordenanzas  del  templo  son  llamadas  a veces  “misterios”.  Aunque 
en  el  uso  general  religioso,  cuando  la  palabra  “misterio”  está  aislada,  se  usa 
típicamente  en  un  modo  general  para  indicar  conocimiento  y entendimiento  dados 
por  revelación486,  las  referencias  a los  “misterios  del  reino”487  en  las  revelaciones  y en 
las  enseñanzas  de  José  Smith  apuntan  claramente  hacia  las  ordenanzas  del  sacerdocio 
pertenecientes  al  “real  sacerdocio”488  que  están  relacionadas  con  el  templo489  y que 
han  sido  dadas  a ciertas  personas  y familias  desde  el  tiempo  de  Adán  490  Aunque  Dios 
había  dado  a José  Smith  “las  llaves  de  los  misterios  y de  las  revelaciones  selladas”491,  el 
profeta  alentaba  a los  santos  a aprender  por  sí  mismos  estas  cosas,  rogándoles  que 
“[escudriñaran]  más  y más  los  misterios  de  la  divinidad”.492  Los  fieles  reciben  esta 
promesa  como  recompensa:  “Y  a ellos  les  revelaré  todos  los  misterios,  sí,  todos  los 
misterios  ocultos  de  mi  reino  desde  los  días  antiguos”.493 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  A4-2.  J.  James  Tissot,  1836-1902:  La  profecía  de  la  destrucción,  ca.  1886-1894494 

Estas  ideas  no  se  originaron  con  el  profeta  José  Smith.  Por  ejemplo,  cuando  Jesucristo 
habló  sobre  los  “misterios  del  reino”495,  también  aludió  a los  temas  del  templo. 
Margaret  Barker  escribe:496 

...  Las  parábolas  de  Jesús  fueron  más  que  simples  historias.  “A  vosotros”,  les  dijo 
a sus  discípulos  más  íntimos,  “os  es  dado  saber  el  misterio  del  reino  de  Dios;  mas 
a los  que  están  fuera,  por  parábolas  reciben  todas  las  cosas”.497 

Los  secretos  y los  misterios  fueron  característicos  de  la  tradición  del  templo,  y del 
dominio  exclusivo  del  sumo  sacerdocio  que  tenía  permitido  el  acceso  al  Lugar 
Santísimo. 


100 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


Figura  A4-3.  Moisés  recibiendo  la  ley  ante  la  zarza  ardiente,  ca.  1050-1 100498 
La  pérdida  de  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor 

A pesar  de  que  las  ordenanzas  del  templo  han  estado  disponibles  en  su  plenitud  para 
individuos  y familias  seleccionadas  desde  el  tiempo  de  Adán  y Eva,  con  frecuencia 
han  sido  solo  administradas  de  una  forma  parcial  que  se  relaciona  con  el  sacerdocio 
menor,  debido  a la  falta  de  preparación  del  pueblo  del  convenio  para  recibir  más.  En 
tiempos  de  apostasía,  las  ordenanzas  del  sacerdocio  mayor  o de  Melquisedec  fueron 
quitadas  de  la  tierra  casi  en  su  totalidad.  Documentando  estas  condiciones,  las  fuentes 
judías  aluden  a cosas  que  pertenecieron  al  primer  templo  y que  no  estaban  presentes 
en  el  segundo  templo.499 

Se  pueden  rastrear  formas  anteriores  de  esa  pérdida  hasta  el  tiempo  de  Moisés.  Al 
principio  el  Señor  expresó  su  intención  de  que  todo  Israel  pudiera  recibir  las 
ordenanzas  más  altas  del  santo  sacerdocio.  Pero  por  motivo  de  su  rebelión,500  el 
sacerdocio  mayor  y sus  leyes  y ordenanzas  asociadas  fueron  quitados  del  pueblo  en 
forma  general.501  Después  de  esto,  el  sacerdocio  mayor  y sus  ordenanzas  se 
confirieron  solo  en  forma  excepcional.502  En  armonía  con  el  concepto  general  hallado 
en  la  traducción  de  José  Smith  de  Éxodo  que  describe  cómo  Moisés  recibió  al 
principio  una  ley  mayor  en  Sinaí  que  la  dada  después  a Israel,  el  experto  en  cabalá, 
Léo  Schaya,  escribe:503 


101 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


El  descenso  o revelación  de  las  primeras  tablas  de  la  Torá  se  debe  distinguir  de  las 
segundas.  El  Zohar  enseña  que  las  primeras  tablas  emanaron  del  Árbol  de  la  Vida; 
pero  que  Israel,  al  adorar  al  becerro  de  oro,  “fue  juzgado  indigno  de  recibir 
beneficio  de  ellas”.  Por  tanto,  Moisés,  siguiendo  el  mandato  divino,  le  dio  al 
pueblo  otras  tablas,  “que  provinieron  del  lado  del  Árbol  del  Bien  y del  Mal”...  Las 
primeras  tablas...  eran  la  luz  y la  doctrina  del  Mesías,  la  efusión  de  liberación 
universal,  la  fuente  de  vida  eterna  sobre  la  tierra.  Las  segundas  tablas 
representaban  la  manifestación  indirecta  o “fragmentada”  de  esta  luz;  jojmá,  la 
sabiduría  pura  y redentora,  dejó  de  ser  de  acceso  inmediato,  y quedó  oculta  tras 
las  “cortinas”  de  biná,  la  “inteligencia”  cósmica  de  Dios. 

La  fragmentación  de  la  luz  y la  verdad  continuó  a través  de  los  largos  períodos  de  la 
apostasía  de  Israel,  y fue  particularmente  evidente  durante  el  tiempo  de  Josías, 
cuando  se  llevaron  a cabo  las  grandes  reformas  de  las  prácticas  del  templo.504  En  el 
celo  de  los  reformadores  por  erradicar  las  creencias  y prácticas  herejes,  el  movimiento 
también  anatematizó  a los  que  habían  tratado  de  permanecer  fieles  a las  tradiciones 
sacerdotales  más  antiguas  y a la  religión  de  los  patriarcas,  en  las  que  Melquisedec  y la 
adoración  de  El  Elyon,  el  Dios  Altísimo,  habían  sido  medulares.505  Pero  en  vez  de 
desaparecer  completamente,  Margaret  Barker  afirma  que  la  memoria  de  esta  religión 
más  antigua  persistió  mucho  después  entre  los  fieles  a las  tradiciones  del  primer 
templo.506 

Por  ejemplo,  parece  que  los  escritos  posteriores  de  Filón  el  judío,  un  importante 
sacerdote  del  siglo  I d.  C.,  y otras  tradiciones  relacionadas  del  misticismo  judío507 
preservan  conocimiento  sobre  el  mobiliario  y las  enseñanzas  del  templo  de  Salomón 
que  se  perdieron  durante  las  reformas  del  rey  Josías.  A este  respecto,  es  significativo, 
como  observa  Andrei  Orlov,  que  los  escritos  de  Filón  se  produjeron  en  el  clima  de 
rivalidad  de  fines  del  período  del  segundo  templo  “cuando  los  distintos  grupos 
[judíos]...  competían  por  la  primacía  y la  autoridad  de  sus  legados  sacerdotales 
[particulares]”.508  Los  argumentos  entre  estas  facciones  más  tarde  ampliaron  la 
distancia  entre  el  judaismo  proto-rabínico,  que  le  dio  prominencia  a figura  de  Moisés, 
y los  judíos  conversos  al  cristianismo,  quienes  en  cambio  se  enfocaban  más  en  figuras 
tales  como  la  de  Enoc  y Melquisedec.509 


102 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


Figura  A4-4.  Val  Brinkerhoff,  1953-:  Abel  y Melquisedec  ofrecen  sacrificios, 

Basílica  de  San  Vitale,  ca.  538-545510 

Paralelismos  en  el  libro  de  Hebreos  y los  escritos  de  Filón 

El  Nuevo  Testamento  en  sí  nos  da  otra  línea  de  evidencia  para  estas  ideas.  Por 
ejemplo,  Robert  Eccles  concluye  que  “el  autor  de  Hebreos[,  que  describió  los 
“misterios”  cristianos  centrados  en  el  sacerdocio  de  Melquisedec,]  indudablemente 
recibió  influencias  de...  [una]  tradición  del  misticismo  judío”.511  De  hecho,  el  egipcio 
cristiano  Yahya  ibn  Jarir  (d.  1089),  dijo  que  el  plano  de  las  iglesias  cristianas:512 

...  es  igual  al  del  antiguo  templo  que  Melquisedec  había  construido  [en 
Jerusalén]513  antes  de  que  los  reyes  [de  Israel]  vinieran  a alterarlo... 
[Melquisedec]  no  realizó  los  ritos  de  adoración  divina  según  la  ley  de  Moisés, 
sino  que  ejerció  su  oficio  sacerdotal  con  símbolos  [proto-cristianos]  distintos  y 
más  excelentes. 


103 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


FILÓN 

HEBREOS 

Misterio  Inferior 
de  Aarón 

Sacerdocio 

Levítico 

Misterio  Superior 
de  Moisés 

Sacerdocio  de 
Melquisedec 

Figura  A4-5.  Los  misterios  según  Filón  y Hebreos 

Si  bien  difieren  de  alguna  manera  en  su  terminología,  los  escritos  de  Filón  y el  libro 
de  Hebreos  comparten  distinciones  similares.  A grandes  rasgos,  el  contraste 
significativo  en  los  dos  casos  es  entre  el  sacerdocio  menor  y el  mayor  y sus  ritos 
correspondientes;  o sea,  entre  el  sacerdocio  Levítico  (descrito  en  Hebreos)514 — que  se 
corresponde  aproximadamente  con  el  Misterio  Inferior  de  Aarón  (descrito  por 
Filón) — y el  sacerdocio  de  Melquisedec  de  Cristo  (en  Hebreos) — análogo  al  Misterio 
Superior  de  Moisés  (en  Filón).  En  los  dos  casos,  la  característica  de  los  ritos 
superiores  es  que  llevan  al  iniciado  a través  del  velo  hasta  la  presencia  de  Dios,  y allí  lo 
invisten  con  un  sacerdocio  eterno  y con  la  realeza  a semejanza  de  Dios.515 

Erwin  Goodenough  reconoció  un  vínculo  explícito  entre  el  Misterio  Superior  de 
Moisés  de  Filón  y la  figura  de  Melquisedec  en  la  teología  del  cristianismo 
alejandrino.516  En  un  texto  “que  se  basa  casi  exclusivamente  en  el  De  Vita  Mosis  de 
Filón”,  Clemente  de  Alejandría  dio  la  descripción  de  un  grupo  de  “iniciados”  que 
tenían  una  historia  sobre  los  tres  nombres  dados  a Moisés:  “Joacim,  dado  por  su 
madre  cuando  fue  circuncidado;  Moisés,  dado  por  la  hija  de  Faraón;  y Melqui,  un 
nombre  que  tenía  en  el  cielo  y que  aparentemente  recibió  de  Dios  después  de  su 
ascensión”517 — sugiriendo  lo  que  Goodenough  llamó  “el  sacerdocio  eterno  de 
Melquisedec”.518  En  este  sentido,  Barker  concluye  que  Melquisedec  ( Melqui-zedek  = 
mi  rey  [es]  recto/rectitud519)  podría  ser  considerado  tanto  un  título  como  un 
nombre.520 

Evaluando  ampliamente  la  evidencia,  Goodenough  concluyó  que  para  el  grupo  de 
judíos  que  compartía  el  entendimiento  de  Filón,  fue  “un  paso  [relativamente 
pequeño]  desde  este  judaismo  hacia  el  nuevo  cristianismo”.521 


104 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


La  restauración  de  la  plenitud  del  sacerdocio  de  Melquisedec 

Aunque  de  ninguna  manera  se  las  puede  simplemente  equiparar,  las  enseñanzas  y las 
revelaciones  del  profeta  José  Smith  referentes  al  sacerdocio  y a las  ordenanzas  del 
templo  forman  un  paralelismo  con  la  estructura  general  presentada  en  los  escritos  de 
Filón  y en  el  libro  de  Hebreos.  Como  resumen  de  las  ordenanzas  del  templo,  el 
profeta  José  Smith  escribió  que  consistían  en:522 

...  lavamientos,  unciones,  investiduras  y la  comunicación  de  las  llaves 
pertenecientes  al  Sacerdocio  de  Aarón,  hasta  el  orden  mayor  del  Sacerdocio  de 
Melquisedec,  explicando  el  orden  concerniente  al  Anciano  de  Días  y todos 
aquellos  planes  y principios  por  medio  de  los  cuales  uno  puede  alcanzar  la 
plenitud  de  las  bendiciones  que  se  han  preparado  para  la  Iglesia  del  Primogénito, 
y ascender  y morar  en  la  presencia  de  los  Elohim  en  los  mundos  eternos. 


FILON 

HEBREOS 

D&C  84:34 

Misterio 
Inferior  de 
Aarón 

Sacerdocio 

Levitico 

Sacerdocio 
Menor 
o Aarónico 

Misterio 
Superior  de 
Moisés 

Sacerdocio  de 
Melquisedec 

Sacerdocio  de 
Melquisedec  o 
Santo 
Sacerdocio 

Figura  A4-6.  Los  misterios  según  Filón,  Hebreos  y DyC  84:34 

A pesar  de  que  no  podemos  describir  en  detalle  estas  ordenanzas  fuera  del  templo, 
somos  afortunados  que  su  significado  e importancia  generales,  junto  con  una 
descripción  del  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  estén  hermosamente 
resumidos  en  la  sección  84  de  Doctrina  y Convenios.  Usando  un  lenguaje  que  es  rico 
en  imaginería  y alusiones,  la  sección  84  contrasta  el  sacerdocio  menor  o de  Aarón, 
que  incluye  al  sacerdocio  Levítico,523  con  el  Santo  sacerdocio  o sacerdocio  mayor, 
designado  sacerdocio  de  Melquisedec  en  otro  lugar.  524  A los  que  reciben  el  sacerdocio 
de  Melquisedec,  llamados  los  “hijos  de  Moisés”,525  se  les  informa  que  “posee  la  llave  de 
los  misterios  del  reino,  sí,  la  llave  del  conocimiento  de  Dios”,  y que  sin  sus 
“ordenanzas”  y “autoridad”,  “el  poder  de  la  divinidad  no  se  manifiesta  a los  hombres 


105 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


en  la  carne;  porque  sin  esto,  ningún  hombre  puede  ver  la  faz  de  Dios,  sí,  el  Padre,  y 

• • ” 526 

vivir  . 

Esta  descripción  moderna  de  la  distinción  primaria  entre  los  dos  sacerdocios  está 
completamente  en  armonía  con  lo  que  ya  se  ha  delineado  a partir  de  las  fuentes 
antiguas:  es  el  mismo  privilegio  de  “ver  a Dios”,527  en  similitud  a la  experiencia  de 
Moisés,  que  caracterizó  al  Israel  verdadero  en  las  descripciones  que  Filón  hizo  de  los 
misterios  superiores,  y la  bendición  de  “entrar  en  [el]  reposo  [de  Dios]”528 — es  decir, 
en  la  presencia  divina — que  en  forma  similar  representó  el  objetivo  de  la  tarea 
exhortada  por  el  autor  de  Hebreos  a sus  lectores  cristianos.  Notemos  que  se  puede 
entrar  en  la  presencia  de  Dios  de  dos  maneras:  de  forma  escatológica,  a través  de  la 
experiencia  de  una  resurrección  gloriosa,  y de  forma  ritual  por  medio  de  las 
ordenanzas  del  sacerdocio  mayor.  La  primera  debe  entenderse  como  “la  finalización 
o el  cumplimiento”  de  los  “tipos  e imágenes”  de  la  segunda,529  como  explicaremos  a 
continuación. 


FILÓN 

HEBREOS 

D&C  84:34 

Misterio 

Sacerdocio 

Sacerdocio 

Inferior  de 

Levítico 

Menor 

Aarón 

o Aarónico 

Moisés 

1§ 

o 

o 

T3 

Misterio 
Superior  de 
Moisés 

Sacerdocio 

de 

Melquisedec 

Abraham 

o B 

“O  <1> 

ro  o 
}=  ra 
O tn 

03 

Q)  V) 

■o  '5 
o- 

Melquisedec 
“Sacerdote  y 

03 

2 

Rey” 

"PLENITUD" 

Figura  A4-7.  Grados  del  sacerdocio  de  Melquisedec  y su  plenitud 
Tres  grados  dentro  de  la  gloria  celestial 

Los  santos  de  los  últimos  días  están  familiarizados  con  la  revelación  de  José  Smith 
que  describe  tres  grados  en  la  resurrección  de  los  muertos,  correspondiéndose  los 
reinos  celestial,  terrestre  y telestial  con  la  gloria  del  sol,  la  luna  y las  estrellas.530 
“Grado”531  es  la  palabra  justa  para  describir  estas  gradaciones,  dado  que  su  significado 
encaja  con  nuestro  concepto  de  las  diferencias  entre  los  tres  órdenes  del  cielo  y 
también  con  el  ascenso  paso  a paso  representado  en  el  ritual  del  templo. 


106 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


Si  bien  es  común  equiparar  el  logro  del  reino  celestial  con  las  bendiciones  de  la 
exaltación,  el  élder  John  A.  Widtsoe,  entre  otros,  ha  dejado  en  claro  que  “todos  los 
que  entran  en  la  gloria  celestial  no  necesariamente  reciben  la  exaltación  completa  en 
ella”.532  En  otro  lugar,  el  élder  Widtsoe  escribió:533 

Naturalmente,  los  que  entran  en  el  reino  celestial  han  obtenido  varios  logros... 

Por  tanto,  los  miembros  del  reino  más  alto  también  están  agrupados,  según  el 

profeta  José  Smith,  en  tres  “grados”. 

Mientras  que  la  relación  entre  los  tres  reinos  principales  de  gloria  y la  investidura  del 
templo  está  bien  entendida,  el  concepto  del  profeta  de  tres  subdivisiones  adicionales 
dentro  del  reino  más  alto  o grado  celestial  de  gloria  ha  permanecido  en  la  oscuridad. 
Sin  embargo,  el  significado  se  aclara  si  consideramos  la  correspondencia  entre  cielo  y 
tierra  que  hallamos  simbolizada  en  el  ritual  y en  la  arquitectura  del  templo.  Así  como 
dentro  de  “la  gloria  celestial  hay  tres  cielos  o grados”,534  de  igual  manera  hay  tres 
grados  de  bendiciones  del  templo  asociados  con  el  mundo  celestial.  Por  medio  de  las 
ordenanzas  del  sacerdocio  de  Melquisedec,  las  personas  investidas  reciben 
sucesivamente  las  bendiciones  de  “[1]  los  hijos  de  Moisés...  [2]  la  descendencia  de 
Abraham  y [3]  la  iglesia  y reino”.535 


Cuarto 

Terrestre 


Cuarto 

Celestial 


Cuarto 

Telestial 

B 


B 


Figura  A4-8.  Samuel  H.  Bradshaw,  1990-:  Segundo  piso  del  Templo 
deSaltLake,  1893536 

La  figura  ilustra  los  cuartos  principales  que  se  hallan  en  el  segundo  piso  del  tempo  de 
Salt  Lake  diseñado  por  Joseph  Don  Carlos  Young.  Las  letras  A,  B y C corresponden  a 
las  tres  áreas  del  templo  asociadas  con  las  bendiciones  del  reino  celestial:  A.  Velo,  B. 
Salones  de  sellamiento  y C.  Lugar  Santísimo.  Estas  áreas  pueden  entenderse  en 
términos  de  la  secuencia  triple  de  bendiciones  del  templo  de  esta  manera: 


107 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 

1.  Los  hombres  y las  mujeres  que  logran  el  primer  grado  ritual  del  reino 
celestial,  heredando  las  bendiciones  de  los  “hijos  de  Moisés”,537  tienen  el 
privilegio  de  llegar  hasta  el  velo  del  templo  para  “ver  la  faz  de  Dios”538  y entrar 
en  la  gloria  celestial.  Esta  bendición  del  templo  anticipa  el  día  cuando  los 
fieles  entrarán  realmente  en  la  presencia  de  Dios.  Sin  embargo,  lograr  este 
grado  en  las  ordenanzas  no  es  suficiente  para  calificar  para  las  bendiciones 
completas  de  la  exaltación.  Los  que  llegan  solo  hasta  allí  y luego  rechazan  el 
orden  patriarcal  del  matrimonio  son  descritos  en  la  revelación  como  “siervos 
ministrantes”  que  “permanecen  separada  y solitariamente,  sin  exaltación... 
por  toda  la  eternidad;  y en  adelante  no  son  dioses,  sino  ángeles  de  Dios  para 
siempre  jamás”.539 

2.  Los  que  previamente  calificaron  para  pasar  por  el  velo  llegan  a ser  “la 
descendencia  de  Abraham”540  cuando  logran  el  segundo  grado  celestial,  el 
orden  patriarcal  del  matrimonio,  con  su  promesa  de  relaciones  familiares 
eternas  y una  “continuación  de  las  vidas”.541  Reflejando  el  orden  en  que  se 
deben  recibir  estas  bendiciones  del  sacerdocio,  los  dos  salones  de  sellamiento 
del  templo  de  Salt  Lake  se  dispusieron  como  anexos  al  cuarto  celestial, 
reflejando  la  idea  que  solamente  pueden  acceder  a ellos  los  que  han  pasado 
previamente  por  el  velo.  El  salón  de  sellamiento  del  este  originalmente  estaba 
reservado  “para  los  vivos”542  mientras  que  el  salón  de  sellamiento  del  oeste 
estaba  reservado  “para  los  muertos”.543 

3.  Finalmente,  según  el  profeta  José  Smith,  los  que  logran  el  tercer  grado 
celestial,  “guardando  todos  los  mandamientos  y obedeciendo  todas  las 
ordenanzas  de  la  casa  del  Señor”,  obtienen  la  “plenitud  del  sacerdocio”544  al 
llegar  a ser  “reyes  y sacerdotes  [o  “reinas  y sacerdotisas545]  del  Más  Alto 
Dios”,  con  responsabilidad  por  “la  iglesia  y reino”546  según  el  “poder  de 
Melquisedec”  547  Así  que,  en  las  palabras  de  William  Clayton,  están 
“preparados  [ritualmente]  para  gozar  de  una  plenitud  del  tercer  cielo”,548  o 
sea,  el  gozo  del  mayor  de  los  tres  grados  dentro  del  reino  celestial.549 

Hablando  de  las  ordenanzas  que  se  relacionan  con  la  plenitud  del  sacerdocio 
del  Melquisedec,  el  élder  James  E.  Talmage  explicó  que  el  Lugar  Santísimo  del 
templo  de  Salt  Lake,  el  cual  es,  como  los  salones  de  sellamiento,  un  anexo  al 
cuarto  celestial  principal,  “está  reservado  para  las  ordenanzas  mayores  del 
sacerdocio  relacionadas  con  la  exaltación  de  los  vivos  así  como  de  los 
muertos”.550  El  cuarto  “es  más  alto  que  los  dos  cuartos  anteriores  y se  llega  a 
él  por  una  serie  adicional  de  seis  escalones  dentro  de  las  puertas 
corredizas”.551  El  segundo  juego  de  puertas  corredizas  que  se  hallan  en  la 
meseta  superior  de  la  escalera  “corresponden  al  velo  que  escondía  de  la  vista 
del  público  el  Lugar  Santísimo  en  las  dispensaciones  anteriores”.552 


108 


Apéndice  4:  Un  panorama  histórico  de  las  ordenanzas  del  templo 


Figura  A4-9.  William  Clayton,  1814-1879553 

Vista  desde  esta  perspectiva,  la  explicación  completa  dada  por  el  profeta  a William 

Clayton  sobre  este  tema  llega  a ser  inteligible:554 

“Vuestra  vida  está  escondida  con  Cristo  en  Dios”,555  y así  también  la  de  muchos 
otros.  Nada  salvo  el  pecado  imperdonable  puede  impedir  que  heredéis  la  vida 
eterna  porque  sois  sellados  por  el  poder  del  Sacerdocio  para  vida  eterna, 
habiendo  dado  el  paso  necesario  para  ese  propósito.556 

A menos  que  un  hombre  y su  esposa  entren  en  un  convenio  sempiterno  y sean 
casados  por  la  eternidad,  mientras  estén  en  esta  probación,  mediante  el  poder  y la 
autoridad  del  Santo  Sacerdocio,  dejarán  de  tener  aumento  cuando  mueran;  es 
decir,  no  tendrán  hijos  después  de  la  resurrección.557  Pero  quienes  son  casados 
por  el  poder  y la  autoridad  del  sacerdocio  en  esta  vida,  y siguen  sin  cometer  el 
pecando  en  contra  del  Espíritu  Santo,  seguirán  teniendo  aumento  y tendrán  hijos 
en  la  gloria  celestial.558  El  pecado  imperdonable  es  verter  sangre  inocente  o ser 
cómplice  de  ello.559  Todos  los  otros  pecados  serán  visitados  con  juicios  en  la  carne 
y el  espíritu  será  entregado  a los  bofetones  de  Satanás  hasta  el  día  del  Señor 
Jesús...560 

En  la  gloria  celestial  hay  tres  cielos  o grados;  y para  alcanzar  el  más  alto  [es  decir, 
una  plenitud  del  sacerdocio  como  rey  y sacerdote  según  el  orden  de  Melquisedec ],  el 
hombre  [primero,  como  prerrequisito]  tiene  que  entrar  en  este  orden  del 
sacerdocio  [es  decir,  el  nuevo  y sempiterno  convenio  del  matrimonio  [o  sea,  el 
grado  segundo  o abrahámico ]];  y si  no  lo  hace,  no  puede  alcanzarlo  [es  decir,  la 
plenitud  del  sacerdocio,  el  grado  más  alto].  Podrá  entrar  en  el  otro  [es  decir,  podrá 
entrar  en  el  primer  grado  asociado  con  Moisés — o sea,  cruzar  el  umbral  de  la  gloria 
celestial  en  el  velo],  pero  ése  es  el  límite  de  su  reino;  no  puede  tener  progenie  [es 
decir,  “hijos  después  de  la  resurrección”]. 


109 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


no 


Apéndice  5:  Las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  cubrir  el  rostro  de  las 
mujeres  con  un  velo  al  orar 


La  figura  A5-1,  de  la  catacumba  de  Priscila  (fines  del  siglo  II  hasta  el  siglo  IV),  muestra 
a una  mujer  cristiana  en  actitud  de  oración,  con  las  manos  en  alto  y usando  un  velo. 
La  práctica  ritual  de  las  mujeres  de  cubrirse  el  rostro  con  un  velo,  como  se  comenta 
en  los  escritos  del  apóstol  Pablo,  genera  temas  complejos  y controversiales,  y ha 
llevado  a muchos  malentendidos  que  solamente  podemos  tratar  brevemente  en  esta 
obra.  Si  bien  voy  a citar  a varios  expertos  SUD  y no  SUD  sobre  puntos  específicos  de 
concordancia,  éstos  no  necesariamente  llegan  a las  conclusiones  que  detallo  más 
adelante.  De  hecho,  yo  mismo  considero  que  estas  conclusiones  son  tentativas  y 
merecen  mucho  estudio  adicional  antes  de  poder  ser  aceptadas 
incondicionalmente.561  Me  intriga,  sin  embargo,  la  posibilidad  de  que  las  palabras  de 
Pablo  sobre  las  mujeres  que  se  velan  el  rostro  pueda  ser  relevante  al  contexto  de  las 
enseñanzas  del  templo. 

Como  ilustración  general  de  la  forma  en  que  a veces  se  malinterpreta  a Pablo,  la 
brillante  clasicista  Sarah  Ruden  cita  a George  Bernard  Shaw,  cuyo  análisis  de  los 
escritos  de  Pablo  termina  aseverando  que  él  era  “el  eterno  enemigo  de  la  mujer”.562 
Sin  embargo,  Ruden  concluye  de  otra  manera,  declarando  que  “la  postura  de  Shaw 
sobre  Pablo  como  opresor  difícilmente  podría  estar  más  equivocada”563  y que,  en 
particular,  sus  instrucciones  a las  mujeres  de  cubrirse  con  un  velo  durante  la  oración 
“apuntaban  más  hacia  una  igualdad  escandalosa”564que  iba  completamente  en  contra 
de  las  tradiciones  culturales  y religiosas  de  su  tiempo.  Argumentando  también  sobre 
la  peculiaridad  de  las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  el  uso  del  velo,  el  experto  SUD 
Lunne  H.  Wilson  escribe  que  “mientras  la  tradición  de  los  fariseos  limitaba,  la 
grecorromana  segregaba  y la  asiria  antigua  categorizaba”,  la  práctica  ritual  cristiana, 
en  cambio,  “fortalecía”.565 

Para  comprender  porqué  esto  es  así,  debemos  recordar  la  función  básica  de  los  velos 
en  el  contexto  de  los  templos:  ocultar  la  gloria  de  lo  que  encierran  de  las  personas  que 
aún  no  son  aptas  para  presenciar  el  esplendor  interno.566  Por  ejemplo,  haciendo  una 
analogía  entre  el  brillo  radiante  de  Dios  y la  luz  inaccesible  del  Lugar  Santísimo  por 
una  parte,  y el  firmamento  celestial  y el  velo  del  templo  por  otra,  los  comentadores 
rabínicos  explicaron  que  los  inicuos  no  son  dignos  de  gozar  de  la  luz  de  la  presencia 
de  Dios,  por  ello  fue  ocultada  para  que  más  tarde  pudieran  gozarla  los  justos  en  la  era 
mesiánica.567  Se  pueden  hacer,  sin  embargo,  ciertas  excepciones  en  el  caso  de  los 
profetas  y otras  personas  justas,  que,  debido  a su  pureza  y fidelidad,  se  les  permite  ir 
más  allá  del  velo  celestial  y hablar  con  Dios  cara  a cara.568 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Figura  A5-1.  Una  mujer  cristiana  usando  un  velo  ora  con  las  manos  en  alto569 


112 


Apéndice  5:  Las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  cubrir  el  rostro  con  un  velo 


La  primera  epístola  de  Juan  nos  recuerda  que  la  cualidad  esencial  que  nos  habilita 
para  ver  a Dios  es  parecemos  a Él  no  solo  en  imagen  sino  también  en  semejanza570  y 
pureza.571  Parte  de  esa  semejanza  es,  como  observó  Alan  Segal:572 

...  el  brillo  espiritual,  irradiación  o esplendor,  ese  parecido  especial  de  Adán  con 
Dios  antes  de  la  Caída,  el  cual  se  transmite  solamente  a quienes,  como  Moisés, 
han  sido  llamados  a la  presencia  de  Dios.  Pablo  implica  que  los  conversos 
cristianos  también  han  recibido  este  brillo  de  la  presencia  de  Dios...  “Y  nosotros 
todos,  mirando  a cara  descubierta  [es  decir,  sin  un  velo]  la  gloria  del  Señor, 
somos  transformados  en  su  misma  semejanza  de  un  grado  de  gloria  a otro”.573 

Hablando  de  este  tema,574  Pablo  cita  el  ejemplo  de  Moisés,  cuyo  “rostro  resplandecía, 
después  que  hubo  hablado  con  Dios”.575  Dado  que  los  hijos  de  Israel  no  pudieron 
soportar  ver  la  gloria  de  Dios  incluso  en  una  forma  reflejada,  Moisés  “puso  un  velo 
sobre  su  rostro”576  para  hablar  con  ellos.  Sin  embargo,  regresando  a la  presencia  de 
Dios,  “se  quitaba  el  velo”.577  Beale  y Carson  comentan:  “Si  los  corintios  ya  conocían 
Éxodo  34:33-34  y habían  oído  a Pablo  expresar  algo  parecido  en  2 Corintios  3:13-18, 
entonces  podemos  ver  fácilmente  cómo  alguien  podría  deducir  que  las  mujeres 
también  deberían  actuar  como  Moisés  y quitarse  el  velo  al  entrar  en  la  presencia  de 
Dios,  dado  que  Pablo  indica  que  ‘todos’  debemos  acercarnos  a Dios  ‘a  cara 
descubierta’”.  Así  que  es  comprensible  la  razón  por  la  que  Pablo,  en  1 Corintios  11:2- 
16,  sintió  la  necesidad  de  explicar  “porqué  las  mujeres  deberían  seguir  usando  velos 
incluso  en  la  presencia  del  Señor”  al  participar  en  sagrada  oración.578 

Tanto  el  contenido  como  el  lenguaje  de  las  enseñanzas  de  Pablo  en  1 Corintios  11 
parecen  hacer  eco  de  lo  que  los  lectores  SUD  reconocen  como  temas  del  templo.  Por 
ejemplo,  al  introducir  sus  comentarios  sobre  el  uso  femenino  del  velo,  Pablo 
amonesta  a sus  lectores:  “[retened]  las  instrucciones  [paradosis]  tal  como  os  las 
enseñé”.579  Wilson  explica:  “La  Septuaginta  (LXX)  usó  paradosis  para  describir  las 
enseñanzas  rituales  que  Moisés  transmitió  en  forma  oral”.580  Aunque  no  se  puede 
concluir  con  certeza  que  Pablo  está  hablando  en  un  contexto  del  templo  sobre  la 
forma  de  oración  que  describe,  el  profeta  José  Smith  afirmó  que:  “Pablo...  conocía... 
todas  las  ordenanzas  y bendiciones  que  estaban  en  la  Iglesia”.581  Refiriéndose  a la 
disertación  de  Pablo  sobre  la  glorificación  de  Moisés  en  2 Corintios  3 (que  discutimos 
antes),  Christopher  Morray-Jones582  concluye  que  por  lo  menos  en  parte  debe  haber 
sido  obtenida  de  tradiciones  judías  místicas  que  suponían: 

...  la  transformación  del  visionario  que  presencia  la  gloria  de  Dios  en  una 
semejanza  angélica  o más  que  angélica  correspondiente  a esa  imagen  divina.  Esta 
transformación  se  describe  típicamente  en  términos  del  otorgamiento  de  una 
vestidura  a la  persona,  su  coronación,  su  unción,  su  entronización  y/o  su 
recepción  del  Nombre  divino  (o  el  ser  vestida  con  el  Nombre)...  Las  fuentes 
asocian  esta  transformación  con  la  participación  en  la  liturgia  celestial,  por  medio 
de  la  alabanza  extática. 


113 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Las  discusiones  sobre  el  quorum  judío  de  oración  o minyan  enfatizan  que  cuando  se 
“forma  del  modo  correcto  aquí  abajo,  unifica  el  reino  celestial  de  arriba”.583 

Las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  el  uso  femenino  del  velo  durante  la  oración  solo 
podemos  resumirlas  brevemente  aquí.  Como  inicio,  es  importante  reconocer  que  el 
punto  fundamental  de  sus  argumentos  a favor  de  esta  práctica  gira  en  torno  a la 
relación  del  hombre  y la  mujer  con  Dios  y entre  ellos  mismos.  Tomando  a 1 Corintios 
11:11  como  clave  para  la  interpretación  de  todo  el  pasaje,  Kevin  Barney  comenta: 
“Pablo  asume  que  todo  este  tema  debe  tomarse  en  el  contexto  del  matrimonio  como 
estado  normal  para  el  hombre  y la  mujer,  que  juntos  forman  una  unidad  divina”.584 

Aunque  su  eventual  conclusión  apunta  hacia  la  unidad  entre  el  hombre  y la  mujer  “en 
el  Señor”585,  en  el  curso  de  su  argumento  Pablo  dice  enigmáticamente  que  la  relación 
entre  ellos  en  la  forma  de  oración  descrita  es  asimétrica,  usando  “detalles  de  Génesis  2 
para  explicar  porqué  el  hombre  no  puede  ser  visto  como  la  gloria  de  la  mujer, 
mientras  que  la  mujer  puede  ser  vista  como  la  gloria  del  hombre”.586  Al  parecer  aquí 
no  hay  duda  de  que  se  presenta  a la  mujer  como  una  participante  de  segunda  clase  en 
las  ordenanzas  o,  para  el  caso,  en  la  vida  eterna,  como  algunos  han  concluido 
erróneamente.587  Más  bien,  usando  la  analogía  de  la  irradiación  divina  de  Moisés  en 
Éxodo  34:33-34,  el  velo  podría  entenderse  no  solo  como  un  signo  de  autoridad  de  la 
mujer,588  necesario  para  su  exaltación,  sino  también  como  testigo  de  la  gloria  de  la 
femineidad,  una  gloria  que  eventualmente  debe  ser  compartida  con  el  hombre  si  es 
que  éste  quiere  alcanzar  la  plenitud  en  la  vista  de  Dios. 

Dado  el  entendimiento  adquirido  de  la  revelación  moderna  sobre  el  orden  de  las 
bendiciones  del  templo,589  el  modelo  de  oración  presentado  aquí  parece  enseñar  que 
la  secuencia  de  derivación  representada  en  el  relato  de  la  creación,  donde  el  hombre 
es  creado  primero  y luego  la  mujer  es  tomada  del  hombre,  debe  repetirse  en  los 
últimos  pasos  de  la  Expiación:  el  hombre  debe  primero  llegar  a ser  uno  con  Dios;  solo 
entonces  pueden  él  y la  mujer  ser  hechos  uno  a través  del  poder  sellador.  Visto  de  esta 
manera,  las  dos  partes  del  argumento  de  Pablo,  es  decir  la  diferencia  en  los  requisitos 
para  el  hombre  y la  mujer  presentados  en  1 Corintios  11:4-10  y su  mutua 
dependencia  y absoluta  igualdad  ante  el  Señor  descrita  en  los  w.  11-12,  “no  presentan 
una  contradicción,  sino  que  se  muestran  en  forma  paralela  para  representar  la 
dualidad  de  los  sexos,  una  dualidad  que  finalmente  se  resuelve  mediante  la 
exaltación”.590  Mientras  tanto,  el  velo  no  obstaculiza  — e incluso  puede  mejorar — el 
momento  de  la  comunión  personal  de  la  mujer  con  Dios.  Como  enseñó  Cirilo  de 
Jerusalén:  “Pero  aunque  tus  ojos  estén  velados,  nada  impide  que  tus  oídos  reciban  la 
ayuda  de  la  salvación”.591  A pesar  de  que  algunas  diferencias  en  la  forma  de  oración 
paulina  son  aparentemente  necesarias  para  los  hombres  y las  mujeres,  las  bendiciones 
previstas  en  última  instancia  son  las  mismas  para  ambos.592 

¿Cómo,  entonces,  se  podría  representar  concretamente  el  proceso  de  perfección  del 
hombre  y de  la  mujer  colocando  el  velo  sobre  el  rostro  de  la  mujer?  Por  medio  de  la 


114 


Apéndice  5:  Las  enseñanzas  de  Pablo  sobre  cubrir  el  rostro  con  un  velo 


oración,  “a  cara  descubierta”,  el  hombre  que  mira  “la  gloria  del  Señor”  puede 
entenderse  como  “ser  [transformado]  en  su  misma  semejanza  de  un  grado  de  gloria  a 
otro”.593  Desde  esta  perspectiva,  solo  cuando  la  transformación  es  completa,  después 
que  se  haya  vuelto  “semejante  a”  Dios  y lo  haya  visto  “tal  como  él  es”,594  podría  la 
gloria  de  la  mujer,  con  cara  descubierta  y “autoridad  sobre  su  cabeza”,595  ser  revelada 
al  hombre  en  la  presencia  de  Dios.  Por  otra  parte,  si  la  mujer  orara  en  forma 
descubierta,  revelando  su  rostro  prematuramente  al  hombre  delante  de  Dios,  traería 
“deshonra”  sobre  él,596  así  como  habría  traído  vergüenza  sobre  un  sacerdote  del 
templo  israelita  si  éste  avanzara  más  allá  del  velo  sin  estar  preparado  todavía.597 

Resumiendo  su  interpretación  sobre  el  argumento  de  Pablo,  Wilson  escribe: 

Sin  la  mujer,  el  hombre  no  puede  alcanzar  su  gloria.  Por  medio  de  la  relación 
matrimonial,  la  mujer  y el  hombre  llegan  a ser  una  entidad  completa.  La  mujer 
fue  creada  para  que  la  unión  gloriosa  pudiera  formarse  en  potencia...  En  este 
sentido,  la  mujer  permite  al  hombre  alcanzar  su  gloria.598 

John  Tvedtnes  ha  escrito  que  “la  oración  abre  el  velo  para  permitirnos  gozar  de  la 
presencia  de  Dios”.599  En  forma  similar,  la  oración  puede  entenderse  como 
preparación  para  el  gozo  del  compañerismo  eterno  entre  el  hombre  y la  mujer  que 
son  aptos  para  la  plenitud  del  amor  del  convenio. 

Bajo  esta  perspectiva,  es  fácil  apreciar  porqué  el  matrimonio  entre  una  mujer  y un 
hombre  de  estas  características  es  la  similitud  perfecta  de  la  unión  eventual  de  Cristo 
con  su  iglesia.600  Así  como  se  manifestará  “la  gloria  de  Jehová”601  solo  cuando  “una 
iglesia  gloriosa”602  esté  lista  para  gozar  la  plenitud  de  Su  presencia,  igualmente  la 
gloria  de  la  mujer  se  ha  de  compartir  en  plenitud  con  el  hombre  solo  cuando  éste 
haya  sido  glorificado,  después  de  haber  demostrado  su  fidelidad  en  todos  los  aspectos 
de  su  convenio  final  de  guardar  la  ley  de  consagración — incluido  el  amor  por  su 
esposa  “así  como  Cristo  amó  a la  iglesia,  y se  entregó  a sí  mismo  por  ella”.603  Scott 
Hahn  escribe:604 

Lo  que  está  velado  es  santo,  y solo  se  puede  develar  en  el  amor  del  convenio.  Lo 
que  Apocalipsis  [también  llamado  libro  de  Revelaciones605]  “devela”  es  la 
consumación  final  de  la  historia,  el  matrimonio  de  Cristo  con  su  Novia,  la 
Iglesia.606  Ella  es  “la  ciudad  santa,  la  nueva  Jerusalén,  que  [desciende]  del  cielo,  de 
Dios,  dispuesta  como  una  novia  ataviada  para  su  novio”.607  Al  igual  que  el  Lugar 
Santísimo,  la  novia  de  Cristo  está  asentada  en  forma  de  cuadro  y resplandece 
como  el  oro  puro.608 

Al  “develar”  la  Iglesia,  nuestro  Novio  sacerdote  revela  el  don  de  su  amor  por  su 
novia — la  nueva  Jerusalén — en  la  “honra  y hermosura”  del  Espíritu.609  ¿Y  qué 
más?  La  nueva  creación — “un  nuevo  cielo  y una  nueva  tierra”.610 


115 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


116 


Apéndice  6:  Convenios  vs.  Contratos 


Scott  Hahn611 

Es  importante  que  comprendamos  esto  bien.  Pero  para  hacerlo,  tenemos  que  ir  más 
allá  de  ciertos  supuestos  modernos  y recuperar  el  sentido  de  convenio  como  se  vivía 
en  las  culturas  bíblicas — y no  solamente  en  las  culturas  religiosas  hebreas  y cristianas, 
sino  también  en  las  sociedades  gentiles  y paganas  del  mundo  antiguo.  Porque  el 
convenio  era  el  cimiento  de  estas  sociedades.  Les  daba  a las  personas  individuales  su 
sentido  de  parentesco,  su  sentido  de  relación,  su  sentido  de  pertenencia — a la  familia, 
a la  tribu  o a la  nación.  El  juramento  de  convenio  era  el  fundamento  de  la  vida 
familiar,  nacional  y religiosa. 

En  el  uso  legal  de  la  actualidad,  las  palabras  contrato  y convenio  son  casi 
intercambiables.  Pero  eso  no  era  así  en  el  mundo  antiguo.  Cada  convenio  estaba 
basado  en  un  acuerdo  contractual,  pero  un  convenio  difería  de  un  contrato  en 
muchos  aspectos.612  Quisiera  mencionar  solo  algunos. 

• En  los  contratos,  los  términos  son  negociables;  en  los  convenios,  no  lo  son. 
Dios  fija  los  términos  del  convenio.  La  gente  puede  optar  libremente  por 
aceptar  o rechazar  esos  términos,  pero  rechazarlos  significa  la  pérdida  de 
cualquier  participación  en  las  bendiciones  del  convenio. 

• Los  contratos  se  basan  en  las  promesas  que  hacen  las  partes;  en  cambio  los 
convenios  solamente  se  conciertan  a través  de  un  juramento  solemne 
(sacramentum  en  latín). 

• Los  contratos  normalmente  se  basan  en  la  ganancia;  los  convenios  se  basan 
en  el  amor.  Lo  primero  habla  de  un  interés  personal,  mientras  que  lo  segundo 
requiere  de  nosotros  un  sacrificio  personal. 

• Los  contratos  intercambian  bienes  y servicios;  los  convenios  intercambian 
personas. 

• Los  contratos  son  recursos  legales;  son  condicionales  y pueden  quebrarse.  Un 
convenio  es  más  un  organismo  social;  es  incondicional  y perpetuo.  Incluso 
cuando  hay  una  violación  del  mismo  no  queda  disuelto  por  ello. 

• Los  contratos  están  limitados  en  su  alcance;  los  convenios  afectan  muchas 
áreas  (sino  todas)  de  la  vida. 

• Los  contratos  están  limitados  en  su  duración;  los  convenios  duran  de  por 
vida,  extendiéndose  incluso  hacia  generaciones  futuras. 

Podríamos  enumerar  muchas  otras  diferencias  entre  los  contratos  y los  convenios, 
pero  éstas  son  suficientes.  Porque  podemos  ver  en  estas  diferencias  que  cada 
convenio  incluye  un  elemento  contractual,  pero  también  que  cada  convenio  supera 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


ampliamente  al  simple  contrato  y establece  un  tipo  de  relación  muy  diferente. 

Las  diferencias  nos  muestran  que  la  relación  de  convenio  que  Dios  tiene  con  la 
humanidad  es  innegociable,  pero  libremente  aceptada;  que  está  basada  en  el  amor; 
que  involucra  compartir  nuestras  propias  vidas — y Su  propia  vida;  que  es  ilimitada  en 
alcance.  Y eso  es  para  siempre.  En  todo  esto,  el  convenio  divino  es  muy  parecido  al 
matrimonio. 


118 


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147 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


148 


Notas  al  final 


1 US-Alabama-Birmingham-l.jpg.  Usada  con  el  permiso  de  Stephen  T.  Whitlock. 

2 D.  F.  Uchtdorf,  “No  Me  Olvides”,  p.  120.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc.  Usada 
con  permiso.  Ver  también  D.  F.  Uchtdorf,  Pongamos  En  Práctica, 
(https://www.lds.org/broadcasts/article/worldwide-leadership- 

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Become,  pp.  153-155. 

3 D.  H.  Oaks,  Timing. 

4DyC  84:19-22. 

5 J.  A.  Widtsoe,  Temple  Worship,  pp.  192-193. 

6 Con  permiso.  Foto  Número  14123,  Utah  State  Historical  Society  Classified  Photo 
Collection,  Identificador  39222001406789. 

7 Ibíd.,  p.  196,  énfasis  añadido. 

8 En  el  dominio  público.  Hallado  en  Return  to  Nauvoo,  Expanded  Liner  Notes  and 
Lyrics  to  the  Hymns.  En  FiddleSticks:  Celtio  and  American  Folk  Music. 
http://fiddle-sticks.com/Farewell%20to%20Nauvoo%20ExpandedLinerNotes.htm 
(visitado  el  12  de  febrero  de  2012). 

9 La  Primera  Presidencia  y el  Quorum  de  los  Doce  Apóstoles  de  la  Iglesia  de 
Jesucristo  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días,  Énfasis  en  la  capacitación  de  líderes,  10 
de  diciembre  de  2009.  La  primera  versión  de  este  documento  tiene  fecha  29  de 
setiembre  de  1995.  La  revisión  fue  aprobada  por  la  Primera  Presidencia  y los  Doce  el 

10  de  diciembre  de  2009.  En  2010,  el  élder  L.  Tom  Perry  subrayó  la  importancia  del 
juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  en  una  entrevista  en  línea  (L.  T.  Perry,  El 
élder  Perry  habla  1). 

10  DyC  84:22. 

1 1 En  otras  discusiones  sobre  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio,  el  final  del 
pasaje  casi  siempre  se  ha  tomado  en  el  v.  39  o en  el  v.  42.  Pero,  como  más  adelante 
discutiremos,  las  admoniciones  de  estar  atentos  a las  “palabras  de  vida  eterna”  y 
escuchar  la  voz  del  Espíritu  hasta  que  vengamos  al  Padre  (que  se  encuentran  en  los  vs. 
43-48)  son  aspectos  significativos  de  las  enseñanzas  de  José  Smith  sobre  este  tema. 

12  S.  Prothero,  Literacy,  p.  105-112. 

13  J.  E.  Seaich,  Ancient  Texts  1995,  p.  vii. 

14  M.  Barker,  Hidden,  p.  34. 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


15  Ver,  p.  ej.,  H.  B.  Eyring,  Jr.,  El  Poder,  p.85;  S.  D.  Nadauld,  Principies,  pp.  88-89;  B. 
K.  Packer,  Plan  of  Happiness;  B.  K.  Packer,  Children,  p.  17;  B.  K.  Packer,  No  Temáis, 
p.  77;  B.  K.  Packer,  Errand,  p.  307-312;  M.  K.  Jensen,  Anchors ; D.  A.  Bednar,  Increase, 
pp.  151-174;  D.  A.  Bednar,  Teach  Them;  B.  K.  Packer,  Principies.  El  Presidente  Boyd 
K.  Packer,  entre  otros,  con  frecuencia  ha  notado  el  hecho  que  “Dios  les  dio 
mandamientos  [a  los  hombres]  después  de  haberles  dado  a conocer  el  plan  de 
redención”  (Alma  12:32,  énfasis  añadido.  Ver,  p.  ej.,  B.  K.  Packer,  Plan  of  Happiness; 
D.  A.  Bednar,  Increase,  p.  154). 

16  Al  hablar  sobre  temas  del  templo,  he  tratado  de  seguir  el  modelo  de  Hugh  W. 
Nibley,  quien  según  su  biógrafo  Boyd  Jay  Petersen  siempre  mostró  “respeto  por  los 
convenios  de  guardar  secreto  que  salvaguardan  ciertas  porciones  específicas  de  la 
investidura  SUD,  habitualmente  describiendo  paralelismos  de  otras  culturas  sin 
hablar  específicamente  sobre  la  ceremonia  mormona.  Con  este  enfoque  se  ganó  una 
enorme  confianza  por  parte  de  las  autoridades  generales  y de  los  miembros  de  la 
Iglesia”  (B.  J.  Petersen,  Nibley,  p.  354).  Petersen  cita  una  carta  enviada  a Nibley  por  el 
élder  Dallin  H.  Oaks  agradeciéndole  su  enfoque  hacia  templo  como  experto.  Junto 
con  la  carta  había  una  copia  de  un  discurso  del  élder  Oaks  en  el  que  “mencionaba  la 
forma  y la  extensión  en  la  que  se  deberían  discutir  las  ordenanzas  del  templo  fuera  del 
templo.  Oaks  le  asegura  a Hugh  que  ‘nada  en  este  discurso  tiene  la  intención  de  ser 
una  crítica  para  desalentar  los  esfuerzos  tan  sensibles  como  los  suyos.  El  discurso 
tiene  destinatarios,  pero  usted  no  es  uno  de  ellos’”  (ibíd.,  p.  356).  Para  conocer  la 
opinión  de  Nibley  sobre  la  confidencialidad  de  las  ordenanzas  del  templo,  véase,  p. 
ej.,  H.  W.  Nibley,  Sacred,  pp.  553-554,  569-572. 

17  P.  ej.,  “Yo  aconsejaría  a todos  los  santos  a que  se  pusieran  a trabajar  con  todas  sus 
fuerzas  para  juntar  en  este  lugar  a todos  sus  parientes  vivos,  a fin  de  que  sean 
[sellados]  y se  salven...  [Y]  si  toda  la  Iglesia  trabajara  con  todo  empeño  para  salvar  a 
sus  muertos,  [sellar]  a su  posteridad  y recoger  a sus  amigos  vivientes,  y no  dedicara 
un  momento  de  su  tiempo  a las  cosas  del  mundo,  apenas  acabaría  antes  de  llegar  la 
noche,  en  la  cual  nadie  puede  trabajar...”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  20  enero  1844,  p. 
408). 

18  Ver,  p.  ej.,  el  artículo  de  introducción  de  Richard  C.  Galbraith  en  /.  Smith,  Jr., 
Scriptural  Teachings,  p.  1-11.  Galbraith  escribe  (ibíd.,  pp.  1-2,  3): 

Es  una  ironía  que  de  todos  los  grandes  logros  de  José  Smith  en  la  obra  de  la 
Restauración,  quizás  el  menos  apreciado  sea  su  inmenso  conocimiento  de  las 
escrituras.  Las  escrituras  fueron  el  ladrillo  y el  mortero  de  todos  sus  sermones, 
escritos  y otras  comunicaciones  personales;  las  citaba,  hacía  alusiones  a ellas,  y las 
adaptaba  en  todo  lo  que  hablaba  y escribía.  El  uso  extensivo  de  las  escrituras  por 
parte  del  Profeta  puede  no  ser  obvio  para  el  lector  casual.  En  el  libro  Enseñanzas 
del  Profeta  José  Smith,  por  ejemplo,  el  Profeta  parece  citar  menos  de  un  pasaje  de 
las  escrituras  por  página...  Pero  ese  número  es  insatisfactorio.  Una  lectura  más 


150 


Notas  al  final 


cuidadosa  revela  unas  veinte  escrituras  por  cada  una  citada  de  hecho.  Cuando 
descubrí  esto,  dejé  de  preguntarme  “¿Cuándo  está  el  profeta  citando  escrituras?”, 
y comencé  a inquirir  “¿Qué  puede  estar  citando  que  no  sean  escrituras?”...  [Un] 
análisis  de  Enseñanzas  asistido  por  computadora  revela  varios  miles  de  frases  o 
pasajes  de  escrituras  individuales.  Estas  citas  de  escrituras  del  profeta  vienen  de 
casi  cada  libro  del  Antiguo  y Nuevo  Testamento  y de  la  mayoría  de  los  libros  y 
secciones  del  Libro  de  Mormón,  Doctrina  y Convenios  y la  Perla  de  Gran  Precio. 

19  Usado  con  el  permiso  de  Nathan  Richardson.  Tomado  de  N.  Richardson,  Two 
Views. 

20  Alma  42:8,  16. 

21  N.  Richardson,  Two  Views. 

22  Véase,  p.  ej.,  2 Nephi  2:22-26;  Alma  18:36,  39;  Alma  22:13;  Mormón  9:12; 
Artículos  de  Fe  1:1-3;  DyC  20:17-18,  20-25;  Moisés  6:54-59. 

23  El  élder  McConkie  escribió  (B.  R.  McConkie,  New  Witness,  pp.  81-82): 

Vemos  a la  expiación  del  Señor  Jesucristo  como  el  centro...  de  la  religión 
revelada.  Lleva  a cabo  la  inmortalidad  y la  vida  eterna  del  hombre.... 

Pero  de  no  haber  habido  una  caída,  no  hubiera  podido  existir  una  Expiación.  La 
caída  de  Adán  introdujo  muerte  temporal  y espiritual  en  el  mundo,  y es  de  estas 
muertes  que  el  hombre  y todas  las  formas  de  vida  son  rescatadas  por  medio  de  la 
expiación.  ...  Adán  trajo  la  mortalidad;  Cristo  trajo  la  inmortalidad.  ... 

Pero  si  la  tierra  y el  hombre  y todas  las  cosas  vivientes  no  hubieran  sido  creados... 
en  su  estado  paradisíaco,  en  un  estado  sin  muerte,  no  hubiera  podido  existir  una 
Caída. 

La  Caída,  con  su  consecuente  estado  probatorio,  es  hija  de  la  creación  original  y 
prístina,  y la  Expiación  es  hija  de  la  Caída.  ...  La  salvación  viene  por  motivo  de  la 
Creación,  de  la  Caída  y de  la  Expiación;  cada  una  de  estas  tres  forman  parte  de  un 
plan  divino. 

24  Cuando  hayamos  probado  nuestra  fidelidad  mediante  todas  las  experiencias  que  el 
Señor  crea  conveniente  imponer  sobre  nosotros  (ver  Mosíah  3:19),  la  Expiación 
entonces  tendrá  derechos  plenos  sobre  nuestras  almas.  En  las  primeras  etapas,  sana 
nuestras  heridas  (ver  Isaías  53:5),  mientras  que  en  su  manifestación  final,  literalmente 
nos  viste  con  la  gloria  de  Dios  a semejanza  suya  (DyC  45:44,  65:5;  1 Juan  3:2-3; 
Moroni  7:48)  y nos  corona  con  inmortalidad  y vida  eterna  (DyC  20:14,  66:12,  75:5, 
81:6,  138:51).  Ampliando  este  pensamiento,  C.  S.  Lewis  escribe  (C.  S.  Lewis,  Mere,  pp. 
169-170,  las  palabras  entre  corchetes  fueron  añadidas): 

Esto  es  todo  el  cristianismo.  No  hay  nada  más.  Es  muy  fácil  confundirse  acerca  de 
esto.  Es  fácil  pensar  que  la  Iglesia  tiene  un  montón  de  objetivos  diferentes:  la 


151 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


educación,  la  edificación,  las  misiones,  la  celebración  [de  reuniones]...  [Sin 
embargo]  la  Iglesia  no  existe  más  que  para  atraer  a los  hombres  a Cristo,  para 
[re] hacerlos  [a  la  imagen  de  Cristo].  Si  no  cumplen  este  cometido,  todas  las 
[capillas,  los  templos],  [el  sacerdocio],  las  misiones,  los  sermones,  incluso  [las 
mismas  Santas  Escrituras]  son  simplemente  una  pérdida  de  tiempo.  [El  Salvador 
vino  a la  tierra]  para  ese  único  propósito...  [T]odo  el  universo  fue  creado  para 
[este]  propósito  [ver  Moisés  1:39]. 

25  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  8 mayo  1838,  p.  141. 

26  Alma  34:14. 

27http://popartmachine.com/artwork/FASF-FASF.7575/0/Thomas-Rowlandson- 

Finding-the-Shipwrecked-Sailor-18th---19th-century-painting-artwork-print.jpg. 

Los  originales  están  en  el  Museo  de  Bellas  Artes  de  San  Francisco,  ID  Number: 
1963.24.531. 

28  P.  Yancey,  introducción  a G.  K.  Chesterton,  Orthodoxy,  p.  xiii. 

29  Mateo  23:23. 

30  Usado  con  el  permiso  de  Michael  P.  Lyon. 

31  Ver  p.  ej.,  Juan  1:3,  10;  Efesios  3:9;  Hebreos  1:2;  2 Nefi  9:5;  Mosíah  3:8,  5:15,  26:23; 
Éter  3:16;  DyC  38:3,  76:24,  88:7-10,  93:9;  Moisés  1:33,  2:1. 

32  Ver,  p.  ej.,  2 Nefi  2:22-26. 

33  Juan  16:28. 

34  Citado  en  T.  G.  Madsen,  Presidents,  pp.  269-270;  cf.  T.  G.  Madsen,  House,  p.282. 
También,  el  profeta  José  Smith  dijo  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  7 Abril  1844,  p.  430, 
ver  pp.  423-430,  438): 

Cuando  subís  por  una  escalera,  tenéis  que  empezar  desde  abajo  y ascender  paso 
por  paso  hasta  que  llegáis  a la  cima;  y así  es  con  los  principios  del  evangelio: 
tenéis  que  empezar  por  el  primero,  y seguir  adelante  hasta  aprender  todos  los 
principios  que  atañen  a la  exaltación. 

Nótese  que  usaré  el  libro  Enseñanzas  del  Profeta  José  Smith  que  está  más  disponible, 
en  preferencia  a,  por  ejemplo,  Documentary  History  of  the  Church  y The  Words  of 
Joseph  Smith,  salvo  cuando  estas  fuentes  ilustren  con  más  detalle  el  tema  a tratar.  Ver 
B.  C.  Hafen,  Anchored,  pp.  9-35  para  hallar  una  hermosa  exposición  sobre  el  ascenso 
paso  a paso  a la  presencia  divina.  Una  versión  anterior  del  mismo  material  está 
disponible  en  línea  (B.  C.  Hafen,  Disciple's  Journey). 

35  James  Tissot  (Francés,  1836-1902).  El  Sermón  de  las  Bienaventuranzas,  1886-1896. 
Imagen:  9 5/8  x 6 7/16  in.  (24.4  x 16.4  cm).  Museo  de  Brooklyn,  Comprada  por 
suscripción  pública,  00.159.124.  En  J.  F.  Dolkart,  James  Tissot,  p.  143.  Con  permiso. 


152 


Notas  al  final 


36  Presidente  David  O.  McKay.  Citado  en  T.  G.  Madsen,  Presidents,  pp.  269-270;  cf. 
T.  G.  Madsen,  House,  p.  282. 

37  Mateo  5:20-48.  Ver  también  3 Nefi  12:20-48.  Para  hallar  una  discusión  reveladora 
sobre  las  doctrinas  del  templo  presentadas  en  el  Sermón  del  Monte  y en  su 
correspondiente  Sermón  del  Templo  en  el  Libro  de  Mormón,  véase  J.  W.  Welch, 
Sermón;  J.  W.  Welch,  Light. 

38  Alma  5:14. 

39  D.  H.  Oaks,  El  Desafío,  p.  40,  énfasis  añadido.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc. 
Usado  con  permiso.  Cf.  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  1-35. 

40  Alma  41:3;  DyC  88:32-33;  137:9. 

41  Ver  D.  A.  Bednar,  Act,  pp.  1-35;  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  155-157. 

42  L.  E.  Chittenden,  Recollections,  p.  184.  Como  subsecuente  confirmación  de  la 
valoración  de  Stanton,  Chittenden  informa:  “Unos  pocos  meses  después  el  oficial  en 
cuestión  fue  hallado  culpable,  por  una  corte  marcial,  de  peculado  [es  decir, 
malversación]  y fraude  en  la  administración  de  su  departamento,  y fue  expulsado  sin 
honores  de  su  servicio”.  Aunque  Chittendon  no  nombró  al  individuo  en  cuestión,  el 
experto  de  Lincoln,  Vernon  Burton,  coincide  con  mi  conjetura  de  que  probablemente 
fuera  Frederick  W.  Hurtt  (O.  V.  Burton,  3 Febrero  2012).  Desafortunadamente,  ni  los 
bibliotecarios  que  dan  referencias  en  los  Archivos  de  la  Nación  (Holly  Reed)  ni  en  la 
Biblioteca  del  Congreso  (Jonathan  Eaker)  pudieron  encontrar  una  fotografía  de  Hurt 
tras  la  búsqueda  en  sus  propias  colecciones  o en  los  directorios  bibliográficos  y bases 
de  datos  de  imágenes.  Así  que  la  apariencia  exacta  del  “rostro”  en  cuestión  puede 
quedar  para  siempre  desconocida. 

Esta  anécdota  casi  siempre  se  atribuye,  erróneamente,  al  mismo  Abraham  Lincoln 
(ver,  p.  ej.,  M.  R.  Douglas,  How  to  Make,  p.  30  y docenas  de  otras  publicaciones).  Las 
redacciones  de  estas  versiones  posteriores  en  general  son  paralelas  a un  artículo  de 
1917  en  The  American  Magazine  (H.  C.  Walker,  Getting  Ahead,  p.  132),  las  cuales,  sin 
atribución  alguna,  resumen  las  reminiscencias  de  primera  mano  de  Chittenden.  A 
diferencia  de  los  relatos  derivados,  la  versión  de  Walker  de  la  historia  presenta  con 
exactitud  el  tema  sobre  “un  miembro  del  gabinete  de  Lincoln”  en  vez  del  propio 
Lincoln  pero,  entre  otras  cosas,  cambia  el  final  diciendo:  “Cualquier  hombre  de  más 
de  cuarenta  años  es  responsable  por  su  rostro”. 

43  J.  Alien,  As  a Man  Thinketh,  p.  11. 

44http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/86/Toseph  Smith%2C  Ir.  por 

trait  owned  by  Toseph  Smith  III.jpg  (visitado  el  3 febrero  2012).  Pintor 
desconocido,  circa  1842.  El  original  es  propiedad  de  los  archivos  de  la  Comunidad  de 
Cristo.  Se  encuentra  en  exhibición  en  la  sede  de  la  Comunidad  de  Cristo  en 
Independence,  Missouri  con  una  explicación  de  su  proveniencia.  La  pintura  fue 


153 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


primeramente  posesión  de  Joseph  Smith  III  (1832-1914),  quien  figura  en  el  registro 
como  autor  del  comentario  sobre  misma.  La  fecha  "ca.  1842"  fue  dada  por  la 
Comunidad  de  Cristo,  propietaria  de  la  pintura.  Imagen  en  el  dominio  público. 

45  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  7 abril  1844,  p.  439. 

46  Ibíd.,  14  mayo  1843,  p.  361.  Cf.  DyC  130:18-19. 

47  J.  Smith,  Jr.,  Words,  14  May  1843,  p.  200,  se  modernizaron  la  ortografía  y la 
puntuación. 

48http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/20/Brigham  Young  by  Charl 

es  William  Carter.jpg.  (visitado  en  febrero  3,  2012).  Museo  de  Arte  de 
Harvard/Museo  Fogg,  Departamento  de  Fotografías  Históricas  y Colecciones 
Visuales  Especiales,  Biblioteca  de  Bellas  Artes,  119.1976.1501 
http://www.harvardartmuseums.org/ collection/ detail.dot?obiectid=  119.1976.1501. 

Fotografiado  por  Charles  William  Cárter,  American  (London,  England  1832-1918 
Midvale,  UT).  En  el  dominio  público. 

49  Editorial  sin  firma  de  Deseret  News,  atribuido  a Brigham  Young  en  R.  J.  Matthews, 
Using  the  Scriptures,  p.  124,  énfasis  añadido.  Un  agradecimiento  a Stephen  T. 
Whitlock  por  traer  esto  y la  siguiente  cita  a mi  atención.  En  una  reunión  del  año 
siguiente,  el  presidente  Young  dijo:  (B.  Young,  20  Febrero  1853,  pp.  312-313): 

La  salvación  es  un  asunto  individual.  Yo  soy  la  única  persona  que  tiene  la 
posibilidad  de  salvarme... 

Leemos  en  la  Biblia  que  una  es  la  gloria  del  sol,  otra  la  gloria  de  la  luna  y otra  la  de 
las  estrellas.  En  el  libro  de  Doctrina  y Convenios  estas  glorias  reciben  los  nombres 
telestial,  terrestre  y celestial,  siendo  ésta  la  mayor.  Existen  mundos,  distintas 
moradas  o mansiones  en  la  casa  de  nuestro  Padre.  Ahora  bien,  los  hombres  o 
mujeres  que  no  saben  sobre  el  poder  de  Dios  y las  influencias  del  Santo  Espíritu, 
se  dejan  guiar  completamente  por  otra  persona,  dejando  atrás  su  propio 
razonamiento,  sujetando  su  fe  en  las  mangas  de  otra  persona.  Tales  nunca  serán 
capaces  de  entrar  a la  gloria  celestial  para  ser  coronados  como  suponen;  nunca 
serán  capaces  de  llegar  a ser  Dioses.  No  pueden  gobernarse  a sí  mismos,  y menos 
gobernar  a otros,  sino  que  se  los  debe  guiar  en  toda  pequeñez,  como  a un  niño. 
No  pueden  controlarse  a sí  mismos  en  lo  más  mínimo,  pero  Santiago,  Pedro  o 
algún  otro  deben  controlarlos.  Nunca  pueden  llegar  a ser  Dioses,  ni  podrán  ser 
coronados  como  regentes  con  gloria,  inmortalidad  y vidas  eternas.  ¿Quiénes 
podrán  serlo?  Los  que  son  valientes  e inspirados  con  la  verdadera  independencia 
de  los  cielos,  que  avanzan  con  valor  en  el  servicio  de  su  Dios,  dejando  que  otros 
actúen  como  les  plazca,  determinados  a hacer  lo  justo,  aunque  toda  la  humanidad 
a su  lado  tomara  el  camino  opuesto. 


154 


Notas  al  final 


¿Se  aplica  esto  a alguno  de  vosotros?  Vuestros  corazones  pueden  dar  la 
respuesta.  ¿Sabéis  lo  que  es  bueno  y justo  como  también  yo  lo  sé?  En  algunas 
cosas  puede  que  lo  sepáis,  y en  algunas  otras  no;  pero  os  explicaré  lo  que 
quiero  decir  con  las  siguientes  palabras:  Haré  todo  el  bien  que  pueda,  todo  lo 
que  sepa  hacer,  y evitaré  toda  maldad  que  sepa  reconocer  como  maldad. 
Vosotros  podéis  hacer  tanto  así.  Aplicaré  mi  corazón  a la  sabiduría,  y le 
pediré  al  Señor  que  me  la  conceda;  y si  sé  poco,  mejoraré  sobre  ello,  para  que 
mañana  pueda  tener  más,  y así  lograr  crecer  día  a día  en  el  conocimiento  de 
la  verdad,  tal  como  Jesucristo  creció  en  estatura  y conocimiento,  de  ser 
infante  hasta  la  madurez;  y si  ahora  no  soy  capaz  de  juzgar  por  mí  mismo,  tal 
vez  lo  sea  otro  año.  Estamos  organizados  para  progresar  en  la  escala  de 
inteligencia,  y el  más  pequeño  de  los  Santos,  adhiriéndose  estrictamente  al 
orden  de  Dios,  puede  lograr  la  salvación  total  y completa  por  medio  de  la 
gracia  de  Dios,  por  su  propia  fidelidad. 

50  http://upload.wikimedia.0rg/wikipedia/commons/b/b8/Hugh  B.  Brown.jpg. 

Tomado  de  The  Rixida,  una  publicación  anual  de  los  estudiantes  asociados  de  Ricks 

College,  1963.  Fotografía  en  el  dominio  público. 

51  H.  B.  Brown,  Education. 

52  Usado  bajo  licencia  (Shutterstock  Images,  Shutterstock  Images,  imagen  número 

950138). 

53  DyC  93:36. 

54  Correspondencia  personal  fechada  el  28  de  enero  de  1969,  citada  en  R.  J. 

Matthews,  Using  the  Scriptures,  p.  124. 

55  J.  A.  Widtsoe,  How  May  a Testimony,  pp.  16-17. 

56  Usado  con  el  permiso  de  Boyd  J.  Petersen. 

57  B.  J.  Petersen,  Nibley,  p.  351. 

58  Ibíd.,  p.  352. 

59  Ibíd.,  p.  352. 

60  Ibíd.,  p.  356. 

61  H.  W.  Nibley,  Autobiography,  p.  xxviii,  citado  en  B.  J.  Petersen,  Nibley , p.  356. 

62  B.  J.  Petersen,  Nibley,  p.  357. 

63  Ibíd.,  p.  357. 

64  H.  W.  Nibley,  Message  2005.  La  colección  de  obras  de  Nibley  contienen  docenas  de 

capítulos  que  tratan  directamente  con  temas  relacionados  con  el  templo.  Ver 

especialmente,  H.  W.  Nibley,  Temple  and  Cosmos. 


155 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


65  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  p.  151. 

66  Ver  D.  A.  Bednar,  Increase,  pp.  66-70;  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  p.  151. 

67  DyC  20:77. 

68  Alma  32:28. 

69  JS-Historia  1:73-74. 

70  Ver  D.  A.  Bednar,  Increase,  pp.  70-75;  D.  A.  Bednar,  Act,  pp.  36-73;  D.  A.  Bednar, 
Power  to  Become,  pp.  86-87,  151.  Ver  también  J.  F.  Smith,  Jr.,  Way  1945,  pp.  230-231 
y la  siguiente  declaración  del  presidente  Joseph  F.  Smith  dada  en  el  Tabernáculo  de 
Ogden  en  1913  (citada  en  ibíd.,  p.  231): 

Hay  una  diferencia  entre  conocimiento  e inteligencia  pura.  Satanás  posee 
conocimiento,  mucho  más  del  que  nosotros  poseemos,  pero  no  tiene  inteligencia, 
o de  lo  contrario  sería  obediente  a los  principios  de  luz  y rectitud.  Conozco  a 
hombres  que  tienen  conocimiento,  que  comprenden  los  principios  del  evangelio 
tan  bien  como  vosotros,  que  son  brillantes,  pero  les  falta  el  requisito  esencial  de  la 
inteligencia  pura.  No  aceptan  ni  rinden  la  obediencia  debida.  La  inteligencia  pura 
incluye  no  solo  al  conocimiento  sino  también  el  poder  de  aplicar  apropiadamente 
ese  conocimiento. 

Después  de  citar  la  declaración  anterior,  Hauglid  comenta  con  gran  profundidad  (B. 
M.  Hauglid,  Calling and  Election,  p.  218): 

Esta  distinción  también  se  halla  en  los  términos  griegos  empleados  en  2 Pedro  1, 
donde  la  palabra  usada  para  conocimiento,  gnosis,  se  traduce  como 
“conocimiento  vicario”,  mientras  que  la  palabra  para  inteligencia,  epignosis,  se 
traduce  como  “conocimiento  experimental”.  Por  lo  tanto,  el  conocimiento  de 
Dios  y de  Cristo  debe  estar  acompañado  por  la  obediencia;  mientras  más 
obedientes  seamos,  más  inteligentes  seremos.  De  ahí  que  la  ventaja  en  la  vida 
venidera  se  incrementa  a través  de  la  inteligencia  [DyC  130:19]. 

71  DyC  93:30. 

72  DyC  50:24.  Ver  también  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  87-95.  ¿Cuál  es  la 
recompensa  por  guardar  los  mandamientos?  Según  los  sabios  judíos,  es  ésta:  más 
mandamientos.  (M.  Lieber,  Pirkei  Avos,  4:2,  pp.  219-221;  R.  D.  Draper  et  al, 
Commentary,  p.  58;  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  Comentario  de  Moisés  5:5,  pp. 
358-359;  DyC  59:4). 

73  DyC  84:19.  Ver  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  75-78. 

74  Juan  17:3.  Cf.  DyC  132:23-24. 

75  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  14  Mayo  1843,  p.  361.  Cf.  DyC  130:18-19. 

76  Ibíd.,  14  mayo  1843,  p.  361. 


156 


Notas  al  final 


77  Los  orígenes  de  este  convenio  fueron  previos  a la  creación  misma.  Según  José 
Smith  (ibíd.,  16  mayo  1841,  p.  190): 

Antes  de  la  organización  de  esta  tierra,  tres  Personajes  hicieron  un  convenio 
eterno,  que  se  relaciona  con  lo  que  dispensan  a los  hombres  en  la  tierra;  estos 
Personajes,  según  los  anales  de  Abraham,  se  llaman  Dios  el  primero,  el  Creador; 
Dios  el  segundo,  el  Redentor;  y Dios  el  tercero,  el  Testigo  o Testador. 

Ver  el  “Apéndice  6:  Convenios  vs.  contratos”  para  hallar  un  breve  resumen  de  las 
formas  en  las  que  un  convenio  difiere  de  un  contrato  en  el  contexto  bíblico. 

78  La  Iglesia  de  Jesucristo  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días,  Principios  del  Evangelio 
2009,  p.92.  La  designación  “nuevo”  en  este  convenio  se  explica  típicamente  diciendo 
que  ha  sido  revelado  “de  nuevo”  en  cada  dispensación.  Como  alternativa,  Riddle 
propone  que  “es  nuevo  porque  es  el  segundo  convenio”  de  misericordia  (ver  Alma 
12:32,  27;  Moisés  6:56),  dado  después  de  que  Adán  y Eva  transgredieran  el  primer 
convenio  de  justicia  (C.  C.  Riddle,  New,  pp.  226-229).  Además  explica  (ibíd.,  p.  242): 

Nuestro  Salvador  guardó  el  primer  convenio  y fue  exaltado  por  ello.  Si  hubiera 
pecado,  no  hubiera  existido  nadie  para  expiar  por  Él  ante  el  Padre.  Debido  a Su 
fidelidad  al  primer  convenio,  el  segundo,  o nuevo  y sempiterno  convenio,  fue 
hecho  posible  para  que  todos  nosotros  podamos  compartir  Sus  bendiciones  con 
Él  por  toda  la  eternidad  (DyC  88:107). 

79  B.  Young,  24  Agosto  1872,  p.  13. 

80  Fotografía  en  el  dominio  público.  Tomado  de  Crooked  Baby  Trees. 

81  Véase  J.  M.  Bradshaw,  Standing. 

82  2 Nefi  31:19.  Ciertamente  hay  verdad  en  el  énfasis  que  Stephen  Robinson  hizo 
sobre  la  diferencia  de  magnitud  entre  los  “61  centavos”  que  nosotros  contribuimos 
para  nuestra  salvación  y la  contribución  inconmensurablemente  costosa  que 
Jesucristo  hizo  a nuestro  favor  (S.  E.  Robinson,  Believing,  pp.  31-34).  Sin  embargo, 
hay  grandes  diferencias  entre  las  creencias  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días  y las 
versiones  extremas  de  las  teologías  “orientadas  a la  gracia” — como  se  entiende  de  la 
frase  famosa  de  Charles  Spurgeon:  “Si  existiera  una  sola  puntada  en  la  vestidura 
celestial  de  nuestra  rectitud  que  nosotros  tuviéramos  que  realizar,  estaríamos 
perdidos”  (citado  in  B.  B.  Warfield,  Plan,  p.  51). 

Si  bien  al  momento  del  bautismo  dependemos  completamente  de  Cristo,  Él  pretende 
que  ganemos  la  suficiente  fortaleza  espiritual  a través  del  proceso  de  santificación 
hasta  que  lleguemos  a ser  como  Él  — “sabemos  que  cuando  él  aparezca,  seremos 
semejantes  a él”  (1  Juan  3:2;  Moroni  7:48).  De  igual  forma  que  Cristo  pondrá  todos 
sus  enemigos  debajo  de  sus  pies  (1  Corintios  15:25-26),  José  Smith  enseñó  que  cada 
persona  que  obtuviera  la  salvación  debe  hacer  lo  mismo,  con  Su  ayuda  esencial, 
ganando  el  poder  necesario  para  “triunfar  de  todos  nuestros  enemigos  y ponerlos 


157 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


bajo  nuestros  pies”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  14  mayo  1843,  p.  361.  Ver  también  17 
mayo  1843,  p.  366;  21  mayo  1843,  p.  369),  poseyendo  la  “gloria,  la  autoridad,  la 
majestad,  el  poder  y el  dominio  que  Jehová  posee”  (L.  E.  Dahl  et  al.,  Lectures,  7:9,  p. 
98;  cf.  7:16 — notar  que  la  autoría  de  estas  disertaciones,  tradicionalmente  atribuida  a 
José  Smith,  no  es  certera). 

Como  explica  Riddle  (C.  C.  Riddle,  New,  p.  228),  “el  convenio  del  bautismo  [no  solo] 
es  nuestro  juramento  de  que  buscaremos  lo  bueno  y que  eliminaremos  de  nuestra 
vida  las  elecciones  y los  hechos  inicuos,  [sino]  el  medio  de  recepción  del  poder  para 
cumplir  la  promesa”,  es  decir,  por  medio  del  don  del  Espíritu  Santo.  Para  nosotros, 
Jesucristo  no  solamente  es  nuestro  Redentor,  sino  también  el  prototipo  literal  del 
proceso  de  probación  por  el  que  cada  uno  de  nosotros  debe  pasar  para  llegar  a ser 
dioses. 

83  1 Juan  3:2;  Moroni  7:48. 

84  C.  C.  Riddle,  New,  pp.  241-242. 

85  Ver  ibíd.,  p.  228. 

86  B.  C.  Piafen,  Broken,  p.  166.  Cf.  D.  A.  Bednar,  Limpios  de  Manos.  Smith  and 
Sjodahl  explican  de  forma  adicional  (H.  M.  Smith  et  al.,  Commentary,  p.  104.  Cf. 
Helamán  3:35;  D.  T.  Christofferson,  Justification ): 

La  justificación  es  un  acto  judicial  por  el  cual  Dios  declara  que  el  pecador  que  se 
arrepiente  y acepta  por  fe  el  sacrificio  del  Cordero  de  Dios,  y que  es  bautizado 
según  la  palabra  de  Dios,  queda  exonerado  y es  recibido  en  su  reino...  La 
santificación  es  la  obra  del  Espíritu  Santo  por  la  cual  quien  haya  sido  justificado 
queda  capacitado  para  guardar  los  mandamientos  de  Dios  y crecer  en  santidad. 

Ver  N.  T.  Wright,  Justification  para  hallar  una  versión  no  SUD  de  la  justificación  que 
evita  los  extremos  de  “solamente  por  la  gracia”  interpretados  de  los  escritos  de  Pablo 
sobre  el  tema. 

87  DyC  20:30. 

88  DyC  20:31. 

89  2 Nefi  31:17. 

90  2 Nefi  31:17. 

91  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  76-77. 

92  T.  S.  Monson,  El  Santo  Templo,  p.  93,  citado  en  T.  S.  Monson,  Teachings,  p.  306. 
Cf.  G.  B.  Hinckley,  Teachings  1997,  p.  641. 

93  S.  W.  Kimball,  Teachings  1982,  p.  50. 

94  2 Nefi  31:19-20.  Para  hallar  una  comparación  detallada  entre  2 Nefi  31-32  y 
conceptos  antiguos  sobre  el  templo,  véase  J.  T.  Parker,  Doctrine  ofChrist. 


158 


Notas  al  final 


95  E.  T.  Benson,  Vision.  Si  bien  los  Santos  de  los  Últimos  Días  investidos  aceptan 
mantener  confidenciales  ciertas  cosas  que  aprenden  en  el  templo,  los  convenios  del 
templo  en  sí  han  sido  comentados  en  público  en  muchas  ocasiones  por  las 
autoridades  generales.  Para  quienes  reciben  su  propia  investidura  después  de  haber 
calificado  para  obtener  una  recomendación  para  el  templo,  no  debería  haber  sorpresa 
alguna  sobre  la  naturaleza  de  estos  convenios.  Además  de  las  declaraciones  del 
presidente  Benson  citadas  en  este  capítulo,  se  pueden  hallar  otros  resúmenes  de  los 
convenios  del  templo  hechos  por  autoridades  generales  en:  J.  E.  Faust,  Who  Shall 
Ascend,  p.  4;  R.  D.  Hales,  Return,  pp.  4-5;  G.  B.  Hinckley,  Teachings  1997,  p.  641,  10 
April  1996,  p.  147;  B.  R.  McConkie,  Obedience;  B.  K.  Packer,  Holy  Temple,  p.  163;  J.  E. 
Talmage,  La  Casa  del  Señor,  p.  90. 

96  R.  D.  Hales,  El  Convenio  del  Bautismo.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc. 

97  B.  R.  McConkie,  New  Witness,  p.  294. 

98  La  imposición  de  manos  para  la  confirmación  y para  el  don  del  Espíritu  Santo  es, 
por  supuesto,  administrada  por  el  sacerdocio  de  Melquisedec.  Notar  que  hay  otras 
ordenanzas  que  también  están  estructuradas  en  dos  partes,  como  son,  por  ejemplo,  el 
sacramento,  y la  unción  y sellamiento  con  aceite  para  la  bendición  de  los  enfermos, 
para  citar  algunas. 

99  Cortesía  del  Museo  de  Arte  de  Brigham  Young.  Minerva  Teichert  (1888-1976), 
“Alma  bautiza  en  las  Aguas  de  Mormón”,  1949-1951,  óleo  en  plancha  de  fibra  de 
madera,  35  7/8  x 48  pulgadas,  820038109.  Aparece  en  J.  W.  Welch  et  al.,  Book  of 
Mormon  Paintings,  p.  93. 

100  Alma  34:14. 

101  Véase  M.  B.  Brown,  Gate,  p.  242. 

102  DyC  59:8. 

103  DyC  20:37,  59:9-12. 

104  Cortesía  del  Museo  de  Arte  de  Brigham  Young.  Minerva  Teichert  (1888-1976), 
“El  sacramento”,  1949-1951,  óleo  en  plancha  de  fibra  de  madera,  36  x 48  pulgadas, 
820038106.  Aparece  en  J.  W.  Welch  et  al.,  Book  of  Mormon  Paintings,  p.  149. 

105  Alma  5:34. 

106  2 Pedro  1:4.  Para  tener  más  datos  sobre  este  versículo,  ver  J.  Starr,  Partakers  y B. 
T.  Ostler,  God,  pp.  392-395.  Los  escritos  cópticos  cristianos  consideraban  el  grano  de 
trigo,  dado  misericordiosamente  a Adán  y a Eva  después  de  su  exilio  de  Edén,  como 
la  carne  misma  de  Dios.  (E.A.  W.  Budge,  Cave,  pp.  18-19  n.  1;  cf.  S.  C.  Malan,  Adam 
and  Eve,  1:68,  p.  81;  B.Mika'el,  Apocalypse,  pp.  102,  131).  Nótese  que  en  la  tradición 
egipcia,  Osiris  era  quien  presentó  el  trigo  y la  vid  a la  humanidad,  y consideraba  que 
los  granos  de  trigo  habían  sido  formados  a partir  de  su  cuerpo. 


159 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


107  Efesios  4:13.  Para  más  información  sobre  este  versículo,  ver  J.  M.  Bradshaw, 
Standing. 

108  J.  E.  Talmage,  La  Casa  del  Señor  (1971),  p.  85.  Decir  que  las  mujeres  no  requieren 
una  ordenación  al  sacerdocio  para  recibir  estas  bendiciones  no  quiere  decir  que  Dios 
no  tiene  contemplado  darles  autoridad  en  el  reino  de  Dios.  Joseph  Fielding  Smith, 
como  apóstol,  escribió  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Doctrina,  pp.  100-101): 

No  hay  nada  en  las  enseñanzas  del  evangelio  que  declare  que  los  hombres  son 
superiores  a las  mujeres.  El  Señor  ha  dado  a los  varones  el  poder  del  sacerdocio  y 
los  ha  enviado  a obrar  en  su  servicio.  El  llamamiento  de  una  mujer  sigue  una 
dirección  distinta.  El  llamamiento  más  noble  y ensalzador  de  todos  es  el  que  se  ha 
dado  a las  mujeres  como  madres  de  los  hombres.  Las  mujeres  no  poseen  el 
sacerdocio,  pero  si  son  fieles  y leales,  llegarán  a ser  sacerdotisas  y reinas  en  el 
reino  de  Dios,  y esto  supone  que  les  será  dada  autoridad. 

El  élder  James  E.  Talmage  escribió  (J.  E.  Talmage,  Eternity  ofSex ): 

En  la  iglesia  restaurada  de  Jesucristo,  se  confiere  el  santo  sacerdocio,  en  forma 
individual,  solamente  a los  hombres,  y esto  va  de  acuerdo  con  el  requerimiento 
divino.  No  les  es  concedido  a las  mujeres  ejercer  la  autoridad  del  sacerdocio  en 
forma  independiente;  no  obstante,  en  las  sagradas  investiduras  asociadas  con  las 
ordenanzas  de  la  Casa  del  Señor,  la  mujer  comparte  con  el  hombre  las 
bendiciones  del  sacerdocio.  Cuando  las  flaquezas  y las  imperfecciones  de  la  vida 
mortal  sean  dejadas  atrás,  en  el  estado  glorificado  del  bendito  más  allá,  el  esposo  y 
la  esposa  administrarán  en  sus  funciones  respectivas,  viendo  y entendiendo  por 
igual,  y cooperando  al  máximo  en  el  gobierno  de  su  reino  familiar.  Entonces  la 
mujer  será  recompensada  en  gran  medida  por  toda  la  injusticia  que  el  género 
femenino  ha  soportado  en  la  mortalidad.  Entonces  la  mujer  reinará  por  derecho 
divino,  como  reina  en  el  dominio  resplandeciente  de  su  estado  glorificado,  así 
como  el  hombre  exaltado  será  sacerdote  y rey  para  el  Más  Alto  Dios.  El  ojo 
mortal  no  puede  ver  ni  la  mente  comprender  la  belleza,  la  gloria  y la  majestad  de 
una  mujer  justa  hecha  perfecta  en  el  reino  celestial  de  Dios. 

109  El  presidente  Joseph  F.  Smith  dijo:  (J.  F.  Smith,  Doctrina  del  Evangelio,  p.  156): 

No  hay  oficio  procedente  de  este  sacerdocio  que  sea  o que  pueda  ser  mayor  que  el 
sacerdocio  mismo.  Es  del  sacerdocio  que  el  oficio  deriva  su  autoridad  y poder. 
Ningún  oficio  da  autoridad  al  sacerdocio.  Ningún  oficio  aumenta  el  poder  del 
sacerdocio,  antes  todos  los  oficiales  que  hay  en  la  Iglesia  derivan  su  poder,  su 
virtud,  su  autoridad,  del  sacerdocio. 

El  presidente  Joseph  Fielding  Smith  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Oath,  p.  91.  Copyright 
Intellectual  Reserve,  Inc.,  usado  con  permiso)  escribió: 


160 


Notas  al  final 


No  importa  qué  oficio  tengamos  siempre  y cuando  seamos  verídicos  y fieles  a 
nuestras  obligaciones.  Un  oficio  no  es  mayor  que  otro,  a pesar  de  que  por  razones 
administrativas  un  poseedor  del  sacerdocio  pueda  ser  llamado  a presidir  y dirigir 
las  labores  de  otro. 

110  “Declaración  de  la  misión  de  la  iglesia”  en  "La  Primera  Presidencia  y el  Quorum 
de  los  Doce  de  la  Iglesia  de  Jesucristo  de  los  Santos  de  los  Últimos  Días,  Énfasis  en  la 
capacitación  de  líderes",  10  Diciembre  2009. 

111  Jacob  1:19.  Cf.  Doctrina  y Convenios,  Manual  para  el  alumno,  p.  171 -172. 

112  Con  el  permiso  de  Patrick  Devonas.  Ver 
http://catholickungfu.wordpress.com/2011/04/23/allegory-of-the-resurrection- 

ofiesus-christ/  (consultado  el  4 febrero  2012). 

113  DyC  93:33. 

114  Éxodo  40:12-13.  Ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  661-662. 

115  Un  poema  de  W.  W.  Phelps  asegura  que  “[a]ntes  que  se  conociera  este  mundo”, 
ciertos  espíritus  "fueron  lavados  y apartados  para  la  gloria  venidera”.  Dice  que 
también  les  fue  entregada  una  “piedra  blanca”  con  un  “nombre  nuevo”,  y que  tenían 
que  recibir  estas  cosas  nuevamente  cuando  regresaran  a su  hogar  celestial  ( Deseret 
News,  6,  416,  citado  en  ibíd.,  pp.  299-300  n.  4-9).  Ver  también  J.  Smith,  Jr.,  Words,  12 
May  1844,  p.  371;  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  12  mayo  1844,  pp.  453-454;  Alma  13:1-8; 
cf.  Moisés  1:6;  Abraham  3:23. 

116  W.  Kimball,  Righteous  Women,  p.  102.  Ver  el  pedido  de  bendición  de  Emma 
Smith,  donde  ella  solicita  que  pueda  vivir  para  “realizar  toda  la  obra  que  pactó 
realizar  en  el  mundo  espiritual”  (G.  N.  Jones,  Emma,  p.  295). 

117  W.  W.  Isenberg,  Philip,  70:36-71:3,  p.  152. 

118  T.  G.  Madsen,  House,  pp.  280-281. 

119  DyC  88:29.  Véase,  p.  ej.,  el  relato  Lorenzo  Snow,  Junio  1846,  citado  en  M.  U. 
Beecher,  Iowa,  pp.  268-269. 

120  Ver,  p.  ej.,  B.  K.  Packer,  Holy  Temple,  p.  154;  H.  B.  Brown,  Participation,  p.  507; 
H.  B.  Eyring,  Jr.,  Oath,  p.  62;  T.  G.  Madsen,  Man  Illumined,  p.  311;  M.  G.  Romney, 
Covenant,  p.  98;  B.  Young,  29  June  1873,  p.  123. 

121  2 Nefi  31:17-18. 

122  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  Agosto  1832,  pp.  7-8. 

123  El  élder  Bruce  R.  McConkie  ha  dicho  (B.  R.  McConkie,  Probationary  Test): 

...  todo  el  que  se  encuentra  en  el  camino  estrecho  y angosto  dentro  de  la  iglesia, 
que  está  esforzándose  y luchando  y deseando  hacer  lo  que  es  justo,  por  más  que 
esté  lejos  de  la  perfección  en  su  vida,  si  pasa  de  esta  vida  estando  en  el  sendero 


161 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


estrecho  y angosto,  irá  a su  recompensa  eterna  en  el  reino  del  Padre.  No 
necesitamos  adquirir  un  complejo  o tener  el  sentimiento  de  que  debemos  ser 
perfectos  para  obtener  la  salvación...  La  forma  en  que  funciona  es  así:  uno  debe 
entrar  en  el  sendero  que  se  llama  “estrecho  y angosto”  (ver  1 Nefi  8:20;  2 Nefi 
31:18-19).  Se  hace  pasando  por  la  puerta  del  arrepentimiento  y del  bautismo.  El 
sendero  estrecho  y angosto  conduce  desde  la  puerta  del  arrepentimiento  y del 
bautismo,  pasando  una  gran  distancia,  hasta  una  recompensa  que  se  llama  la  vida 
eterna...  Lo  que  hay  que  hacer  es  permanecer  dentro  de  la  iglesia  y vivir  en 
rectitud  y decencia  como  lo  hace  la  gente  de  la  iglesia — guardando  los 
mandamientos,  pagando  los  diezmos,  sirviendo  en  las  organizaciones  de  la 
iglesia,  amando  al  Señor,  permaneciendo  en  el  sendero  estrecho  y angosto.  Si 
estamos  en  ese  sendero  cuando  venga  la  muerte  — porque  este  es  el  tiempo  y el 
día  señalado,  este  estado  de  probación  (ver  Alma  34:31-32) — nunca  nos 
desviaremos  del  mismo,  y,  en  todo  sentido  práctico,  nuestro  llamamiento  y 
elección  quedan  asegurados.  Bien,  ésta  no  es  la  definición  de  ese  término,  pero  el 
resultado  final  será  el  mismo. 

124  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  2 julio  1839,  p.  188. 

125  Ver  Romanos  6:4-6;  ibíd.,  9 julio  1843,  p.  384. 

126  Ibíd.,  agosto  1832,  pp.  7-8;  Moroni  6:4. 

127  Truman  G.  Madsen  explica  (T.  G.  Madsen,  Foundations,  pp.  2,  5-6): 

Todos  ustedes  han  nacido  como  hijos  espirituales,  y como  tales  poseen  una 
naturaleza  divina.  Ahora  han  nacido  de  padres  mortales,  y se  les  ha  dado  el 
privilegio  de  tener  un  cuerpo,  lo  cual  es  un  paso  hacia  adelante  en  su  progreso,  no 
un  paso  hacia  atrás...  Debemos...  seguir  velando  y orando,  para  que  pueda 
desarrollarse  en  la  fibra  misma  de  nuestros  espíritus,  que  son  divinos,  y 
finalmente,  entonces,  llegar  a ser,  por  así  decirlo,  el  producto  de  otro  nacimiento, 
que  es  el  nacimiento  por  el  cual  llamamos  a Jesús  nuestro  padre,  quien  llega  a 
serlo  en  el  proceso  de  las  ordenanzas.  Ese  es  el  uso  apropiado  de  la  palabra 
“padre”  aplicada  a Jesús,  porque  dice  en  [DyC]  93:22,  “y  todos  los  que  por  medio 
de  mí  son  engendrados  (mediante  las  ordenanzas),  son  partícipes  de  esa  gloria  (es 
decir,  su  rol  como  el  primogénito),  y son  la  iglesia  del  Primogénito”.  Pensemos 
esto.  Se  ha  sacrificado  por  nosotros  para  que  podamos  heredar  lo  que  Él  sólo 
podría  haber  reclamado  ser,  el  primogénito.  Está  diciendo,  “Será  como  si  ustedes 
fueran  [el  Primogénito];  todas  las  bendiciones  y los  poderes  que  me  han  sido 
conferidos  a mi,  ahora  son  transferidos  a ustedes,  si  están  dispuestos  a venir  en 
pos  de  mi”.  Ellos  son  “engendrados  por  mi”  y son  “participantes  de  esa  gloria”. 

...[H]abrá  otro  nacimiento  que  nos  espera,  y ese  se  llama  la  resurrección.  Y 
entonces  la  promesa  de  que  podemos  ser  como  Él  será  literal  y completa. 

128  Moisés  6:59. 


162 


Notas  al  final 


129  UK-London-2-Small.jpg.  Usada  con  el  permiso  de  Stephen  T.  Whitlock. 

130  B.  K.  Packer,  Holy  Temple,  p.  153. 

131  B.  R.  McConkie,  Mormon  Doctrine,  p.  227. 

132  Para  un  tratamiento  más  detallado  de  este  tema,  véase  J.  M.  Bradshaw,  God's 
Image  1,  pp.  234-240;  J.  M.  Bradshaw,  Moses  Temple  Themes  (2014),  pp.  149-158. 

133  Ver  Moisés  3:25. 

134  Las  vestiduras  recibidas  como  parte  de  las  ordenanzas  del  templo  también 
simbolizan  la  protección  en  contra  del  mal  ofrecida  al  recibir  un  cuerpo  mortal — y 
más  adelante  al  ser  resucitados  con  un  cuerpo  glorioso  en  similitud  de  los  que  poseen 
el  Padre  y el  Hijo.  El  profeta  enseñó  que  “el  propósito  explícito  de  Dios  al  dar  [a  sus 
hijos  espirituales]  un  tabernáculo  fue  para  armarlos  en  contra  de  los  poderes  de  las 
tinieblas”  (J.  Smith,  Jr.,  Words,  19  January  1841,  p.  62,  ortografía  y puntuación 
actualizadas;  cf.  2 Nefi  9:8-9).  Ver  un  tratamiento  y citas  adicionales  de  las  enseñanzas 
del  profeta  José  Smith  en  B.  Brown,  Plan,  p.  33,  47n;  J.  M.  Bradshaw  et  al, 
Mormonism’s  Satan.  Ver  también  Alma  34:35  como  referencia  del  destino  de  los 
inicuos  en  la  resurrección. 

135  H.  W.  Nibley,  Message  2005,  pp.  489-490,  citando  a Hoffman.  Cf.  Abraham  3:26: 
“les  será  añadido”. 

136  Imagen  en  el  dominio  público.  Tomado  de  Parable  ofthe  Wedding Feast. 

137  Énfasis  añadido.  La  declaración  completa  del  élder  Packer  dice:  “La  autoridad  del 
sacerdocio  viene  por  medio  de  la  ordenación;  el  poder  del  sacerdocio  viene  mediante 
una  vida  fiel  y obediente  al  honrar  convenios,  y aumenta  al  ejercitar  y usar  el 
sacerdocio  en  rectitud”  (B.  K.  Packer,  Poder,  p.  9.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc. 
Usado  con  permiso;  cf.  B.  K.  Packer,  El  Sacerdocio  Aarónico).  La  autoridad  del 
sacerdocio  es  dirigida  por  hombres  dignos  que  poseen  llaves  del  sacerdocio;  sin 
embargo,  el  élder  Dallin  H.  Oaks  ha  enfatizado  que  todo  lo  que  se  hace  bajo  la 
dirección  de  esas  llaves,  sea  por  hombres  o por  mujeres,  se  hace  con  la  autoridad  del 
sacerdocio  (D.  H.  Oaks,  Las  llaves  y la  autoridad).  Así  que,  por  ejemplo,  cuando  una 
mujer  es  apartada  para  un  llamamiento,  se  le  da  a ella  la  autoridad  del  sacerdocio  para 
realizar  sus  deberes  (ibíd.).  El  élder  M.  Russell  Ballard  también  enseñó  que  los 
hombres  y las  mujeres  que  reciben  las  ordenanzas  del  templo  son  investidos  con  el 
mismo  poder  del  sacerdocio  y las  mismas  bendiciones  (M.  R.  Ballard,  Let  Us  Think 
Straight). 

138  Lucas  24:49. 

139  J.  E.  Talmage,  Jesús  el  Cristo,  pp.  571-572  n.  6. 

140  Mateo  22:11. 

141  Lucas  24:49. 


163 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


142  Mateo  22:13. 

143  2 Nefi  9:41. 

144  TJS  Mateo  22:14. 

145  J.  R.  Holland,  Christ,  pp.  244-245. 

146  2 Nefi  9:14. 

147  DyC  132:19. 

148  Ver  también  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  4-8;  J.  M.  Bradshaw,  Moses 
Temple  Themes  (2014),  pp.  13-16. 

149  S.  B.  Farley,  Oath,  p.  223. 

150  DyC  84:6,  18;  Abraham  1:2. 

151  DyC  84:2. 

152  DyC  84:31-32.  Para  ver  más  sobre  este  tema,  consultar  J.  M.  Bradshaw,  God's 
Image  1,  pp.  609-610. 

153  Usado  con  permiso.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc.  En  “Moses:  Deliverer  and 
Lawgiver,”  Ensign,  April  2006,  http://lds.org/ensign/2006/04/mosesdeliverer-and-law- 
giver?lang=eng. 

154  DyC  84:18. 

155  DyC  84:26. 

156  DyC  84:19. 

157  DyC  84:23. 

158  Con  permiso  del  artista.  En  “Moses:  Deliverer  and  Lawgiver”,  Ensign,  April  2006, 
http://lds.org/ ensign/ 2006/04/moses-deliverer-and-lawgiver?lang=eng. 

159  DyC  84:23. 

160  J.  A.  Widtsoe,  Work,  p.  33.  También  citado  en  A.  K.  Parrish,  Widtsoe,  pp.  307- 
308.  Gracias  a Robert  Smith  por  indicarme  esta  cita. 

161  Con  el  permiso  de  Kirk  Richards,  www.jkirkrichards.com. 

162  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  4 mayo  1842,  p.  287. 

163  B.  Young,  Discourses,  p.  416;  B.  Young,  6 April  1853  - B,  p.  31. 

164  Aquí  hay  algunos  ejemplos  de  los  lugares  donde  se  cita  esta  definición,  haciendo 
una  búsqueda  rápida  en  los  textos  publicados  por  la  iglesia:  Deberes  y bendiciones  del 
sacerdocio:  Manual  básico  para  los  poseedores  del  sacerdocio,  Parte  B;  Sacerdocio 
aarónico,  Manual  3;  Mujeres  jóvenes,  Manual  3;  Cómo  prepararse  para  entrar  en  el 
Santo  Templo;  Ensign,  enero  1972,  diciembre  1986;  octubre  1994,  febrero  1995, 


164 


Notas  al  final 


octubre  2007;  Liahona,  junio  1992,  octubre  1997,  octubre  2007;  New  Era , junio  1971, 
setiembre  1973,  junio  1975. 

165  En  el  diccionario  Webster  de  1828  (N.  Webster,  D ictionary),  la  definición  de 
“llave”  [en  inglés  key,  parte  de  la  frase  key  word,  traducido  como  “palabra  clave”] 
incluye  las  ideas  de  “un  instrumento  para  cerrar  o abrir  una  cerradura”,  y también  “lo 
que  sirve  para  explicar  algo  difícil  de  entender”. 

“Seña”  se  explica  en  Webster  como  “un  signo;  algo  por  lo  cual  se  muestra  o 
representa  alguna  otra  cosa;  cualquier  cosa  visible,  cualquier  movimiento,  apariencia 
o evento  que  indica  la  existencia  o el  acercamiento  de  algo  más”  (cf.,  p.  ej.,  Himnos 
(1992),  Oh  Dios  de  Israel,  #5:  “Las  señas  presentes  están”),  y también  citando  a Lucas 
1:62  (“Entonces  preguntaron  por  señas  a su  padre  cómo  le  quería  llamar”),  “un 
movimiento,  acción,  cabeceo  o gesto  que  indique  un  deseo  o mandato”  (cf.  J.  A. 
Simpson  et  al.,  OED,  1764:449:  “Un  gesto  de  la  mano,  cabeza,  etc.,  que  sirve  para  dar 
un  indicio  o comunicar  alguna  idea”). 

“Signo”  se  define  en  Webster  como  “una  seña;  algo  previsto  para  representar  o 
indicar  otra  cosa  o un  evento”,  y también  “una  marca.  En  enfermedades  pestilentes 
los  signos  son  manchas  lívidas  en  el  cuerpo  que  indican  la  cercanía  de  la  muerte”  (Cf. 
W.  Shakespeare,  Love's  Labor's  Lost,  5:2:423,  p.  206:  “Reconozco  en  vosotras  mismas 
las  marcas  del  Señor”).  También,  en  Oxford  English  Dictionary,  “una  palabra  u objeto 
material  dado  para  autenticar  a una  persona,  un  mensaje  o una  comunicación”  y 
“Algo  dado  como  símbolo  y evidencia  de  un  derecho  o privilegio,  que  una  vez 
presentado  permite  ejercer  el  derecho  o privilegio”  (J.  A.  Simpson  et  al.,  OED, 
2074:196). 

Las  “señas”  y los  “signos”  también  se  usan  en  la  francmasonería — ver,  p.  ej.,  el  famoso 
tributo  de  Benjamín  Franklin  dado  al  valor  de  sus  señas  y signos  (citado  en  H.  L. 
Haywood,  Symbolical,  p.  131): 

Las  señas  y los  signos  no  son  de  poco  valor;  hablan  un  lenguaje  universal  y actúan 
como  palabra  de  paso  para  la  atención  y el  apoyo  de  los  iniciados  en  todas  partes 
del  mundo.  No  pueden  perderse  mientras  que  la  memoria  retenga  su  poder. 
Dejen  que  su  poseedor  sea  expatriado,  haya  naufragado  o sea  puesto  en  prisión; 
que  sea  despojado  de  todo  lo  que  posee  en  el  mundo;  aun  así  estas  credenciales 
permanecen  y están  listas  para  ser  usadas  según  las  circunstancias  lo  requieran. 

Véase  M.  B.  Brown,  Exploring,  donde  se  refuta  la  idea  de  que  las  ordenanzas  del 
templo  SUD  son  una  simple  derivación  de  la  francmasonería.  Aún  está  por  publicarse 
un  manuscrito  más  detallado  de  Brown  sobre  este  tema. 

166  D.  H.  Oaks,  El  desafío,  p.  40.  Ver  también  J.  E.  Faulconer,  Self-Image;  D.  A. 
Bednar,  Power  to  Become,  pp.  1-35. 

167  H.  W.  Nibley,  Meaning  of  Temple,  p.  26. 


165 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


168  Ver  Alma  42:15-26. 

169  S.  Mowinckel,  Psalms,  1:181  n.  191. 

170  J.  H.  Eaton,  Psalms  Commentary,  118:19-22,  p.  405.  Ver  también  Salmos  24:3-4. 

171  H.  W.  Nibley,  Message  2005,  p.  451. 

172  DyC  20:77. 

173  DyC  109:22,  26,  79.  Ver  también  D.  H.  Oaks,  El  tomar  sobre  nosotros;  D.  A. 
Bednar,  Honorablemente  retener  un  nombre,  p.  97. 

174  DyC  130:11;  cf.  Apocalipsis  2:17. 

175  Ver  Juan  17:3,  DyC  130:9-10. 

176  James  Tissot  (francés,  1836-1902).  Reconstrucción  de  Jerusalén  y del  Templo  de 
Heredes  visto  desde  el  oriente,  1886-1894.  Imagen:  8 7/8  x 16  3/8  pulgadas.  (22.5  x 
41.6  cm).  Brooklyn  Museum,  comprada  por  subscripción  pública,  00.159.7.  En  J.  F. 
Dolkart,  James  Tissot,  p.  204.  Con  permiso. 

177  T.  G.  Madsen,  Putting,  p.  459. 

178  Cf.  Isaías  29:13;  Mateo  15:7-9. 

179  Salmos  118:20. 

180  S.  Mowinckel,  Psalms,  1:180. 

181  Salmos  24:6.  Parry  ve  una  alusión  a un  círculo  de  oración  en  este  versículo  (D.  W. 
Parry,  Psalm  24). 

182  W.  J.  Hamblin  et  al.,  Temple,  p.  27,  cf.  p.  182.  Ver  también  1 Reyes  8:27-30;  DyC 
110:7. 

183  “Con”  = “en”  en  hebreo  (M.  Barker,  Hidden,  p.  44;  cf.  Mateo  21:9).  El  significado 
de  estar  “dispuestos  a tomar  sobre  [nosotros]  el  nombre  de  Jesucristo”  en  el 
sacramento  queda  claro  en  el  contexto  de  las  ordenanzas  del  templo  (D.  H.  Oaks,  El 
tomar  sobre  nosotros;  D.  A.  Bednar,  Honorablemente  retener  un  nombre,  p.97;  DyC 
20:77;  109:22,  26,  79).  Traman  G.  Madsen  escribe: 

“Como  discípulos  de  Cristo  les  es  requerido  venir  una  vez  cada  siete  días  y 
nuevamente  hacer  convenio  de  tomar  sobre  ustedes  el  nombre  de  Jesucristo.  En 
la  casa  del  Señor  llegan  a tomar  Su  nombre  en  el  sentido  más  profundo”  (T.  G. 
Madsen,  Temple  and  Mysteries,  p.  33). 

184  Cf.,  p.  ej..  Apocalipsis  7:3,  14:1,  22:3-4,  DyC  133:18.  Refiriéndose  a los  ciento 
cuarenta  y cuatro  mil  de  Apocalipsis  14:1,  Barker  además  explica:  (M.  Barker, 
Revelation,  p.  229): 

...  los  siervos  de  Dios-y-el-Cordero  (como  unidad)  lo  adoran  en  el  lugar  donde  el 
Señor  Dios  es  la  Luz  de  ellos,  y tienen  Su  Nombre  en  sus  frentes.  En  otras 


166 


Notas  al  final 


palabras,  han  sido  admitidos  al  Lugar  Santísimo/Día  Uno,  y llevan  en  sus  frentes 
la  marca  del  sumo  sacerdocio,  el  Nombre. . . 

El  profeta  José  Smith  en  forma  similar  enseñó  que  el  sello  en  la  frente  (J.  Smith,  Jr., 
Enseñanzas,  13  agosto  1843,  p.  393): 

...  significa  la  confirmación  de  las  bendiciones  sobre  ellos,  refiriéndose  al 
convenio  sempiterno,  con  lo  cual  queda  confirmada  su  vocación  y elección. 

185  Mateo  10:25. 

186  Cortesía  de  Matthew  B.  Brown.  Ver 

http://bereanwatchman.files.wordpress.com/2007/12/tzitz.ipg. 

187  Este  concepto  es  a similitud  de  Jesús,  que  “se  vio  a sí  mismo  como  el  Templo 
nuevo,  el  Templo  escatológico  del  que  habían  hablado  los  profetas  y que  los  judíos  de 
su  época  estaban  esperando”.  (B.  Pitre,  Jesús,  the  New  Temple,  p.  82,  ver  también  pp. 
59-63). 

188  1 Corintios  3:16-17. 

189  J.  J.  Tissot,  Oíd  Testament,  1:229.  En  el  dominio  público. 

190  Ver,  p.  ej.,  L.  M.  Hilton,  Hand;  J.  M.  Bradshaw,  Ezekiel  Mural. 

191  D.  R.  Seely,  Raised  Hand;  D.  Calabro,  Stretch  Forth;  D.  Calabro,  When  You 
Spread;  D.  Calabro,  Body  Symbolism. 

192  H.  W.  Attridge  et  al.,  Hebrews,  p.  236.  Cf.  Éxodo  25:16;  Hebreos  9:4.  Se  puede 
hallar  más  material  sobre  el  simbolismo  de  éstos  y de  otros  objetos  antiguos  del 
templo  y su  relación  con  el  sacerdocio  mayor  en  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp. 
658-660,679-681. 

193  J.  F.  Smith,  Jr.,  Doctrina,  2:214. 

194  Para  más  información  sobre  los  misterios  eleusinos  ver  J.  M.  Bradshaw,  God's 
Image  1,  pp.  675-679. 

195  T.  M.  Compton,  Token.  Para  una  versión  más  breve  de  este  estudio  ver  T.  M. 
Compton,  Handclasp. 

196  En  el  dominio  público.  Ver  http://en.wikipedia.Org/wiki/Image:Mandean.jpg.  De 
la  portada  de  E.  S.  Drower,  Water.  Para  saber  más  sobre  esta  fotografía  y sobre  la 
práctica  mandeísta  del  kushta,  ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  308  n.  4-32, 
317-318  n.  4-66,  436  n.  5-23,  686,  777  n.  E-278,  871-873. 

197  Ver  D.  Calabro,  When  You  Spread,  pp.  23-27. 

198  Notando  las  “muchas  continuidades  entre  las  religiones  de  misterios 
[griegas/helénicas]  y el  cristianismo  primitivo”,  Todd  Compton  estudió  los  paralelos 
“en  el  clímax  de  la  escena  de  reconocimiento  [de  las  dramatizaciones  griegas  de 


167 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


reconocimiento],  con  sus  signos  cruciales,  y el  clímax  del  ritual  de  misterios,  con  sus 

signos”.  Hizo  esta  observación  (T.  M.  Compton,  Handclasp,  pp.  612-614): 

Hay  un  cierto  número  de  palabras  griegas  y latinas  que  significan  “signo”  en  el 
drama  de  reconocimiento — p.  ej.,  anagnórismata  (“piensa  para  hacer  saber 
nuevamente”),  spargana  (los  envoltorios  de  pañales  del  niño  perdido,  a menudo 
representado),  sémeia  (“señas,  marcas,  señales”).  Pero  una  de  las  palabras 
simbólicas  más  interesantes  es  la  raíz  de  nuestra  palabra  “símbolo”:  symbolon  (en 
singular;  plural:  symbola),  hallada  como  nombre  de  signos  tanto  de 
reconocimiento  como  de  misterio.  La  palabra  significa  “cosas  lanzadas  en 
conjunto”  (esto  es,  algo  lanzado  en  forma  conjunta  una  vez  que  ha  sido  roto,  de 
bailo,  “lanzado,  tirado,  arrojado”,  y sun-,  “con  o juntamente”).  Liddell,  Scott  y 
Jones  en  su  léxico  griego-inglés  lo  definen  así:  “tarja,  es  decir,  cada  una  de  las  dos 
mitades  o piezas  correspondientes  de  astragalos  [hueso  de  nudillo]  o de  otro 
objeto,  que  dos  xenoi  [huéspedes-amigos],  o dos  partidas  contractuales,  rompían 
entre  ellos,  cada  uno  reteniendo  una  mitad,  para  tener  una  prueba  de  la  identidad 
del  que  presentara  la  otra  parte”.  Las  dos  mitades  representan  a sus  dos  dueños,  y 
cada  una  es  un  símbolo  de  identidad,  el  individuo,  en  forma  partida;  las  mitades 
“tiradas  juntas”,  unificadas,  son  el  símbolo  de  dos  entidades  separadas  que  se 
fusionan.  Entonces  symbolon  es  una  imagen  precisa  de  una  individualidad 
absolutamente  única  y de  una  unidad  perfectamente  fusionada.  No  hay  otras 
partes  que  puedan  encajar  en  las  dos  mitades  del  symbolon;  paradójicamente,  su 
identidad  única  es  lo  que  crea  su  perfecta  unidad  como  queda  representada  en  el 
signo  unificado.  También  es  notable  que  ese  encaje  perfecto  sea  función  de  una 
rotura  previa... 

El  apretón  de  manos  y el  abrazo  expresan  perfectamente  este  concepto  de  dos 
mitades  separadas  que  se  acercan  para  crear  una  unidad;  y uno  de  los  signos  en  el 
Rudens  [una  obra  dramática  de  reconocimiento  de  Plauto]  es  el  apretón  de 
manos.  Hermán  nos  muestra  un  symbolon  de  marfil  tallado  en  forma  de  dos 
manos  entrelazadas.  Aún  más  evocativo  es  el  momento  de  gran  emoción  después 
de  la  escena  de  reconocimiento  comunicando  signos  (identificando  signos  uno 
por  uno),  cuando  renuevan  un  abrazo  que  habían  compartido  años  antes.  El 
symbolon  padre-hijo,  roto  por  destino,  naturaleza  violenta,  o avaricia  humana  y 
malevolencia,  ha  sido  renovado. 

Compton  halla  en  el  apretón  de  manos  (ibíd.,  p.  614): 

...  una  imagen  de  symbolon  perfecta  a nivel  humano  y físico:  dos  manos 
separadas,  símbolos  de  las  identidades  separadas  de  sus  poseedores,  se  unen,  y los 
dedos  se  entrelazan  para  formar  una  unidad  nueva,  compleja  pero  a la  vez  simple. 
A pesar  de  su  uso  “secular” — como  signo  general  de  reconocimiento,  amistad  y 
concordancia — es  obvio  que  fue  adoptado  por  las  religiones  de  misterios  para 


168 


Notas  al  final 


usarlo  como  emblema  de  muchas  cosas:  amor,  iniciación,  llegada,  salvación, 
unión  con  el  dios,  apoteosis. 

Para  más  información  sobre  los  misterios  griegos  y más  detalles  del  estudio 
comparativo  de  Compton,  ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  675-679.  Para  más 
información  sobre  el  uso  del  apretón  de  manos  en  la  antigüedad  como  símbolo 
religioso,  ver  ibíd.,  pp.  681-686. 

199  H.  W.  Nibley,  Sacred,  p.  557.  Cf.  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  884-885: 

El  simbolismo  de  la  ascensión  a los  cielos  fue  incorporado  a las  escrituras  y 
rituales  maniqueos.  El  “descenso  del  Primer  Hombre  desde  la  tierra  de  luz”,  su 
redención  y su  regreso  al  reino  era  el  “tema  favorito”  y “en  un  sentido  muy  real,  la 
historia  de  cada  alma”  (I.  Gardner,  Kephalaia,  p.  42).  El  Kephalaia  (ibíd.,  pp.  43- 
46)  habla  de  “cinco  lecciones”  (38:5)  que  se  dieron  sucesivamente  al  Primer 
Hombre  ante  su  salida  de  la  presencia  de  los  dioses,  ángeles  y la  Madre  de  Vida. 
Más  tarde,  “cuando  subió  de  la  guerra,  entró  al  reino  de  la  casa  de  su  pueblo  por 
medio  de  estos  [mismos]  misterios”,  representando  cada  uno  de  ellos 
nuevamente  mientras  era  “llevado  hacia  arriba  lejos  de  la  lucha”  (39:7-11;  39:21). 
De  igual  forma  cada  discípulo  debe  representar  estas  cinco  cosas  en  la  iglesia  y “la 
última  de  estas  cosas  será  dada  en  legado  sobre  ellos  con  la  mano  derecha  de  la 
caridad”  (41:5).  Al  recapitular  las  experiencias  de  Adán,  estos  actos  rituales 
prefiguran  las  acciones  que  los  discípulos  maniqueos  deberán  realizar  después  de 
su  muerte  cuando  “[a]l  momento  de  su  salida. . . el  ángel  que  tiene  el  premio  de  la 
victoria  le  extiende  la  mano  derecha.  Y lo  extrae  fuera  del  abismo  de  su  cuerpo,  y 
lo  acepta  con  el  beso  y amor.  Esa  alma  hará  reverencia  a su  redentor”  (41:11; 
41:17-21).  Él  “será  perfeccionado  y bendecido...  en  la  casa  de  los  vivientes,  con 
los  dioses  y los  ángeles  y todos  los  apóstoles  y los  escogidos.  Y recibe  la  corona 
[...]  gloria  en  la  vida  para  siempre”  (41:22-25). 

200  E.  S.  Drower,  Water,  p.  106. 

201  M.  Lidzbarski,  Gima,  LG  1:1,  p.  429. 

202  Nibley  comenta:  “Ese  es  el  código  para  las  señas  que  Adán  tenía  que  recibir — sus 
instrucciones.  El  que  tiene  los  clavos  de  gloria,  y las  señas  en  las  manos,  y la  llave  de 
los  ritos  de  iniciación  es  el  dueño  de  la  Tesorería”  (H.  W.  Nibley,  Apocryphal,  p.  300). 
Cf.  Isaías  49:16;  Zacarías  13:6;  Cirilo  de  Jerusalén,  Five,  2:5,  p.  148. 

203  J.  O.  Ryen,  Mandaean  Vine,  pp.  203-204.  Se  puede  hallar  en  1 Nefi  15:15-16  una 
asociación  cercana  entre  el  simbolismo  de  la  “vid  verdadera”  y el  “olivo  verdadero”. 

204  J.  A.  Widtsoe,  Work,  p.  33. 

205  W.  Shakespeare,  Henry  V,  4:Prologue:53,  p.  955.  En  otras  palabras 
“representando  para  sí  la  verdad  que  imitamos  tan  torpemente”  (ibíd.,  p.  955  n.53). 


169 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Nibley  con  frecuencia  usaba  esta  línea  de  Shakespeare  para  hacer  referencia  al  drama 
del  templo  (p.  ej.,  H.  W.  Nibley,  Drama,  p.  11). 

206  D.  Calabro,  Stretch  Forth,  p.  21.  Ver  también  pp.  21-24  y,  p.  ej.,  Alma  46:21, 
Helamán  2:7,  DyC  88:133. 

207  H.  W.  Nibley,  Temples  Everywhere,  p.  14.  Cf.  H.  W.  Nibley,  Sacred,  pp.  557-562. 

208  Ver  D.  Calabro,  When  You  Spread,  pp.  30-31. 

209  Como  ejemplo,  ver  el  siguiente  extracto  de  la  estrofa  número  siete  de  Himnos 
(1992),  Un  pobre  forastero,  #16: 

Al  forastero  vi  ante  mi; 
su  identidad  Él  reveló; 
las  marcas  en  Sus  manos  vi: 
reconocí  al  Salvador. 

210  2 Nefi  9:41. 

211  Se  pueden  hallar  ejemplos  seculares  del  uso  de  las  palabras  “seña”  y “signo”  que 
coinciden  con  esta  perspectiva,  por  ejemplo,  en  la  obra  de  Shakespeare  La  fierecilla 
domada . 

Primero,  notemos  las  palabras  de  Biondello  a Lucentio  que  ilustran  la  idea  de  que  las 
señas  y signos  son  el  tipo  de  cosas  que  necesitan  una  explicación.  [En  esta  traducción 
se  usan  las  palabras  “gestos  y guiños”.]  (W.  Shakespeare,  La  fierecilla,  4:4,  p.  75): 

Nada,  sino  que  me  ha  encargado  me  quede  aquí  para  explicaros  el  sentido  y 
moralidad  de  sus  gestos  y guiños. 

Obsérvese  que  en  los  días  de  Shakespeare,  la  frase  “sign  and  tokens ” [que  puede 
traducirse  como  “señas  y signos”  o “gestos  y guiños”]  no  se  refería  solamente  a 
palabras  y gestos  de  la  comunicación,  como  en  el  ejemplo  anterior,  sino  también  a 
identificadores  específicos  tangibles  (p.  ej.,  ropa,  insignias)  que  se  usaban  a veces  para 
indicar  la  membresía  en  un  grupo  determinado,  como  ser  los  sirvientes  que 
pertenecen  a una  determinada  casa  de  la  nobleza  (D.  Kay,  Shakespeare,  p.  88). 

Segundo,  nótense  un  par  de  ejemplos  que  ilustran  la  diferencia  entre  la  demostración 
distal  de  la  seña  y la  comunicación  íntima  y proximal  del  signo  (cf.  D.  Calabro,  When 
You  Spread,  p.  18).  En  la  última  escena  de  la  obra,  Pretuchio  pone  a prueba  a Catalina 
para  ver  si  ella  le  demostrará  “prueba  [señal]  de  su  obediencia”  dejando  la  mesa  para 
persuadir  a las  “esposas  rebeldes”  de  Lucentio  y Hortensio  a que  regresen  a sus 
maridos  (W.  Shakespeare,  La  fierecilla,  5:2,  p.  88-89): 

Pues  entonces  ganaré  aún  mejor  esto  que  gano  dándoos  aún  otra  prueba  de  su 
obediencia.  De  esa  virtud  de  obediencia  que  acaba  de  nacer  de  ella. 


170 


Notas  al  final 


Finalmente,  después  de  sentarse  triunfalmente  al  lado  de  su  marido  y dar  un  discurso 
que  incluso  la  feminista  Germaine  Greer  por  compulsión  llamó  “la  mejor  defensa  de 
la  monogamia  cristiana  jamás  escrita”  (citada  en  A.  D.  Nuttall,  Shakespeare,  p.  72), 
Catalina  pone  amorosamente  su  mano  sobre  la  mano  de  su  esposo  y dice  a las  otras 
esposas — principalmente  para  que  escuche  Petrucchio  (W.  Shakespeare,  La  fierecilla, 
5:2,  p.  90): 

Abatid,  pues,  vuestra  altanería,  que  para  nada  sirve,  y poned  vuestras  manos,  en 
signo  de  obediencia,  a los  pies  de  vuestros  maridos.  Si  mi  marido  lo  quiere,  las 
mías  dispuestas  están  a rendirle  este  homenaje... 

212  Alma  34:10. 

213  Ver  A.  Rey,  Dictionnaire,  s.v.  “ acheter ,”  1:15-16,  “expier,”  1:817. 

214  Alma  5:14. 

215  H.  W.  Nibley,  Teachings  ofthe  Book  of  Mormon,  16,  1:199. 

216  S.  E.  Robinson,  Believing,  p.  7.  El  significado  de  la  expiación  es  tanto  íntimamente 
personal  por  un  lado  como  un  asunto  de  escala  cósmica  por  el  otro.  La  dimensión 
cósmica  de  la  expiación  incluye  el  plan  del  Padre  para  llevar  a toda  la  creación  a una 
armonía  perfecta,  que  “Venga  [Su]  reino.  Hágase  [Su]  voluntad,  como  en  el  cielo,  así 
también  en  la  tierra”  (Mateo  6:10;  cf.  3 Nefi  13:10;  DyC  65:5-6;  M.  Barker,  Earth,  pp. 
8-9;  H.  W.  Nibley,  Teachings  ofthe  PGP,  10,  p.  126).  Así  como  la  creación  comenzó 
con  la  sujeción  de  la  unidad  de  la  materia  sin  organizar  a sucesivas  etapas  de  división 
y de  separación,  de  igual  manera,  al  finalizar  la  obra  de  Dios  en  esta  tierra,  todas  las 
cosas  serán  nuevamente  llevadas  a la  unidad.  La  necesidad  para  esta  reunificación  no 
sólo  se  debe  a la  división  física  y separación  de  la  creación,  sino  también  para 
restaurar  el  orden  del  convenio  sempiterno  que  en  forma  continua  y repetitiva  ha 
sido  quebrantado  por  el  hombre  (Isaías  24:4-6;  DyC  1:11-16;  G.  W.  E.  Nickelsburg,  1 
Enoch  1,  1 Enoch  69:16-25,  pp.  90-91;  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  Endnote  6-34, 
p.  501). 

Por  ejemplo,  en  Efesios  1:10,  leemos  que  el  Señor  se  propone  “reunir  todas  las  cosas 
en  Cristo,  en  la  dispensación  del  cumplimiento  de  los  tiempos,  tanto  las  que  están  en 
los  cielos,  como  las  que  están  en  la  tierra”  (cf.  1 Corintios  15:28;  Colosenses  1:15-17; 
DyC  27:13;  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  pp.  82-83).  En  forma  similar,  en  DyC 
128:18,  el  Señor  dice  que  “al  iniciarse  la  dispensación  del  cumplimiento  de  los 
tiempos...  es  menester  que  una  unión  entera,  completa  y perfecta,  así  como  un 
encadenamiento  de  dispensaciones,  llaves,  poderes  y glorias  se  realicen  y sean 
revelados  desde  los  días  de  Adán  hasta  el  tiempo  presente”  (cf.  J.  Smith,  Jr., 
Enseñanzas,  5 Octubre  1840,  pp.  204-206,  3 Octubre  1841,  pp.  266-267). 


171 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


217  James  Tissot  (francés,  1836-1902).  La  última  cena  ( La  Céne),  1886-1894.  Imagen: 
8 9/16  x 12  1/16  in.  (21.7  x 30.6  cm).  Brooklyn  Museum,  comprada  por  suscripción 
pública,  00.159.220.  En  J.  F.  Dolkart,  James  Tissot,  p.  206.  Con  autorización. 

218  Juan  17:20-23;  cf.  DyC  38  :27. 

219  Mateo  18:19-20. 

220  Con  el  permiso  de  Athalie  Wesley.  En  N.  Wray,  Wesley,  p.  45.  Para  más 
información  sobre  esta  pintura,  ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  p.  464. 

221  M.  Barker,  Temple  Theology,  p.  37.  Barker  asocia  esta  imagen  ritual  con  el 
concepto  de  “allegarse”  a Dios  (ver  también  A.  J.  Heschel,  Heavenly  Torah,  pp.  190- 
193).  Ella  observa,  sin  embargo,  que  “el  significado  parece  haber  cambiado  de  ‘unión’ 
a ‘obediencia’  después  de  la  desaparición  del  templo  antiguo”. 

222  H.  W.  Nibley,  Teachings  ofthe  Book  of  Mormon,  16,  1:198. 

223  H.  W.  Nibley,  Atonement,  pp.  567-568.  Cf.  el  abrazo  ritual  en  los  rituales  del 
templo  egipcio  (H.  W.  Nibley,  Message  2005,  pp.  445-449). 

224  Alma  5:33.  Ver  D.  Calabro,  Stretch  Forth,  pp.  15-19,  24. 

225  2 Nefi  1:15. 

226  2 Pedro  1:4. 

227  Romanos  8:17. 

228  T.  G.  Madsen,  Suffering,  p.  234.  Ver  Romanos  8:17;  2 Corintios  4:10;  Gálatas  2:20, 
6:17;  S.  C.  Malan,  Adam  and  Eve,  1:69,  pp.  83-84;  I.  Mika'el,  son  of  Bakhayla, 
Godhead,  p.  136. 

229  J.  E.  Seaich,  Ancient  Texts  1995,  p.  550  y Apocalipsis  13:8.  Gross  observa  que 
“imitar  la  ‘pasión’  de  un  héroe- salvador  a fin  de  asegurar  la  salvación”  es  el  meollo  de 
los  misterios  (J.  Gross,  Divinization,  p.  87).  Cf.  P.  E.  S.  Thompson  y su  observación 
que  la  historia  de  la  elección  de  Abraham  hecha  por  Dios — y más  delante  de  Israel — 
“fue  para  demostrar  que  no  era  una  elección  de  privilegio...  sino  una  responsabilidad 
por  toda  la  humanidad”  (citado  en  A.  LaCocque,  Trial,  p.  19). 

230  DyC  132:19. 

231  Ver  J.  Smith,  Jr„  Words,  p.  305  n.  28.  Cooper  escribe  lo  siguiente  con  respecto  al 
sellamiento  de  padres  e hijos  (R.  E.  Cooper,  Promises,  p.  113): 

En  vida  José  Smith  enseñó  que  al  efectuarse  el  sellamiento  de  un  hombre  y una 
mujer,  se  establece  una  relación  eterna  no  sólo  entre  ellos  sino  también  con  los 
hijos  que  les  nacen  después.  Las  fuentes  existentes,  sin  embargo,  no  dan 
indicación  alguna  de  que  haya  hablado  sobre  la  relación  entre  la  pareja  y los  hijos 
nacidos  antes  de  su  sellamiento  como  esposo  y esposa.  Después  del  comienzo  de 
la  obra  de  las  ordenanzas  en  el  templo  de  Nauvoo  en  diciembre  de  1845,  los  doce 


172 


Notas  al  final 


apóstoles  introdujeron  una  ordenanza  por  la  que  los  hijos  nacidos  antes  del 
sellamiento  matrimonial,  como  así  también  los  individuos  que  no  fueran  sus 
hijos  biológicos,  podían  unirse  eternamente  a ellos  como  hijos.  Se  hacía 
referencia  a esta  ordenanza  como  sellamiento  o adopción. 

Más  adelante  se  extendió  este  concepto  para  que  los  hijos  se  pudieran  sellar  a padres 
ya  fallecidos  (G.  Irving,  Adoption). 

232  Con  el  permiso  de  Val  Brinkerhoff.  De  M.  B.  Brown,  Joseph  Smith,  p.  56. 

233  Joseph  Fielding  Smith,  como  apóstol,  escribió  (J.  F.  Smith,  Jr„  Doctrina,  2:43): 

Las  bendiciones  relacionadas  con  el  matrimonio  celestial  pronunciadas  sobre  las 
parejas,  están  condicionadas  a la  consiguiente  fidelidad  de  los  participantes. 

234  TJS  Romanos  9:6-8. 

235  S.  B.  Farley,  Oath,  p.  225. 

236  B.  R.  McConkie,  Mothers,  p.  37.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc.  Usado  con 
permiso. 

237  J.  F.  Smith,  Jr.,  Magnifying,  p.  66.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc.  Usado  con 
permiso. 

238  Manos  entrelazadas  de  esposo  y esposa,  antiguo  cementerio  de  Nauvoo.  Con  el 
permiso  de  Val  Brinkerhoff.  De  M.  B.  Brown,  Joseph  Smith,  p.  57. 

239  Brigham  Young  tuvo  un  vistazo  de  esta  organización  perfecta  en  1847  cuando  se 
entrevistó  con  el  profeta  José  Smith  en  un  sueño  y le  pidió  que  le  explicara  los 
principios  del  sellamiento  en  una  forma  más  perfecta.  Entre  otras  cosas,  José  le  dijo 
(B.  Young,  History  1847-1850,  anotación  hecha  el  23  de  febrero  de  1847  sobre  un 
sueño  ocurrido  el  17  de  febrero  de  1847,  pp.  35-36;  ver  también  el  informe  de  la 
conferencia  de  abril  de  1989  en  Liahona,  julio  de  1989,  p.  42;  comparar  con  el  sueño 
que  tuvo  Wilford  Woodruff  sobre  Brigham  Young,  en  noviembre  de  1879,  en  W. 
Woodruff,  Life,  p.  529): 

19  “Nuestro  Padre  Celestial  organizó  a la  familia  humana  [antes  de  que  viniera  al 
mundo],  pero  [ahora]  están  todos  desorganizados  y hay  gran  confusión”. 

20.  José  entonces  me  mostró  el  modelo  de  cómo  estaban  en  el  principio. 

Brigham  entonces  describe  cómo  supo  a través  de  José  del  plan  de  nuestro  Padre 
Celestial  para  unir  eternamente  como  familias,  por  medio  de  las  ordenanzas  del 
sacerdocio,  a todos  los  que  tengan  el  deseo  y sean  obedientes: 

21.  [El  modelo  que  me  mostró]  no  lo  puedo  describir,  pero  lo  vi,  y vi  dónde  el 
sacerdocio  había  sido  quitado  de  la  tierra  y cómo  se  debe  unir,  para  que  exista 
una  cadena  desde  el  padre  Adán  hasta  su  última  posteridad. 


173 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


El  élder  Heber  C.  Kimball  relata  una  visión  similar  que  tuvo  Jedediah  Grant  (H.  C. 

Kimball,  4 December  1856,  pp.  135-136): 

Fui  a ver  [al  hermano  Jedediah  Grant]  un  día  de  la  semana  pasada...  Me  dijo, 
“hermano  Heber,  he  estado  en  el  mundo  de  los  espíritus  dos  noches  seguidas,  y, 
de  todos  los  temores  que  alguna  vez  se  me  presentaron,  lo  peor  fue  tener  que 
volver  a mi  cuerpo,  a pesar  de  que  tenía  que  hacerlo.  Pero  oh”,  dijo  él,  “¡qué 
orden  y qué  gobierno  existe  allí!  Cuando  me  encontraba  en  el  mundo  de  los 
espíritus,  vi  el  orden  de  hombres  y mujeres  justos;  los  vi  organizados  en  sus  varios 
grados,  y no  parecía  haber  ninguna  obstrucción  a mi  visión,  podía  ver  a cada 
hombre  y mujer  en  su  grado  y orden.  Miré  para  ver  si  había  algún  desorden  allí, 
pero  no  lo  había,  tampoco  pude  ver  muerte,  ni  oscuridad,  ni  desorden,  ni 
confusión”.  Dijo  que  las  personas  que  vio  estaban  organizadas  en  familias,  y 
cuando  las  miró  las  vio  de  grado  en  grado,  y todas  estaban  organizadas  y en 
perfecta  armonía.  Me  habló  de  un  tema  tras  otro  y dijo:  “Es  justo  como  el 
hermano  Brigham  dice  que  es;  es  como  nos  lo  contó  más  de  una  vez”.  ...  Vio  a los 
justos  reunidos  en  el  mundo  de  los  espíritus,  y no  había  espíritus  inicuos  entre 
ellos.  Vio  a su  esposa;  fue  la  primera  persona  que  vino  a verlo...  “Para  mi 
sorpresa”,  dijo,  “cuando  miré  las  familias  vi  que  en  algunas  había  una  deficiencia, 
faltaba  algo,  porque  vi  que  a algunas  familias  no  se  les  permitía  reunirse  porque 
no  habían  honrado  su  llamamiento  aquí”.  ...  Después  de  mencionar  las  cosas  que 
había  visto,  dijo  cuánto  le  había  desagradado  tener  que  regresar  y entrar  a su 
cuerpo,  después  de  haber  visto  la  belleza  y la  gloria  del  mundo  espiritual,  donde 
los  espíritus  de  los  justos  se  reúnen.  ...  [M]iró  su  cuerpo  con  disgusto  pero  fue 
obligado  a entrar  en  él  nuevamente.  Dijo  que  después  de  regresar  podía  mirar  a 
su  familia  y ver  el  espíritu  que  estaba  en  ellos  y la  oscuridad  que  estaba  en  ellos;  y 
que  había  conversado  con  ellos  sobre  el  evangelio  y sobre  lo  que  tenían  que  hacer, 
y le  respondieron:  “Bueno,  hermano  Grant,  tal  vez  sea  así  o tal  vez  no  lo  sea”,  y 
dijo  que  ese  era  el  estado  de  estas  personas,  a grandes  rasgos,  “porque  muchos 
están  llenos  de  oscuridad  y no  me  creen”. 

240  DyC  128:18. 

241  DyC  128:15.  Cf.  la  siguiente  declaración  del  profeta  José  Smith  (J.  Smith,  Jr., 

Words,  13  August  1843,  p.  240,  ortografía  y puntuación  modernizada,  énfasis 

añadido): 

Dios  les  enviará  a Elias  el  profeta  y él  les  revelará  los  convenios  de  los  padres  en 
relación  a los  hijos  y los  convenios  de  los  hijos  en  relación  a los  padres  para  que 
puedan  tener  el  privilegio  de  entrar  en  el  mismo  orden  para  efectuar  su  salvación 
mutua. 

De  manera  similar,  John  Taylor,  siendo  apóstol,  dijo  (J.  Taylor,  11  December  1864,  p. 

27): 


174 


Notas  al  final 


Nos  estamos  preparando  para  las  mansiones  [que  el  Salvador  nos  prometió],  y 
otros  están  ayudando  a preparar  mansiones  para  nosotros  detrás  del  velo. 
Nosotros  vamos  a obrar  por  los  que  están  allí,  y ellos  por  nosotros;  pues  ellos,  sin 
nosotros,  no  pueden  ser  perfeccionados,  ni  tampoco  nosotros  sin  ellos.  Estamos 
formando  una  alianza,  una  unión,  una  conexión,  con  los  que  están  detrás  del 
velo,  y ellos  están  formando  una  unión  y conexión  con  nosotros... 

242  M.  J.  Ballard,  Three  Degrees  1922,  p.  23. 

243  J.  A.  Widtsoe,  Genealogical  Activities,  p.  104. 

244  DyC  110:113-116. 

245  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  5 octubre  1840,  p.  205,  10  marzo  1844,  pp.  417-418.  Cf. 
Mateo  16:19,  18:18;  Helamán  10:7-10.  Ver  L.  W.  Cook,  Marriages,  p.  x-xiv;  R.  E. 
Cooper,  Promises,  pp.  64-65,  107-116  para  hallar  discusiones  sobre  los  distintos 
significados  de  la  palabra  “sellar”  en  la  doctrina  y las  enseñanzas  SUD.  Nibley  da  una 
lista  de  esos  significados  en  textos  no  SUD  (H.  W.  Nibley,  Evangelium,  p.  37  n.  77. 
Ver  también  H.  W.  Nibley,  Sacred,  p.  559).  Hay  un  uso  distinto  de  la  palabra  “sellar” 
que  se  presenta  en  conjunto  con  registros  sagrados  y revelaciones  de  misterios  que 
están  sellados  o son  de  acceso  restringido,  sólo  por  autorización  divina  (p.  ej„  Isaías 
8:16,  29:11;  Daniel  12:9;  Apocalipsis  5:1;  2 Nefi  18:16,  27:7-18;  Éter  3:22;  DyC  28:7, 
35:18,  88:84,  109:46).  Hay  más  estudios  detallados  sobre  este  último  tema  en  G. 
Widengren,  Ascensión-,  L.  Baynes,  Heavenly  Book,  pp.  47,  91,  130,  144,  149-158,  162- 
163, 188-190,  197-199. 

246  El  hecho  que  “Elias”  sea  la  versión  griega  de  la  transliteración  hebrea  “Elijah”  [en 
inglés],  ha  dejado  perplejos  a los  expertos  SUD.  (Notar  que  las  enseñanzas  SUD  en 
general  distinguen  entre  el  título  de  Elias,  tratado  aquí,  y entre  un  profeta  del  mismo 
nombre  Elias,  “que  se  presume  vivió  en  la  época  de  Abraham,  quien  ‘entregó  la 
dispensación  de  Abraham’ — incluyendo  las  bendiciones  del  convenio  de  Dios  con 
Abraham — al  profeta  José  Smith  y a Oliver  Cowdery  el  3 de  abril  de  1836  en  el  templo 
de  Kirtland  (DyC  110:12)”  (G.  A.  Horton,  Jr.,  Elias,  p.  449)). 

Sin  embargo,  no  necesariamente  hay  que  suponer  que  José  Smith  mismo  se  haya 
confundido  en  este  asunto.  Si  bien  uno  puede  discrepar  en  algunos  particulares  de  las 
conclusiones  de  Brown,  él  cita  evidencia  en  forma  correcta  para  mostrar  que  el 
profeta  probablemente  entendía  “que  el  sufijo  divino  hebreo  -jah  se  translitera  -as  en 
griego”  en  las  traducciones  estándar  del  Nuevo  Testamento  (S.  Brown,  Elias,  p.  2). 
Más  allá  del  error  conceptual  potencial,  sin  embargo,  en  su  tratamiento  del  “espíritu 
de  Elias”  y del  “espíritu  de  Elias  el  profeta  [Elijah  en  inglés]”,  José  Smith  no  obstante 
elige  usar  los  nombres  uno  al  lado  del  otro  como  medio  de  contraste  entre  dos  roles 
espirituales  de  las  escrituras.  “Elias”,  la  versión  del  Nuevo  Testamento  del  nombre,  se 
usó  para  enfatizar  paralelos  en  las  misiones  preparatorias  de  varios  individuos  en  su 
rol  del  sacerdocio  de  Aarón,  ejemplificado  por  Juan  el  Bautista,  mientras  que  “Elias  el 


175 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


profeta  [Elijah]”,  la  versión  hebrea  del  nombre,  se  usó  para  aludir  al  rol  del  profeta 
del  Antiguo  Testamento  que  poseía  y restauró  el  poder  de  sellar  del  sacerdocio  de 
Melquisedec.  Si  el  profeta  hubiera  rechazado  el  nombre  “Elias”  por  su  “ambivalencia 
filológica”,  habría  tenido  que  hallar  otro  nombre  para  describir  la  distinción  prevista 
(ver  ibíd.,  p.  11). 

247  J.  Smith,  Jr„  Words.  10  March  1844,  p.  335,  modernizado.  Las  palabras  entre 
paréntesis  “(es  decir,  Elias  el  profeta)”  está  en  el  original.  Cf.  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas, 
10  marzo  1844,  p.  416: 

El  espíritu,  poder  y vocación  de  Elias  el  profeta  consiste  en  estar  uno  facultado 
para  poseer  las  llaves  de  las  revelaciones,  ordenanzas,  oráculos,  poderes  e 
investiduras  de  la  plenitud  del  Sacerdocio  de  Melquisedec  y del  reino  de  Dios 
sobre  la  tierra;  y de  recibir,  obtener  y efectuar  todas  las  ordenanzas  que 
pertenecen  al  reino  de  Dios,  aun  para  tornar  el  corazón  de  los  padres  a los  hijos,  y 
el  corazón  de  los  hijos  a los  padres,  aun  los  que  están  en  los  cielos. 

Ver  también  ibíd.,  27  agosto  1843,  p.  395: 

¿Cómo  rescatará  Dios  a esta  generación?  Enviará  a Elias  el  profeta...  Elias  el 
profeta  revelará  los  convenios  que  tienen  por  objeto  ligar  el  corazón  de  los  padres 
a los  hijos,  y los  hijos  a los  padres.  La  unción  y la  confirmación  de  la  unción  [es 
decir,  ser  sellados  para  vida  eterna]  consisten  en  hacer  firme  nuestra  vocación  y 
elección. 

248  Interpreto  que  “(es  decir,  Elias  el  profeta)”  es  una  referencia  a “esto”  más  bien 
que  a “el  Santo  Espíritu  de  la  Promesa”. 

249  Por  ejemplo,  ya  el  25  de  enero  de  1832  el  élder  Sidney  Rigdon  “selló  sobre  [la 
cabeza  de  José  Smith]  las  bendiciones  que  él  previamente  había  recibido”  (O.  Pratt, 
Orson  Pratt  Journals,  p.  11).  José  Smith  registró  una  experiencia  que  tuvo  lugar  en  el 
templo  de  Kirtland,  justo  antes  de  la  visión  del  reino  celestial:  “mi  padre  ungió  mi 
cabeza,  y selló  sobre  mi  las  bendiciones  de  Moisés,  para  conducir  a Israel  en  los 
últimos  días  como  Moisés  lo  hizo  en  los  días  antiguos;  y también  las  bendiciones  de 
Abraham,  Isaac  y Jacob”  (J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  21  ]anuary  1836,  2:380). 

250  DyC  131:5.  Cf.  2 Corintios  1:21-22,  Efesios  1:13,  4:30;  Apocalipsis  7:2-4,  9:4. 

251  Mosíah  5:15. 

252  Alma  34:35.  Cf.  DyC  1:8-9. 

253  Hebreos  1:3.  Cf.,  p.  ej.,  1 Juan  3:2.  N.  M.  Sarna,  Génesis,  p.  12  ve  esta  idea  en  la 
creación  de  la  humanidad  “a  imagen  de  Dios”,  concluyendo  que  “cada  persona  lleva 
el  sello  de  la  realeza”. 

254  Nibley  explica  (H.  W.  Nibley,  Sacred,  p.  559): 


176 


Notas  al  final 


La  palabra  sello,  que  es  tan  importante,  es  simplemente  un  diminutivo  de  signo, 
sigillum  que  proviene  de  signum.  En  Deuteronomio  se  traduce  como  singular. 
Como  los  otros  signos,  puede  representar  al  individuo  que  porta  el  sello  del  rey, 
que  lleva  la  autoridad.  Su  valor  particular,  sin  embargo,  es  su  efecto  de  vincular  el 
tiempo.  El  sello  asegura  el  derecho  de  la  persona  para  poseer  algo  que  puede  estar 
separado  de  él  o ella  en  el  espacio  y el  tiempo;  garantiza  que  no  perderá  el 
derecho  de  reclamar  el  objeto  distante.  La  marca  sobre  el  sello  es  la  misma  que 
lleva  dentro  de  su  persona.  Y cuando  se  comparan  las  dos,  se  establece  su 
derecho,  pero  solamente  si  ninguno  de  los  signos  ha  sido  alterado.  Este  es  el 
control  que  antiguamente  se  ejercía  con  las  tablillas  de  conteo  o tarjas,  como  el 
palo  de  José  y el  palo  de  Judá. 

255  L.  T.  Johnson,  Religious  Experience,  p.  78  y p.  78  n.  44. 

256  Alma  5:14. 

257  2 Corintios  3:3,  18.  El  contraste  entre  escribir  en  tablas  de  piedra  y en  las  tablas  de 
carne  del  corazón  de  los  discípulos  como  dice  el  v.  3 usa  imágenes  de  Ezequiel  36:26- 
27  y Jeremías  31:33  (S.  S.  Lee,  Jesús'  Transfiguration,  p.  59): 

El  corazón  nuevo  y el  Espíritu  de  Ezequiel  36  son  los  vehículos  de  los 
mandamientos  de  Dios  que  han  echado  raíces  interiormente,  y el  Nuevo 
Convenio  de  Jeremías  31  representa  los  mandamientos  inscritos  en  los  corazones 
humanos.  En  esta  asociación,  la  piedra  con  su  valor  extraordinario  de  resistencia 
aparece  como  la  condición  del  corazón  endurecido.  Según  Jeremías,  el  Nuevo 
Convenio  con  su  corazón  nuevo  y el  Espíritu  tiene  que  establecerse  porque  Israel 
quebrantó  la  ley  de  Moisés,  el  Antiguo  Convenio,  debido  a la  dureza  de  sus 
corazones.  Aquí  las  tablas  de  piedra  claramente  se  refieren  a las  tablas  de  la  ley 
que  Moisés  recibió  en  el  monte  Sinaí. 

Según  Lee,  la  transformación  del  creyente  del  v.  18  (ibíd.,  p.  69): 

. . . resulta  de  observar  la  gloria  del  Cristo  resucitado  sin  llevar  un  velo  sobre  el 
rostro  [es  decir,  en  oposición  al  pedido,  por  su  falta  de  rectitud,  de  un  velo  para 
cubrir  el  rostro  glorificado  de  Moisés],  un  Cristo  resucitado  que  ahora  es  el  Señor 
en  el  evangelio  de  Pablo. 

Para  ver  más  sobre  los  temas  de  la  transformación  en  la  imagen  de  Dios  y la 
colocación  de  un  velo  en  el  rostro,  además  de  una  discusión  sobre  las  razones  para 
colocar  un  velo  en  el  rostro  de  las  mujeres  en  las  oraciones  que  los  antiguos  cristianos 
realizaban  en  el  templo,  consultar  J.  M.  Bradshaw,  Moses  Temple  Themes  (2014),  pp. 
189-192. 

258  1 Reyes  18:22. 

259  N.  Wray,  Wesley,  p.  182. 

260  Con  el  permiso  de  Athalie  Wesley.  En  ibíd.,  p.  183. 


177 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


261  Con  el  permiso  de  Ann  M.  Madsen  y The  Deseret  News.  Tomado  de 
http://www.deseretnews.eom/artide/705307069/Former-BYU-professorTruman- 

Madsen-dies.html  (consultado  el  8 febrero  de  2012). 

262  T.  G.  Madsen,  Elijah  and  the  Turning,  p.  372.  Con  el  permiso  de  Ann  M.  Madsen. 
Ver  también  S.  R.  Covey  et  al.,  Marriage,  pp.  63-65;  J.  E.  Faust,  Padre,  p.  41. 

263  T.  G.  Madsen,  Elijah  and  the  Turning,  pp.  374-375.  Con  el  permiso  de  Ann  M. 
Madsen. 

264  El  élder  B.  H.  Roberts  escribió  (B.  H.  Roberts,  What  Is  Man,  pp.  235-236): 

Creo  que  el  carácter  primeramente  se  basa  en  la  naturaleza  del  espíritu,  la 
extensión  de  su  desarrollo,  la  suma  de  crecimiento  que  tuvo  antes  de  tomar  su 
tabernáculo  en  la  carne;  y que  el  linaje  familiar,  en  vez  de  crear  el  carácter,  puede 
sólo  modificarlo.  Por  eso  uno  puede  ver  esta  cosa  extraña,  que  a pesar  de  tener 
padres  despiadados,  a pesar  del  ambiente  desfavorable,  vemos  elevarse  un 
carácter  a su  propia  altura  natural  de  nobleza  y grandeza,  todo  porque  el  espíritu 
antes  de  venir  aquí  tenía  sobre  sí  el  sello  de  la  propia  nobleza  de  Dios,  y no  hay 
influencia  que  venga  de  padres  despiadados  o de  ambiente  desfavorable  que 
pueda  alterar  la  nobleza  natural  de  ese  espíritu;  en  vez  de  ello,  crece  a su  plenitud, 
toma  su  lugar  en  la  tierra  y llega  a ser  un  benefactor  para  los  hijos  de  los  hombres. 

265  C.  Broderick,  Daré,  pp.  120,  119.  Fotografía  usada  can  permiso.  Tomado  de 
http://www.usc.edu/uscnews/stories/img/CFIRON29 1 Op  1 .ipg  (consultado  el  8 
febrero  de  2012). 

266  Ver  Abdías  1:21.  Ver  también  DyC  76:66;  84:2,  32;  133:18. 

267  O.  Hyde,  Diagram,  p.  23.  Ver  también  DyC  76:56-59.  Cf.  J.  Smith,  Jr., 
Enseñanzas,  27  agosto  1843,  pp.  394-395:  “Los  que  poseen  la  plenitud  del  Sacerdocio 
de  Melquisedec  son  reyes  y sacerdotes  del  más  alto  Dios,  y tienen  las  llaves  del  poder 
y bendiciones.  De  hecho,  este  sacerdocio  es  una  ley  perfecta  de  la  teocracia,  y en 
representación  de  Dios  expide  leyes  al  pueblo,  y administra  vidas  sin  fin  a los  hijos  e 
hijas  de  Adán”.  Ver  también  J.  F.  Smith,  Jr.,  Way  1945,  p.  208. 

268  G.  M.  Leonard,  Nauvoo,  pp.  260-261;  J.  Smith,  Jr.,  Record,  28  September  1843,  p. 
416.  Ver  también  R.  K.  Esplín,  Succession,  p.  314-315;  J.  Smith,  Jr.,  Words,  27  August 
1843,  pp.  244-247,  303-307  n.;  W.  W.  Phelps,  citado  en  S.  Brown,  Paracletes,  pp.  80- 

81. 

269  J.  J.  Tissot,  Oíd  Testament,  1:47.  The  Jewish  Museum,  No.  52-94.  En  el  dominio 
público.  Ver  Génesis  14:18-20. 

270  Génesis  14:18.  Ver  también  Hebreos  7:1-10,  Alma  13:15-19,  y TJS  Génesis  14:25- 
40. 

271  DyC  84:14. 


178 


Notas  al  final 


272  Salmos  110:4;  Hebreos  5:6-10,  6:20,  7:1-28,  y Alma  13:1-19.  Ver  también  las 
aclaraciones  dadas  en  TJS  Hebreos  7:3,  19-21,  25-26. 

273  Ver  DyC  107:2-4. 

274  B.  R.  McConkie,  New  Witness,  p.  315. 

275  DyC  124:28. 

276  Cf.  DyC  124:39. 

277  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  11  junio  1843,  pp.  376-377. 

278  Con  el  permiso  de  Val  Brinkerhoff.  Tomado  de  M.  B.  Brown,  Joseph  Smith,  p.  57. 

279  B.  Young,  6 August  1843,  en  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  5:527. 

280  R.  K.  Esplin,  Succession,  p.  315.  Ver  también  G.  M.  Leonard,  Nauvoo,  pp.  260- 
261. 

281  Heber  C.  Kimball  Journal,  llevado  por  William  Clayton,  26  December  1845, 
Church  Archives,  énfasis  y corchetes  añadidos,  citado  en  J.  Smith,  Jr.,  Words,  p.  304 
n.  21.  Para  ver  descripciones  de  los  eventos  relacionados  con  la  introducción  de  esta 
ordenanza  consultar  R.  L.  Bushman,  Rough  Stone,  pp.  490-499;  L.  W.  Cook, 
Revelations,  pp.  293-294,  347-349  nn.  4-11;  A.  F.  Ehat,  Ordinances,  pp.  76-97;  J. 
Smith,  Jr.,  Words,  pp.  303-307  n.  21,  22,  29,  30,  38. 

282  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  6 August  1843,  5:527. 

283  Usada  con  permiso.  Tomada  de  C.  H.  Kraeling  et  al.,  Synagogue,  píate  LXVI. 

284  1 Pedro  2:9. 

285  Ver,  p.  ej.,  J.  M.  Bradshaw  et  al.,  Investiture  Panel;  D.  J.  Larsen,  Two  high 
priesthoods?  Evidence  for  non-Levitical  priesthood  in  ancient  Israel;  M.  B.  Brown, 
Israelite  Temple. 

286  N.  Wyatt,  Degrees,  p.  192. 

287  N.  Wyatt,  Hollow  Crown,  p.  32.  Postgate  además  explica  (J.  N.  Postgate,  Early 
Mesopotamia,  pp.  266-267): 

La  reclamación  de  divinidad  de  un  gobernante  se  puede  expresar  en  tres  maneras: 
su  nombre  puede  estar  precedido  por  el  signo  cuneiforme  de  dios,  tal  como 
sucede  con  los  nombres  de  otros  dioses,  su  tocado  puede  estar  representado  por 
cuernos,  la  marca  de  los  dioses  en  la  iconografía,  y de  una  variedad  de  maneras 
puede  hallarse  evidencia  de  que  el  pueblo  lo  adoraba  en  un  culto  propio...  Otra 
hipótesis  atractiva  es  que  cualquier  gobernante  que  fuera  fruto  de  un  matrimonio 
sagrado  podría  reclamar  linaje  divino  y real  a la  vez.  Gudea,  por  ejemplo,  dice  que 
no  tenía  padre  ni  madre  y que  era  hijo  de  la  diosa  de  Lagash,  Garumdug;  sin 
embargo,  en  otra  parte  también  afirma  que  es  hijo  de  Ninsun,  de  Bau  y de  Nanse, 


179 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


lo  que  hace  difícil  estar  seguro  de  las  implicaciones  de  esas  declaraciones.  Sin 
embargo,  no  se  atribuyó  divinidad. 

Esta  aparente  contradicción  sobre  el  linaje  reclamado  por  Gudea  puede  explicarse 
mediante  la  TJS  Hebreos  7:3  (“orden  que  era  sin  padre,  sin  madre,  sin  genealogía,  que 
no  tiene  principio  de  días,  ni  fin  de  vida”),  donde  el  sentido  del  paralelismo  es  que 
Melquisedec  ciertamente  nació  de  padres  terrenales,  pero  más  tarde  renació  como 
“hijo  de  Dios”  por  medio  de  las  ordenanzas  del  sacerdocio. 

288  Algunos  estudios  bien  conocidos  que  tratan  sobre  esta  tradición  tan  ampliamente 
estudiada  son:  E.  O.  James,  Initiatory;  S.  H.  Hooke,  Myth,  Ritual,  and  Kingship;  A.  R. 
Johnson,  Sacral  Kingship;  A.  M.  Hocart,  Kingship;  H.  P.  L'Orange,  Cosmic  Kingship; 
G.  Widengren,  King  and  Tree  ofLife;  G.  Widengren,  King  and  Covenant;  J.  H.  Eaton, 
Kingship;  S.  Mowinckel,  Psalms.  Wyatt  critica  con  perspicacia  algunas  de  las 
literaturas  anteriores  y enfatiza  la  continuidad  de  las  tradiciones  del  reinado  divino  en 
todo  el  antiguo  Cercano  Oriente  (N.  Wyatt,  Myths  of  Power;  N.  Wyatt,  There's  Such 
Divinity).  Baker  y Ricks  han  estudiado  los  temas  del  templo  y la  coronación  en  los 
salmos  desde  una  perspectiva  SUD  (L.  L.  Baker  et  al.,  Who  Shall  Ascend).  Ver  otros 
estudios  de  Ricks  donde  resume  los  temas  de  coronación  en  el  Libro  de  Mormón  (S. 
D.  Ricks,  Coronation;  S.  D.  Ricks,  Kingship). 

289  Traducción  en  J.  H.  Eaton,  Psalms  Commentary,  p.  384. 

290  Ibíd.,  pp.  384-385.  Ver  también  la  discusión  que  hace  Margaret  Barker  sobre 
estos  versículos  en  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  759-760  Nota  final  E-229. 

291  Cf.  Salmos  2:7,  1 Crónicas  17:13. 

292  Comentando  adicionalmente  sobre  este  sacerdocio  real,  Eaton  escribe  (J.  H. 
Eaton,  Psalms  Commentary,  p.  385): 

Él  será  un  sacerdote-rey,  la  figura  suprema  que  tenía  a todo  el  personal  del 
templo  como  asistentes.  Era  un  rol  del  más  alto  significado  en  las  sociedades 
antiguas,  atesorado  por  los  grandes  reyes  de  Egipto  y Mesopotamia  bajo  sus 
respectivas  deidades.  Existen  indicaciones  en  las  fuentes  históricas  de  que  David  y 
sus  sucesores  tuvieron  este  papel,  aunque  los  clanes  sacerdotales  después  del  final 
de  la  monarquía  se  opusieron  y lo  oscurecieron  en  los  registros.  El  oráculo 
confiere  un  aspecto  especial  al  sacerdocio  ligándolo  con  el  rey  pre-israelita  de 
Jerusalén,  Melquisedec.  La  dinastía  de  David  aquí  es  reconocida  como  heredera 
de  Melquisedec,  quien  fuera  recordado  en  la  tradición  como  sacerdote  y rey  de  El 
Elyon,  el  Dios  Altísimo,  Creador  del  cielo  y de  la  tierra  (Génesis  14: 18f).  Así  como 
el  Dios  de  Israel  tomó  el  título  de  Creador  y era  adorado  como  tal  en  la  antigua 
Jerusalén  (El  Elyon),  también  David  tomó  la  ciudad-reino  y el  sacerdocio  real  de 
la  vieja  dinastía. 


180 


Notas  al  final 


293  L.  L.  Baker  et  al.,  Who  Shall  Ascend,  p.  353;  cf.,  p.  ej.,  1 Samuel  10:1,  15:17,  16:23; 
2 Samuel  2:4,  5:3;  1 Reyes  1:39;  1 Crónicas  29:22  y más  discusiones  en  las  páginas  354- 
358.  Comparar  con  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  519-523. 

294  Usada  con  permiso.  Tomada  de  C.  H.  Kraeling  et  al.,  Synagogue,  píate  LXXI. 

295  Ver  C.  H.  T.  Fletcher-Louis,  Glory,  pp.  56,  212-13,  476.  Ver  también  C.  H.  T. 
Fletcher-Louis,  Religious  Experience,  pp.  132-133;  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp. 
663-675.  Sobre  la  posibilidad  de  tales  formas  de  adoración  en  Dura  Europos,  ver  J.  M. 
Bradshaw,  Ezekiel  Mural. 

296  Éxodo  19:6.  Kugel  explica  (J.  L.  Kugel,  How  to  Read,  p.  242): 

Para  entender  la  segunda  parte  de  esta  promesa  [es  decir,  Éxodo  19:6],  es  esencial 
saber  que  por  todo  el  antiguo  Cercano  Oriente,  los  sacerdotes  del  pueblo  eran  los 
únicos  que  tenían  el  privilegio  de  estar  en  contacto  con  sus  dioses.  La  función  de 
los  sacerdotes  consistía  en  cuidar  la  casa  del  dios  (es  decir,  su  templo),  ofrecer 
sacrificios  en  frente  de  su  imagen,  y servirlo  en  general  en  el  lugar  donde  se 
consideraba  que  moraba.  Al  decir  que  Israel  llegaría  a ser  un  reino  de  sacerdotes, 
Dios  parece  estar  evitando  este  arreglo  común. 

De  hecho  está  diciendo:  Ustedes  serán  todos  mis  allegados  íntimos — solamente 
guarden  las  reglas  simples  que  constituyen  mi  convenio  con  ustedes. 

297  Génesis  1:26-27. 

298  La  explicación  completa  de  Sarna  dice:  (N.  M.  Sarna,  Génesis,  p.  12.  Ver  también 
R.  E.  Friedman,  Commentary,  p.  30;  N.  M.  Sarna,  Mists,  p.  51): 

Las  palabras  aquí  usadas  para  transmitir  estas  ideas  se  pueden  comprender  mejor 
en  la  luz  de  un  fenómeno  registrado  en  Mesopotamia  y en  Egipto  donde  el 
monarca  regente  se  describe  como  “la  imagen”  o “la  semejanza”  de  un  dios...  Sin 
duda,  la  terminología  usada  en  Génesis  1:26  deriva  de  este  vocabulario  real,  lo 
que  sirve  para  elevar  al  rey  por  encima  del  hombre  común.  En  la  Biblia  esta  idea 
se  ha  democratizado.  Todos  los  seres  humanos  son  creados  “a  la  imagen  de 
Dios”;  cada  persona  lleva  el  sello  de  la  realeza. 

Hendel  ve  esto  como  un  desprecio  explícito  de  la  teología  de  la  Mesopotamia  (R.  S. 
Hendel,  Génesis  1-11  and  Its  Mesopotamian  Problem,  p.  27): 

En  Génesis  1 todos  los  humanos  son  creados  a la  “imagen  de  Dios”,  y como  tales 
tienen  la  autoridad  y el  deber  de  regir  el  mundo.  Como  han  notado  los 
comentaristas,  esta  movida  efectúa  una  democratización  de  la  ideología  real  de  la 
Mesopotamia,  elevando  a toda  la  humanidad  a un  estado  previamente  reservado 
para  el  rey. 

299  Apocalipsis  2:7,  10-11,  17,  26-28;  3:5,  12,  20-21. 

300  G.  M.  Leonard,  Nauvoo,  p.  260-261,  énfasis  añadido. 


181 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


301  J.  Smith,  Jr.,  Words,  27  August  1843,  p.  245. 

302  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  14  mayo  1843,  pp.  362-364. 

303  El  élder  Bruce  R.  McConkie  escribe  (B.  R.  McConkie,  NT  Commentary,  3:326): 

Ser  llamado  [o,  recibir  el  llamamiento  o la  vocación]  es  ser  miembro  de  la  iglesia 
y del  reino  de  Dios  sobre  la  tierra;  es  estar  en  las  filas  de  los  santos;  es  aceptar  el 
evangelio  y recibir  el  convenio  sempiterno...  es  estar  en  el  camino  que  conduce  a 
la  vida  eterna  y tener  la  esperanza  de  la  gloria  eterna;  es  tener  una  promesa 
condicional  de  la  vida  eterna;  es  ser  heredero  de  todas  las  bendiciones  del 
evangelio,  bajo  la  condición  de  que  exista  una  obediencia  constante  a sus  leyes  y 
ordenanzas. 

El  “llamamiento”  [o  “vocación”]  de  los  hombres  también  incluye  la  ordenación  al 
sacerdocio  (ver,  por  ejemplo,  DyC  84:33:  “Porque  quienes  son  fieles  hasta  obtener 
estos  dos  sacerdocios  de  los  cuales  he  hablado,  y magnifican  su  llamamiento...”). 

304  Ver  2 Pedro  1:10;  DyC  53:1.  En  el  sentido  más  amplio  de  la  palabra,  uno  puede 
hablar  de  la  elección  en  un  contexto  anticipatorio  (p.  ej.,  la  elección  de  Israel)  o,  en 
forma  alternativa,  como  la  certeza  personal  del  Espíritu  Santo  de  que  el  curso  actual 
de  nuestra  vida  es  aceptable  a Dios  (ver,  p.  ej.,  L.  E.  Dahl  et  al,  Lectures,  6:2,  p.  91). 
Esta  certeza  preliminar,  sin  embargo,  solamente  puede  ser  “hecha  firme”  mediante  la 
afirmación  directa  del  Padre  mismo. 

305  2 Pedro  1:19;  DyC  131:5.  Ver  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  21  mayo  1843,  pp.  37 1 - 
373. 

306  DyC  131:5. 

307  Refiriéndose  a los  antiguos  apóstoles  que  fueron  testigos  de  los  eventos  de  la 
transfiguración,  el  profeta  José  Smith  enseñó  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  14  mayo 
1843,  p.  363): 

Aunque  oyesen  la  voz  de  Dios  y supiesen  que  Jesús  era  el  Hijo  de  Dios,  esto  no 
sería  evidencia  de  que  su  elección  y vocación  había  sido  hecha  firme,  ni  que 
tendrían  parte  con  Cristo  y serían  coherederos  con  Él.  Así  pues,  buscarían  esa 
palabra  profética  más  permanente  de  que  habían  sido  sellados  en  los  cielos,  y que 
tenían  la  promesa  de  vida  eterna  en  el  reino  de  Dios. 

En  otra  ocasión,  José  Smith  explicó  (J.  Smith,  Jr.,  Words,  21  May  1843,  p.  208): 

Una  cosa  es  recibir  conocimiento  por  la  voz  de  Dios  (“Este  es  mi  Hijo  amado”, 
etc.),  y otra  es  saber  que  uno  mismo  será  salvo.  Tener  una  promesa  positiva  de  la 
propia  salvación  es  hacer  firme  la  vocación  y la  elección,  es  decir,  la  voz  de  Jesús 
que  dice,  “Mi  amado,  tendrás  la  vida  eterna”. 

Hermanos,  nunca  ceséis  de  luchar  hasta  recibir  esta  evidencia.  Tened  cuidado 
tanto  antes  como  después  de  obtener  esta  palabra  profética  más  segura. 


182 


Notas  al  final 


Otro  reporte  del  discurso  dice  lo  siguiente  (ibíd.,  21  May  1843,  p.  209): 

...  ¿cómo  hacer  firme  nuestra  vocación  y elección?  Respuesta:  Es  obtener  una 
promesa  de  Dios  mismo  que  tendré  la  vida  eterna.  Esa  es  la  palabra  profética  más 
segura.  Pedro  escribió  a los  que  tenían  una  fe  igualmente  preciosa  que  los 
apóstoles. 

Aunque  muchos  individuos  en  tiempos  modernos  han  sido  visitados  personalmente 
por  Jesucristo  o han  tenido  una  visión,  Joseph  Fielding  Smith,  hijo,  como  miembro 
del  quorum  de  los  Doce,  no  hallaba  necesario  creer  que  incluso  todos  los  apóstoles 
habían  recibido  un  testimonio  tan  “personal”  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Doctrina,  3:87): 

Existe  la  duda  de  que  todos  los  apóstoles  en  la  dispensación  anterior  hayan  sido 
testigos  “personales”  de  la  resurrección  de  Jesucristo,  si  con  esto  se  quiere  dar  a 
entender  que  Él  se  les  apareció  después  de  su  resurrección.  En  cuanto  a los  once 
apóstoles  originales,  ciertamente  esto  es  verdad.  (Lucas  24:36-53;  Hechos  1:1-14; 
1 Corintios  15:5-7).  Pablo  lo  vio  en  visión  (Hechos  9:1-9,  22:6-16),  pero  tenemos 
evidencia  que  el  Consejo  de  los  Apóstoles  se  mantuvo  por  algún  tiempo  después 
de  la  muerte  de  los  primeros  Doce  (Hechos  1:15-26;  Efesios  4:11-16;  Romanos 
16:7;  1 Corintios  12:28-29;  Gálatas  1:19).  Si  éstos  recibieron  en  alguna  ocasión 
una  visita  del  Salvador,  la  historia  no  lo  dice. 

Todo  miembro  del  Consejo  de  los  Doce  debe  tener,  y estoy  seguro  de  que  ha 
tenido,  el  conocimiento  de  la  resurrección  de  Jesucristo.  Esto  no  tiene  que  venir 
por  medio  de  una  visita  directa  del  Salvador,  pero  sí  viene  por  el  testimonio  del 
Espíritu  Santo.  Permítaseme  llamar  vuestra  atención  a la  declaración  del  Salvador 
que  se  halla  en  Mateo  12:13,  32.  El  testimonio  del  Espíritu  Santo  es  el  testimonio 
más  potente  que  se  puede  dar.  Es  mejor  que  una  visita  personal.  Es  por  tal  razón 
que  el  Salvador  dijo  que  todo  género  de  pecado  y blasfemia  contra  el  Espíritu 
Santo,  no  puede  ser  perdonado. 

308  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  p.  178.  Moroni  también  afirma  que  “no 
recibís  ningún  testimonio” — es  decir,  el  testimonio  firme  que  vino  cuando  Cristo  “se 
manifestó  a nuestros  padres”  personalmente  (Éter  12:7)  — sino  “hasta  después  de  la 
prueba  de  vuestra  fe”  (Éter  12:6;  cf.  1 Pedro  3:7).  “Y  hubo  muchos  cuya  fe  era  tan 
sumamente  fuerte...  que  no  se  les  pudo  impedir  penetrar  el  velo,  sino  que  realmente 
vieron  con  sus  propios  ojos  las  cosas  que  habían  visto  [previamente]  con  el  ojo  de  la 
fe;  y se  regocijaron”  (Éter  12:19.  Ver  también  v.  20-21). 

Con  la  determinación  de  servir  a Dios  “pase  lo  que  pase”  en  similitud  del  Hijo  de 
Dios,  y al  ser  llenos  de  un  “fulgor  perfecto  de  esperanza”  (2  Nefi  31:20;  cf.  Éter  12:32: 
“una  esperanza  más  excelente”)  por  medio  de  la  caridad,  el  “amor  puro  de  Cristo” 
(Moroni  7:47;  cf.  DyC  121:45),  los  seguidores  de  Cristo  se  preparan  para  hacer  firme 
su  vocación  y elección  y eventualmente  para  ser  sellados  para  la  vida  eterna  y la 
exaltación. 


183 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


“Muchos  son  los  llamados,  y pocos  los  escogidos”  (DyC  121:34;  cf.  Mateo  20:16, 
22:14;  DyC  95:5-6)  en  este  sentido  definitivo  de  la  palabra.  “¿Y  por  qué  no  son 
escogidos?  Porque  a tal  grado  han  puesto  su  corazón  en  las  cosas  de  este  mundo,  y 
aspiran  tanto  a los  honores  de  los  hombres”  (DyC  121:34-35).  Sus  “entrañas  [no]  se 
[llenan]  de  caridad”  (DyC  121:45)  que  es,  como  afirma  Hugh  Nibley,  la  “esencia  de  la 
ley  de  consagración”  (H.  W.  Nibley,  Foundation,  p.  172). 

En  forma  similar  Nibley  afirma  que  una  completa  obediencia  a la  ley  de  consagración, 
la  prueba  más  grande  de  caridad,  es  “la  consumación  de  las  leyes  de  obediencia  y 
sacrificio,  es  el  umbral  del  reino  celestial,  el  último  y más  difícil  requerimiento  dado  a 
los  hombres  en  esta  vida”  (ibíd.,  p.  168)  y “solo  se  puede  hacer  frente  pasando  por 
intensa  tentación”  (H.  W.  Nibley,  Sacred,  p.  34). 

309  Ver  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  p.  178.  Se  dirá  más  sobre  este  tema 
abajo,  en  la  sección  sobre  el  juramento  y convenio  del  sacerdocio.  Para  ver 
discusiones  detalladas  sobre  éste  y otros  temas  relacionados,  consultar  B.  R. 
McConkie,  NT  Commentary,  3:325-350;  B.  R.  McConkie,  Promised  Messiah,  pp.  570- 
595. 

310  Génesis  14:17-24  y TJS  Génesis  14:25-40. 

311  Ver  Ehat  y Cook  en  /.  Smith,  Jr.,  Words,  p.  305  n.  29.  Después  de  enfatizar  el 
estado  de  “amigo”  de  Dios  que  poseía  Abraham  por  haber  demostrado  la  disposición 
de  sacrificar  a Isaac,  E.  Douglas  Clark  resume  escrituras  y enseñanzas  de  José  Smith 
que  demuestran  la  “elección  firme”  de  Abraham  que  ocurrió  en  ese  momento  (E.  D. 
Clark,  Blessings,  pp.  217-218): 

[C]uando  Dios  anunció  las  bendiciones,  no  fue  solo  por  promesa  sino  por 
juramento,  tal  como  se  resalta  en  la  carta  a los  hebreos:  “Cuando  Dios  hizo  la 
promesa  a Abraham,  no  pudiendo  jurar  por  otro  mayor,  juró  por  sí  mismo...  Y 
habiendo  [Abraham]  esperado  con  gran  paciencia,  alcanzó  la  promesa”  (Hebreos 
6:13,  15).  ¿Qué  significó  para  el  Todopoderoso  jurar  por  sí  mismo?  Dios  estaba 
diciendo  en  realidad,  según  el  midrash,  “Así  como  yo  vivo  y permanezco  para 
siempre  y para  toda  la  eternidad,  así  también  mi  juramento,  permanecerá  para 
siempre  y para  toda  la  eternidad  (citando  Kasher,  Encyclopedia  of  Biblical 
Interpretation,  3:160).  Era  la  promesa  incondicional  de  vida  eterna,  la 
confirmación  de  su  vocación  y elección,  lo  cual  viene  al  hombre,  dice  José  Smith, 
después  que  “el  Señor  lo  haya  probado  en  todas  las  cosas,  y haya  visto  que  aquel 
hombre  está  resuelto  a servirlo  pase  lo  que  pase”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27 
junio  1839,  p.  178).  De  acuerdo  con  lo  expresado,  José  Smith  explicó  que  era  “el 
poder  de  una  vida  infinita...  que  Abraham  obtuvo  por  el  sacrificio  de  su  hijo 
Isaac”  (J.  Smith,  Jr„  Words,  27  August  1843,  p.  245),  un  evento  que  “muestra  que 
si  un  hombre  desea  realizar  las  llaves  del  reino  de  una  vida  sin  fin,  debe  sacrificar 
todas  las  cosas”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  agosto  1843,  p.  322). 


184 


Notas  al  final 


Los  rabíes  han  dicho  que  al  principio  de  la  gran  prueba,  cuando  Dios  había 
llamado  a Abraham  por  nombre  y él  respondido  “Aquí  estoy”,  el  significado  real 
fue  “Aquí  estoy — listo  para  el  sacerdocio,  listo  para  la  realeza,  y logró  el 
sacerdocio  y la  realeza”  “ (H.  Freedman  et  al.,  Midrash,  Vayera  55:6,  1:486).  En 
forma  similar,  José  Smith  declaró  que  por  el  “juramento  de  Dios  a nuestro  padre 
Abraham”,  sus  hijos  “quedaron  asegurados  [a  él]  por  el  sello  con  el  que 
[Abraham]  había  sido  sellado”  (J.  Smith,  Jr.,  Words,  13  August  1843,  p.  241).  En  la 
mayor  ironía  de  la  vida  de  Abraham,  solo  atando  a Isaac  para  el  sacrificio  pudo 
ligarlo  a sí  mimo  en  los  lazos  eternos  del  sellamiento  del  sacerdocio. 

312  2 Pedro  1:19. 

313  DyC  131:6.  Truman  G.  Madsen  coincide  con  la  interpretación  de  DyC  131:6  dada 
aquí,  aseverando  que  este  pasaje  “se  refiere  a un  tipo  específico  de  ignorancia.  El 
versículo  precedente  está  hablando  sobre  el  sellamiento,  sobre  llegar  a saber  mediante 
revelación  por  el  poder  del  Santo  Sacerdocio  no  solo  que  Jesús  es  el  Cristo,  sino 
también  que  se  ha  forjado  una  relación  entre  uno  y Cristo”.  (T.  G.  Madsen,  Temple 
and  Mysteries,  p.  34).  Ver  también  B.  M.  Hauglid,  Calling  and  Election,  p.  222. 

314  DyC  121:34.  Cf.  DyC  95:5:  “Mas  he  aquí,  de  cierto  os  digo  que  hay  entre  vosotros 
muchos  que  han  sido  ordenados,  a quienes  he  llamado,  pero  pocos  de  ellos  son 
escogidos”. 

315  Fotografía  IMGP2175,  26  abril  2009.  Copyright  Stephen  T.  Whitlock  y Jeffrey  M. 
Bradshaw,  con  agradecimiento  especial  a Carole  Menzies  y Jennifer  Griffiths  de  la 
Taylor  Bodleian  Slavonic  and  Modern  Greek  Library.  De  P.  P.  Novickij  (Novitskii), 
Otkrovenie  Avraama.  Para  más  información  sobre  esta  imagen  y sobre  el  Apocalipsis 
de  Abraham  que  la  misma  ilustra,  ver  /.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  38,  694-696; 
J.  M.  Bradshaw,  Moses  Temple  Themes  (2014),  pp.  23-50. 

316  DyC  84:39. 

317  B.  R.  McConkie,  New  Witness,  p.  313. 

318  DyC  88:3-5;  93:21-22;  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  p.  179. 

319  Cf.  2 Samuel  7:14:  “Yo  seré  para  él  padre,  y él  será  para  mí  hijo”;  Salmos  2:7: 
“Jehová  me  ha  dicho:  Mi  hijo  eres  tú;  yo  te  he  engendrado  hoy”;  Salmos  89:3-4: 
“Juré...  Para  siempre  estableceré  tu  descendencia,  y edificaré  tu  trono  de  generación 
en  generación”;  Salmos  89:19-20:  “he  exaltado  a un  escogido...  lo  ungí  con  mi  aceite 
santo”;  Salmos  89:26-29:  “Él  clamará  a mí:  Mi  padre  eres  tú,  mi  Dios...  Yo  también  le 
haré  mi  primogénito,  el  más  excelso  de  los  reyes  de  la  tierra.  Para  siempre  le 
conservaré  mi  misericordia,  y mi  convenio  será  firme  con  él.  Y estableceré  su 
descendencia  para  siempre,  y su  trono  como  los  días  de  los  cielos”;  Salmos  89:34-37: 
“No  olvidaré  mi  convenio,  ni  cambiaré  lo  que  ha  salido  de  mis  labios.  Una  vez  he 
jurado  por  mi  santidad,  y no  mentiré  a David.  Su  descendencia  será  para  siempre,  y 


185 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


su  trono  como  el  sol  delante  de  mí;  como  la  luna  será  firme  para  siempre,  y como  un 
testigo  fiel  en  el  cielo”;  Salmos  132:11-12:  “En  verdad  ha  jurado  Jehová...  Del  fruto  de 
tu  cuerpo  pondré  sobre  tu  trono.  Si  tus  hijos  guardan  mi  convenio  y mi  testimonio 
que  yo  les  enseñaré,  sus  hijos  también  se  sentarán  sobre  tu  trono  para  siempre”; 
Salmos  110:4:  “Juró  Jehová  y no  se  arrepentirá:  Tú  eres  sacerdote  para  siempre  según 
el  orden  de  Melquisedec”  (cf.  Hebreos  6:17-20;  7:20-28);  Mateo  25:21:  “Entra  en  el 
gozo  de  tu  señor”;  Apocalipsis  4:1:  “Sube  acá”;  2 Nefi  31:20:  “así  dice  el  Padre: 
Tendréis  la  vida  eterna”;  Enós  1:27:  “y  él  me  dirá:  Ven  a mí,  tú,  que  bendito  eres;  hay 
un  lugar  preparado  para  ti  en  las  mansiones  de  mi  Padre”;  Mosíah  26:20:  “Hago 
convenio  contigo  de  que  tendrás  la  vida  eterna”;  DyC  88:3-4:  “Este  Consolador  es  la 
promesa  que  os  doy  de  vida  eterna,  sí,  la  gloria  del  reino  celestial”;  DyC  132:49:  “Sello 
sobre  ti  tu  exaltación  y te  preparo  un  trono  en  el  reino  de  mi  Padre,  con  Abraham  tu 
padre”;  Moisés  6:68  (cf.  E.  T.  Benson,  Lo  que  espero,  p.  4):  “He  aquí,  eres  uno  en  mí, 
un  hijo  de  Dios;  y así  todos  pueden  llegar  a ser  mis  hijos”;  Hymns  (1985),  #81:  “Así 
dice  nuestro  Dios:  ‘¡Tenéis  vida  eterna!”;  Himnos  (1992)  #72:  “Oiré  su  voz:  ‘El  reino 
te  concederé’”. 

320  Haciendo  un  comentario  sobre  el  juramento  que  se  encuentra  en  Salmos  110:4,  el 
presidente  Joseph  Fielding  Smith  dijo:  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Oath,  p.  92.  Copyright 
Intellectual  Reserve,  Inc.  Usado  con  permiso.): 

Hacer  un  voto  mediante  juramento  es  la  forma  más  solemne  y vinculante  de 
expresión  verbal  que  se  conoce  en  la  lengua  humana;  y fue  ese  tipo  de  palabras  lo 
que  el  Padre  decidió  utilizar  en  la  gran  profecía  mesiánica  sobre  Cristo  y el 
sacerdocio.  En  cuanto  a Él  dice:  “Juró  Jehová  y no  se  arrepentirá:  Tú  eres 
sacerdote  para  siempre  según  el  orden  de  Melquisedec”  (Salmos  110:4). 

Al  explicar  dicha  profecía  mesiánica,  Pablo  dice  que  Jesús  tenía  “un  sacerdocio 
inmutable”,  y que  a través  de  éste  vino  “el  poder  de  una  vida  indestructible” 
(véase  Hebreos  7:24,  16).  José  Smith  dijo  que  “todos  los  que  son  ordenados  a este 
sacerdocio  son  hechos  semejantes  al  Hijo  de  Dios,  permaneciendo  sacerdotes 
para  siempre”,  es  decir,  si  son  fieles  y leales. 

Y así  Cristo  es  el  gran  arquetipo  en  lo  que  concierne  al  sacerdocio,  tal  como  lo  es 
en  referencia  al  bautismo  y todo  lo  demás.  Y por  consiguiente,  así  como  el  Padre 
jura  que  Su  hijo  heredará  todas  las  cosas  a través  del  sacerdocio,  de  la  misma 
forma  jura  que  todos  los  que  de  entre  nosotros  magnifiquemos  nuestros 
llamamientos,  en  ese  mismo  sacerdocio,  hemos  de  recibir  todo  lo  que  el  Padre 
tiene. 

321  Hebreos  6:20.  Cf.  B.  R.  McConkie,  New  Witness,  pp.  317-318. 

322  En  la  traducción  de  S.  Sandmel  et  al.,  New  English  Bible.  Ver  también  Éter  12:4. 
La  fotografía  de  esta  figura  está  en  el  dominio  público.  Ver 
httpú/upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/ac/Reidersche  Tafel  c 4 


186 


Notas  al  final 


00  AD.jpg/660px-Reidersche  Tafel  c 400  AD.jpg.  El  original  está  en  el  Bayerisches 
Nationalmuseum  Mühchen.  Para  más  información  sobre  esta  imagen  ver  J.  M. 
Bradshaw,  God's  Image  1,  p.  473. 

323  DyC  84:33-48.  Ver  también  M.  G.  Romney,  Oath,  p.  17. 

324  K.  L.  Barney,  NT Footnotes,  3:82  n.  d.  Ver  también  M.  G.  Romney,  Oath,  p.  17. 

325  Juan  14:3.  Ver  también  Hebreos  4:14;  H.  W.  Attridge  et  al.,  Hebrews,  pp.  118-119. 

326  M.  Barker,  Rúen,  pp.  42-43.  Ver  también  Gregory  Nazianzen,  Oration  39,  16,  p. 
358;  Origen,  Luke,  Homily  24  on  Luke  3:15-16,  p.  103;  1 Corintios  3:13. 

327  H.  W.  Attridge  et  al.,  Hebrews,  p.  184;  cf.  pp.  185,  222-224.  Ver  también  L.  T. 
Johnson,  Hebrews,  pp.  172-173. 

Comparando  el  símbolo  del  ancla  con  una  imagen  de  Virgilio,  Witherington 
concluye  que  estaba  “sin  dudas  pensando  en  un  ancla  de  hierro  de  dos  ganchos  en  vez 
de  la  antigua  hecha  de  piedra”  (B.  Witherington,  III,  Letters,  p.  225).  La  forma  del 
ancla  evoca  tanto  el  convenio  como  el  juramento  por  los  cuales  el  primero  se  “hace 
firme”  (2  Pedro  1:10). 

El  símbolo  del  ancla  nos  hace  recordar  la  tradición  del  martilleo  de  clavos  en  el  muro 
occidental  del  templo  de  Jerusalén.  Roña  escribe:  “Los  textos  más  antiguos  revelan 
una  costumbre  hoy  olvidada  de  los  ‘clavos  seguros’.  Se  trata  de  la  práctica  de  traer  los 
pecados,  el  dolor  o las  tragedias  de  la  vida  de  uno  a las  ruinas  del  muro  del  templo  y 
‘clavarlas’  en  un  lugar  seguro.  Los  clavos  son  un  recordatorio  de  la  profecía  de  Isaías 
[22:23-25]  de  que  la  carga  del  hombre  será  quitada  cuando  el  clavo  en  el  lugar  seguro 
sea  quitado”  (D.  Roña,  Revealed,  p.  194).  El  uso  cristiano  de  la  imaginería  del  ancla  se 
remonta  al  “cementerio  de  Sta.  Domitilla  del  siglo  I,  en  los  epitafios  de  las  catacumbas 
del  siglo  I y II”  ( Christian  Symbols).  A pesar  de  que  el  ancla  se  ilustra  frecuentemente 
en  conexión  con  una  figura  que  representa  la  esperanza  dada  por  Jesucristo,  desde 
una  perspectiva  de  los  que  aspiran  un  lugar  en  la  presencia  de  Dios,  es  una 
compañera  aún  más  apropiada  para  las  bendiciones  coronadoras  asociadas  con  el 
requerimiento  de  la  caridad,  como  se  muestra  en  el  vitral  de  Ward  y Hughes  de  la 
Catedral  de  Lichfield,  Inglaterra  (J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  Figure  6-13,  p.  472). 
En  2 Nefi  31:20,  Nefi  asocia  este  “amor  por  Dios  y por  todos  los  hombres”  con  el 
logro  final  de  un  “fulgor  perfecto  de  esperanza”  y la  firme  promesa  del  Padre 
(“Tendréis  la  vida  eterna”). 

328  D.  M.  Moffitt,  Atonement,  p.  300-301. 

329  Ver  Juan  1:12;  DyC  11:28-30;  39:4;  42:52. 

330  Esta  frase  que  Moffit  aplicó  a Jesucristo  y a sus  seguidores  es  originaria  de  los 
judíos  de  Qumran.  Ver,  p.  ej.,  G.  Vermes,  Complete,  Rule  of  the  Community  (1QS), 
4:22-26,  p.  103.  Para  un  estudio  detallado  del  significado  de  este  concepto  en  el 


187 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


contexto  de  la  teología  de  la  comunidad  de  Qumran  y de  los  primeros  cristianos,  ver 
C.  H.  T.  Fletcher-Louis,  Glory. 

331  D.  M.  Moffitt,  Atonement,  p.  301.  “De  modo  que”,  dice  Moroni,  “los  que  creen  en 
Dios  pueden  tener  la  firme  esperanza  de  un  mundo  mejor,  sí,  aun  un  lugar  a la  diestra 
de  Dios;  y esta  esperanza  viene  por  la  fe,  proporciona  un  ancla  a las  almas  de  los 
hombres  y los  hace  seguros  y firmes,  abundando  siempre  en  buenas  obras,  siendo 
impulsados  a glorificar  a Dios”  (Éter  12:4,  énfasis  añadido).  Notar  que  estas 
ordenanzas  proveen  solamente  una  “esperanza  de  un  mundo  mejor”,  y no  la 
verdadera  entrada  en  ese  mundo. 

332  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  14  mayo  1843,  pp.  362-363.  La  única  otra  alusión  hecha 
por  José  Smith  a esta  escritura  es  la  siguiente  en  una  carta  a su  tío  Silas  el  26  de 
setiembre  de  1833  (J.  Smith,  Jr.,  Writings  2002,  p.  323,  ortografía  y puntuación 
modernizadas,  énfasis  añadido): 

Pablo  les  dijo  a sus  hermanos  hebreos  que  Dios  queriendo  mostrar  más 
abundantemente  la  inmutabilidad  de  su  consejo  a los  herederos  de  su  promesa, 
“la  confirmó  con  un  juramento”.  También  los  exhorta  a heredar  las  promesas  por 
la  fe  y la  paciencia. 

Por  tanto  “buscamos  refugio”,  dijo  Pablo,  “para  asirnos  de  la  esperanza  puesta 
delante  de  nosotros;  la  cual  tenemos  como  segura  y firme  ancla  del  alma,  y que 
penetra  hasta  dentro  del  velo”.  Aun  así  tuvo  el  cuidado  de  imponerles  la 
necesidad  de  seguir  hasta  que  ellos  y todos  los  que  habían  heredado  las  promesas 
pudieran  tener  la  seguridad  de  su  salvación  confirmada  sobre  ellos  por  un 
juramento  de  la  boca  de  Aquel  que  no  puede  mentir,  pues  ese  parece  haber  sido  el 
ejemplo  antiguamente,  y Pablo  lo  presenta  a sus  hermanos  como  un  objetivo 
alcanzable  en  sus  días.  ¿Y  por  qué  no?  Admito  que  por  la  lectura  de  las  escrituras 
de  verdad,  los  santos  en  los  días  de  Pablo  pudieron  saber  más  allá  del  poder  de  la 
contradicción  que  Abraham,  Isaac  y Jacob  tuvieron  confirmada  la  promesa  de  la 
vida  eterna  mediante  un  juramento  del  Señor,  mas  esa  promesa  o juramento  no 
era  una  seguridad  para  ellos  sobre  su  salvación.  Pero  podían,  caminando  en  las 
pisadas  y siguiendo  en  la  fe  de  sus  padres,  obtener  para  ellos  mismos  un 
juramento  como  confirmación  de  que  eran  dignos  de  participar  de  la  herencia 
con  los  santos  en  la  luz. 

333  2 Pedro  1:1-21. 

334  2 Pedro  1:10. 

335  2 Pedro  1:19. 

336  2 Pedro  1:10  y J.  Smith,  Jr.,  Words,  21  May  1843,  p.  209. 

337  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  pp.  176-177. 


188 


Notas  al  final 


338  Ibíd.,  27  junio  1839,  p.  177,  énfasis  añadido.  Más  adelante,  en  otra  ocasión,  José 
Smith  fue  más  explícito  en  su  respuesta.  Hizo  la  pregunta  (J.  Smith,  Jr„  Words,  21 
May  1843,  p.  209):  "...  ¿cómo  hacemos  firme  nuestra  vocación  y elección?  Respuesta: 
es  obtener  una  promesa  de  Dios  mismo  que  tendré  la  vida  eterna.  Esa  es  la  palabra 
profética  más  segura”.  En  otro  reporte  del  mismo  discurso  se  informó  que  el  profeta 
dijo  (ibíd.,  21  May  1843,  p.  208): 

Tener  una  promesa  positiva  de  la  propia  salvación  es  hacer  firme  la  vocación  y la 
elección,  es  decir,  la  voz  de  Jesús  que  dice,  “Mi  amado,  tendrás  la  vida  eterna”. 
Hermanos,  nunca  ceséis  de  luchar  hasta  recibir  esta  evidencia.  Tened  cuidado 
tanto  antes  como  después  de  obtener  esta  palabra  profética  más  segura. 

José  Smith  parecía  tener  un  claro  entendimiento  de  esta  doctrina  ya  desde  1833, 
cuando  escribió  que  quienes  “habían  heredado  las  promesas  [podían]  tener  la 
seguridad  de  su  salvación  confirmada  sobre  ellos  por  un  juramento  de  la  boca  de 
Aquel  que  no  puede  mentir”  así  como  “Abraham,  Isaac  y Jacob  tuvieron  confirmada 
la  promesa  de  la  vida  eterna  mediante  un  juramento  del  Señor”  (J.  Smith,  Jr.,  Writings 
2002,  p.  323,  ortografía  y puntuación  modernizadas). 

El  élder  Bruce  R.  McConkie  también  afirmó  en  manera  específica  que  esta  promesa 
personal  es  proclamada  directamente  por  la  voz  divina  en  la  presencia  de  Dios  (p.  ej., 
B.  R.  McConkie,  Diez  bendiciones,  p.  34). 

339  P.  ej.,  D.  Q.  Cannon  et  al.,  Far  West,  25  October  1831,  p.  20;  DyC  68:12. 

340  2 Pedro  1:19;  DyC  131:5.  Ver  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  21  mayo  1843,  pp.  37 1 - 
373. 

341  J.  Smith,  Jr.,  Words,  Befare  8 August  1839  (3),  p.  14,  ortografía  y puntuación 
modernizadas.  Se  agregaron  las  palabras  entre  corchetes. 

342  Juan  14:18. 

343  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  pp.  178-179,  énfasis  añadido. 

344  Ver  Juan  14:12-27. 

345  H.  C.  Kimball,  6 October  1855,  p.  124. 

346  Algunas  veces  se  interpreta  DyC  132:26  diciendo  que  las  bendiciones  de  la 
ordenanza  de  sellamiento  del  matrimonio  son  incondicionales.  Sin  embargo,  está 
claro  en  el  contexto  de  DyC  88:3-4  que  se  debe  aplicar  este  versículo  no  a los  que 
solamente  se  han  sellado  en  matrimonio  sino  más  bien  a los  que  han  hecho  firme  su 
vocación  y elección. 

347  Ehat  y Cook,  en  J.  Smith,  Jr.,  Words,  p.  396  n.  52. 

348  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  7 abril  1844,  pp.  443-444. 


189 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


349  La  declaración  se  debe  entender  como  que  la  expiación  de  Jesús  proveerá  una 
certeza  absoluta  de  un  mínimo  de  salvación,  a saber,  que  todos  los  hombres,  excepto 
los  que  cometen  el  pecado  en  contra  del  Espíritu  Santo,  según  las  palabras  del  élder 
McConkie,  “serán  resucitados  [por  lo  menos]  en  una  gloria  telestial,  escapando  de  la 
segunda  muerte  (o  sea,  la  espiritual)”  (B.  R.  McConkie,  Promised  Messiah,  p.  271-275; 
cf.  DyC  76:43-44,  J.  F.  Smith,  Doctrina  del  evangelio,  p.  428;  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas, 
10  marzo  1844,  pp.  419-421). 

350  Ver  Hebreos  4:4-6.  Cf.  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  10  marzo  1844,  pp.  418-419. 

351  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  13  August  1843,  4:531.  Cf.  J.  Smith,  Jr., 
Enseñanzas,  13  agosto  1843,  pp.  392-393. 

352  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  13  agosto  1843,  pp.  392-393. 

353  Puntuación  y gramática  modernizadas.  Del  diario  personal  de  William  Clayton, 
20  octubre  1843,  citado  in  J.  B.  Alien,  No  Toil,  p.  408. 

354  J.  Smith,  Jr.,  Words,  13  August  1843,  p.  241,  énfasis  y palabras  entre  corchetes 
añadidas,  ortografía  y puntuación  modernizadas. 

355  Cf.  Ehat  y Cook  en  ibíd.,  p.  300  n.  19. 

356  A pesar  de  haber  citado  la  versión  de  la  declaración  de  José  Smith  como  se  halla 
en  Documentary  History  y en  otra  parte  de  la  versión  Coray,  Millet 
desafortunadamente  no  cita  el  pasaje  que  contiene  esta  frase  en  su  respuesta  meditada 
a las  preguntas  relacionadas  con  la  salvación  de  los  hijos  de  padres  fieles  (ver  R.  L. 
Millet,  When  a Child,  pp.  111-112).  Para  hallar  un  resumen  excelente  que  trata  sobre 
estas  preguntas,  ver  M.  B.  Brown,  Plan,  pp.  245-250. 

357  In  J.  Smith,  Jr.,  Words,  p.  300  n.  19. 

358  Artículos  de  Fe  1:2. 

359  La  siguiente  declaración  del  élder  Orson  F.  Whitney  (O.  F.  Whitney,  Discourse 
(April  1929),  p.  110)  ha  sido  citada  en  forma  favorable  por  varias  autoridades 
generales  de  la  iglesia  (ver  , p.  ej.,  élder  James  E.  Faust  (J.  E.  Faust,  Lo  más  difícil,  p. 
40;  J.  E.  Faust,  Ama,  pp.  61-62);  élder  Robert  D.  Hales  (R.  D.  Hales,  El 
fortalecimiento;  p.  39);  élder  Russell  M.  Nelson  (R.  M.  Nelson,  Gateway,  pp.  53-54); 
élder  Boyd  K.  Packer  (B.  K.  Packer,  Nuestro  ambiente  moral,  p.  75;  B.  K.  Packer, 
Errand,  p.  290);  élder  Richard  H.  Winkel  (R.  H.  Winkel,  El  templo,  p.  10)): 

¡Ustedes,  padres  del  obstinado  y del  descarriado!  No  se  den  por  vencidos.  No  los 
expulsen.  No  están  completamente  perdidos.  El  Pastor  hallará  sus  ovejas.  Eran 
suyas  antes  de  que  fueran  de  ustedes — mucho  antes  de  que  las  pusiera  en  su 
cuidado;  y no  pueden  comenzar  a amarlas  como  él  las  ama.  Simplemente  se  han 
extraviado  del  camino  de  la  rectitud  en  ignorancia,  y Dios  tiene  misericordia  de  la 
ignorancia.  Solamente  la  plenitud  del  conocimiento  trae  la  plenitud  de  la 


190 


Notas  al  final 


responsabilidad.  Nuestro  Padre  Celestial  es  mucho  más  misericordioso, 
infinitamente  más  caritativo  que  cualquiera  de  su  mejores  siervos,  y el  Evangelio 
Sempiterno  es  más  poderoso  para  salvar  de  lo  que  nuestras  pequeñas  mentes 
finitas  pueden  comprender. 

El  profeta  José  Smith  dijo — y jamás  enseñó  una  doctrina  más  consoladora — que 
el  sellamiento  eterno  de  padres  fieles  y las  divinas  promesas  que  se  les  hayan 
hecho  por  su  valiente  servicio  en  la  Causa  de  la  Verdad  los  salvarían  no  solo  a 
ellos,  sino  también  a su  posteridad.  Aunque  algunas  ovejas  se  descarríen,  el  ojo 
del  Pastor  está  sobre  ellas,  y tarde  o temprano  sentirán  los  tentáculos  de  la  Divina 
Providencia  extenderse  hacia  ellas  y acercarlas  de  nuevo  al  rebaño.  Ellas  volverán, 
ya  sea  en  esta  vida  o en  la  vida  venidera. 

Tendrán  que  pagar  su  deuda  a la  justicia;  sufrirán  por  sus  pecados  y tal  vez  anden 
por  caminos  espinosos;  pero  si  esto  finalmente  las  conduce,  como  al  hijo  pródigo, 
al  corazón  y al  hogar  de  un  padre  amoroso  que  perdona,  la  dolorosa  experiencia 
no  habrá  sido  en  vano.  Oren  por  sus  hijos  descuidados  y desobedientes; 
manténganse  cerca  de  ellos  mediante  su  fe.  Continúen  con  esperanza  y confianza 
hasta  que  vean  la  salvación  de  Dios. 

El  presidente  Brigham  Young  enseñó  lo  siguiente  (B.  Young,  29  April  1866,  p.  215;  B. 

Young,  Enseñanzas  1997,  pp.  173-174;  B.  Young,  Discourses,  p.  208.  Citado  en  J.  F. 

Smith,  Jr„  Doctrina,  2:84;  B.  K.  Packer,  Nuestro  ambiente  moral): 

Tomen  los  padres  y las  madres  que  sean  miembros  de  esta  Iglesia  y Reino  una 
dirección  correcta  y traten  con  todas  sus  fuerzas  de  no  hacer  el  mal  sino  el  bien 
durante  toda  su  vida;  ya  sea  que  tengan  un  hijo  o cien  hijos,  si  proceden  con  ellos 
como  deben,  uniéndolos  al  Señor  mediante  su  fe  y sus  oraciones,  no  importa  a 
dónde  hayan  de  ir  esos  hijos,  estarán  sellados  a sus  padres  con  un  lazo  sempiterno 
y no  habrá  poder  en  la  tierra  ni  en  el  infierno  que  podrá  separarlos  de  ellos  en  la 
eternidad;  volverán  otra  a vez  a la  fuente  que  les  dio  vida. 

Justo  antes  de  citar  esta  declaración  de  Brigham  Young,  el  élder  Joseph  Fielding 

Smith,  siendo  apóstol,  escribió  (J.  F.  Smith,  Jr„  Doctrina,  2:84): 

Los  nacidos  en  el  convenio,  por  toda  la  eternidad,  son  hijos  de  sus  padres.  Nada, 
excepto  el  pecado  imperdonable  o el  pecado  de  muerte,  puede  romper  este 
vínculo.  Si  los  hijos  no  pecan  como  dice  Juan,  “de  muerte”,  los  padres  pueden 
esperar  tenerlos  y finalmente  traerlos  de  nuevo  a su  lado. 

También  escribió  (ibíd.,  2:85): 

Pero  los  hijos  nacidos  en  el  convenio  que  andan  errantes  y sin  rumbo,  aún  son  los 
hijos  de  sus  padres;  y los  padres  tienen  derecho  a ellos;  y si  los  hijos  no  han 
perdido  todos  sus  derechos  por  haber  pecado,  los  padres  podrán,  mediante  el 
arrepentimiento,  traerlos  al  reino  celestial,  mas  no  para  recibir  la  exaltación. 


191 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Lorenzo  Snow,  como  apóstol,  hizo  la  siguiente  declaración  (L.  Snow,  Teachings  1984, 
p.  195;  L.  Snow,  Preaching,  pp.  364-365.  Para  más  información  sobre  la  idea  de  la 
salvación  (aunque  en  un  grado  mínimo)  para  todos  excepto  los  hijos  de  perdición, 
ver  el  reporte  de  una  declaración  de  Lorenzo  Snow  en  R.  Clawson,  Ministry,  24  July 
1900,  p.  192;  ver  también  W.  Woodruff,  Discourses,  28  May  1894,  p.  158;  J.  M. 
Bradshaw  et  al,  Mormonism's  Satan,  pp.  8-9): 

Si  tenéis  éxito  en  pasar  por  todas  estas  pruebas  y aflicciones  y recibís  una 
resurrección,  por  el  poder  del  sacerdocio  trabajaréis  y obraréis  como  lo  hizo  el 
Hijo  de  Dios,  hasta  que  logréis  poner  a todos  sus  hijos  e hijas  en  el  camino  de  la 
exaltación  y la  gloria.  Esto  es  tan  seguro  como  que  el  sol  se  levantó  esta  mañana 
sobre  las  montañas  de  aquí.  Por  tanto,  no  os  lamentéis  porque  no  todos  sus  hijos 
e hijas  siguen  el  camino  que  vosotros  les  habéis  marcado,  o porque  no  escuchan 
vuestros  consejos.  En  tanto  tengamos  éxito  de  obtener  la  gloria  eterna,  y ser  como 
salvadores  y como  reyes  y sacerdotes  para  Dios,  salvaremos  a nuestra  posteridad. 
Cuando  Jesús  pasó  por  esa  terrible  tortura  sobre  la  cruz,  vio  lo  que  se  lograría  a 
través  de  ella;  él  vio  que  sus  hermanos  y hermanas — los  hijos  e hijas  de  Dios — 
serían  recogidos,  pero  con  pocas  excepciones — los  que  cometieran  el  pecado 
imperdonable.  Aquel  sacrificio  del  Ser  divino  fue  efectivo  para  destruir  los 
poderes  de  Satanás.  Creo  que  para  cada  hombre  y mujer  que  viene  a esta  vida  y 
pasa  por  ella,  la  vida  será  un  éxito  al  final. 

Aunque  las  declaraciones  precedentes  se  podrían  sobrevalorar  como  prometedoras  de 
salvación  universal  para  los  hijos  descarriados  de  padres  fieles,  algunas  autoridades 
generales  han  sido  cautelosos  en  calificar  esta  interpretación.  Por  ejemplo,  Joseph 
Fielding  Smith,  siendo  apóstol,  escribió  que  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Doctrina,  2:84-85, 
cursiva  en  el  original): 

...  los  hijos  nacidos  en  el  convenio  pertenecen  a sus  padres  en  la  eternidad,  ...  pero 
eso  no  quiere  decir  que  ellos,  a causa  de  ese  derecho  de  nacimiento,  hereden  la 
gloria  celestial.  La  fe  y la  fidelidad  de  los  padres  y las  madres  no  salvarán  a los  hijos 
desobedientes. 

La  salvación  es  un  asunto  personal,  y si  una  persona  nacida  en  el  convenio  se 
rebela  y niega  al  Señor,  perderá  las  bendiciones  de  la  exaltación.  Toda  alma  será 
juzgada  de  acuerdo  con  sus  obras  y los  inicuos  no  podrán  heredar  la  vida  eterna. 
No  podemos  imponer  la  salvación  sobre  aquellos  que  no  la  desean.  Todos  los 
hijos  de  nuestro  Padre  tuvieron  su  libre  albedrío  antes  de  esta  vida,  aunque  una 
tercera  parte  de  ellos  se  rebeló. 

...  [Y]  si  los  hijos  no  han  perdido  todos  sus  derechos  por  haber  pecado,  los 
padres  podrán,  mediante  el  arrepentimiento,  traerlos  al  reino  celestial,  mas  no 
para  recibir  la  exaltación.  Por  supuesto,  que  si  los  hijos  pecan  muy  seriamente 


192 


Notas  al  final 


tendrán  que  entrar  en  el  reino  telestial,  y aun  podrán  convertirse  en  hijos  de 
perdición. 

El  élder  Smith  también  escribió  a los  padres  fieles  de  hijos  desobedientes  ibíd.  2:70, 
cursiva  en  el  original): 

Si  [estos  hijos]  rehúsan  recibir  estas  ordenanzas  [del  matrimonio  eterno]  y las 
otras  bendiciones  de  la  casa  del  Señor  entonces  serán  desheredados  de  estas 
bendiciones  superiores.  No  llevarán  su  corona  de  gloria;  no  tendrán  dominio  ni 
blandirán  cetro  alguno,  les  será  negada  la  plenitud  del  conocimiento  y del  poder,  y 
como  el  hijo  pródigo,  podrán  volver  nuevamente  a la  casa  de  nuestro  Padre,  pero 
será  como  siervos,  y no  como  hijos. 

El  élder  James  E.  Faust  escribió  sobre  este  tema  (J.  E.  Faust,  Ama,  p.  62.  Copyright 
Intellectual  Reserve,  Inc.  Usado  con  permiso): 

La  misericordia  no  robará  a la  justicia,  y el  poder  sellador  de  unos  padres  fieles 
solo  reclamará  a los  hijos  perdidos  con  la  condición  de  que  se  arrepientan  y por  la 
Expiación  de  Cristo.  Los  hijos  descarriados  que  se  arrepientan  disfrutarán  de  la 
salvación  y de  todas  las  bendiciones  que  acompañan  a ésta,  pero  la  exaltación  es 
mucho  más:  hay  que  ganarla  plenamente,  en  toda  su  medida.  La  cuestión  de 
quién  será  exaltado  corresponde  al  Señor  y a Su  misericordia. 

Ver  también  las  declaraciones  de  C.  W.  Penrose,  Conference  Report,  October  1914,  p. 
42  y de  S.  W.  Kimball,  Teachings  1982,  p.  335,  ambas  citadas  en  M.  B.  Brown,  Plan,  p. 
248. 

360  La  imagen  de  la  transfiguración  está  en  el  dominio  público.  Ver  Wikipedia 
Commons,  31  diciembre  2011  (http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons 
/ el e2/Preobrazhenie.ipeg) . En  la  galería  estatal  de  Tretyakov  en  Moscú. 

361  DyC  21:5. 

362  B.  K.  Packer,  Follow.  Ver  también  DyC  1:38. 

363  M.  J.  Ballard,  Three  Degrees  1922,  p.  19. 

364  D.  Packard  et  al,  Feasting,  p.  49.  Ver  Lucas  15:31. 

365  J.  Smith,  Jr.,  Words,  10  March  1844,  p.  336.  Ver  Mateo  28:18;  Apocalipsis  17:14, 
19:16.  En  su  resumen  prácticamente  excelente  de  las  enseñanzas  del  profeta,  Hauglid 
erróneamente  identifica  al  “espíritu  del  Mesías”  con  la  promesa  de  la  elección,  en  vez 
de  hacerlo  con  su  eventual  cumplimiento,  cuando  los  que  han  sido  nombrados  reyes 
y sacerdotes  recibirán  sus  tronos  (ver  B.  M.  Hauglid,  Calling  and  Election,  p.  214). 
Esta  distinción  queda  mejor  aclarada  en  el  reporte  del  discurso  de  José  Smith  que  se 
halla  en  Words,  citado  aquí,  que  en  la  versión  de  Enseñanzas  que  utiliza  Hauglid. 

366  Usado  con  permiso.  Un  agradecimiento  para  la  Biblical  Archaeology  Society.  Ver 
W.  Dever,  Temple  Built  for  Two  para  más  información  sobre  el  descubrimiento  de 


193 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


este  modelo  de  templo  en  Moab.  El  trono  doble  ( synthronos ) ilustra  cómo  es  posible 
que  el  rey  pudiera  compartir  el  trono  del  dios  colocándose  a su  derecha.  David  Larsen 
además  explica  (D.  J.  Larsen,  Jesús,  Yahweh,  Temple  2): 

Dever  opina  que  el  trono  doble  representa  el  gobierno  compartido  de  Yahweh  y 
Asera,  Dios  y Diosa,  desde  el  templo.  A pesar  de  la  existencia  de  evidencia 
significativa  a favor  de  Asera  como  antigua  diosa  hebrea,  el  Dr.  [William] 
Hamblin  no  concuerda  con  que  el  trono  doble  fuera  necesariamente  compartido 
por  el  padre  y madre  divinos.  Nos  dice  que  hay  otras  combinaciones  posibles, 
incluidas  padre  (o  madre)  e hijo  (o  rey  o tal  vez  sumo  sacerdote  como  hijo). 

Larsen  también  resalta  la  descripción  de  José  Smith  sobre  su  visión  del  trono  celestial 
donde  vio  “el  refulgente  trono  de  Dios,  sobre  el  cual  se  hallaban  sentados  el  Padre  y el 
Hijo”  (DyC  137:3). 

367  Cf.  W.  J.  Hamblin,  Temple  Motifs,  p.  459;  H.  W.  Nibley,  Apocryphal,  p.  310.  Ver 
también  C.  Schmidt,  Pistis,  3:135,  pp.  701-705;  G.  R.  S.  Mead,  Pistis,  4:135,  pp.  293- 
294. 

368  M.  A.  Knibb,  Isaiah,  9:6-18,  p.  170. 

369  Con  el  permiso  de  Kunsthistorisches  Museum,  Viena. 

370  1 Corintios  2:9. 

371  Ver  Abraham  3:26. 

372  DyC  38:32. 

373  En  el  dominio  público.  Detalle  de  tomado  de  Mount  Sinai  and  the  Tabernacle,  en 
el  Tours  Pentateuch,  también  conocido  como  Ashburnham  Pentateuch.  Ver 
http://upload.wikimedia.Org/wikipedia/commons/3/32/AshburnPenatuchtFolio076r 
MosesReceivingLaw.jpg  (consultado  el  4 de  agosto  de  2008).  Bibliothéque  Nationale, 
nouv.  acq.  lat.,  no.  2334,  folio  76  recto. 

374  El  élder  Bruce  R.  McConkie  enseñó  (B.  R.  McConkie,  NT  Commentary,  3:337): 

[El  Segundo  Consolador]  es  el  privilegio  que  tienen  los  que  han  confirmado  su 
vocación  y elección,  o sea,  los  que  están  sellados  para  vida  eterna,  es  decir,  los  que 
son  “sellados  con  el  Santo  Espíritu  de  la  promesa”  (Efesios  1:13)... 

375  J.  Smith,  Jr„  Enseñanzas,  27  junio  1839,  p.  179.  Ver  también  DyC  88:3-5,  68;  J. 
Smith,  Jr.,  Words,  Before  8 August  1839  (3),  pp.  13-15. 

376  Apocalipsis  3:20. 

377  James  Tissot  (francés,  1836-1902).  “El  último  sermón  de  nuestro  Señor”,  1886- 
1894.  Imagen:  9 1/4  x 11  9/16  pulg.  (23.5  x 29.4  cm).  Museo  de  Brooklyn.  Comprada 
por  suscripción  pública,  00.159.225.  En  J.  F.  Dolkart,  James  Tissot,  p.  209.  Con 
permiso. 


194 


Notas  al  final 


378  Juan  15:13-15. 

379  Después  de  leer  la  parábola  de  la  vid  y sus  ramas  (Juan  15:1-6),  José  Smith  ratificó 
esta  idea:  “Si  guardamos  los  mandamientos  de  Dios,  deberíamos  de  llevar  fruto  y ser 
los  amigos  de  Dios  y saber  lo  que  nuestro  Señor  hizo”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  19 
diciembre  1841,  p.  234). 

380  W.  E.  Vine,  Dictionary,  p.  694. 

381  James  Tissot  (francés,  1836-1902).  “Comida  de  nuestro  Señor  y los  apóstoles”, 
1886-1894.  Imagen:  5 15/16  x 9 5/16  in.  (15.1  x 23.7  cm).  Museo  de  Brooklyn. 
Comprada  por  suscripción  pública,  00.159.346.  En  J.  F.  Dolkart,  James  Tissot,  p.  282. 
Con  permiso. 

382  S.  Sandmel  et  al.,  New  English  Bible,  John  21:15-17,  p.  137.  Harvey  señala  que  “la 
triple  profesión  de  amor  de  Pedro  por  Jesús  puede  estar  pensada  para  balancear  su 
triple  negación”  (A.  E.  Harvey,  Companion  1970,  p.  393). 

Algunos  han  opinado  que  la  palabra  agape,  usada  por  Cristo,  representa  una  forma 
superior  de  amor  que  la  palabra  philo,  usada  por  Pedro.  Otros  minimizan  la 
importancia  de  la  distinción  entre  los  dos  términos  de  amor  usados  en  este  pasaje — 
ver,  p.  ej.,  T.  W.  Mackay,  Resurrected  Lord,  pp.  464-467  y H.  N.  Ridderbos,  John,  pp. 
665-666.  Sin  embargo,  el  diálogo  tomado  del  relato  de  Juan  sobre  la  última  cena  es  un 
segundo  testimonio  de  cómo  Jesús  usó  el  término  philo  de  una  forma  específica  para 
describir  la  relación  íntima  de  amigos  que  él  tenía  con  sus  discípulos.  Su  uso 
cuidadoso  del  lenguaje  se  asemeja  a cómo  llamó  a los  suyos  con  el  uso  especial  del 
término  común  shalom  al  principio  de  este  mismo  discurso  (Juan  14:27). 

Es  interesante  notar  que  en  los  versículos  15-17  se  usan  dos  verbos  diferentes  para 
apacentar/pastorear,  dos  o tres  sustantivos  para  corderos/ovejas,  y dos  verbos  para 
conocer. 

El  élder  Robert  D.  Hales  ha  escrito:  “El  apacentar  los  corderos  bien  podría  referirse  a 
las  labores  misionales  para  con  los  miembros  recién  bautizados,  que  deben  ser 
nutridos,  a quienes  se  les  debe  cuidar  con  cordialidad  y hermandad  en  la  familia  de 
los  santos.  Y apacentar  las  ovejas  bien  podría  referirse  a los  miembros  maduros  de  la 
Iglesia,  algunos  activos  y otros  menos  activos,  que  tienen  que  ser  cuidados  y traídos  al 
rebaño.  (R.  D.  Hales,  Una  vez  vuelto,  p.  92.  Copyright  Intellectual  Reserve,  Inc.  Usado 
con  permiso). 

383  “En  este  uso  del  nombre  original  de  Pedro  [Simón]  algunos  expertos  ven  que 
Jesús  toma  una  cierta  distancia  de  Pedro.  Parece  que  Jesús  desea  que  Pedro  sienta 
que,  antes  de  seguir  avanzando  con  él,  debe  primero  comenzar  desde  cero.  ‘Jesús  lo 
está  tratando  menos  familiarmente  y así  desafía  su  amistad’  (Brown,  Comm.  II,  p. 
1102)”  (H.  N.  Ridderbos,  John,  p.  665).  ¿Habrá  añadido  el  Salvador  el  apellido  “hijo 
de  Jonás”  al  dirigirse  a Pedro  como  sutil  recordatorio  de  cómo  había  abandonado  su 


195 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


misión  en  forma  temporal  para  volver  a pescar,  tal  como  Jonás  al  principio  rechazó  su 
misión  a Nínive  y se  fue  al  mar? 

384  Pienso  que  quiere  decir  “más  que  a los  otros  discípulos”.  “Las  palabras...  ‘más 
que  a éstos’  pueden  referirse  al  modo  en  que  Pedro  ha  asumido  el  liderazgo  en 
comparación  con  los  otros  discípulos,  a la  declaración  previa  de  Pedro  de  estar 
dispuesto  a dar  todo  por  Jesús  (13:37;  Marcos  14:29),  y a lo  que  Pedro  iba  a 
experimentar  en  el  futuro  (vs.  18,  19).  De  todos  modos,  la  pregunta  así  formulada 
estuvo  pensada  para  permitirle  saber  a Pedro  que  amar  y seguir  a Jesús  puede  tener 
más  implicaciones  para  él  que  las  tal  vez  pensadas  y practicadas  en  el  pasado  (cf.  v. 
18a)”  (ibíd.,  p.  665). 

385  “La  respuesta  afirmativa  de  Pedro  es  sin  titubeos  y apela  al  conocimiento  que 
Jesús  tiene  de  él.  La  apelación  no  tiene  el  sentido  de  ‘¿Por  qué  me  preguntas  a mí?  ¿Tú 
me  conoces,  verdad?’  El  conocimiento  de  Jesús  es  la  última  cosa  en  que  Pedro  puede 
basar  su  apelación  ante  Jesús.  Sus  propias  acciones  han  testificado  en  su  contra,  y 
‘más  que  éstos’  suena  más  a burla  que  a justificación.  Todo  lo  que  le  resta  a Pedro  es, 
‘Tú  sabes  que  te  amo’,  una  apelación  al  conocimiento  que  Jesús  tiene  de  él  como  uno 
de  los  suyos  (10:14;  cf.  Lucas  22:32)”  (ibíd.,  p.  665). 

386  José  Smith  dijo  lo  siguiente  en  sus  comentarios  a las  hermanas  de  Nauvoo  sobre 
Lucas  22  y Juan  21  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  9 junio  1842,  p.  293): 

Con  cuánta  bondad  dijo  el  Salvador  a Pedro:  “Una  vez  vuelto,  confirma  a tus 
hermanos”.  En  otra  ocasión,  le  preguntó:  “¿Me  amas?”;  y habiendo  recibido  la 
respuesta  de  Pedro,  le  dijo:  “Apacienta  mis  ovejas”.  Si  las  hermanas  aman  al 
Señor,  apacienten  las  ovejas  y no  las  destruyan.  Con  cuánta  frecuencia  hombres  y 
mujeres  sabios  han  intentado  aconsejar  al  hermano  José  diciendo:  “Oh,  si  yo 
fuese  el  hermano  José,  haría  esto  o aquello”.  Pero  si  estuviesen  en  el  lugar  del 
hermano  José,  verían  que  no  se  puede  forzar  a los  hombres  o mujeres  a entrar  en 
el  reino  de  Dios,  sino  que  se  precisa  obrar  con  ellos  con  longanimidad,  y al  fin  los 
salvaremos.  La  manera  de  conservar  juntos  a los  santos  y de  adelantar  la  obra,  es 
esperar  con  toda  longanimidad  hasta  que  Dios  llame  a juicio  a tales  personas.  No 
debe  haber  licencia  para  el  pecado;  pero  la  misericordia  debe  acompañar  la 
reprensión. 

387  Juan  15:14;  cf.  Juan  14:15.  Figura  usada  con  el  permiso  de  Lester  Yocum.  En 
http://lyocum.com/business/gallery/images/display/traditional/acts3.jpg  (consultada 
el  15  febrero  2012). 

388  El  pasaje  que  sigue  a esos  versículos  parece  enfatizar  que  esta  consagración  sería 
total  y completa,  dado  que  el  Señor  describe  la  muerte  que  Pedro  sufriría  por  Su  causa 
(Juan  21:18-19). 

389  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  19  octubre  1840,  p.  208. 


196 


Notas  al  final 


390  B.  C.  Hafen,  Anchored,  p.  28,  29.  Figura  usada  con  el  permiso  de  Liz  Lemon 
Swindle. 

391  DyC  6:20. 

392  P.  ej.,  DyC  1:17,  énfasis  añadido. 

393  DyC  84:77,  énfasis  añadido. 

394  Juan  15:15,  énfasis  añadido. 

395  N.  A.  Maxwell,  Choose,  p.  46. 

396  Citado  in  B.  C.  Hafen,  Disciple's  Life,  p.  20. 

397  Ver  DyC  122:1-8.  Francis  Webster  fue  recordado  por  su  elocuente  testimonio  de 
que  él  y otros  en  la  compañía  de  carros  de  mano  llegaron  a “conocer  [a  Dios]  en 
nuestras  situaciones  extremas”,  obteniendo  por  este  medio  un  “conocimiento 
absoluto  de  que  Dios  vive”  (C.  M.  Orton,  Francis  Webster,  p.  140).  Citando  las 
experiencias  de  Esteban,  que  vio  al  Señor  “en  las  agonías  de  la  muerte”,  el  élder  Orson 
Hyde  enseñó  (O.  Hyde,  6 October  1853,  p.  125): 

Es  cierto  que  en  la  hora  de  mayor  prueba,  los  siervos  de  Dios  pueden  recibir  el 
permiso  de  ver  a su  Padre  y a su  Hermano  mayor.  ‘Pero’,  dice  alguien,  ‘yo  deseo 
ver  al  Padre  y al  Salvador  ahora’.  Antes  que  podáis  ver  al  Padre,  y al  Salvador,  o a 
un  ángel,  debéis  ser  llevados  a un  lugar  íntimo  para  disfrutar  esta  manifestación. 
De  hecho,  vuestra  propia  vida  debe,  figurativamente,  pender  de  un  hilo.  Si 
queréis  ver  al  Salvador,  ¡estad  dispuestos  a llegar  al  punto  donde  ningún  brazo 
mortal  pueda  rescataros,  donde  no  se  halle  poder  terrenal  para  salvar!  Cuando 
todas  las  otras  cosas  fracasan,  cuando  todo  lo  demás  resulta  fútil  e infructuoso, 
entonces  tal  vez  vuestro  Salvador  y Redentor  pueda  aparecer;  Su  brazo  no  es 
corto  para  salvar,  ni  su  oído  pesado  para  desoír;  y cuando  la  ayuda  de  todas  partes 
parezca  fallar,  Mi  brazo  salvará,  Mi  poder  rescatará  y oiréis  Mi  voz,  dice  el  Señor. 

398  Cf.  DyC  132:23-24.  El  profeta  José  Smith  además  explicó:  “Nadie  puede  decir 
verdaderamente  que  conoce  a Dios  hasta  haber  palpado  algo,  y esto  sólo  puede  ser  en 
el  Lugar  Santísimo”  (J.  Smith,  Jr„  Documentary  History,  1 May  1842,  4:608). 

El  élder  Bruce  R.  McConkie  desarrolla  más  el  tema  (B.  R.  McConkie,  New  Witness,  p. 
492): 

¿Qué  revelación  personal  más  grande  puede  alguien  recibir  que  ver  cara  a cara  a 
su  Hacedor?  ...  ¿Será  un  deseo  impropio  o injusto  por  parte  del  hombre  el 
esperar,  vivir  y orar  como  para  calificar  para  esta  gran  manifestación?  Hay  una 
doctrina  verdadera  en  estos  puntos,  una  doctrina  que  está  escrita  en  forma  tan 
específica  y extensa  en  la  palabra  revelada  como  cualquiera  de  las  otras  grandes 
verdades  reveladas.  No  hay  lugar  para  incertidumbre  ni  para  malentendidos  y 
seguramente,  si  el  Señor  revela  una  doctrina,  debemos  buscar  aprender  sus 


197 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


principios  y esforzarnos  para  aplicarlos  en  nuestras  vidas.  Esta  doctrina  es  que  el 
hombre  mortal,  mientras  está  en  la  carne,  tiene  el  poder  de  ver  al  Señor,  de  estar 
en  su  presencia,  de  palpar  las  marcas  de  los  clavos  en  sus  manos  y pies  y de  recibir 
de  Él  las  bendiciones  que  están  reservadas  sólo  para  aquellos  que  guardan  todos 
sus  mandamientos  y que  están  calificados  para  esa  vida  eterna  que  incluye  estar 
en  su  presencia  para  siempre. 

En  otro  lugar  el  élder  McConkie  escribió  (B.  R.  McConkie,  Promised  Messiah,  pp. 

582-584): 

“Por  tanto,  santificaos  para  que  vuestras  mentes  se  enfoquen  únicamente  en 
Dios” — y ahora  llegamos  a la  promesa  suprema  del  Evangelio — “y  vendrán  los 
días  en  que  lo  veréis,  porque  os  descubrirá  su  faz;  y será  en  su  propio  tiempo  y a 
su  propia  manera,  y de  acuerdo  con  su  propia  voluntad”  (DyC  88:68).  Esta  es  la 
promesa  del  Señor,  su  gran  promesa,  su  promesa  suprema,  su  última  promesa. 
¿Qué  otra  cosa  hay  que  pueda  superar  en  importancia  a la  obtención  de  la 
estatura  espiritual  que  nos  permita  ver  al  Señor?  Y así  las  siguientes  palabras 
pronunciadas  por  el  Señor  a sus  amigos  fueron:  “Recordad  la  grande  y última 
promesa  que  os  he  hecho”  (DyC  88:69). 

Entonces  siguen  algunos  consejos  relativos  al  justo  vivir,  los  cuales  finalizan  con 
estas  palabras,  cuyo  significado  completo  lo  conocen  sólo  aquellos  que  son 
investidos  con  poder  de  lo  alto  en  los  lugares  santos:  “[Santificaos],  sí,  purificad 
vuestro  corazón  y limpiad  vuestras  manos  y vuestros  pies  ante  mí,  para  que  yo  os 
haga  limpios;  a fin  de  que  yo  testifique  a vuestro  Padre,  y vuestro  Dios  y mi  Dios, 
que  sois  limpios  de  la  sangre  de  esta  perversa  generación”  (DyC  88:74-75;  cfi,  p. 
ej.,  J.  Smith,  Jr„  Documentary  History,  23  January  1833,  1:323-  324).  ¿Por  qué? 
“Para  que  yo  cumpla  esta  promesa,  esta  grande  y última  promesa”,  esta  promesa 
que  me  veréis  y que  descubriré  mi  faz,  para  que  pueda  cumplir  esta  promesa  “que 
os  he  hecho,  cuando  sea  mi  voluntad”  (DyC  88:75).  Para  los  que  entienden 
decimos:  el  propósito  de  la  investidura  en  la  Casa  del  Señor  es  preparar  y 
santificar  a sus  santos  para  que  puedan  ver  su  faz,  aquí  y ahora,  como  así  también 
soportar  la  gloria  de  su  presencia  en  los  mundos  eternos. 

“¿Cómo  obtienen  los  hombres  el  conocimiento  de  la  gloria  de  Dios,  de  sus 
perfecciones  y atributos?”,  preguntó  el  profeta  José  Smith.  Su  respuesta: 
“Dedicándose  a su  servicio,  por  medio  de  la  oración  y súplicas,  fortaleciendo 
incesantemente  su  fe  en  Él  hasta  que  como  Enoc,  el  hermano  de  Jared  y Moisés 
obtengan  una  manifestación  de  Dios  para  sí  mismos”  (L.  E.  Dahl  et  al,  Lectures, 
Lecture  2 Questions  and  Answers,  p.  64,  ver  también  2:55,  p.  51). 

En  su  mandato  a los  Doce  Apóstoles  en  los  tiempos  modernos,  Oliver  Cowdery  dijo 

lo  siguiente  (ver  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  February  1835,  2:195-196,  198): 


198 


Notas  al  final 


...  [Es]  preciso  que  recibáis  un  testimonio  de  los  cielos  para  vosotros  mismos,  a 
fin  de  que  podáis  testificar  de  la  verdad  del  Libro  de  Mormón  y de  que  habéis 
visto  la  faz  de  Dios.  Esto  es  más  que  el  testimonio  de  un  ángel.  Cuando  llegue  el 
momento  apropiado,  seréis  capaces  de  dar  este  testimonio  al  mundo.  Cuando 
testifiquéis  que  habéis  visto  a Dios,  no  permitirá  que  sea  en  vano,  sino  que  Él  os 
sostendrá;  a pesar  de  que  muchos  no  prestarán  atención,  otros  lo  harán.  Por  tanto 
veréis  la  necesidad  de  recibir  este  testimonio  de  los  cielos. 

Nunca  dejéis  de  luchar  hasta  que  hayáis  visto  a Dios  cara  a cara.  Fortaleced 
vuestra  fe;  despojaos  de  vuestras  dudas,  de  vuestros  pecados  y de  toda  vuestra 
incredulidad;  y nada  podrá  impedir  que  os  acerquéis  a Dios.  Vuestra  ordenación 
no  estará  entera  y completa  hasta  que  Dios  haya  puesto  su  mano  sobre  vosotros. 
Se  requiere  de  nosotros  lo  mismo  que  se  requirió  de  los  que  nos  antecedieron; 
Dios  es  el  mismo.  Si  el  Salvador  en  la  antigüedad  puso  sus  manos  sobre  sus 
discípulos,  ¿por  qué  no  en  los  últimos  días?...  Os  deseamos  lo  mejor,  tenéis 
nuestras  más  fervientes  oraciones,  para  que  seáis  capaces  de  dar  este  testimonio, 
de  que  habéis  visto  la  faz  de  Dios.  Por  tanto,  clamad  a Él  con  fe,  con  poderosa 
oración  hasta  prevalecer,  porque  es  vuestro  el  deber  y el  privilegio  de  dar  este 
testimonio. 

Comentado  sobre  este  mandato,  el  élder  McConkie  escribió  (B.  R.  McConkie, 

Promised  Messiah,  pp.  594-595): 

Poca  gente  fiel  tendrá  problemas  en  aceptar  o podrá  en  duda  la  doctrina  aquí 
presentada,  que  los  testigos  apostólicos  del  Señor  tienen  el  derecho  de  ver  su  faz  y 
se  espera  que  lo  hagan,  y que  cada  uno  en  forma  individual  está  obligado  a 
“[clamar]  a Él  con  fe,  con  poderosa  oración  hasta  prevalecer”.  Pero  los  Doce  son 
una  docena  en  número.  Es  muy  raro  que  haya  más  de  quince  hombres  sobre  la 
tierra  a la  vez  que  hayan  sido  ordenados  al  santo  apostolado,  lo  que  nos  lleva  a 
otra  declaración  hecha  por  el  élder  Cowdery  en  su  mandato  apostólico  (J.  Smith, 
Jr.,  Documentar y History,  2:196):  “Dios  no  os  ama  a vosotros  más  que  a otros”.  Es 
decir,  los  apóstoles  y los  profetas  no  tienen  precedencia  con  el  Señor  a menos  que 
la  ganen  por  rectitud  personal.  El  Señor  ama  a la  gente,  no  a los  poseedores  de 
oficios.  Cada  élder  tiene  derecho  a las  mismas  bendiciones  y privilegios  ofrecidos 
a los  apóstoles.  De  hecho,  “un  apóstol  es  un  élder”  (DyC  20:38);  ese  es  el  título 
por  el  que  se  enorgullece  ser  llamado.  El  sacerdocio  es  mayor  que  cualquiera  de 
sus  oficios.  Ningún  oficio  añade  poder,  dignidad  ni  autoridad  al  sacerdocio. 
Todos  los  oficios  derivan  sus  derechos,  virtudes,  autoridades  y prerrogativas  del 
sacerdocio.  Es  mayor  poseer  el  sacerdocio  de  Melquisedec  que  poseer  el  oficio  de 
élder  o el  de  apóstol  en  ese  sacerdocio.  El  Señor  ama  a los  poseedores  del 
sacerdocio,  y todos  ellos  reciben  la  misma  responsabilidad  de  hacer  el  bien  y 
trabajar  en  rectitud  y guardar  los  mandamientos.  Se  espera  que  todos  los  élderes 
del  reino  vivan  la  ley  en  forma  tan  estricta  como  lo  hacen  los  miembros  del 


199 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Concilio  de  los  Doce,  y si  lo  hacen,  recibirán  las  mismas  bendiciones  que  fluyen 
hacia  los  apóstoles  y profetas. 

Los  apóstoles  y los  profetas  son  nombrados  como  ejemplos  y modelos  de  lo  que 
otros  deben  ser.  El  Quorum  de  los  Doce  debe  ser  un  quorum  modelo  que  cada 
quorum  de  élderes  de  la  iglesia  debe  imitar. . . 

Repito:  los  apóstoles  y los  profetas  simplemente  sirven  como  modelos  y ejemplos 
para  mostrar  a todos  los  hombres  lo  que  pueden  recibir  si  son  verídicos  y fieles. 
No  hay  nada  que  un  apóstol  pueda  recibir  que  no  esté  disponible  para  cada  élder 
del  reino.  Como  hemos  citado  hasta  ahora,  del  sermón  del  profeta  sobre  el 
segundo  consolador  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  Junio  1839,  p.  177):  “Dios  no 
ha  revelado  nada  a José  que  no  hará  saber  a los  Doce,  y aun  el  menor  de  los 
santos  podrá  saber  todas  las  cosas  tan  pronto  como  pueda  soportarlas”. 

Se  deduce  que  todo  lo  dicho  por  el  élder  Oliver  Cowdery  en  su  mandato  a los 
apóstoles  se  puede  también  dar  como  mandato  a todos  los  élderes.  Todo  élder 
tiene  el  derecho,  y se  espera  que  lo  haga,  de  buscar  y obtener  todas  las 
bendiciones  espirituales  del  evangelio,  incluida  la  más  alta  bendición  de  ver  al 
Señor  cara  a cara. 

399  Cf.  Deuteronomio  4:29:  “Mas  si  desde  allí  buscas  a Jehová  tu  Dios,  lo  hallarás  si  lo 
buscas  con  todo  tu  corazón  y con  toda  tu  alma”. 

400  Bajo  licencia  de  iStockphoto.  Ver  http://www.istockphoto.com/stock-photo- 
100671-hide-and-seek.php. 

401  T.  G.  Madsen,  Souls,  p.  289.  Cambié  la  palabra  “nieto”  a “nieta”  en  la  historia  para 
que  concuerde  con  la  fotografía. 

402  Mateo  7:13. 

403  Ver  2 Nefi  31:8-9,  17. 

404  Mateo  7:14. 

405  Ver  2 Nefi  31:19-20. 

406  J.  W.  Welch,  Sermón,  p.  72;  J.  W.  Welch,  Light,  pp.  170-171.  En  la  versión  de  DyC 
de  este  concepto,  se  omite  la  frase  intermedia  (“buscad  y hallaréis”).  Es  posible  que  la 
elipsis  fuera  accidental,  como  lo  fue,  aparentemente,  la  omisión  de  algunos  ítems  de 
la  lista  de  virtudes  de  la  versión  de  1833  de  la  actual  DyC  4:6.  También  es  posible  que 
la  omisión  sea  deliberada  como  es  el  caso,  según  conjeturas,  de  la  exclusión  de  “venga 
tu  reino”  de  la  versión  de  la  oración  del  Señor  hallada  en  el  Libro  de  Mormón 
(comparar  Mateo  6:10  con  3 Nefi  13:10).  Welch  justifica  la  exclusión  de  la  frase  en  el 
sermón  del  Salvador  a los  nefitas  por  el  hecho  de  que  “el  reino  de  Dios  ya  había 
llegado  tanto  al  cielo  por  medio  de  la  victoria  de  Cristo  sobre  la  muerte  como  a la 


200 


Notas  al  final 


tierra  en  ese  día  en  medio  de  ellos”  (J.  W.  Welch,  Sermón,  p.  95;  cf.  K.  Stendahl,  Third 
Nephi,  p.  147).  Ver  también  D.  A.  Bednar,  Power  to  Become,  p.  152-153. 

Consultar  A.  L.  Gaskill,  Sacred  Symbols,  pp.  230-232  para  ver  una  descripción  de  la 
Porta  Santa  católica  y los  ritos  de  “dedicación”  que  requieren  golpear  tres  veces  antes 
de  ser  admitidos  por  una  puerta  cerrada. 

407  Mateo  7:7. 

408  TJS  Mateo  7:17. 

409  Mateo  7:6: 

No  deis  lo  santo  a los  perros  ni  echéis  vuestras  perlas  delante  de  los  cerdos,  no  sea 
que  las  pisoteen  y se  vuelvan  y os  despedacen. 

Welch  observa  que  “ese  requisito  de  secretismo  es  una  característica  común  de  las 
iniciaciones  rituales  o de  las  ordenanzas  del  templo”  (J.  W.  Welch,  Light,  p.  169), 
notando  que  “la  traducción  de  José  Smith  se  refiere  exactamente  al  requisito  de 
mantener  ciertas  cosas  sagradas  en  secreto.  Añade  esto:  ‘Y  los  misterios  del  reino 
guardaréis  dentro  de  vosotros,...  porque  el  mundo  no  puede  recibir  aquello  que 
vosotros  mismos  no  podéis  soportar’  (TJS  Mateo  7:10-11)”  (J.  W.  Welch,  Sermón,  p. 
72).  Para  más  información  ver  ibíd.,  pp.  70-72;  J.  W.  Welch,  Light,  pp.  168-170. 

410  El  presidente  Taylor  dijo  (J.  Taylor,  6 January  1879,  p.  120): 

Se  nos  dice  que,  “Muchos  me  dirán  en  aquel  día:  Señor,  Señor,  ¿no  profetizamos 
en  tu  nombre,  y en  tu  nombre  echamos  fuera  demonios  y en  tu  nombre  hicimos 
muchos  milagros?”  Pero  a todos  ellos  él  dirá:  “Nunca  os  conocí;  apartaos  de  mí, 
hacedores  de  maldad”.  Vosotros  decís  que  se  refiere  a los  extranjeros.  Pero  no  es 
así.  ¿Hacen  ellos  muchas  obras  maravillosas  en  el  nombre  de  Jesús?  No;  si  hacen 
algo,  lo  hacen  en  su  propio  nombre  o en  el  del  diablo.  Algunas  veces  harán  cosas 
en  el  nombre  de  Dios;  pero  se  tratará  simplemente  de  un  acto  de  blasfemia.  Esto 
se  refiere  a vosotros,  Santos  de  los  Últimos  Días,  que  sanáis  a los  enfermos,  echáis 
fuera  a demonios,  y hacéis  muchas  obras  maravillosas  en  el  nombre  de  Jesús. 
Pero  aun  así  a cuántos  de  esta  clase  vemos  que  se  vuelven  descuidados  y tratan 
con  ligereza  las  ordenanzas  de  la  casa  de  Dios  y el  sacerdocio  del  Hijo  de  Dios, 
pero  no  obstante  piensan  que  de  aquí  a un  tiempo  entrarán  en  el  reino  de  Dios. 
Pero  os  digo  que  a menos  que  sean  justos  y guarden  los  convenios  nunca 
entrarán  allí.  ¡Escuchadme,  Santos  de  los  Últimos  Días! 

411  Es  decir,  “Porque  todo  el  que  pide,  recibe  ...”  (Mateo  7:8). 

412  J.  W.  Welch,  Sermón,  p.  72-73  además  explica  (cf.  J.  W.  Welch,  Light,  pp.  170- 
171): 

La  experiencia  corriente  entre  los  cristianos  en  general  muestra  que  la  promesa 
expresada  aquí  no  debe  entenderse  en  sentido  absoluto:  muchos  piden,  buscan  y 


201 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


tocan;  pero  de  hecho,  muchas  personas  no  hallan.  Además,  hay  razón  para  creer 
que  Jesús  esperaba  que  sus  verdaderos  seguidores  buscaran  algo  fuera  de  lo 
común.  Un  dicho  antiguo  de  Oxirrinco  atribuido  a Jesús  dice:  “Dejad  que  el  que 
busca  no  deje  de  buscar  hasta  que  halle,  y cuando  halle,  quedará  perplejo,  y al 
quedar  perplejo,  reinará,  y después  de  reinar,  descansará”  cf.  B.  Layton,  Greek 
Gospel  ofThomas,  2:1-4,  p.  154).  Es  crucial  que  la  persona  se  acerque  al  Padre  en 
la  forma  correcta  (ver  3 Nefi  14:21),  y para  todos  los  que  buscan  y piden  en  este 
punto  de  su  progreso — después  de  creer  y aceptar  los  requisitos  del  sermón  que 
precede  esta  invitación — a ellos  les  será  abierto. 

413  Mateo  7:21-23. 

414  J.  W.  Welch,  Sermón,  p.  77.  Cf.  J.  W.  Welch,  Light,  pp.  178-179. 

415  En  Amos  3:2,  el  Señor  describe  a su  pueblo  del  convenio  como  aquellos  que  Él  ha 
conocido : “Solamente  a vosotros  he  conocido  de  todas  las  familias  de  la  tierra;  por 
tanto,  os  castigaré  por  todas  vuestras  iniquidades”.  Pero  no  sólo  los  conoce  a ellos, 
sino  que  ellos  lo  conocen  a Él  también:  “Yo  soy  el  buen  pastor  y conozco  mis  ovejas,  y 
las  mías  me  conocen”  (Juan  10:14).  José  Smith  explicó  que  se  da  la  plenitud  del 
sacerdocio  solamente  a aquellos  que  han  recibido  y guardado  todos  los 
mandamientos  y las  ordenanzas:  “Si  un  hombre  ha  de  recibir  la  plenitud  del 
sacerdocio  de  Dios,  debe  obtenerla  de  la  misma  manera  que  Jesucristo  la  alcanzó,  que 
fue  por  guardar  todos  los  mandamientos  y obedecer  todas  las  ordenanzas  de  la  casa 
del  Señor”.  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  11  junio  1843,  pp.  376-377).  Ver  también  J.  W. 
Welch,  Sermón,  pp.  77-78. 

416  B.  R.  McConkie,  NT  Commentary,  1:255. 

417  H.  D.  Betz  et  al.,  Sermón,  p.  551  n.  23. 

418  Ver  TJS  Mateo  7:31,  donde  se  aclara  que  el  contexto  de  Mateo  7:21-23  es  el  juicio 
final. 

419  2 Nefi  9:27. 

420  J.  Bunyan,  Progress,  p.  181. 

421  En  todas  las  ocasiones  además  de  la  citada  en  el  cuerpo  de  este  capítulo,  el  profeta 
aplicó  las  lecciones  de  la  parábola  al  reclamo  por  justicia  de  los  primeros  santos  ante 
los  líderes  del  gobierno.  Seis  días  antes  que  el  Señor  reiterara  la  parábola  y su 
aplicación  a la  necesidad  de  los  santos  de  importunar  una  retribución  por  la  pérdida 
de  sus  tierras  en  el  condado  de  Jackson,  Missouri  (DyC  101:81-94),  José  Smith 
correctamente  aludió  a la  parábola  y aconsejó  a los  santos.  Su  redacción  se  asemeja  a 
partes  de  la  revelación  posterior  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  10  diciembre  1833,  p.  37, 
énfasis  añadido.  Ver  también  J.  Smith,  Jr.,  Words,  discurso  dado  probablemente  en 
octubre  de  1843,  p.  415  y A.  C.  Skinner  et  al.,  Parables,  pp.  104-108): 


202 


Notas  al  final 


Este,  pues,  es  mi  consejo:  Retened  vuestras  tierras  hasta  lo  último,  y emplead  todo 
medio  lícito  para  obtener  retribución  de  vuestros  enemigos;  orad  a Dios,  día  y 
noche,  que  os  haga  volver  con  paz  y seguridad  a las  tierras  de  vuestra  herencia;  y 
si  el  juez  no  os  oyere,  apelad  al  poder  ejecutivo;  y si  el  poder  ejecutivo  no  os 
hiciere  caso,  apelad  al  presidente,  y si  el  presidente  no  os  atendiere,  ni  las  leyes  os 
ayudaren,  y la  benevolencia  de  la  gente  os  abandonare,  y todas  las  demás  cosas  os 
fallaren  salvo  Dios  solo,  y si  seguís  importunándolo,  como  la  mujer  al  juez  injusto, 
Él  no  se  negará  a ejecutar  juicio  sobre  vuestros  enemigos  y vengar  a sus  escogidos 
que  claman  ante  Él  día  y noche. 

En  una  carta  dirigida  a su  tío  John  Smith  escrita  el  17  de  junio  de  1844  (diez  días 
antes  de  su  martirio),  el  profeta  José  Smith  aludió  indirectamente  a la  parábola  en  el 
contexto  de  instrucciones  en  caso  de  violencia  del  populacho  en  contra  de  los  santos 
en  Nauvoo.  En  este  caso,  el  “juez  injusto”  que  había  que  importunar  era  el 
gobernador  Thomas  Ford  de  Illinois  (J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  6:486, 
énfasis  añadido): 

Hemos  enviado  al  gobernador,  y estamos  a punto  de  enviar  nuevamente,  y 
queremos  que  vosotros  enviéis  declaraciones  juradas  y demandéis  la  atención  del 
gobernador,  y solicitéis  la  protección  de  su  mano  en  común  con  el  resto  de 
nosotros  para  que  mediante  nuestras  continuas  molestias  logremos  que  investigue 
todo  el  asunto. 

422  Lucas  18:1-8. 

423  A.  E.  Harvey,  Companion  1970,  pp.  274-275. 

424  Con  el  permiso  de  la  National  Gallery  of  Victoria. 

425  J.  E.  Talmage,  Jesús  el  Cristo,  pp.  460-461.  En  relación  al  contexto  de  aplicación 
del  Nuevo  Testamento,  A.  E.  Harvey  ( Companion  1970,  pp.  274-275)  comenta  lo 
siguiente: 

La  aplicación  de  la  parábola  es  de  deducción  sencilla.  Los  cristianos  no  necesitan 
dudar  sobre  la  justicia  de  su  causa;  pero,  ante  la  calumnia  y la  persecución, 
ansiaron  justicia.  Esto  se  esperaba  que  tomara  la  forma  de  una  inversión  de  los 
valores  vigentes,  llevar  a la  luz  cosas  conocidas  solamente  por  la  fe,  y el 
establecimiento  visible  de  la  comunidad  cristiana  como  pueblo  escogido  de 
Dios — en  breve,  el  fin  del  orden  establecido,  el  juicio  y una  nueva  era.  Estas  cosas, 
tal  vez,  estaban  tomando  más  tiempo  en  llegar  del  esperado  por  la  primera 
generación  de  cristianos  (una  desilusión  que  puede  ser  lo  que  subyace  tras  la 
difícil  frase,  “mientras  él  los  escucha  pacientemente”;  una  forma  alternativa  es... 
“mientras  él  se  demora  en  ayudarlos” — que  la  hace  más  clara).  Pero  deben  seguir 
orando  por  estas  cosas.  Si  incluso  un  juez  humano  negligente  cede  a la  larga  ante 
peticiones  constantes,  ¡cuánto  más  cierto  es  que  Dios  vindicará  a sus  escogidos! 
Pero  ese  momento  de  vindicación  siempre  conlleva  un  juicio.  Cualquiera  que 


203 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


haya  perdido  la  fe  (tal  vez  por  la  tardanza)  tendría  razón  de  temerlo.  “Pero 
cuando  venga  el  Hijo  del  Hombre,  ¿hallará  fe  en  la  tierra?” 

426  J.  Smith,  Jr.,  Words , p.  14,  puntuación  modernizada. 

427  DyC  84:43-44. 

428  J.  Smith,  Jr.,  Words,  p.  15,  puntuación  modernizada.  Cf.  DyC  84:45-47. 

429  Ibíd.,  p.  15,  puntuación  y uso  de  mayúsculas  modernizadas,  palabras  entre 
corchetes  añadidas. 

430  Usado  con  permiso.  Tomado  de  J.  Smith,  Jr.  et  al.,  Manuscript  Revelation  Books, 
Facsímile  Edition,  Revelation  Book  1,  149  [folio  recto],  p.  274.  Cortesía  de  la  Church 
History  Library,  The  Church  of  Jesús  Christ  of  Latter-day  Saints. 

431  Usado  con  permiso.  Tomado  ibíd.,  Revelation  Book  1,  150  [folio  verso],  p.  276. 
Cortesía  de  la  Church  History  Library,  The  Church  of  Jesús  Christ  of  Latter-day  Saints. 

432  Usado  con  permiso. 

433  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  1:286-295.  Después  de  sufrir  ataques  del 
populacho  y amenazas  durante  un  año  en  Hiram,  José  y Emma  se  mudaron  otra  vez  a 
Kirtland  el  12  de  setiembre  de  1832  (M.  L.  Staker,  Hearken,  p.  377).  La  bebé  Julia  de 
17  meses,  la  melliza  adoptada  que  sobrevivió,  los  acompañó.  Emma  estaba 
embarazada  de  aproximadamente  siete  meses. 

434  En  contraste  con  la  primera  parte  de  la  revelación  que  se  recibió  durante  una 
reunión  de  seis  élderes  con  el  profeta,  la  segunda  parte  de  la  misma  se  describe  como 
dada  en  la  presencia  de  “once  sumo  sacerdotes  menos  uno”.  El  texto  de  la  versión 
manuscrita  correspondiente  al  versículo  42  dice  (J.  Smith,  Jr.  et  al.,  Manuscript 
Revelation  Books,  Facsímile  Edition,  Revelation  Book  1,  151  [recto],  pp.  278-279,  uso 
de  mayúsculas  modernizado.  Cortesía  de  la  Church  History  Library,  The  Church  of 
Jesús  Christ  of  Latter-day  Saints ): 

...  y todos  aquellos  que  no  obtengan  este  sacerdocio  que  habéis  recibido,  el  cual 
ahora  confirmo  por  mi  propia  voz  desde  los  cielos  sobre  vosotros  que  estáis 
presentes  este  día,  el  23  de  setiembre  de  1832,  once  sumo  sacerdotes  menos  uno; 
y aun  os  he  encomendado  a las  huestes  celestiales  y a mis  ángeles. 

A pesar  de  la  interrupción  de  la  reunión  hecha  durante  la  noche,  sin  embargo,  nótese 
que  el  enfoque  del  pasaje  sobre  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio  continúa  en 
el  versículo  48,  señalando  una  continuidad  de  inspiración  entre  las  dos  sesiones  de 
revelación  en  días  sucesivos. 

435  Al  momento  de  recibir  esta  revelación,  las  palabras  “conferencia”  y “concilio” 
eran  casi  sinónimos  (ver  J.  F.  Darowski,  Seeking  2011,  pp.  99-100).  Consultar  M.  L. 
Staker,  Sharing,  p.  ej.,  pp.  120,  124-125  para  hallar  una  discusión  sobre  cómo  el 
profeta  compartía  la  autoridad  con  otros  en  tales  reuniones.  Además  de  desear  que 


204 


Notas  al  final 


cada  santo  recibiera  el  privilegio  de  una  comunión  personal  con  los  cielos,  José  Smith 
también  era  democrático  en  su  deseo  que  las  escrituras  se  abrieran  para  todos, 
condenando  a los  que  suponían  que  sus  verdades  simples  eran  “[misterios]...  y,  por 
consiguiente,  no  deben  entenderse”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  diciembre  1835,  p. 
104).  Enseñó  que  “es  el  privilegio  de  todo  élder  hablar  de  las  cosas  de  Dios”  (D.  Q. 
Cannon  et  al.,  Far  West,  25  October  1831,  p.  20,  ortografía  y uso  de  mayúsculas 
modernizadas)  y que  cada  santo  puede  llegar  a obtener  un  conocimiento  personal  del 
Padre  (ver  p.  ej.,  DyC  67:10;  88:68;  93:1).  Después  de  estudiar  las  minutas  de  las 
conferencias  y de  las  reuniones  de  la  iglesia  en  Kirtland,  Darowski  (J.  F.  Darowski, 
Seeking  2011,  pp.  97-98;  cf.  J.  F.  Darowski,  Seeking  2010,  pp.  27-28)  concluye  que: 

...  no  revelan  un  liderazgo  jerárquico,  sino  uno  compartido,  incluso  una 
colaboración  simbiótica.  Esta  relación  quedó  como  esencia  de  la  genialidad  de  la 
organización  y estructura  de  la  iglesia  durante  la  vida  de  José  Smith.  Segundo,  fue 
interesante  descubrir  que  José  Smith  no  fue  siempre  el  participante  prominente 
como  uno  podría  esperar.  Antes  había  trabajado  bajo  la  premisa  que  José  Smith 
gobernaba  en  forma  primaria  la  iglesia  en  sus  inicios  por  medio  del  poder  de  su 
personalidad  carismática  y de  la  autoridad  del  sacerdocio,  sancionado  por  el 
respaldo  de  la  revelación  de  lo  alto.  Mi  noción  era  que  José  Smith  estaba  a la 
cabeza  de  todo  y que  por  lo  tanto  finalmente  decidía  todo.  Claro  que  gobernaba, 
pero  no  en  forma  tan  exclusiva  como  lo  suponía.  Finalmente,  con  el  tiempo, 
incluso  cuando  la  complejidad  y la  mira  del  gobierno  de  la  iglesia  se  expandieron, 
se  retuvo  el  modelo  de  conferencia/concilio. 

Richard  L.  Bushman  (R.  L.  Bushman,  Rough  Stone,  p.  175,  ver  también  pp.  256-258) 
coincide  con  las  conclusiones  de  Darowski  que  la  naturaleza  de  la  iglesia  en  sus 
albores  era  “una  institución  jerárquica,  pero  a la  vez  consensuada,  en  la  que  todos  los 
miembros  oficiales  podían  participar  apreciablemente”  (J.  F.  Darowski,  Seeking  2011, 
P-  99): 

A pesar  de  ser  el  vidente  y el  portavoz  de  Dios  para  la  iglesia,  José  deseaba  que  sus 
seguidores  experimentaran  a Dios  como  él  lo  había  hecho...  En  una 
contradicción  inexplicable,  José  fue  nombrado  el  profeta  del  Señor,  pero  cada 
hombre  podía  pronunciar  escrituras,  cada  uno  podía  ver  a Dios.  Este  misterio  es 
el  meollo  del  mormonismo  de  José  Smith.  La  amplificación  de  la  autoridad  en  el 
centro  era  para  incrementar  la  autoridad  de  todos,  como  si  la  inyección  de  poder 
en  el  núcleo  energizara  a todo  el  sistema.  Si  bien  la  capacidad  de  José  de  hablar 
por  Dios  lo  colocaba  como  autoridad  suprema  fuera  de  toda  duda,  el  poder  estaba 
simultáneamente  distribuido  en  cada  poseedor  del  sacerdocio  y por  último  en 
cada  miembro.  Desde  afuera  el  mormonismo  se  veía  como  despotismo,  si  no 
caos.  Al  interno,  la  sumisión  a la  autoridad  del  profeta  se  creía  que  daba  poder  a 
cada  miembro.  Si  bien  él  era  Moisés  y ellos  Israel,  todos  los  del  pueblo  del  Señor 
eran  profetas  [ver  Números  11:29]. 


205 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


436  Énfasis  añadido.  J.  Smith,  Jr.  et  al.,  Manuscript  Revelation  Books,  Facsímile 
Edition,  Revelation  Book  1,  149  [folio  recto],  pp.  274-275,  uso  de  mayúsculas 
modernizada.  Cf.  DyC  84:1. 

437  D.  Q.  Cannon  et  al.,  Far  West,  25  October  1831,  p.  20,  ortografía,  puntuación  y 
uso  de  mayúsculas  modernizados. 

438  F.  C.  Collier  et  al.,  Council,  27-28  December  1832,  p.  3.  Ortografía  y uso  de 
mayúsculas  modernizadas. 

439  Con  el  permiso  del  artista.  Tomado  de  Teachings  ofthe  Living  Prophets,  p.  7. 

440  El  movimiento  de  Alexander  Campbell  utilizó  frases  similares  al  referirse  al 
contraste  entre  el  “orden  presente  de  cosas”  (como  era  común  en  las  iglesias 
cristianas  de  su  época)  y el  “antiguo  orden  de  cosas”  (cuando  interpretaban  las 
prácticas  de  la  iglesia  halladas  en  la  Biblia)  (M.  L.  Staker,  Flearken,  p.  33).  Sin 
embargo,  una  diferencia  importante  es  que  la  autoridad  de  José  Smith  para  declarar 
las  prácticas  de  la  iglesia  primitiva  estaba  como  mínimo  tan  arraigada  en  sus  propias 
visiones  y revelaciones  como  basada  en  las  primeras  revelaciones  y la  historia 
presente  en  la  Biblia  (ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  458,  625-626). 

441  Habiendo  hablado  por  primera  vez  sobre  el  orden  correcto  de  los  concilios  en  la 
conferencia  de  la  iglesia  en  Hiram,  Ohio,  el  11  de  octubre  de  1831,  el  profeta  informó: 
“Los  élderes  fueron  instruidos  sobre  la  manera  antigua  de  dirigir  las  reuniones, 
conocimiento  que  la  mayoría  de  ellos  ignoraba”  (J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History, 
11  October  1831,  1:219).  A partir  de  ese  día,  el  profeta  llamó  y apartó  a seis  hermanos 
para  que  visitaran  varias  ramas  de  la  iglesia  y les  enseñaran  “la  forma  antigua  de 
dirigir  las  reuniones  según  fueran  guiados  por  el  Espíritu  Santo”  (D.  Q.  Cannon  et  al., 
Far  West,  p.  17,  ortografía,  gramática  y puntuación  modernizadas,  ver  también  pp. 
24-25;  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  25  October  1831,  1:219.  Cf.  Moroni  6:9; 
DyC  46:2). 

Las  minutas  no  dan  detalles  adicionales  sobre  los  particulares  que  había  que  enseñar, 
pero  uno  puede  suponer  que  en  la  reunión  de  ese  día  se  mostró  un  modelo  (ver  D.  Q. 
Cannon  et  al.,  Far  West,  pp.  19-24).  Además,  una  semana  después  de  haber 
completado  la  selección  final  de  hermanos  para  esta  asignación,  Orson  Hyde,  uno  de 
los  seis  llamados  a enseñar  a las  ramas,  le  solicitó  al  profeta  una  revelación  que  parece 
dar  más  luz  sobre  el  tema  “a  un  nivel  personal”  ” (J.  F.  Darowski,  Seeking  2011,  p. 
102).  La  respuesta  del  Señor  dice  en  parte  (DyC  68:1-5;  ver  J.  Smith,  Jr.,  Documentary 
History,  1 November  1831,  1:227-229): 

Mi  siervo  Orson  Hyde  fue  llamado  mediante  su  ordenación  para  proclamar  el 
evangelio  sempiterno  por  el  Espíritu  del  Dios  viviente,  de  pueblo  en  pueblo,  y de 
tierra  en  tierra,  entre  las  congregaciones  de  los  inicuos,  en  sus  sinagogas, 
razonando  con  ellos  y declarándoles  todas  las  Escrituras. 


206 


Notas  al  final 


Y he  aquí,  ésta  es  la  norma  para  todos  los  que  fueron  ordenados  a este  sacerdocio, 
cuya  misión  de  que  salgan  les  ha  sido  indicada;  y ésta  es  la  norma  para  ellos: 
Hablarán  conforme  los  inspire  el  Espíritu  Santo. 

Y lo  que  hablen  cuando  sean  inspirados  por  el  Espíritu  Santo  será  Escritura,  será 
la  voluntad  del  Señor,  será  la  intención  del  Señor,  será  la  palabra  del  Señor,  será  la 
voz  del  Señor  y el  poder  de  Dios  para  salvación. 

He  aquí,  ésta  es  la  promesa  del  Señor  a vosotros,  oh  mis  siervos. 

Si  bien  el  pasaje  ciertamente  se  puede  aplicar  en  forma  más  general,  el  élder  Hyde  sin 
duda  vio  su  relevancia  para  su  reciente  asignación  de  enseñar  a las  ramas  cómo  dirigir 
las  reuniones  “según  fueran  guiados  por  el  Espíritu  Santo”  (D.  Q.  Cannon  et  al.,  Far 
West,  p.  17;  cf.  DyC  46:2). 

Si  bien  la  autoridad  que  preside  tiene  el  deber  de  dar  lugar  para  la  discusión  de  todos 
los  asuntos  traídos  ante  el  concilio,  todos  los  presentes  en  la  reunión  tienen  la  misma 
responsabilidad  que  los  obliga  a refrenarse  de  hablar  precipitadamente  (ver  W. 
Bagehot,  Bagehot,  citado  en  in  N.  A.  Maxwell,  Meekly  Drenched,  pp.  129-130).  Al 
contrario,  cada  miembro  del  concilio  recibió  el  mandato  de  “[hablar]  conforme  los 
inspire  el  Espíritu  Santo”  (DyC  68:3).  El  Señor  fue  explícito  al  decirle  a Hyrum  que 
antes  de  poder  “declarar”  su  palabra  debía  primero  “obtenerla” — sólo  entonces  sería 
merecedor  de  la  bendición  de  “[tener  su]  Espíritu  y [su]  palabra,  sí,  el  poder  de  Dios 
para  convencer  a los  hombres  (DyC  11:21;  cf.,  p.  ej.,  DyC  50:13-22).  El  profeta  Jacob 
expresó  en  forma  elocuente  este  principio  cuando  escribió:  “Por  tanto,  yo,  Jacob,  les 
hablé  estas  palabras,  mientras  les  enseñaba  en  el  templo,  habiendo  primeramente 
obtenido  mi  mandato  del  Señor”  (Jacob  1:17,  énfasis  añadido).  El  American  Heritage 
Dictionary  aclara  el  significado  más  antiguo  de  la  palabra  “mandato”,  siendo  éste 
“una  misión  o una  embajada”  o,  más  específico  para  este  contexto,  “un  mensaje  oral 
que  se  le  ha  confiado  a alguien”  (American  Heritage  Dictionary,  s.v.  “errand”).  Así 
que  lo  que  obtuvo  Jacob  del  Señor  antes  de  hablar  en  el  templo  no  fue  simplemente 
una  asignación  para  predicar,  sino  además,  el  mensaje  específico  que  debía  dar. 

Esta  forma  de  dirigir  las  reuniones  sigue  el  ejemplo  de  la  posteridad  de  Adán,  que  “se 
[levantó]  y [bendijo]  a Adán”  (DyC  107:54),  y también  el  mismo  patriarca  profetizó 
“lleno  del  Espíritu  Santo”  (DyC  107:56). 

José  Smith  explicó:  “Cada  cual  debería  hablar  según  su  turno  y su  lugar,  y a su  tiempo 
y ocasión  a fin  de  que  hubiera  orden  perfecto  en  todas  las  cosas;  y que  antes  de  poner 
reparos  a cualquier  asunto  que  se  presentara  al  concilio  para  su  consideración, 
estuviese  seguro  todo  hombre  de  poder  aclarar  más  el  punto  en  lugar  de  sembrar 
tinieblas,  y ver  que  su  objeción  se  fundase  en  la  justicia”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  15 
enero  1836,  p.  122).  Hay  más  instrucciones  del  profeta  sobre  estos  temas  en  J.  M. 
Bradshaw,  God's  Image  1,  Endnote  6-16,  pp.  494-495. 


207 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


442  ¿Será  posible  que  la  revelación  se  transcribiera  al  Revelation  Book  1 de  un  dictado 
anterior  que  fuera  hecho  durante  la  reunión? 

443  P.  P.  Pratt,  Autobiography  2000,  p.  72.  Underwood  comenta:  “Estrictamente 
hablando,  las  observaciones  de  Pratt  se  refieren  solamente  a los  dictados  de  los  textos 
de  las  revelaciones,  no  a lo  que  les  pueda  haber  pasado  después,  cuando,  como  el 
análisis  textual  del  [Libro  de  los  Mandamientos  y Revelaciones]  lo  aclara 
abundantemente,  sufrieron  ‘revisiones,  intercalaciones,  [y]  correcciones’  antes  de  su 
publicación”  (G.  Underwood,  Revelation,  p.  83  n.  23). 

444  DyC  88:3-4. 

445  DyC  130:3;  J.  Smith,  Jr„  Words,  2 April  1843  (2),  p.  173;  J.  Smith,  Jr.  et  al, 
Journals  1841-1843,  2 April  1843,  pp.  324,  326,  404,  405. 

446  Ver  Ehat  and  Cook,  in  J.  Smith,  Jr.,  Words,  2 April  1843  (2),  pp.  268-269  n.  5. 

447  DyC  130:3. 

448  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  junio  1839,  pp.  177-179. 

449  DyC  88:4. 

450  Juan  14:22. 

451  Juan  14:16-17. 

452  L.  T.  Dennis  et  al,  ESV,  p 2053  n.  14:18. 

453  J.  Starr,  Partakers,  p.  81. 

454  N.  Russell,  Deification,  p.  151. 

455  S.  Sandmel  et  al.,  New  English  Bible,  2 Peter  1:4,  p.  299. 

456  J.  N.  Sparks  et  al,  Orthodox  Study  Bible,  p.  1692. 

457  J.  Vajda,  Partakers. 

458  2 Pedro  1:5. 

459  El  élder  Bruce  R.  McConkie  afirmó  que  existe  un  “orden  aditivo  para  lograr  estos 
atributos”  (J.  F.  McConkie  et  al,  Revelations,  p.  68). 

460  H.  W.  Attridge  et  al.,  Harper  Collins  Study  Bible,  p.  2068  n.  1:5-7. 

Joseph  Neyrey  sostiene  que  la  tríada  de  fe,  esperanza  y caridad  “forma  el  armazón 
definitivo  en  donde  se  insertan  las  otras  virtudes”  en  otros  pasajes  de  las  escrituras  (J. 
H.  Neyrey,  2 Peter,  Jude,  p.  155).  He  añadido  una  columna  para  DyC  4:6  y he 
colocado  los  términos  que  usa  la  versión  King  James  para  estas  virtudes  cuando 
difieren  de  la  lista  de  Neyrey.  Notar  que  Romanos  5:3-4  define  a la  esperanza  como  el 
resultado  de  la  paciencia  (constancia)  y la  prueba  (carácter)  desarrollado  en  la 
tribulación: 


208 


Notas  al  final 


Romanos  5:1-5 

2 Pedro  1:5-7 

DyC  4:6 

fe 

fe 

fe 

virtud 

virtud 

paz 

cocimiento 

cocimiento 

templanza 

templanza 

esperanza  [paciencia,  prueba] 

paciencia 

paciencia 

piedad 

afecto  fraternal 

bondad  fraternal 

piedad 

amor 

amor 

caridad 

humildad 

diligencia 

Si  bien  algunos  elementos  de  las  tres  listas  difieren,  la  recompensa  de  la  hermandad 
divina  para  los  discípulos  es  la  misma.  En  2 Pedro  1:4,  se  les  promete  que  serán 
“participantes  de  la  naturaleza  divina”.  En  Romanos  5:2  se  les  dice  que  “[se  gloriarán] 
en  la  esperanza  de  la  gloria  de  Dios”.  En  otras  palabras,  pueden  mirar  hacia  lo  futuro 
con  gozosa  confianza,  sabiendo  que  “podrán  compartir  la  revelación  de  Dios — o sea, 
que  llegarán  a conocerlo  como  Él  es”  (J.  E.  Faulconer,  Life  of  Holiness,  p.  209.  Cf.  1 
Juan  3:2;  DyC  38:8;  50:45;  76:94;  93:1).  Faulconer  sigue  diciendo:  “Dado  que  la 
palabra  ‘gloria’  puede  entenderse  también  como  ‘perfección’,  como  en  Romanos  3:23, 
Jesucristo  nos  lleva  a un  lugar  donde  podemos  regocijarnos  en  la  esperanza  que 
veremos  la  perfección  del  Padre  en  su  gloria  y majestad.  Veremos  al  Padre  en  el  Hijo, 
y lo  veremos  por  estar  en  su  presencia”. 

En  DyC  4:7,  los  fieles  “[llamarán],  y se  [les]  abrirá”.  Welch  sostiene  que  esta  última 
promesa  se  puede  entender  mejor  “en  un  contexto  ceremonial”  (J.  W.  Welch, 
Sermón,  p.  72).  Matthew  Bowen  comenta  (M.  L.  Bowen,  Thy  Will  Be  Done,  p.  243): 

Los  verbos  griegos  “pedir”  y “buscar”  se  corresponden  con  los  verbos  hebreos  sh’l 
y bqsh,  que  se  usaban  para  describir  el  “pedido”  o la  “búsqueda”  de  una 
revelación  divina,  a menudo  en  un  contexto  del  templo.  [Tvedtnes]  además 
detecta  un  eco  del  templo  en  “llamar”  (J.  A.  Tvedtnes,  Temple  Prayer,  p.  90),  que 
debe  resonar  para  los  santos  de  los  últimos  días.  Las  dos  frases  divinas  en  el 
pasivo  “os  será  dado”  y “se  os  abrirá”  también  pueden  sugerir  un  momento  del 
templo  donde  Jesús  es  el  “guardián  de  la  puerta”  (2  Nefi  9:41-42.  Ver  J.  Gee, 
Keeper). 

Estas  suposiciones  quedan  respaldadas  por  la  aseveración  de  Nefi,  “si...  no  podéis 
entenderlas,  será  porque  no  pedís  ni  llamáis;  así  que  no  sois  llevados  a la  luz,  sino 


209 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


que  debéis  perecer  en  las  tinieblas”  (2  Nefi  31:4,  énfasis  añadido).  Que  una 
persona  sea  “llevada”  a un  lugar  parece  implicar  la  presencia  de  la  figura  de  un 
guardián  de  la  puerta  o paralemptor,  como  cuando  Jesús  prometió  a sus 
discípulos,  “vendré  otra  vez  y os  tomaré  a mí  mismo  [paralempsomai]”  (Juan 
14:3).  La  “luz”  es  entonces  esa  parte  del  templo  donde  la  presencia  total  de  Dios 
brilla  y que  se  halla  representada  en  el  Lugar  Santísimo...  Está  claro  que  hay  más 
sentidos  en  que  se  puede  interpretar  esta  frase  de  recompensa.  Pero  si  el  templo 
es  el  centro  neurálgico  por  excelencia  para  preguntar,  pedir  y buscar  revelación 
del  Señor  (ver  Salmos  27:4),  entonces  la  frase  en  el  pasivo  “llevados  a la  luz” 
probablemente  connota  ser  llevados  a la  luz  del  semblante  del  Señor  (ver 
Números  6:24-27),  una  recepción  total  de  las  bendiciones  de  la  Expiación  o 
“adopción”  real  (Romanos  8:15-23),  la  más  grande  “revelación”  posible. 

Hablando  sobre  la  “revelación”,  Bowen  prosigue  (M.  L.  Bowen,  Thy  Will  Be  Done,  p. 
248  n.  41): 

La  palabra  “revelación”  viene  del  latín  revelatio  que  originalmente  connotaba  “el 
acto  de  quitar  el  velo”  (comparar  con  el  griego  apokalyptein,  “descubrir”).  Esta 
idea  queda  plasmada  en  2 Corintios  3:14-18,  donde  Pablo  conecta  “libertad”  (del 
griego  eleutheria;  del  griego  aphesis,  “soltar”)  con  revelación  y presenciar  la  gloria 
del  Señor  a “cara  descubierta”  y ser  transformados  en  su  gloria  (ver  2 Corintios 
3:15-18).  Otra  vez  notamos  la  declaración  de  Pablo  de  que  la  creación  espera 
ansiosamente  la  “revelación  [ apokalypsin ] de  los  hijos  de  Dios”  y ser  “librada  de 
la  servidumbre  de  la  corrupción  a la  libertad  [eleutherian]  gloriosa  de  los  hijos  de 
Dios”  (Romanos  8:19,  21). 

Al  reconocer  la  aplicación  ceremonial  de  estos  versículos,  se  debe  recordar,  sin 
embargo,  que  las  ordenanzas  del  templo  también  anuncian  una  realización 
escatológica  (ver  J.  A.  Widtsoe,  Work,  p.  33.  También  citado  en  A.  K.  Parrish, 
Widtsoe,  pp.  307-308). 

461  Prefiero  la  palabra  “caridad”  antes  que  “amor”  para  este  contexto,  tan  solo 
porque  la  naturaleza  del  amor  descrito  aquí  difiere  enormemente  de  las 
manifestaciones  comunes  de  “amor”  que  uno  encuentra  en  el  mundo  moderno.  En  su 
brillante  comentario  católico-romano  de  Romeo  y Julieta,  Joseph  Pearce  concluye  que 
“el  tipo  correcto  de  amor  puede  conducirnos  al  cielo,  mientras  que  el  tipo  incorrecto 
puede  condenarnos  al  infierno”  (J.  Pearce,  Shakespeare  on  Love,  pp.  15-16).  Sobre  las 
manifestaciones  de  “amor”  que  salvan  y condenan  ver  también  C.  S.  Lewis,  Loves. 

462  Ver,  p.  ej.,  J.  H.  Neyrey,  2 Peter,  Jude,  pp.  154-155. 

463  Ver,  p.ej.,  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  350-351. 

464  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  21  mayo  1843,  pp.  372-373. 

465  2 Pedro  1:10. 


210 


Notas  al  final 


466  J.  H.  Neyrey,  2 Peter,  Jude,  2 Peter  1:11,  p.  106. 

467  Usado  con  permiso.  En  el  dominio  público: 
http://upload.wikimedia.Org/wikipedia/commons/7/7b/Transfiguration_bloch.jpg 
(visitado  el  17  febrero  2012). 

468  J.  H.  Neyrey,  2 Peter,  Jude,  p.  178-179. 

469  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  21  mayo  1843,  pp.  371-372. 

470  Ibíd.,  2 julio  1839,  p.  184. 

471  J.  Smith,  Jr.,  Words,  21  May  1843,  p.  209. 

472  Es  decir,  2 Pedro  1:19. 

473  L.  T.  Dennis  et  ai,  ESV,  p.  2419  n.  1:19. 

474  Énfasis  añadido.  De  igual  manera,  resumiendo  el  empuje  de  los  argumentos  de 
Pedro,  Lee  escribe  (S.  S.  Lee,  Jesús'  Transfiguration,  p.  143): 

Creo  que  el  pensamiento  teológico  de  2 Pedro  es  casi  equivalente  al  discipulado 
expresado  en  Marcos  de  seguir  a Jesús  en  su  sufrimiento,  muerte  y glorificación 
(Marcos  8:27-9:13)  y el  entendimiento  de  Pablo  sobre  la  transformación  continua 
de  los  creyentes  en  la  imagen  de  Cristo  (2  Corintios  3:18-4:6). 

475  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  11  junio  1843,  pp.  376-377. 

476  Efesios  1:13-14. 

477  L.  T.  Dennis  et  ai,  ESV,  Ephesians  1:14,  p.  2263. 

478  B.  R.  McConkie,  Mormon  Doctrine,  p.  361.  Cfi,  p.  ej.,  L.  T.  Dennis  et  al.,  ESV,  p. 
2263  n.  1:13. 

479  B.  R.  McConkie,  Mormon  Doctrine,  p.  362. 

480  DyC  76:53. 

481  B.  R.  McConkie,  Mormon  Doctrine,  p.  362. 

482  DyC  131:5,  132:18-26. 

483  DyC  88:4. 

484  DyC  124:124. 

485  La  imagen  está  en  el  dominio  público.  Ver,  p.  ej.,  http://scripture- 
fortoday.blogspot.com/2011/02/psalm- 1326- 10-we-found-it-in-fields-of.html 

486  Ver  H.  B.  Lee,  Light,  p.  211;  D.  A.  Bednar,  Ora  siempre,  p.  41.  En  un  sentido 
teológico,  se  puede  definir  un  misterio  como  “una  verdad  religiosa  recibida  por 
revelación  divina”  (D.  Harper,  Dictionary). 


211 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Harper  además  explica  que  el  término  deriva  “del  anglo-francés  misterie  ( mistere  del 
francés  antiguo),  del  latín  mysterium,  del  griego  mysterion  (en  general  en  el  plural 
mysteria)  ‘rito  o doctrina  secreta’,  de  mystes  ‘el  que  ha  sido  iniciado’,  de  myein  ‘cerrar, 
confinar’,  tal  vez  haciendo  referencia  a los  labios  (en  secreto)  o a los  ojos  (solo  los 
iniciados  podían  ver  los  ritos  sagrados)”.  Ver  también  C.  Kerényi,  Eleusis,  p.  46;  M. 
W.  Meyer,  Mysteries,  p.  405.  “Los  romanos  tradujeron  myesis,  el  acto  de  cerrar  los 
ojos,  como  initiatio,  de  in-itia,  ‘entrar  en’.  Kerényi  sigue  explicando:  ‘Un  festival  de 
entrada  en  la  oscuridad,  sin  importar  en  qué  asunto  o ascensión  esta  iniciación  pueda 
desembocar:  eso  es  lo  que  eran  los  misterios  en  el  sentido  original  de  la  palabra’”  (J. 
M.  Lundquist,  Fundamentáis,  p.  676).  “La  palabra  griega  que  se  usó  en  [la] 
Septuaginta  para  indicar  ‘el  consejo  secreto  de  Dios’,  se  tradujo  en  la  Vulgata  como 
sacramentum ” (D.  Harper,  Dictionary). 

487  DyC  42:65;  43:13;  63:23;  64:5;  71:1;  76:7,  114;  84:19;  90:14;  107:19. 

488  1 Pedro  2:9. 

489  DyC  63:23,  84:19-20,  107:18-19. 

490  El  profeta  José  Smith  enseñó  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  22  enero  1843,  pp.  332- 
333): 

Algunos  dicen  que  el  reino  de  Dios  no  quedó  establecido  sobre  la  tierra  sino  hasta 
el  día  de  Pentecostés...  pero  yo  declaro,  en  el  nombre  del  Señor,  que  desde  los 
días  de  Adán  hasta  el  tiempo  actual,  el  reino  de  Dios  se  ha  hallado  en  el  mundo, 
siempre  que  ha  habido  un  hombre  justo  sobre  la  tierra,  a quien  Dios  haya 
revelado  su  palabra  y conferido  poder  y autoridad  para  administrar  en  su 
nombre;  y donde  ha  habido  un  sacerdote  de  Dios — un  ministro  que  tenga  el 
poder  y la  autoridad  de  Dios  para  administrar  las  ordenanzas  de  Dios  y oficiar  en 
el  sacerdocio  de  Dios — allí  ha  estado  el  reino  de  Dios...  Donde  hubiere  un 
profeta,  sacerdote  u hombre  justo  a quien  Dios  comunique  sus  oráculos,  allí 
estará  el  reino  de  Dios;  y donde  no  estuvieren  los  oráculos  de  Dios  tampoco  allí 
estará  el  reino  de  Dios. 

491  DyC  28:7. 

492  J.  Smith,  Jr.,  Words,  12  May  1844,  p.  366;  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  12 
May  1844,  6:363.  Estas  son  las  palabras  del  profeta  en  contexto  (J.  Smith,  Jr., 
Enseñanzas,  2 mayo  1844,  p.  451): 

El  Salvador  tiene  las  palabras  de  vida  eterna.  Ninguna  otra  cosa  nos  puede 
beneficiar...  Aconsejo  a todos  a que  sigan  adelante  hacia  la  perfección  y que 
escudriñen  más  y más  los  misterios  de  la  divinidad. 

493  DyC  76:7. 

494  James  Tissot  (francés,  1836-1902).  “La  profecía  de  la  destrucción  del  templo”  (La 
prophétie  de  la  destruction  du  temple),  1886-1894.  Acuarela  opaca  sobre  grafito  en 


212 


Notas  al  final 


papel  de  tramado  gris,  imagen:  7 1/8  x 11  1/16  pulgadas  (18.1  x 28.1  cm).  Brooklyn 
Museum,  comprada  por  suscripción  pública,  00.159.213.  En  J.  F.  Dolkart,  James 
Tissot,  p.  195.  Usada  con  permiso. 

495  P.  ej.,  Mateo  13:11.  Ver  también  Pseudo-Clement,  Homilies,  19:20,  p.  336; 
Clement  of  Alexandria,  Stromata,  5:10,  pp.  458-460;  Basil,  Spirit , 66-67,  pp.  40-43. 

496  M.  Barker,  Hidden,  p.  2. 

497  Mateo  13:11;  Marcos  4:11;  Lucas  8:10. 

498  Imagen  en  el  dominio  público.  Detalle  de  icono  del  Santo  Monasterio  de  Saint 
Catherine,  Sinaí,  Egipto. 

499  Ver,  p.  ej.,  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  658-660. 

500  Cf.  TJS  Éxodo  34:1-2;  TJS  Deuteronomio  10:1-2. 

501  TJS  Éxodo  34:1-2  dice:  “Y  Jehová  dijo  a Moisés:  Labra  otras  dos  tablas  de  piedra 
como  las  primeras,  y escribiré  sobre  ellas  también  las  palabras  de  la  ley,  según  se 
escribieron  primero  en  las  tablas  que  quebraste;  pero  no  será  de  acuerdo  con  las 
primeras,  por  cuanto  quitaré  el  sacerdocio  de  entre  ellos;  por  tanto,  mi  santo  orden  y 
sus  ordenanzas  no  irán  delante  de  ellos,  porque  mi  presencia  no  irá  en  medio  de  ellos, 
no  sea  que  los  destruya.  Les  daré  la  ley,  como  la  primera,  pero  será  según  la  ley  de  un 
mandamiento  carnal;  porque  he  jurado  en  mi  ira  que  no  entrarán  en  mi  presencia,  en 
mi  reposo,  en  los  días  de  su  peregrinación”. 

502  El  élder  Joseph  Fielding  Smith  (J.  F.  Smith,  Jr.,  Answers,  1957,  1:117-118)  escribió 
“que  si  bien  Israel  tuvo  restricciones  en  el  poder  del  sacerdocio  desde  los  días  de 
Moisés  hasta  los  días  del  ministerio  del  nuestro  Salvador,  aun  así  los  profetas  en  Israel 
como  Elias,  Isaías,  Jeremías,  Ezequiel  y Daniel  fueron  bendecidos  con  el  sacerdocio  de 
Melquisedec,  pero  este  sacerdocio  no  fue  dado  a otros”. 

503  L.  Schaya,  Meaning,  pp.  15-16,  cf.  p.  41.  Ver  también  D.  C.  Matt,  Zohar  1,  Noah 
1:63b,  pp.  369-370  y 369  n.  198;  B.  M.  Metzger,  Fourth  Ezra,  14:4-6,  p.  553;  J.  E. 
Seaich,  Ancient  Texts  1995,  p.  670  n.  74  y p.  757;  J.  E.  Seaich,  Mormonism,  p.  132;  H. 
Sperling  et  al.,  Zohar,  1:26b,  p.  1:101-102  y 2:17b,  p.  3:55;  J.  A.  Tvedtnes,  Laws,  pp. 
391-396;  J.  L.  Kugel,  Traditions,  pp.  634-668;  J.  L.  Kugel,  How  to  Read,  pp.  251-254. 

504  Ver  p.  ej.,  M.  Barker,  Josiah. 

505  M.  Barker,  Older,  p.  257.  Ver  también  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  E-227,  pp. 
758-759. 

506  M.  Barker,  Who  was  Melchizedek. 

507  J.  M.  Bradshaw,  Ezekiel  Mural. 

508  A.  A.  Orlov,  Heir,  p.  46.  Ver  también  M.  Barker,  Revelation,  pp.  27-34. 

509  Ver  p.  ej.,  M.  Barker,  Text. 


213 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


510  Con  el  permiso  de  Val  Brinkerhoff.  Para  más  sobre  este  mosaico,  ver  J.  M. 
Bradshaw,  God's  Image  1,  p.  573. 

511  R.  S.  Eccles,  Hebrews,  pp.  214-215. 

512  W.  J.  Hamblin,  Temple  Motifs.  Ver  también  M.  Barker,  Who  was  Melchizedek  y 
Targum  Isaiah  24:16,  citado  en  Barker. 

513  Génesis  Rabbah  interpreta  a Melquisedec  dando  el  pan  y el  vino  a Abraham  de 
esta  manera:  “Le  dio  las  leyes  que  gobiernan  al  sacerdocio”  y “El  pan  representa  al  pan 
de  la  proposición,  y el  vino  representa  a las  ofrendas”  (J.  Neusner,  Génesis  Rabbah  2, 
43:6,  pp.  119-120). 

514  Consultar  a Seaich  para  hallar  una  refutación  del  argumento  que  el  sacerdocio  de 
Aarón  fue  abolido  en  la  época  de  Cristo  (J.  E.  Seaich,  Ancient  Texts  1995,  pp.  973, 
975). 

515  Ver  p.  ej.,  Philo,  Giants,  54-55,  p.  473;  Philo,  Exodus,  2:29,  p.  70;  y Hebreos  6:18- 
20.  Si  bien  Eccles  considera  que  el  autor  de  hebreos  descarta  “como  inferior  frente  al 
modo  cristiano  a todo  el  judaismo  místico  de  cualquier  clase”,  la  sorprendente 
naturaleza  de  las  grandes  similitudes  entre  el  misticismo  judío  y cristiano  debe 
también  tenerse  en  cuenta  (R.  S.  Eccles,  Hebrews,  p.  220).  Consultar  Barker  para  ver 
cómo  los  primeros  cristianos  puedan  haber  interpretado  los  argumentos  de  Hebreos 
concernientes  al  sacerdocio  (M.  Barker,  Who  was  Melchizedek). 

516  Sterling  afirma  la  alta  estima  que  los  primeros  cristianos  tenían  por  los  escritos  de 
Filón,  “pues  preservaron  unos  dos  tercios  de  su  corpus  conocido  (G.  E.  Sterling,  Philo, 
p.  297).  Eusebio  preservó  las  leyendas  del  contacto  entre  Filón  y la  comunidad 
cristiana  (Eusebius,  Ecclesiastical,  2:17,  p.  50),  y por  lo  menos  un  documento 
seudoepigráfico  afirma  relatar  su  (inverosímil)  conversión  al  cristianismo.  Para  ver 
un  análisis  en  su  mayor  parte  negativo  sobre  posibles  influencias  de  los  misterios 
greco-romanos  en  la  teología  bautismal  de  Pablo,  consultar  A.  J.  M.  Wedderburn, 
Baptism,  especialmente  pp.  90-163. 

517  Clement  of  Alexandria,  Stromata,  1:23,  p.  335. 

518  E.  R.  Goodenough,  Light,  pp.  292-293. 

519  “Melquisedec”  se  escribe  con  dos  palabras  en  Génesis  14,  Salmos  110,  el 
Pentateuco  Samaritano  (S.  Lowy,  Principies,  p.  320),  los  targumin  (J.  W.  Etheridge, 
Onkelos,  14)  y en  llQMelchizedek  (F.  G.  Martínez,  Melchizedek,  2:9,  p.  140). 

520  M.  Barker,  Who  was  Melchizedek. 

521  E.  R.  Goodenough,  Introduction  to  Philo,  p.  159;  cf.  E.  R.  Goodenough,  Summary, 
p.  188;  E.  R.  Goodenough,  Paul,  pp.  165-166.  En  relación  con  el  destino  de  los  grupos 
místicos  judíos  tales  como  los  hallados  en  Dura,  Goodenough  escribe  (E.  R. 
Goodenough,  Summary,  p.  198): 


214 


Notas  al  final 


...  de  la  evidencia  directa  no  sabemos  nada;  pero  parece  ser  que  los  líderes  del 
judaismo  del  siglo  VI  al  VIII  tuvieron  un  gran  cambio  de  actitud.  Aprendieron 
hebreo...  [y  al]  hacerlo,  pudieron  por  primera  vez  aprender  a orar  en  hebreo,  leer 
las  escrituras  en  hebreo  y estudiar  los  escritos  rabínicos...  Al  mismo  tiempo, 
dejaron  de  usar  el  vocabulario  simbólico...  y también,  cuando  les  fue  posible,  lo 
destruyeron  eliminando  las  formas  ofensivas...  Los  cristianos  preservaron  los 
escritos  de  Filón  y muchos  libros  apocalípticos  judíos,  pero  los  judíos 
medioevales  abandonaron  tanto  la  gran  masa  de  literatura  que  pudieron  haber 
producido  los  judíos  que  hablaban  griego  e iraní  en  todo  el  mundo  antiguo  que 
no  tenemos  traza  alguna  proveniente  de  ellos...  Todavía  falta  ver  si  la  cabalá 
judía  medioeval...  representa  un  sobreviviente  y una  amplificación  de  este 
misticismo  judío  más  general,  o si  fue  creada  recientemente  por  la  influencia  de 
los  místicos  cristianos  medioevales,  o si  provino  de  los  comienzos  de  la  mercabá , 
o si  como  sospecho,  de  algún  modo  resultó  de  una  mezcla  de  todos  estos  factores. 

522  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  4 mayo  1842,  p.  287. 

523  DyC  107:1. 

524  DyC  107:1-6.  DyC  76:57  deja  en  claro  que  el  orden  de  Melquisedec  fue  creado 
“según  el  orden  de  Enoc,  que  fue  según  el  orden  del  Hijo  Unigénito”.  Pese  a la 
importante  distinción  entre  los  dos  sacerdocios,  el  profeta  José  Smith  enseñó  que 
“[todo]  sacerdocio  es  según  el  orden  de  Melquisedec,  pero  tiene  diferentes  partes  o 
grados”  (J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  5 enero  1841,  p.  216).  En  este  sentido,  el  sacerdocio 
de  Aarón  está  bien  caracterizado  como  “dependencia  del  mayor,  o sea,  el  Sacerdocio 
de  Melquisedec”  (DyC  107:14). 

525  DyC  84:6,  34. 

526  DyC  84:19-22.  Vivir  la  ley  de  consagración  es  el  último  paso  requerido  que  nos 
prepara  para  “ver  a Dios”  (DyC  97:16,  21,  Mateo  5:8,  3 Nefi  12:8;  cf.  DyC  58:18). 

527  Ver  C.  T.  R.  Hayward,  Israel,  pp.  156-219  sobre  la  explicación  de  Filón  de  que  el 
nombre  Israel  significa  “el  que  ve  a Dios”.  Haciendo  un  resumen  de  las  fuentes  que 
describen  el  “ver  a Dios”  como  atributo  identificativo  del  verdadero  Israel  entre 
algunos  judíos  y los  primeros  cristianos,  Barker  escribe  (M.  Barker,  Christmas,  pp.  89- 
90): 

Cuando  los  cristianos  recalcaban  que  habían  visto  la  Gloria  (p.  ej.,  Lucas  2:30-32, 
3:6;  Juan  1:14;  cf.  Isaías  40:5,  49:6,  52:10,  56:12;  Zacarías  2:10),  se  decía  que  el 
nombre  “Israel”  significaba  “el  que  ha  visto  a Dios”  y así  el  énfasis  de  las  historias 
cristianas  era  un  reclamo  de  ser  el  nuevo  Israel.  Filón  usaba  con  frecuencia  la 
expresión  pues  era  fundamental  para  su  judaismo.  Nunca  dio  explicaciones  ni 
discutió  por  eso;  era  algo  que  podía  asumir.  “La  nación  que  ve,  es  decir,  Israel” 
(Philo,  Dreams,  2:44,  p.  391;  cf.  1:71,  p.  380):  “Porque  Israel  significa  ver  a Dios” 
(Philo,  Preliminar y Studies,  51,  p.  308).  “Los  hijos  de  Israel”  (Levítico  15:31)  para 


215 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


él  llegaron  a ser  “los  hijos  del  vidente”  (Philo,  Interpretation,  3:15,  p.  311).  Casi 
todos  los  primeros  escritores  cristianos  adoptaron  esta  explicación  de  Israel  y la 
reclamaban  para  la  iglesia  (ver  C.  T.  R.  Hayward,  Israel,  pp.  156-193).  Se  usaba  en 
las  oraciones:  “Por  [Cristo]  has  traído  a casa  a los  gentiles  para  ti  como  pueblo 
especial,  el  verdadero  Israel,  amado  de  Dios  y el  que  ve  a Dios”;  “el  Dios  de  Israel, 
tu  pueblo  que  verdaderamente  ve  y ha  creído  en  Cristo”  (A.  Roberts  et  al, 
Apostolic  Constitutions,  7:1:36,  p.  474  y 8:2:15,  p.  491;  cf.  M.  Barker,  Temple 
Themes,  pp.  154-160). 

528  Hebreos  4:1. 

529  H.  W.  Nibley,  Apocryphal,  p.  312;  cf.  pp.  310-311.  Ver  W.  W.  Isenberg,  Philip, 

85:14-16,  p.  159. 

530  DyC  76:  70-71,  81;  cf.  1 Corintios  15:40-42. 

531  En  el  diccionario  Webster  de  1828  (N.  Webster,  Dictionary,  s.v.  Degree), 

hallamos  las  siguientes  definiciones  de  la  palabra  “grado”: 

1.  Un  paso;  una  parte  perceptible  de  un  espacio  de  extensión  indefinida;  un 
espacio  en  una  progresión;  como,  p.  ej.,  el  ejército  ganó  la  colina  por  grados-,  un 
globo  se  eleva  o desciende  por  pequeños  grados;  y figurativamente,  avanzamos  en 
conocimiento  lentamente  por  grados.  El  hombre  está  aún  en  el  primer  grado  de 
progreso.  Su  meta  sería  lograr  el  grado  más  avanzado  o el  más  alto  grado.  Hay 
grados  de  vicio  y de  virtud.  2.  Un  paso  o parte  de  progreso,  en  elevación,  calidad, 
dignidad  o rango;  como  en  un  hombre  de  alto  grado.  Hablamos  de  hombres  de 
un  alto  grado,  o de  un  grado  bajo;  de  un  grado  superior  o inferior.  Se  supone  que 
hay  distintos  grados  u órdenes  de  ángeles. 

532  J.  A.  Widtsoe,  Are  All  Exalted,  p.  278;  cf.  S.  W.  Kimball,  El  milagro,  pp.  248-249; 

S.  W.  Kimball,  Importance,  pp.  5-6;  B.  R.  McConkie,  New  Witness,  pp.  144-145. 

533  J.  A.  Widtsoe,  How  May  Membership,  pp.  200-201.  Ver  DyC  131:1. 

534  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  16  mayo  1843,  366-367;  DyC  131:1-4. 

535  DyC  84:34. 

536  Comparar  la  fotografía  de  los  planos  originales  hallada  en  C.  M.  Hamilton,  Salí 

Lake  Temple,  p.  78. 

537  DyC  84:34. 

538  DyC  84:23. 

539  DyC  132:16-17. 

540  DyC  84:34. 

541  DyC  132:22. 


216 


Notas  al  final 


542  J.  E.  Talmage,  La  Casa  del  Señor  (1971),  pp.  176-177.  Versión  online  de  1912,  en 
inglés,  p.291, 

https://archive.Org/stream/houseoflordstudy00talm#page/290/mode/2up 

543  Ibíd.,  pp.  175-176.  Versión  online  de  1912,  en  inglés,  p.287, 
https://archive.Org/stream/houseoflordstudy00talm#page/286/mode/2up 

544  J.  Smith,  Jr„  Enseñanzas,  11  junio  1843,  pp.  376-377;  cf.  J.  Smith,  Jr.,  Words,  11 
June  1843,  p.  213;  A.  F.  Ehat,  et  al.,  en  ibíd.,  p.  286  n.  25. 

545  Ver  G.  M.  Leonard,  Nauvoo,  p.  261;  J.  Smith,  Jr.,  Record,  28  September  1843,  p. 
416.  Ver  también  R.  K.  Esplín,  Succession,  pp.  314-315;  J.  Smith,  Jr.,  Words,  27  August 
1843,  pp.  244-247,  303-307;  W.  W.  Phelps,  citado  en  S.  Brown,  Paracletes,  pp.  80-81. 

546  DyC  84:34. 

547  J.  Smith,  Jr.,  Enseñanzas,  27  agosto  1843,  p.  394;  cf.  DyC  76:56-59.  En  su  discurso 
del  27  de  agosto  de  1843,  el  profeta  insinuó  que  Moisés  recibió  la  plenitud  del 
sacerdocio  de  Melquisedec,  diciendo  que  “Dios  maldijo  a los  hijos  de  Israel  porque  no 
quisieron  recibir  la  última  ley  que  Moisés  les  declaró”,  y también  que  “la  ley  que  le  fue 
revelada  a Moisés  en  el  monte  Horeb  jamás  se  comunicó  a los  hijos  de  Israel  como 
nación”  (ibíd.,  pp.  394-395;  cf.  J.  Smith,  Jr.,  Words,  27  August  1843,  pp.  243-247;  A. 
Ehat,  et  al,  in  ibíd.,  pp.  303-304  n.  21). 

548  W.  Clayton,  Diaries,  17  May  1843.  Estar  preparado  ritualmente  en  este  sentido 
significa  que  uno  ha  recibido  la  plenitud  del  sacerdocio,  la  ordenanza  más  alta  que  un 
hombre  puede  comunicar  a otro  en  la  tierra.  El  privilegio  de  hacer  firme  la  vocación  y 
la  elección  es  una  bendición  adicional  que  solamente  Dios  mismo  puede  conferir. 

549  El  élder  Orson  Hyde  explicó  que  la  bendición  de  la  exaltación  está  reservada  para 
los  “reyes  y sacerdotes...  [aquellos]  que  han  recibido  sus  lavamientos  y unciones  en  el 
templo  de  Dios  en  esta  tierra;  [y]  que  han  sido  escogidos,  ordenados  y ungidos  reyes  y 
sacerdotes,  para  reinar  como  tales  en  la  resurrección  de  los  justos.  Quienes  no  hayan 
recibido  la  plenitud  del  sacerdocio  (porque  la  plenitud  del  sacerdocio  incluye  la 
autoridad  tanto  de  un  rey  como  de  un  sacerdote)  y no  hayan  sido  ungidos  y 
ordenados  en  el  templo  del  Altísimo,  pueden  obtener  una  salvación  en  el  reino 
celestial,  pero  no  una  corona  celestial”  (O.  Hyde,  Diagram).  Como  sucede  con  toda 
ordenanza  del  evangelio,  los  que  viven  para  merecer  las  bendiciones  de  la  plenitud  del 
sacerdocio  pero  no  tienen  la  oportunidad  de  recibirlas  en  esta  vida,  las  recibirán  en 
algún  momento  futuro  (DyC  137:7-9). 

550  J.  E.  Talmage,  La  casa  del  Señor  (1971),  p.  178.  Ver  también  pp.  177-178  y versión 
online  de  1912,  en  inglés,  p.  295. 

https://archive.Org/stream/houseoflordstudy00talm#page/294/mode/2up 

551  Ibíd.,  p.  177.  Ver  también  versión  online  de  1912,  en  inglés,  p.  295. 


217 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


https://archive.org/stream/houseoflordstudy00talm#page/294/mode/2up 

También  había  seis  gradas  que  conducían  al  trono  de  Salomón  (1  Reyes  10:19).  De 
igual  forma  el  Panel  de  Investidura  en  Mari,  en  la  Mesopotamia  antigua,  ilustra  los 
últimos  seis  escalones  de  una  escalera  que  conducía  al  santuario  interior  donde 
aparentemente  se  confería  y se  renovaba  la  realeza  (Y.  M.  al-Khalesi,  Palms,  p.  42). 
Notar  que  seis  escalones  definen  en  forma  efectiva  a siete  grados  de  separación. 

552  L.  R.  Cahoon,  Holy  ofHolies,  p.  651.  Ver  también  J.  E.  Talmage,  La  casa  del  Señor 
(1971),  p.  177. 

553  En  el  dominio  público.  Ver  http://media.photobucket.com/image/ 

william%20clayton/ParshallAE/Album%25203/WilliamClayton.jpg  (consultado  el  13 
de  febrero  de  2012). 

554  J.  Smith,  Jr.,  Documentary  History,  16  May  1843,  5:391-392.  Notar  que  el  último 
párrafo  se  incluyó  en  DyC  131:1-4.  Las  palabras  en  cursiva  son  mías.  Para  ver  el 
contexto  histórico  de  estas  enseñanzas,  consultar  J.  B.  Alien,  No  Toil,  pp.  129-130. 

555  Colosenses  3:3.  Cf.  DyC  86:8-10. 

556  Por  estas  palabras  se  puede  inferir  que  William  Clayton  había  recibido  la 
ordenanza  que  confiere  la  plenitud  del  sacerdocio.  Sin  embargo,  las  palabras  no 
implican  que  ya  había  recibido  la  “palabra  profética  más  segura”.  Ver  DyC  131:5-6  y 
las  explicaciones  del  capítulo  8. 

557  Cf.  DyC  132:17. 

558  Cf.  DyC  132:19,  30. 

559  Cf.  DyC  132:27. 

560  Cf.  DyC  132:26.  Sin  duda  el  “día  del  Señor  Jesucristo”  se  refiere  al  momento  de  la 
resurrección  (en  otras  partes  se  denomina  el  “día  de  la  redención”  (DyC  132:26)  o el 
“día  de  las  redenciones”  (J.  Smith,  Jr.,  Words,  10  March  1844,  p.  335)),  cuando  los 
espíritus  de  los  desobedientes  recibirán  otra  vez  una  medida  de  protección  contra  el 
poder  del  Adversario  al  tomar  un  cuerpo  resucitado  (ver  2 Nefi  9:8-12;  Alma  34:35). 

561  Para  ver  resúmenes  más  completos  sobre  cómo  las  mujeres  usaban  el  velo  en  la 
antigüedad,  consultar  S.  D.  Ricks  et  al,  With  Her  Gauzy  Veil;  K.  van  der  Toorn, 
Significance  ofthe  Veil. 

562  Ver  S.  Ruden,  Paul,  p.  73. 

563  Ibíd.,  p.  76. 

564  Ibíd.,  p.  87. 

565  L.  H.  Wilson,  Unveiling. 


218 


Notas  al  final 


566  Ver,  p.  ej.,  D.  M.  Gurtner,  Torn  Veil , pp.  70-71,  quien  concluyó  que  la  función 
implícita  y explícita  del  velo  como  se  describe  en  el  Antiguo  Testamento  “era  para 
efectuar  la  separación  entre  lo  santísimo  y lo  menos  santo.  Esta  es  una  característica 
estructural  basada  en  una  necesidad  teológica.  Además,  se  ejecutaba  esta  separación 
haciendo  que  el  velo  prohibiera  el  acceso  físico  y visual  al  Dios  entronado  en  el 
sanctasanctórum.  Finalmente,  esta  prohibición  queda  plasmada  gráficamente  por  la 
presencia  de  los  querubines  tejidos  sobre  el  velo,  que  resuena  con  la  función 
protectora  que  cumplieron  en  Génesis  3:24,  donde  se  ve  por  primera  vez  la 
inaccesibilidad  a la  presencia  de  Dios  en  la  tradición  bíblica”. 

567  Ver  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  100,  148. 

568  Ver  p.  ej.,  J.  M.  Bradshaw  et  al,  God's  Image  2,  pp.  4,  304-309. 

569  En  el  dominio  público.  http://restoredapologetics.blogspot.com 
/2010/02/ll.html.  De  la  Catacumba  de  Priscilla,  Via  Salaria,  Roma,  Italia. 

570  1 Juan  3:2;  cf.  Moisés  2:26:  “Hagamos  al  hombre  a nuestra  imagen,  conforme  a 
nuestra  semejanza”.  Los  primeros  cristianos  consideraban  que  la  “imagen”  de  la 
humanidad  era  la  similitud  a Dios  que  les  fue  otorgada  automáticamente  por  su 
creación  física,  y su  “semejanza”  era  el  parecido  que  podía  adquirirse  solamente  por  el 
correcto  ejercicio  del  albedrío  (ver,  p.  ej.,  Gregory  of  Nyssa,  On  the  Origin  of  Man, 
citado  en  A.  Louth  et  al,  Génesis  1-11,  p.  33;  Diadochus  of  Photice,  On  Spiritual 
Perfection,  4,  citado  en  ibíd.,  p.  30). 

571  1 Juan  3:3. 

572  A.  F.  Segal,  Paul,  p.  152.  El  presidente  David  O.  McKay  escribió: 

Cada  persona  que  vive  en  este  mundo  irradia  luz  que  afecta  e influencia  a cada 
persona  en  el  mundo.  Nuestras  elecciones  en  la  vida  determinan  lo  que  realmente 
somos.  El  brillo  de  la  luz  que  emana  de  nuestro  rostro  queda  determinado  por  las 
elecciones  que  hacemos,  y es  una  fuerza  poderosa  en  las  relaciones  humanas.  Y 
cada  persona  es  el  recipiente  de  esa  irradiación.  El  Salvador  era  consciente  de  esa 
realidad;  y hasta  cierto  punto  también  lo  somos  nosotros.  Cada  vez  que  Jesús 
estaba  en  la  presencia  de  un  individuo,  Él  era  consciente  de  una  luz  que  emanaba 
del  alma  de  esa  persona,  la  cual  se  reflejaba  en  su  rostro.  Sabía  sobre  el 
comportamiento  y la  conducta,  y las  elecciones  hechas  por  la  persona  porque  ese 
comportamiento  y esas  elecciones  estaban  reflejadas  en  la  luz  emitida  por  el 
semblante.  Mis  queridos  hermanos  y hermanas,  debemos  hacer  elecciones  más 
nobles.  No  debemos  alentar  pensamientos  viles  ni  bajas  aspiraciones.  Las  vamos  a 
irradiar  si  lo  hacemos.  En  cada  momento  de  la  vida  estamos  afectando,  en  cierto 
grado,  la  vida  de  toda  otra  persona  con  la  que  podamos  ponernos  en  contacto  y 
que  llega  a la  esfera  de  nuestra  influencia. 


219 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


Cada  persona  está  afectando  a toda  otra  persona  que  vive.  No  podemos  ni  por  un 
momento  escapar  de  esta  emanación,  de  esta  irradiación  de  luz  que  emana  de 
nuestro  rostro.  La  vida  es  un  estado  constante  de  irradiación  y absorción  de  luz. 
Existir  es  irradiar  luz;  existir  es  ser  un  receptor  de  luz.  Y nosotros  elegimos  las 
cualidades  que  permitimos  que  sean  irradiadas  por  la  luz  dentro  de  nosotros, 
determinada  por  nuestro  comportamiento  y por  las  elecciones  que  hacemos. 
{BYU  Devotional,  1947). 

573  2 Corintios  3:18,  traducción  de  Segal. 

574  2 Corintios  3:13-18. 

575  Éxodo  34:29. 

576  Éxodo  34:33. 

577  Éxodo  34:34. 

578  G.  K.  Beale  et  al,  NT  Use  ofthe  OT,  1 Corinthians  11:4-5,  p.  732.  Reforzando  la 
analogía  de  la  glorificación  de  Moisés,  Wilson  expresa:  “La  palabra 
‘cubierta/ akatakaluptos’  se  refiere  a algo  que  cuelga  ‘por  delante’  de  la  cara”  (L.  H. 
Wilson,  Unveiling),  no  simplemente  algo  para  cubrir  la  cabeza. 

579  1 Corintios  11:2. 

580  L.  H.  Wilson,  Unveiling. 

581  J.  Smith,  Jr.,  Words,  pp.  9-10,  cf.  pp.  42,  110,  210,  327-331.  “Algunos  miembros  de 
la  iglesia  en  los  días  de  Pablo  habían  llegado  a la  presencia  de  Dios  y a una  compañía 
innumerable  de  ángeles  y a los  espíritus  de  hombres  justos  hechos  perfectos”  (J. 
Smith,  Jr.,  Documentary  History,  2:197). 

582  C.  R.  A.  Morray-Jones,  Body,  p.  503. 

583  D.  Blumenthal,  Merkabah,  p.  147. 

584  K.  L.  Barney,  NT  Footnotes,  1 Corinthians  11:11,  2:293  n.  f. 

585  1 Corintios  11:11. 

586  G.  K.  Beale  et  al,  NT  Use  ofthe  OT,  1 Corinthians  11:7,  p.  733. 

587  De  hecho,  sin  tener  la  más  mínima  calificación,  la  Primera  Presidencia  de  Heber 
J.  Grant,  J.  Reuben  Clark  y David  O.  McKay  expresó  la  posición  de  la  mujer  de  la 
siguiente  manera:  “El  verdadero  espíritu  de  la  Iglesia  de  Jesucristo  de  los  Santos  de  los 
Últimos  Días  otorga  a la  mujer  el  más  alto  lugar  de  honor  en  la  vida  humana”  (J.  R. 
Clark,  Messages,  6:5).  Si  bien  los  relatos  judíos  y cristianos  sobre  ascensiones 
celestiales  con  frecuencia  limitan  el  acceso  a lugares  santos  a los  hombres,  Rowland 
afirma  que  las  epístolas  de  Pablo  también  estaban  dirigidas  a las  mujeres,  y reconoce: 


220 


Notas  al  final 


...  la  transferencia  de  imágenes  de  culto  a una  comunidad  que  era  inclusiva  como 
recordatorio  de  que  la  impureza  ritual  no  parece  haber  sido  un  factor 
descalificador  para  acceder  a las  comunidades  paulino  cristianas  nacientes  y 
comulgar  con  el  mundo  celestial  (si  bien  más  tarde  sabemos  que  la  menstruación 
podía  ser  un  impedimento  para  el  bautismo  de  las  mujeres)...  No  hay  un  sentido 
de  descalificación  aquí...  Esto  también  puede  explicar  la  referencia  enigmática 
sobre  los  ángeles  en  1 Corintios  11:10.  Existen  muchos  pasajes  de  textos 
apocalípticos  donde  hay  ángeles  que  impiden  a los  humanos  la  entrada  a la 
presencia  de  Dios.  Según  Pablo,  todos  los  santificados  (1  Corintios  6:11),  mujeres 
(¿y  niños?)  así  como  hombres,  pueden  esperar  comprender  el  misterio  por  medio 
del  Espíritu  que  mora  en  ellos  y permite  que  el  creyente  examine  lo  profundo  de 
Dios  (1  Corintios  2:10).  Esto  implica  llegar  a ser  parte  del  templo  de  Dios  (1 
Corintios  3:16,  6:19).  En  estas  circunstancias,  las  mujeres  que  de  otra  manera 
podrían  hallarse  descalificadas,  necesitaban  algún  tipo  de  [señal  de  autoridad  o 
poder]  para  indicar  su  derecho  a estar  en  la  presencia  divina  (1  Corintios  11:10), 
así  como  los  que  acompañaban  al  Cordero  tenían  el  nombre  de  Dios  en  sus 
frentes  (Apocalipsis  14:1).  Esta  [señal  de  autoridad  o poder]  equipaba  a las 
mujeres  para  ser  parte  de  la  asamblea  que,  como  la  comunidad  de  Qumran, 
participaba  de  la  herencia  de  los  ángeles  en  luz  (Colosenses  l:12f.;  cf.:  1QH 
1 1 :20f.;  1QS  19:6ff.).  (C.  Rowland,  Things,  pp.  144-145). 

Nótese  que  los  primeros  cristianos,  cuando  se  reunían  para  “elevar  [sus]  corazones  al 
cielo”,  recibían  el  recordatorio  que  Dios  mismo  (junto  con  ángeles  y mortales)  sería 
un  “espectador”  de  sus  actos  (J.  Cooper  et  al,  Testament,  1:23,  p.  71). 

588  1 Corintios  11:10. 

589  DyC  131:1-4.  Ver  también  J.  M.  Bradshaw,  God's  Image  1,  pp.  519-523. 

590  K.  L.  Barney,  NT  Footnotes,  1 Corinthians  11:12,  2:293-294  n.  g.  Pese  a las 
diferencias  que  puedan  existir  en  los  detalles  de  las  ordenanzas  y convenios  para  los 
hombres  y las  mujeres,  los  resultado  de  vivir  la  ley  de  obediencia  son  los  mismos  para 
ambos  si  permanecen  fieles  hasta  el  fin  (D.  H.  Oaks,  Las  llaves  y la  autoridad). 

591  Cyril  of  Jerusalem,  First  Catechetical,  Protocatechesis,  9,  p.  3.  Un  agradecimiento 
para  Bryce  Hamond  por  señalarme  esta  referencia. 

592  D.  H.  Oaks,  Las  llaves  y la  autoridad. 

593  2 Corintios  3:18,  traducción  de  Segal. 

594  1 Juan  3:2. 

595  1 Corintios  11:10. 

596  1 Corintios  11:5-6. 


221 


Temas  del  templo  en  el  juramento  y el  convenio  del  sacerdocio 


597  N.  M.  Sarna,  Génesis,  p.  26;  Éxodo  20:26;  28:42-43.  Cf.  S.  D.  Ricks  et  al,  With  Her 
Gauzy  Veil,  p.  350,  quienes  afirman  que  los  velos  de  los  santuarios  israelitas  “estaban 
planeados  no  tanto  para  ocultar  sino  para  proteger  las  cosas  más  sagradas  de  los  ojos 
de  los  hombres  pecadores,  cuyo  propósito  también  tendría  sentido  cuando  las 
mujeres  se  cubren  con  el  velo”.  Haciendo  una  comparación  similar  con  respecto  de  la 
mitología  egipcia,  escriben  (ibíd.,  p.  352): 

Es  significativo  que  el  cubrimiento  del  rostro  de  las  mujeres  con  un  velo,  cosa  no 
practicada  generalmente  en  Egipto,  fue  mencionado  por  el  escritor  griego 
Plutarco  (cuya  sociedad  helénica  contemporánea  puede  no  haber  practicado  el 
uso  del  velo,  pero  su  cultura  históricamente  sí  lo  hizo)  en  su  Isis  y Osiris:  “En  Sais 
la  imagen  de  Atenea,  también  vista  como  Isis,  lleva  la  siguiente  inscripción:  ‘Soy 
el  cosmos,  todo  lo  que  ha  sido,  todo  lo  que  es  y todo  lo  que  será,  ningún  mortal 
ha  levantado  mi  velo  todavía”’  (Plutarch,  Isis  and  Osiris  9).  “Por  todo  el  mundo 
antiguo”,  dice  Hugh  Nibley,  “el  velo  del  templo  es  la  barrera  entre  nosotros  y los 
misterios  ocultos  tanto  del  templo  como  de  las  expansiones  infinitas  de  espacio 
cósmico  que  están  más  allá  del  mismo.  Un  ejemplo  de  lo  mencionado  es  ‘el  velo 
de  Isis’,  que  ningún  hombre  ha  levantado”  (H.  W.  Nibley,  Sacred,  pp.  376-377). 

598  L.  H.  Wilson,  Unveiling. 

599  J.  A.  Tvedtnes,  Rituals;  cf.  B.  K.  Packer,  Personal  Revelation,  p.  59;  W.  Clayton, 
Chronicle,  15  June  1844,  p.  134. 

600  Ver  Efesios  5:22-33.  “El  objetivo  real  de  Pablo  en  Efesios  5:22-23  fue  demostrar  el 
hecho  que  el  matrimonio  de  Cristo  con  la  iglesia  y los  matrimonios  humanos  siguen 
el  mismo  modelo  celestial,  y están  sujetos  a las  mismas  normas  de  comportamiento  (J. 
E.  Seaich,  Mystery,  p.  130).  Seaich  también  nota  “el  uso  especial  del  verbo  paristémi 
(‘presentar’)  en  Efesios  5:27,  cuando  habla  de  Cristo  ‘purificando’  a la  novia,  para 
poder  ‘presentársela  a sí  mismo,  una  iglesia  gloriosa  que  no  tuviese  mancha  ni 
arruga’.  Varios  pasajes  de  las  otras  epístolas  de  Pablo  (Colosenses  1:21-22;  2 Corintios 
11:2)  preceden  el  misterio  de  la  unión  con  el  mismo  verbo,  combinados  con  adjetivos 
de  pureza  y santidad...  La  ley  de  Israel  requería  especialmente  que  la  novia  fuera  sin 
‘mancha’  ni  ‘tacha’  ( amomos , Efesios  5:27);  momos  ouk  estin  en  sor,  LXX  Cantares 
4:7),  porque  una  imperfección  así  excluiría  la  posibilidad  de  incluso  acercarse  al  velo 
o al  altar  (Levítico  21:23;  m.  Ketuboth,  7:7).  Así  que  Efesios  1:4  nos  dice  que  la  iglesia 
antes  de  existir  estaba  destinada  a ser  hecha  ‘santa  y sin  mancha’  ( amonos ) como 
prerrequisito  para  la  unión  con  su  Esposo.  Este  requisito  es  especialmente  importante 
porque  muestra  que  la  purificación  tradicionalmente  precedía  al  misterio  nupcial,  y 
originalmente  era  separada  del  mismo”  (ibíd.,  pp.  131-132). 

601  Isaías  40:5. 

602  Efesios  5:27. 

603  Efesios  5:25. 


222 


Notas  al  final 


604  S.  W.  Hahn,  World  as  Wedding,  p.  12. 

605  La  palabra  de  “revelación”  equivale  a “apocalipsis,”  del  griego  apokalypsis,  que 
significa  “quitar  el  velo”. 

606  Ver  Apocalipsis  19:9,  21:9,  22:17. 

607  Apocalipsis  21:2. 

608  Apocalipsis  21:16-18. 

609  Ver  Éxodo  28:2. 

610  Apocalipsis  21:1. 

611  S.  W.  Hahn,  World  as  Wedding,  pp.  6-8. 

612  Para  ver  un  estudio  profundo  sobre  los  convenios  de  la  Biblia,  consultar  S.  W. 
Hahn,  Kinship  by  Covenant.  Sobre  las  diferencias  entre  convenios  y contratos  en  las 
escrituras,  con  un  enfoque  particular  en  el  matrimonio,  ver  Scott  Hahn,  Swear  to 
God:  The  Promise  and  Power  of  the  Sacraments  (New  York:  Doubleday,  2004);  John 
Grabowski,  Sex  and  Virtue:  An  Introduction  to  Sexual  Ethics  (Washington,  DC: 
Catholic  University  of  America  Press,  2003),  32-38;  Gordon  P.  Hugenberger, 
Marriage  as  a Covenant:  A Study  of  Biblical  Law  and  Ethics  (Leiden:  Brill  1995),  185— 
279;  Paul  F.  Palmer,  S.J.,  “Christian  Marriage:  Covenant  or  Contract ?”  Theological 
Studies  33  (1972),  617-665;  G.  M.  Tucker,  “Covenant  Forms  and  Contraéis  Forms”, 
Vetus  Testamentum  15  (1965),  487-503. 


223